Belmonte, el gesto
Llevamos unos años de crisis, algunos más de lo que dicen
los telediarios o los datos macroeconómicos del país, y una de las coletillas
que algunos creen incontestables son esas de “Es la crisis” o “Es que no hay
dinero”. Y a partir de ahí no hay discusión posible. Pero tantas veces nos
machacan con esta cantinela, que al final uno empieza a ver agujeros que no
hacen otra cosa que alimentar la desconfianza. No es este el sitio para
recordar los recortes salvajes en sanidad, educación y en todo lo que afecte al
bienestar del ciudadano, utilizando incluso argumentos insolidarios y que
favorecerían el desequilibrio entre unas y otras zonas del país, con el
perjuicio que se originaría en el ciudadano por no vivir en Madrid o Barcelona,
por vivir en alejados del centro de las ciudades o ¿por qué no y llevándolo al
extremo, que no sé si al absurdo? Por vivir en una calle en cuesta. Eso sí, si
el socavón se produce en un Bankia, por ejemplo, los señores políticos pierden
el culo para sacar dinero de debajo de las piedras y rescatar a la entidad; o
como dicen ellos, aportar la necesaria liquidez que le permita mantener el
nivel óptimo de actividad… aunque el ciudadano se quede sin nivel, sin
optimismo, sin actividad y hasta sin respiración.
Pero el toreo también tiene estas cosas, también esgrime con
descaro el “no hay dinero” para que cuatro espabiladillos hagan se su capa un
sayo, y menudo sayo. Todo vale, siempre y cuando haya unos bobos que sí que
pagan, entre los que se encuentra servidor. Ya puede venir la reencarnación
viva de Lagartijo el Grande, que en las plazas dirigidas por el poder
establecido, este no asomará la gaita ni para saludar a un primo. Es que “no
hay dinero”. Y mientras traga que traga con los geses y aspirantes a geses. Lo
que le da a uno por pensar que estos chico mucha figura, mucho artista, mucho
colegueo con ministros y opositores de alto copete, y luego deben cobrar tres
perras gordas. O lo mismo es que, como caballo de Atila, no vuelve a crecer la
pasta por donde estos divinos han pisado. Vamos, que se reparten el botín y si
queda alguna migaja, que se la ofrezcan al redivivo Lagartijo el Grande, haber
si le basta con eso. Lógicamente, este dice que “atoree” el señor padre, madre
o pariente cercano dispuesto a ello, por dos chavos. Y es que no hay dinero,
pero estos vivos sacan dinero de las piedras. Si sacarán dinero, que en el
fondo más profundo de la crisis convencieron al señor alcalde de Valladolid
para que subvencionara una corrida en la capital pucelana. Eso es arte ¿o no?
Vamos, que tanto convencieron al señor regidos de la villa, que se le podía ver
en cualquier televisión partiéndose la cara por los tres geses de turno.
Y dinero no hay, pero igual que se contratan estos niños por
un pastizal, porque no han sido capaces de rebajar sus cachés ni un céntimo,
sino que exigen un determinado tipo de ganado, con el gasto extra y no
presupuestado, que esto origina. Que no creo yo que los Garcis y Cuvillos se
conformen con una minucia, pues es su momento y lo quieren aprovechar, no vaya
a ser que la lidia de la mona caiga en desuso y se las tengan que comer todas
en una multitudinaria barbacoa. Pero claro, si uno ya ha contado con pagar los
borreguillos, después vienen los gastos de transportes y combustible. Habrá quien
diga que esto es una bobada y que será lo mismo para una corrida de Cuadri que
para una de Núñez del Cuvillo. Pues no, y se lo explico; los de Trigueros
pueden sufrir cualquier desperfecto en el trayecto, algo a lo que nadie puede
escapar, pero ahí se acaba su periplo por las carreteras patrias. Pero que me
digan los veedores, los secretarios de los veedores, el cuerpo técnico de
veedores del Estado, el veedor general del estado y su eminencia el gran veedor
de la ONCE, cuántos viajes más pueden hacerse de la finca a la plaza. La
cuestión es: saliendo un camión cargado con ocho animales desde la finca de El
Grullo, a una media de 75 km/h. en dirección a una plaza, digamos la de Madrid;
resolver cuántos viajes más tendrá que hacer dicho vehículo y cuántos animales
más transportará hasta el mismo destino, hasta que los señores veterinarios
aprueben una corrida completa de dicho hierro. Como decía el otro, “Dinero no
habrá, pero pa’ tontaas”. Que puestos a ahorrar, seguro que en el fondo sale
más barato resucitar a Capitán o al Bos Taurus Primigenius, antes que
subvencionar tanta excursión con origen en El Grullo.
Pero esto del “no hay dinero” no hace que los señores
empresarios y políticos dejen de pensar en como revitalizar esto. Pero chico, a
veces lo hacen tan mal, abusan tanto y con tanto descaro, que uno llega a
pensar que no será que lo hacen aposta, o que lo de la Fiesta les importa un
pito. No lo sé. Yo les voy a contar lo que ha pasado en este mes de julio en
Las Ventas y ustedes mismos podrán juzgar la actuación de gestores y
autoridades. Ya saben que en Madrid, en julio no hay toros por ningún lado y
nos tenemos que conformar con los novillos, con novilleros verdes como la
campiña en primavera, como el mar en las Bahamas, el jade de las sultanas, o el
melón que sale pepino y no hay quien le meta el diente de lo esaborío que está.
Y no nos olvidemos de los parientes que tiran de autobús para ver al niño de la
boticaria hacer el paseíllo en Madrid. Esos mismos que estallán de júbilo al
oír como los clarines y timbales llaman al toro para que salga. Algunos se dan
de codazos y dicen: “cómo se nota que esto es Las ventas, suenan las trompetas
y el toro sabe que le toca salir”. Pues bien, don Taurodelta y doña Comunidad
de Madrid, la que declaró Bien de Interés Cultural esto de los toros, se pegan
una pasada importante. Toreros incapaces, con muchísimas carencias, ante un
ganado propio de Madrid, pero no apto para sus escasos conocimientos. Y si no,
que le pregunten al equipo médico de la plaza. Y como autoridad y gestores se
desviven por el bien y difusión de esto, sobre todo entre los más jóvenes,
deciden que toda la plaza, tendidos y andanadas, cuestan lo mismo, 10 euros.
Bueno, a primera vista no parece una mala medida, si se tienen diez euros para
los toros, 40 si vamos con los niños y la pareja, 60 si añadimos al cuñado y a
su novia, 80 si el cuñado ya está casado y tiene niños. 80 del ala para
fomentar el amor a la tauromaquia. Muy fuerte tiene que ser el flechazo
¿verdad? En lo que puede que no hayan caído los señores promotores es que el
precio de las localidades de grada, para las novilladas es de 4,50 en el sol. O
lo que es lo mismo, se duplica su precio no sé si por ser nocturnas, por ser en
julio o porque toman por tonto al aficionado.
Igual es que algunos no acabamos de entender muy bien que es
eso del fomento de la Fiesta. Que sí, que es verdad, que no hay dinero, pero
aún así, se hace el esfuerzo y se monta una gran carpa temática, que en
realidad es un macro bar con fotos, se ofrecen servicios de hostelería en la
plaza a precio de oro y ahora nos suben las entradas el 100% y es que no le
demos más vueltas, lo que pasa es que “No hay dinero” y para que el aficionado
esté en consonancia, corren a quitárselo de la cartera, que es tonto y se deja
y así ya podremos decir todos a una eso de “Qué no hay dinero”, pero para esto
sí hay dinero.