El toreo siempre fue lo que mejor unió a Sevilla y Madrid, sin duda |
Ahora sí que sí. El señor Valencia y el señor Casas ya son
amigos de verdad, se han mandado una notificación por facebook y la han
aceptado. No se sabe a ciencia cierta quién dio el primer paso, pero eso da
igual, lo que cuenta es el hecho. Deberíamos felicitarnos por ello. A partir de
ahora el uno podrá ver las publicaciones del otro y viceversa. El señor
Valencia podrá ver los carteles de Madrid y sabrá que es un cartel económico, que
no dará problemas y que le servirá para llenar una fecha en el calendario
taurino hispalense. Y el señor Casas tendrá acceso a una puerta a ese mundo del
toro de más allá de Despeñaperros.
Todo son ventajas, basta que el señor Casas lance los
carteles de Valencia, que los postee en todos los grupos y de ahí ya irán
tirando para otras ferias. Eso sí, no van a ser carteles cerrados para todo el
año, que siempre hay que estar atento a que desde Sevilla pueda llegarte un
mensaje que te diga que fulanito quiere torear, económico y sin molestar a las
figuras, reenvíalo a 25 amigos o tendrás cinco años de desgracias o lo que es
peor, que los aficionados espabilen y te hagan la cusqui tarde tras tarde.
Aficionados de esos amargados y que van a vocear a la plaza, porque no les
dejan ni chistar en casa. Esos que seguro que no tienen más de quince amigos en
su perfil. ¿Quién les va a querer a estos? Y si llegan a quince, que desde que
les echaron del grupo “los malotes de cuarto de primaria”, ha bajado mucho su
popularidad.
Ahora todo serán facilidades, ya no hace falta reunirse
tanto. Ahora basta engancharse al chat y pergeñar estrategias comunes para
luchar contra los caprichos de algunos toreros que se creen con derecho a tener derechos. “No sabes cómo se me ha
puesto fulanito”, “¿qué me dices? Se está viniendo arriba”, “que no va y me
dice que quiere cobrar por torear”, “¡Válgame! No sé dónde vamos a ir a parar,
son unos enemigos del arte, la cultura y la tauromaquia”. Y con todos estos
argumentos, Sevilla y Madrid, Madrid y Sevilla, deciden expulsar al díscolo del
grupo y que dé gracias que no se le denuncia a facebook; eso sí, queda
bloqueado pa’ los restos.
¿Y lo que se van a ahorrar en veedores? Tú te vas a las
ganaderías de por allí y yo a las de por aquí, se hacen las fotitos pertinentes
y luego se comparten, que cómo pasa en todos los grupos, siempre habrá quién
sin falta dirá aquello de “¡Vaya pavos!” acompañando el comentario con el
indispensable “Jajajajajajajaja”. Que no sé por qué será, pero el trapío se
viene arriba en las fotos y se viene abajo en el ruedo, pero eso ya se sabe que
es por el transporte. Aunque igual también influye el que en un caso posaban
con fundas y en el otro… Hay que tener cuidado con estas cosas, que en las
redes sociales cada uno saca la mejor cara, pero también la peor y una nadería
puede convertirse en un drama monumental. Imaginemos que en un despiste de eso,
al señor Casas se le olvida etiquetar al señor Valencia en la publicación de
los carteles de San Isidro. ¡Huuuyyyy! ¿Para qué queremos más? Que en Sevilla
no se le ocurrirá eso de llamar por teléfono y pedir una copia, más que nada,
por tenerla, por elegir a ver qué días se cogerán el AVE para ir a los toros a
Madrid, que una escapadita no viene mal. Pues no, el primer impulso es
responder de aquella manera y cómo aquí no hay entonaciones que valgan, todo se
malinterpreta. “¡Vaya! ¡Qué sorpresa! Ya están los carteles de Madrid en la
calle”. Y la respuesta puede ser, un poner: “Pues sí, ya se ha publicado el
ciclo de producciones artísticas más grandioso del mundo, en la plaza uno”.
¡Huy! Estamos pisando terreno pantanoso. “Pues tanta producción artística y,
perdónenme, pero lamentablemente no llegan al nivel de la feria de abril de
Sevilla, que esa sí que es una plaza grandiosa y respetuosa y no esa jaula de
grillos de Madrid” Y ya la tenemos liada. El señor Casas sacando emoticonos con
cortes de mangas, el otro con caritas con el hocico torcido, más caritas de
asombro, otras tapándose la carita con las manos, hasta llegar al límite del
civismo, cuándo asoman los mojones pestilentes. Entonces sí que sí, uno pide
amparo al administrador del grupo, que resulta que es el otro, el otro dice que
consultará su expulsión del grupo con el otro administrador, que casualmente es
el otro. Así que uno bloquea al otro, el otro al uno y se sucederán una serie
de mensajes en el limbo, pues se supone que la comunicación es imposible, con
puyitas como: a veces uno se embarca en un sueño para ayudar a los demás, pero
el mundo está lleno de desagradecidos que no saben apreciar la amistad verdadera.
Y el otro saldrá con: a veces uno piensa que los sueños se hacen realidad, pero
al final no era más que una pesadilla, por no dar con la persona ideal con
quién compartir lecho. Yo solo me acuesto con personas que valen la pena. Y en
estas es cuando entran en acción las parejas de esta pareja, pero eso ya nada
tiene que ver ni con facebook, ni con los toros, ni con na’ de na’. Pero cómo
esto va cómo va, dentro de un tiempo les saldrá una notificación que les invite
a compartir un recuerdo que les diga: Sevilla y Madrid ya son amigos, Valencia
y Simón han aceptado su amistad.
Enlace programa Tendido de Sol del 14 de enero de 2018:
Lo que le faltaba a Sevilla .
ResponderEliminarAnónimo, ¿y qué me dice de Madrid? Si es que tal para cuál.
ResponderEliminarUn saludo
Que bien se lo van a pasar ... ELLOS !!!!
ResponderEliminarCárdeno:
ResponderEliminarYa sabes eso de reunión de pastores... Y lo que tengo claro es quiénes no somos los pastores.
Un abrazo
No somos los pastores...somos los primos.
ResponderEliminarUn abrazo.
O la oveja, está claro.
ResponderEliminarUn abrazo