jueves, 29 de mayo de 2025

Las ganaderías que embisten, ¿no?

Aún no había salido del hotel y el personal ya estaba dando palmas


Hay una gran parte de los taurinos, que cuando se habla de tal o cual ganadería, poco tardan en afirmar de unas eso de que no embisten, que las buenas son las otras, las de garantías, las que embisten. Qué maravilla eso de saber las que “embisten” y las que no. Y uno se maravilla aún más cuándo se entera de que a qué se refieren con eso de que las buenas, las de garantías, son las que embisten, entiendo eso de embestir como el que los animales vayan y vengan sin hacer ni amago de un mal gesto, mientras el coletudo se harta a poner posturas. Y como esos hierros son los que embisten, ni se tienen que preocupar de si se embarca o no, porque los güenos son los que embisten. Y claro, si en el cartel figuran los nombres de unas figuras, hay que ir a lo que embiste. Y si hay una ganadería de garantías, de las de verdad, de las que no fallan, de las que permiten posturas y contoneos, es la de Garcigrande. Y que nadie se atreva a llevarme la contraria, porque como me salten, les mando a ver lo que esta casa echa por toriles, allí dónde se anuncien... aunque igual, ¿no sería un poco pasarse? Que siempre he estado contra todo de prácticas que puedan perjudicar a las personas. Y a ver cómo se repone uno de ver toda la camada de esta o de cualquier otra ganadería de garantías durante un año.

Vaya corrida que ha echado el ganadero salmantino, de no haber por dónde agarrarla. Presentación de Garcigrandes, si acaso alguno algo pasado de pitones, pero todos integrantes de una mansada para pasar a los anales de las mansadas. Pero tan faltos de casta, que ni la emoción de los mansos. Borriquillas tontas, que en muchos casos se aguantaban en pie por esa falta de casta y acometivi9dad, aunque si los artistas les tiraban los engaños al suelo de mala manera, claro que rodaban por la arena. Pero si había “jarte”, todo lo demás no importaba, que el “jarte” todo lo puede y borra todo lo malo. Bueno, es una forma de hablar, porque al final, esa gentita tan animosa, tan aplaudidora, tan dispuesta a entregarse a cualquier postura galana, hasta estos se han enfadado. Que era la corrida de la prensa y quizá era para que saliera la reseña del festejo en primera plaza, pero según parece, saldrá en la Hoja del Lunes, y el que no sepa lo que era, que lo busque.

Abría plaza Morante de la Puebla, al que, vayan ustedes a saber por qué, se le ha hecho salir a saludar. Y es que otra cosa no, pero la ñoñería se está imponiendo en esta plaza que un día fue seria. Y salió el primer Garcigrande, justito de todo. Al que el maestro instrumentó una serie de capotazos sin apenas moverse, con garbo y salero, pero sin torearlo en ningún lance. Pero si quién mueve el capote, aunque no lleve al toro toreado, es un “jartista” está permitido el delirio, que nadie se lo echará en cara. Y si además el toro ya casi iba parado, pues mejor parra la estética taurina. Que tanto lo querían cuidar, como se cuida a un herido en la Casa de Socorro, que fue al caballo y por eso de no picar, el caballero armado a poco que se come de un atragantón la arena de Madrid. A la siguiente, aunque sin picar, ya tuvo la precaución de aguantar el palo en el lomo. Y quizá uno de los momentos más intensos fue cuando el Garcigrande hizo hilo con con un banderillero y allí que salió Morante a hacer un quiebro a cuerpo limpio, quitándole el toro. Un quite pleno de torería y vista, mucha vista ¿Cómo no se va a aplaudir ese arranque de torería? Ya con la muleta, en los primeros compases el toro se iba al suelo a nada que se le obligase. Muletazos con gusto, pero el animal no tenía el gusto de aguantarse en pie. Pero el personal ya estaba invadido por una corriente de complacencia que lo jaleaba todo, hasta el rodar por la arena del bovino bobino. Muletazos con ese garbo que tiene este torero, guiándolo con el pico, con perdón, de perfil, perdón otra vez, y el toro por los suelos. Erguido, relajado, a la velocidad, corta, del animalito. Con la zurda citaba desde fuera, en corto, pero sin decaer el grado de decibelios que llegaba al nivel de “entregado entusiasmo”. Concluyó con unos adornos que acabaron de caldear aún más el ambiente, cerrando con una entera quizá algo trasera, lo que quizá hizo que el toro no rodara de inmediato. Tres golpes de descabello y ahí pudo quedarse en el limbo los trofeos que con toda seguridad se le habrían pedido ante esa mona bonachona. Su segundo era otra cosa y a pesar de la reacción del respetable, sin tanto “jarte” tuvo momentos de más sustancia. Lo recogió Morante sin alardes con el capote abajo, consiguiendo sujetarle en un primer momento, pero al final la mansedumbre era mayor que el poder lidiador del de la Puebla. Un manso que en la segunda vara dejó aún más clara su condición, queriendo quitarse ese maldito palo que le hacía pupa. Se le lidió con mucho sentido y eficacia por Curro Javier, consiguiendo mantenerle sujeto a las telas, evitando carreras de más y huidas a otros terrenos. Tomó Morante la muleta, empezó por abajo con la diestra, pero el animal no estaba para historias, trapaceo por la cara y media atravesada, así, sin pensárselo dos veces. Y el de Engrandecer huyó cobarde a refugiarse al calor del olivo. Bronca grande del respetable, pero quizá eran los que no entendieron que Morante de la Puebla, con sus cosas, sus virtudes, que está siempre atento, y sus defectos, que quizá muchas veces aparente más de lo que es, pero lo que no es, es un destajista del toreo. Y la mayoría no vio bien ese abreviar de esa manera, pro también les digo que hubo quién lo agradecía y lo entendió, porque, ¿para qué marear la mona, si la mona no tiene nada?

El segundo que se comenta que estuvo por allí, fue Alejandro Talavante, que este sí, este es de los que si tiene que alagar los trasteos hasta desesperar, pues los alarga y ya está. Los mantazos de recibo a su primero solo sirvieron para dejar suelto al segundo de Garcigrande. Manseó en el caballo, que si peleaba en algún momento era con un solo peón y a ver si así se quitaba ese molesto palo. Lo que le escocieron los rehiletes, pero allí estaba Talavante para arreglarlo todo; telonazos tropezados con una mano, para continuar con manivolazos tirando del pico y dejando pasar el

tiempo sin que ni él, ni el toro dijeran nada. Venga trapazos u más trapazos desde muy fuera y con el pico de la muleta, para acabar de un bajonazo imponente e impotente. Al quinto se puso a darle mantazos a pies juntos al que luego en el caballo le picaron en la paletilla y él echaba la cara arriba, mirando las nubes. El trasteo fue la nada, pico, carreras, siempre muy fuera, cerrando así una feria que empezó con triunfo protestado y ha acabado como si no hubiera comparecido.

Tomás Rufo es un torero de muy reciente hornada, que parece entender esto de una manera demasiado modernista, sin plantearse otra cosa que inhibirse durante la lidia y guardar todas sus energías para el concierto de trapazos y depende del público, unos días le premian con despojos y otro, por hacer prácticamente lo mismo, le ruegan que abrevie y se vaya a su casa, para poder hacer lo mismo los demás. Pies juntos en su primero, y gracias que se evitó las chicuelinas. Cara muy alta en el caballo, mal picado. Con la muleta Rufo empezó dando vueltas como un giraldillo en día de temporal, para continuar apelotonando trapazos. Siempre metiendo el pico y quedándose muy fuera, refugiándose casi en las orejas del toro. Pero en el sexto tampoco cambió mucho la cosa con el manso que si notaba la puya se quería ir y si no, a darle al peto. Y de nuevo con la pañosa, sin saber superar un leve calamocheo, porque es más de dar trapazos que de torear y así... Pero el espada venga a ponerse pesado, mientras su compañero de baile solo quería irse de allí. No paraba quieto un momento, trapazo y a volverse a colocar y así una y otra vez. Un bajonazo para que le quiten el carné y para casita. Y así, otra vez que alguien quiera montar un cartel de los que te enamoran, y más para celebrar el aniversario de la Corrida de la Prensa, pues nada, lo tienen fácil, tres figuritas, cada uno en su figureo y un encierro de las ganaderías que embisten, ¿no?


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html


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