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El futuro parece incierto y poco claro, esperemos que nos depara el futuro |
Taurodelta, la empresa que vela por el buen estado de la Fiesta en la
plaza de Madrid, aunque casi nunca lo consiga y casi nunca o nunca lo parezca,
ha decidido en compañía de otros taurinos, porque también lo parecen los
“aficionados” y “abonados” con los que ha contado, tomar nuevas medidas para beneficiar el
desarrollo de los festejos y para que en lugar de salir a las nueve y veinte,
lo hagamos a las nueve y cinco o y diez. ¡Viva Taurodelta! En San Isidro vamos
cenar un ratito antes. Pero mejor será que con un “corta y pega” reproduzca la
nota publicada por Taurodelta en la página de Las Ventas.
Un grupo de treinta representantes de
diversos estamentos taurinos de Madrid han asistido esta mañana a una reunión
convocada por Taurodelta con el fin de analizar posibles medidas que ayuden a
mejorar y agilizar el transcurso de los espectáculos taurinos en la Plaza de
Madrid.
En esta reunión, presidida por el empresario, José Antonio
Martínez Uranga, y a la que se ha incorporado el nuevo director Gerente del
Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Manuel Ángel Fernández,
han participado representantes de presidentes de la Plaza de Madrid, matadores,
ganaderos, picadores, banderilleros, abonados, peñas de aficionados y medios de
comunicación.
A lo largo de dos horas y media se han debatido asuntos que durante los últimos
meses, y en especial tras la Feria de San Isidro, han sido sugeridos a
Taurodelta por los distintos sectores.
Las conclusiones, adoptadas por amplia mayoría, han sido las siguientes:
- Con carácter inmediato el Centro de
Asuntos Taurinos analizará la posibilidad de incorporar al reglamento la
limitación del uso del descabello y la puntilla en los espectáculos taurinos
de Las Ventas, en cuanto al número de intentos que puedan practicar los
matadores y sus cuadrillas. Se insta además a los matadores a la
utilización del puntillero de plaza para lo cual Taurodelta facilitará su
óptima preparación y su gratuidad para los matadores.
Quizá se avanzaría bastante si se
contrataran a matadores competentes, de acuerdo a sus méritos en los ruedos y
no por su bajo caché, independientemente de que en los últimos años apenas
hayan toreado uno, dos o como mucho, tres festejos. Que todo el mundo puede
tener un día malo, pero es que los toreros contratados mayoritariamente por la
empresa de Madrid, lo extraño es que tengan un día bueno, poco o nada placeados
o en algunos casos se les anuncia para pagar favores o incluso por su verbo
fácil en las retransmisiones televisivas.
En cambio creo que será bien
recibida la medida de que sea el puntillero de la plaza el que finiquite a los
toros, evitando ese mal trago a los terceros, que en muchos casos, si no eran
ellos los que apuntillaban y delegaban en el de la plaza, se veían obligados a
pagarle el servicio de su bolsillo. Cuántas veces habremos recordado a Agapito
Rodríguez, aquel grandísimo torero que despenaba a las reses con una eficacia
espectacular. Si que hay veces que no hay más que mirar atrás para hallar la
respuesta. Pero sigamos.
- Durante el próximo mes de agosto, de
forma experimental, el caballo de turno en la suerte de varas accederá al
ruedo por la puerta de Madrid (entre los tendido 7 y 8) en vez de hacerlo
por la puerta de cuadrillas (entre los tendidos 3 y 4). El objetivo
es reducir la duración del espectáculo en alrededor de 10 o 12
minutos por corrida, no interrumpir el ritmo de la lidia, no obligar
al toro a un ejercicio y a un desgaste innecesario ni permitir la reiteración
de derrotes en el burladero del 7. Los presidentes ordenarán la salida del
caballo sólo cuando el toro haya sido parado por el matador y / o su
cuadrilla.
Durante los seis espectáculos del mes de agosto y, si la
experiencia es positiva, en adelante, el caballo de turno tomará posiciones en
la Puerta de Madrid por el callejón durante el arrastre del toro anterior y
volverá por el mismo camino a la puerta de cuadrillas tras el cambio de tercio.
Volvemos a aquella vieja
costumbre que durante unos años se padeció en el coso venteño, cuyo único
beneficio no era otro que el que así se devolvían menos toros. Algo tan
sencillo como el que fueran los peones los que pararan a los toros y que una
vez fijados salieran los caballos y mientras tomaban posiciones, el torero
lanceaba de capote, para a continuación ponerlo por primera vez en suerte. Esta
medida, aparte de evitar esa posible devolución de inválidos, solo sirve para
tapar a los mediocres que no saben ni agarrar el capote, que reciben a sus
oponentes de cuatro trapazos de compromiso, sin preocuparse prácticamente de
las condiciones del toro. Bien que podrían verlo en manos del peonaje, pero tal
y cómo están las cosas, ¿para qué? ¿Qué más les da?
- A partir del próximo domingo los
presidentes exhibirán un pañuelo blanco por cada trofeo concedido y lo
mantendrán visible hasta el arrastre de la res. Igual práctica se
producirá con la exhibición de otros pañuelos, como el verde que ordena la
devolución, que deberá permanecer visible hasta que la res vuelva a
corrales.
Al leer este punto solo se me
ocurre una cosa, ¿tan tontos nos hemos vuelto? ¿Tan complicado se nos ha vuelto
esto de un pañuelo blanco una oreja, se vuelve a sacar para la segunda y punto?
Que si hay algún señor presidente al que se le apelotonan los pañuelos, igual
es que hay que explicárselo un poquito más despacio, pero convertir aquello en
un tenderete porque una tarde don Julio Martínez se lió y sacando pañuelos
concedió un rabo que no quería conceder, quizá sea excesivo. Que desde que a principios
del siglo XX a Vicente Pastor se le concedió la primera oreja, hasta nuestros
días, tampoco ha sido esto un sin dios sin control. No sé yo en otras plazas,
que igual les funciona muy bien esto del muestrario de pañuelos, pero hasta
ahora en Madrid nos apañábamos bien así.
- Los presidentes extremarán el cuidado
en la valoración de la petición de trofeos por parte de los espectadores
en el caso del primer trofeo, teniendo en cuenta que esta petición no
siempre se realiza mediante la exhibición de pañuelos blancos, y en su
pronta concesión siempre que exista mayoría en la petición.
Ya puestos, Taurodelta podría
agenciarse un dron que sobrevolara la plaza, a ver si así los señores
presidentes ven con más claridad eso de las mayorías, aparte de procurar que no
vayan bajando el nivel de exigencia a medida que los alaridos suben de nivel.
- Se descarta por amplia mayoría la
solicitud de algunas peñas y asociaciones de aficionados en el sentido de
que el criterio para abrir la puerta grande de Madrid requiera de dos
trofeos en la misma res. Se entiende que la apertura de la puerta grande
debe seguir siendo un acto democrático y producirse como consecuencia de
la petición mayoritaria del público (a quien corresponde la concesión del
primer trofeo) en vez de depender de la decisión de una sola persona.
Bastaría con que se mantuviera la
seriedad de la plaza, aunque hay cosas en las que el término democrático puede
no ser el más idóneo, como es el caso de que se abra la Puerta de Madrid. Quizá
a este parlamento taurino le ha parecido demasiado evidente el que así se
reconocería de forma oficial la degradación que ha sufrido Las Ventas en los
últimos años.
- Se volverá a estudiar y valorar
técnicamente la disminución en la elevación del centro del ruedo de Las
Ventas para atender la demanda de matadores, picadores y banderilleros en
este sentido, siempre que se garantice la óptima evacuación de agua para
evitar encharcamientos y, en su caso, suspensiones.
Don Morante de la Puebla estará
de uñas, pero si esa chepa ha existido siempre, si esa chepa evita que la plaza
se convierta en una piscina, ¿Por qué ahora hay que hacer caso a los caprichos
de un señor especialista en lo accesorio e incapaz con lo fundamental? Que ya
me veo que lo siguiente será el achicar el ruedo, para así tapar las carencias
de la torería que no es capaz de fijar un toro de salida; bueno, de salida y de
no salida, pues cuántos son los animales que son apuntillados sin que nadie lo
haya conseguido pararse en los engaños.
- Con carácter inmediato se sustituirá el
vestido de torear que lucen el torilero y el chulo de banderillas en Las
Ventas por una vestimenta adecuada, que respete el hecho de que sólo
quienes participan en la lidia pueden vestir de luces.
Mi enhorabuena al señor Zabala de
la Serna y a tantos y tantos ignorantes de la tradición de la Plaza de Madrid,
que no solo de Las Ventas, que desde mediados del XIX ha mantenido de luces al
chulo de toriles, al de banderillas y al puntillero. ¿Qué no entienden el por
qué? No hay nada que entender, es un signo más de identidad de esta plaza. Que
si es por dignidad del vestido de torear, quizá antes habría que empezar por
tantos y tantos matadores de toros y novillos que cada vez que se lo enfundan
ofenden a la historia, a esa misma tradición y a lo que supone vestirse de
torero. Como ocurrencia puede resultar hasta gracioso, pero maldita gracia que
tiene esto. Que puestos a unificar y hacer de esto de los toros un monolito
uniforme y aburrido, podríamos prohibir a los alguacilillos pamplonicas sus
escalofriantes carreras, que en Euskadi porten la chapela, que en Valencia
asomen las falleras con ese vistoso traje, que se reciba con una jota al toro
de la jota por esas plazas de mitad de la península para arriba, que se pare a
merendar en otras muchas, que se redondee perfectamente el albero maestrante de
Sevilla. Hay muchas peculiaridades que deben permanecer, cada plaza tiene una
personalidad que hay que defender y conservar, ¡ojalá que nunca desaparezcan!
Pues hagamos lo mismo con la Plaza de Madrid y dejemos de tocar lo que no
suena, aunque algunos hayan decidido que la dignidad del toreo está en el
vestido del buñolero,¡ah! Por cierto, el Buñolero vestía de luces. Lean su
historia y quizá entenderán algunas cosas.
- Los presidentes se encargarán de que el
trofeo que se concede a los matadores deje de ser la exhibición de la
oreja completa de la res, limitando el tamaño y del trofeo.
¿Y esta medida la han debatido
tan sesudas mentes? Bien es verdad que últimamente entregaban a los matadores
auténticos chuletones de Ávila, pero hombre, igual había sido suficiente el
acercarse un día a los alguacilillos, esos que eran la autoridad allí abajo y
que cada día son más un elemento decorativo lleno de tipismo, y decirles que
exijan que se les despache simplemente cuarto y mitad de oreja, que esto es un
trofeo, no una pieza para que un otorrino taurino haga una tesis doctoral sobre
el pabellón auditivo de los rumiantes.
- Los presidentes extremarán la
vigilancia en la diligencia de los mulilleros en el arrastre de las reses
para evitar tiempos muertos y presión artificial en las decisiones del
equipo presidencial.
Si es que están empeñados en que
dudemos de ciertas capacidades de los señores presidentes y al final, lo van a
lograr. Es una realidad innegable que entre los mulilleros y los peones más
desahogados que lo mismo jalean al personal, que se encaran con el palco, que
se plantan delante del tiro de mulillas se han cortado muchas orejas en los
últimos tiempos, pero, ¿no son los usías capaces de llamar al orden a estos caballeros?
¿Qué pintan entonces los moradores del palco en todo esto? No me digan que
hasta el día de hoy se iban de rositas los sospechosamente lentos mulilleros y
los despachados peones que echaban el público encima del presidente. Lo que
digo, que al final vamos a acabar creyendo lo que no deberíamos ni llegar a
pensar acerca de los señores comisarios de policía de Madrid.
Este grupo de trabajo se volverá a reunir una vez
finalizado el mes de agosto para analizar el resultado de las nuevas medidas y
avanzar en aquellas que están pendientes de estudio.
Pues nada, después de agosto haremos otro “corta y pega” con
las conclusiones definitivas. A propósito, no creo que haya un mes más idóneo
que este para llevar a cabo estas probaturas. Seguro que el paisanaje
autobusero de los matadores anunciados, los duchos aficionados japoneses,
norteamericanos y de vaya usted a saber dónde sabrán aclarar y dar luz sobre
cualquier duda que pueda sobrevenir en cuanto a la aplicación de estas medidas.
Que puede pasar desadvertido, pero he aquí la consideración en que esta
empresa, Taurodelta, y la propietaria de la plaza, la Comunidad de Madrid,
tienen al aficionado capitalino. Para qué queremos más Podemos, Animalistas,
holandeses antis, nativos antis o Sálvames de Luxe antis, si los taurinos se
las apañan como nadie para hundir esto. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen y
entre col y col, lechuga.