Lo fácil que habría sido pensar en Madrid para montar un festejo en Madrid |
Siempre se ha dicho que cada plaza tiene su personalidad, sus gustos, preferencias, tradiciones y hasta sus manías. Y será por eso que cuando las empresas se ponen manos a la obra para confeccionar carteles, tienen que saber de lo que son esas plazas, de lo que gusta y, claro que sí, de sus manías. Madrid es una plaza que tiene mucho de todo, pero manías, manías tiene para dar y regalar. Es una plaza extraña para muchos y gloria bendita para los más grandes. Paradojas del toreo. Pero Madrid es Madrid, sin necesidad de mirar a otras partes. Y a Madrid habría que darle lo que quiere y digo que habría que darle, porque desde hace años nadie se lo da. Que es verdad que en esta plaza y en este poblachón manchego, el pueblo más grande del mundo, como decía la leyenda, acogen con sumo agrado al que llega de fuera y sin importarle de dónde venga, ni el acento que tenga, se le toma por un madrileño más, pero de ahí a que lo que quieran es que adopte la personalidad, los gustos y las manías de otros, va un gran trecho. Que se puede intentar, pero que tampoco nos obliguen a actuar como si tuviéramos múltiples desdoblamientos de personalidad. Y en esto de los toros parece que esto se ha convertido en norma. Tomemos la plaza de Madrid, las maneras de Madrid, los gustos de Madrid, las manías de Madrid y mandémoslas a tomar… chocolate a San Ginés.
Lo primero, un festival y no una corrida de toros. Que uno no es epidemiólogo, pero igual es que el virus ve un traje corto y sale espantado, que todo puede ser. Ya digo, no soy médico y mis conocimientos acerca de todo esto se limitan a salir a la calle embozado y a abrasarme las manos con el gel hidroalcohólico. Pero luego viene la selección de los actuantes, que sí que es verdad que son los figurones del momento, pero es que resulta que en estos tiempos que corren, estos figurones son los más cuestionados de la historia en la plaza de Madrid, quizá desde el Bomba y Machaco. Ventura, que sí, muy espectacular, el adalid del circo a caballo; Ponce, magistral en el manejo de las lejanías, el pionero del teletoreo; Juli, el contorsionismo vestido de luces ante novillotes avanzados casi mogones; Manzanares, prototipo postmodernista y gran exponente de la Tauromaquia 2.0, 2.1… 3.0; Perera, príncipe de la soberbia, mezcla entre Ponce y Juli, agente comercial de Bose, rama megáfonos de largo alcance; Ureña, que se les ha tenido que colar o para al menos dar gusto mínimamente a la afición del foro; Y Roca Rey, sumo pontífice del banderazo, hijo de Eolo reencarnado en figurón mediático.
Pero esos amigos de la fiesta, esos que regentan la plaza de Madrid, esos que prometen proteger la “tauromaquia”, resulta que ignoran lo que gusta a esta plaza, a la gente que ocupa sus localidades, a los que aguantan el frío y el fuego que desprende ese granito serrano, esa piedra de gradas y andanadas de marzo a octubre, sin faltar, salvo que les toque en una mesa electoral un domingo cualquiera. Se les olvida a estos parroquianos, pero se saca pecho en las fotos para mostrárselas, así como diciendo “mira lo que me preocupo por vosotros”. O si es menester, cogen la fiesta que estos leales de Madrid tanto aman y se la tiran a la cara al primero que se les ponga por delante. Que la fiesta lo soporta todo, aguanta patadas, pisotones, desprecios, casi igual que esa afición de Madrid que quiere casi por igual esta pasión que son los toros, como su plaza. Que tampoco piden mucho, solo piden poder volver a su casa, poder volver a ver cómo se abre la puerta de toriles, poder volver a ver el toro y para empezar, quizá preferirían que no asomaran esos que tantas veces les crisparon, los que no dudaron en hacerles desplantes en su cara, decir de ellos verdaderas barbaridades, dudar de su saber, de su afición y hasta de su calidad de buena gente. Que no digo yo que todos sean buenos, ni sabios, faltaría más, pero o que no son es tontos y lo que sí saben es lo que quieren y por eso les gustaría que todo empezara de nuevo no con un cartel de figurones, no con un cartel propagandístico en una fecha tan determinada, no con un cartel para la televisión, sino un cartel a su gusto y si fuera posible, puestos a pedir, un cartelazo muy de Madrid.
Enlace programa Tendido de Sol del 11 de abril de 2021:
https://www.ivoox.com/tendido-sol-11-abril-de-audios-mp3_rf_68401093_1.html