Dicen que los abuelos de Albaserrada están que echan los dientes |
Ya les di la exclusiva de que se había indultado un toro en
la Plaza de Sevilla. No hace falta que me lo agradezcan, yo soy así de
generoso. Seguro que si no es porque yo se lo digo, ni se habrían enterado,
¿verdad que sí? Pero yo siempre estoy ojo avizor. Que no se me escapa una,
vamos. Pues ese instinto depredador de la noticia me ha llevado a visitar la
casa de Cobradiezmos, aunque no para pasar un rato con él, sino con la familia,
con sus padres, que imaginaba que no cabrían en sí de gozo. Los papás de la
criatura tuvieron el detalle de recibirme y abrirme su corazón.
Servidor: Buenas tardes, señores padres de
Cobradiezmos. Muchas gracias por recibirme. Imagino que estarán aún disfrutando
de la felicidad del indulto de su hijo,
¿no?
Papá: ¿Felicidad? Pero, ¿usted
sabe lo que se nos ha venido encima a cuenta de la mala cabeza de mi hijo?
Mamá: Esto no tiene nombre.
Servidor: Sí, hombre, indulto.
Papá: Calle, calle, haga el favor. Toda la
vida queriendo un futuro para el niño y mire cómo nos paga
Mamá: Pero, ¿qué hemos hecho mal dios mío?
¡Ayyyy, Jaquetón que estás en las dehesas del cielo!
Servidor: Pero no les entiendo, no entiendo su queja y
su desconsuelo.
Papá: Pues yo se lo explico. Cuando el niño
nació y vimos que era macho, durante el primer año, su madre, mi señora y yo,
intentamos inculcarme unos principios como toro de lidia. No podíamos olvidar
la casa. El linaje de nuestra familia, los legendarios Albaserradas, rama don
Victorino.
Mamá: Él sí qué sabía de cómo guiarnos a las
madres y a los padres para que los hijos salieran unos toros de provecho
Servidor: Pero si...
Mamá: Pero nada, el amo se fue haciendo mayor y
el hijo lo ha echado todo a perder, y es que, tanta libertad, ¡Libertinaje!
diría yo, no podía ser bueno. Se empieza por no exigir en la tienta, por ceder
a que valga más lo hecho en la muleta y ya ve usted
Servidor: Pero, ¿qué me dice?
Papá: ¿Que qué le digo? Yo no digo na’, yo me
tengo que callar, porque si yo hablara...
Mamá: A ver, habla, habla...
Papá: Pues que al final todo sale. Porque
todo esto viene de la familia de la madre, aquí mi señora, que no son muy de
emplearse en el caballo y...
Mamá: ¡Oooh sí! Hablo el rey del primer tercio,
no te jo... Anda que tú sacaste un sobresaliente en tu tienta, que al segundo
puyazo ya estabas con la lengua fuera y sin haber romaneado ni una vez
Papá: Eso fue porque la noche anterior me
sentó mal el pienso, que nunca he tolerado yo bien el maíz por las noches, pero
en la muleta me salí, que bien que escuché yo al del trapo rojo aquello de mi
“toreabilidad”.
Mamá: Toreabilidad, toreabilidad; ¿y la
picabilidad? Si es que en tu familia siempre habéis sido unos blandos.
Papá: Fue el maíz.
Mamá: Sí, y que no levantas ni a un potrillo cuando
notas el palo en el lomo.
Servidor: Pero, ¿no se alegran de que les hayan
devuelto a su hijo a casa?
Mamá: Huy sí, encantadita que estoy. Como ya le
decíamos, toda la vida queriendo que se asegurara un futuro y ¡zas! Mire el
pago que recibimos, que nos lo devuelven de la plaza y encima ahora rodeado de
esa reata de lagartas que lo quieren para lo que lo quieren, para sacarle los
cuartos y aprovecharse de él.
Papá: Bueno, tampoco está eso tan mal...
Mamá: Unas lagartas, pero es que todos los
machos sois tontos y no os enteráis de nada. Yo que ya había desmontado la
habitación del chico, que le habíamos quitado el comedero y todo y nos iban a
traer los muebles para una dehesa comedor saloncito de estar y ¡hala! El niño
se nos vuelve a casa para pasarse el día holgazaneando. Que no digo yo que no
le quisiera de vuelta, pero al menos que hubiera metido los riñones en dos
varas, ya no digo en las tres que le pedimos a todos los machos de la familia,
valía con dos, pero no...
Papá: Pero, ¿usted le vio allí echando la
cara arriba? ¡Qué vergüenza! Y escarbando y venga a escarbar. Mira que se lo
decía yo desde añojo: ¿quieres dejar de levantar polvo? Pero no, el a escarbar
y venga a escarbar y a la hora de la pelea, anda que no se lo pensaba. Luego
sí, luego no se cansaba yendo detrás de las otras criaturas, pero lo de
escarbar y pensárselo mil veces
Mamá: Es que él siempre ha sido muy reflexivo,
de pensárselo mucho, pero eso es cosa de la familia de mi marido. Su madre ya
se lo pensó en la tienta, en la retienta y en la retienta de la retienta, pero
luego la muy zalamera no paraba de embestir en la muleta y engolosinaba a los
maestros que venían y al hijo del amo, al amo hijo, ¿sabe usted?
Servidor: Entonces, ¿no están nada contentos por lo
que veo?
Papá: Nada, pero nada, nada. Si hasta nos ha
costado una disputa familiar. Mi suegro y mi padre, que no se podían ni ver, al
final se han unido en su enfado con el crío. Y es que ellos están chapados a la
antigua y no entienden eso de no meter los riñones en el caballo, dicen que eso
es lo mínimo que se le puede pedir a un toro de la familia. Vamos, con decirle
que no han venido a merendar a nuestros comederos desde que ha vuelto el niño...
Mamá. Mi suegra y mi madre lo han intentado de
todas formas, hasta les quisieron engañar diciéndoles que el amo quería
retentarlos y ponerlos de nuevo al caballo, pero que no, ¡nanay! Decían que
menuda vergüenza, que ellos no se exponían al resto de la manada para que les
dijeran lo que no querían oír y ya ve, no han vuelto por casa. Si yo quiero ver
a mi madre o mi suegra, tengo que ir yo a su encina.
Servidor: Bueno, yo no quería molestarles, ya les dejo
con lo suyo y lo siento en el alma, a ver si los que vienen detrás les dan una
alegría.
Papá: ¿Alegría? Esos peor aún, no ve que como
han visto la fama que ha cogido el hermano mayor ahora todos quieren aprender
solo lo de la muleta y se olvidan del resto de la lidia. Ya no les importa ni
el capote, ni la suerte de varas, ni apretar en banderillas. Solo la muleta.
Mamá: Pero,
¿en qué hemos fallado?
Y así me marché de “Las Tiesas”, pensando en todo lo que me
contaron y con la sensación de que había demasiadas cosas que me resultaban
demasiado familiares e intentando asimilar esa terrible Convulsión en “Las
Tiesas”.
Enlace al programa Tendido de Sol del 25 de abril de 2016: