domingo, 7 de febrero de 2016

La tienta y madame Curie, experimentos arriesgados

Se pueden cruzar sangres en busca de la bravura, incluso hasta crear nuevos encastes, solo hay que querer hacerlo y tener valor y conocimientos para ello.


Una vez vi una peli de una señora que era polaca, que se fue a París a estudiar, que se casó con un señor muy  listo y que se metió en un sitio con mucho frío en invierno y mucho calor en verano, para acabar inventando la radio, que además fue por casualidad.¿O era ese hueso del brazo que tiene nombre de transistor? No lo sé, el caso es que la buena mujer tuvo que probar muchas veces que errar en multitud de intentos por sacar algo en claro y que ya digo, casi por casualidad, allí salió una cosa, por lo que  le dieron un premio muy importante. Me parece que se lo daba una marca de tabaco, Nobel. Para que luego digan que las tabacaleras son malas y que envenenan a la gente. ¿Y por qué toda esta historieta? Pues muy fácil, yo se lo explico inmediatamente, en párrafos subsiguientes que irán a continuación.

La señora esta, por lo que contaban en la peli, debía saber más que un sabio, vamos, que ella misma debía ser una sabia, pero sabia, sabia, de las listas de verdad, no de las listas esas de ¡menuda lista! No, de las de verdad. Vamos, tan lista y con tanto saber, como los ganaderos de bravo, los de verdad, no los de las taurofactorías, ni los clonadores, ni los ganaduros a costa de lo que sea, los ganaderos fetén. Pero claro, aún siendo tan sabios, sabios de quitarse el sombrero, a lo largo de su vida acumulan error tras error, hasta formar montañas de ellos, pero no se crean que esto les llevaba, ni les lleva al desánimo, ¡qué va! Todo lo contrario, los errores les hacían más sabios todavía. ¡Qué cosas tiene la vida! Lo osados que son muchos que se atreven a aventurarse con que si se cruza tal o cual hierro con otro, sea de la misma o diferente sangre, el resultado será este o el otro. ¡Ufff! Hay gente a la que no sé si llamar valiente o inconsciente. Y he querido apuntar que al cruzar una punta de vacas con un semental, incluso aunque la procedencia sea la misma, puede surgir el desastre o el éxito, que a su vez puede ser total, algo casi imposible, o parcial. Me explico, porque seguro que alguno me toma por loco, que creo que no lo estoy, o por ignorante, que ahí ya no me atrevo a quitarles la idea, aunque entiendan que no les dé la razón a las primeras de cambio.

El éxito total en un cruce sería que de una punta de vacas y un semental salieran unas vacas excepcionales para ser madres, con el éxito posterior al dar sus crías; unos becerros sobresalientes, así como los novillos y los toros. La locura. Pero claro, esto es muy difícil que se dé y complicadísimo que además se prolongue en el tiempo. Cuántas veces no se habrá dado el caso del ganadero que cruza y el resultado es que las vacas sean bravísimas, que los machos salgan blandos, o que sean buenos de novillos, pero que de toros no den la talla. ¿Solución? Pues la que siempre han tomado los buenos ganaderos: continuar la búsqueda, que por otro lado se convierte en la constante de sus vidas ganaderas, que la afición y el amor al toro les hace seguir, seguir y seguir, sin caer en el desánimo, porque como ellos dicen, esto es el toro. Y esto sin entrar en la presencia, que ese es otro vía crucis que en combinación con el del comportamiento de las reses hace que parezca incomprensible el que haya alguien que se dedique a la cría de ganado bravo. Pero hay una explicación que en seguida les aclararán sus dudas u esta es la afición; ni la fama, esquiva como nada, ni el dinero, a veces ausente y sin que haya muestras de que se le pueda esperar.


Recuerdo cómo una vez un ganadero de fama manifestaba su preocupación porque un magnífico semental ya entrado en años en cualquier momento pudiera decir basta y dejar de padrear en la tierra para irse al cielo de los toros bravos a cubrir las vacas del paraíso taurino. Como decía antes, la misma sangre, la misma procedencia y todo pendiente de que se produzca un milagro, que padre y madres liguen. Tientas de vacas, de machos, en las casas en que se hagan, mirando todo con lupa, para que al final haya que tener en cuenta si ligarán. Así que si sale un toro bravo, no me dirán que no es pura y simplemente producto del azar, casualidad. Pues no, tampoco, porque como en el caso de la señora esa polaca, el ganadero pone todos los medios y todos sus conocimientos para que esa casualidad se produzca. Quizá no tengan absoluto control sobre el momento en que se dé el milagro, pero con tanta prueba y error, con tanto ensayo, desechando tantas veces lo realizado y tomando nota, al final van encontrando el camino, hasta el siguiente fracaso. Así es el toro, caprichoso amo de la Fiesta. No me dirán que no resulta apasionante. Será por eso que no es conveniente afirmar supuestos categóricamente, pues afortunadamente, como digo tantas veces, en esto del toro solo hay una verdad absoluta, que no hay verdades absolutas. Por lo mismo que llegamos a la conclusión de la tienta y madame  Curie, experimentos arriesgados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...!! válgame el Señor ¡¡ y cuanto es preciso un doble tirabuzón carpado para unir en un mismo escrito los huesos del brazo con la cria del toro bravo, maestro de la miscelanea, Pionera en el campo de la radiactividad, fue, entre otros méritos, la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades —Física y Química, y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París.La realidad es que la calidad y fuerza de los toros de Martínez iba descendiendo paulatinamente, y el ganadero comenzó a investigar las posibles causas.Estudió clandestinamente en la «universidad flotante» de Varsovia y comenzó su formación científica en dicha ciudad.Tras las pertinentes gestiones, un semental negro zaino, cuatreño y fino de cabos llegó a la estación de Villalba en 1903 y fue trasladado a pie hasta las fincas de Colmenar,entre sus logros incluyen el desarrollo de la teoría de la radiactividad (un término que ella misma acuñó),el toro nº 33 de Ibarra, de nombre Diano,Este semental, dio productos extraordinarios que permitieron a la divisa de los Martínez colocarse entre los mejores ganaderos de su tiempo, siendo la favorita de las figuras del toreo de la época, principalmente ‘Joselito’ y Juan Belmonte. Murió en 1934, a los 66 años, en el sanatorio Sancellemoz en Passy, por una anemia aplásica causada por la exposición a la radiación por guardar tubos de ensayo con radio en los bolsillos durante la investigación.Diano, cumplió eficazmente sus labores de semental durante 16 años, hasta que una gélida noche del mes de enero de 1920, se lo llevó para siempre.
Un saludo al S.R. Enrique y a la parroquia.
Ängel.

Enrique Martín dijo...

Ängel:
Otro para usted y el agradecimiento por este notable intento de doble tirabuzón que pudiendo haberse convertido en una maraña de huesos, ha conseguido salir airoso y ejecutar un limpio ejercicio. Le felicito.
Un saludo por mi parte. La parroquia ya responderá por ella misma. Seguro que sí.