miércoles, 28 de diciembre de 2016

Seamos un poco inocentes y soñemos, señora Carmena

Inocentes, quizá, pero a veces esa inocencia también puede encerrar cierta lógica y sentido común, todo es cuestión de voluntad y de no prejuzgar


Quizá ustedes ya tendrán noticia de que la Plaza Mayor de Madrid está a punto de cumplir su cuarto centenario, que se dice pronto. La que en su momento ocupó la plaza del Arrabal y algunas viviendas aledañas, se erigió como centro de la vida de la Villa y Corte y aparte de lugar de autos sacramentales y otras actividades aún más ignominiosas, fue pensada como escenario de los juegos de toros a los que tan aficionados eran por aquel entonces los madrileños. Al fin, una plaza de obra, un lugar fijo en el que celebrar los festejos taurinos.

Por este motivo, la señora alcaldesa, doña Manuela Carmena, siempre atenta y conocedora de la historia, usos y costumbres de la capital y respetuosa con el gusto de sus conciudadanos, ha decidido, taurinamente hablando, echar la pata pa’lante y encargar al Área de Cultura del Ayuntamiento la celebración de un festejo, de una corrida de toros, en semejante marco, para al menos recuperar por un día el fin para el que allá por el siglo XVII fue construida dicha plaza. Incluso la señora Meyer, responsable de esta parcela, ha dejado entrever la posibilidad de contar con matadores recientemente retirados o con poca actividad en estos momentos, para que actuasen en una fecha tan señalada.

Lógicamente hay muchos cabos que atar pero el entusiasmo que ha originado esta iniciativa ha hecho que los engranajes de la Fiesta se muevan con una rapidez inusitada. Hay dudas sobre si organizar dos festejos, uno matinal y otro vespertino o si, según los usos de la época, celebrar una corrida de doce toros. Unos se inclinan decididamente por esta opción, pero por otra parte también hay que sopesar el estar más de cuatro horas sobre los tablados de la plaza. Quizá sea la opción mixta, la de los doce toros, pero con un descanso que permita al menos el parar a comer y que los espectadores pudieran disfrutar de los establecimientos hosteleros de la zona, que también han mostrado su adhesión al proyecto. Es más, se estima que la venta de bocadillos de calamares podría ser superior a la que se realiza durante una semana entera de Navidad. El impulso al sector sería más que evidente.

Se barajan nombres y ya has saltado algunos como los del maestro Esplá, José Tomás o Joselito, que según fuentes de su entorno habría recibido la noticia con gran satisfacción y dispuesto a vestirse de luces una vez más en su casa, en Madrid. Entusiasmo que no ha mostrado Morante de la Puebla, pues no se ve allí con la estatua ecuestre del rey Felipe III. Que si ya no ve lo de la chepa de las Ventas, como para transigir con lo del monumento, sin modificar su decisión a pesar de que se le ha asegurado que, lógicamente, durante el festejo se trasladaría la estatua a otro lugar, de forma provisional claro está. “Es que vaya manía de poner cosas raras en los ruedos que tienen en Madrid”, ha declarado el diestro sevillano. Tampoco estarán Enrique Ponce, pues aunque no se ha fijado la fecha exacta, ya ha declarado que ese día, sea el que sea, tiene prueba en el sastre para su nuevo smoking y que le va a ser imposible acudir. Lo mismo que Finito de Córdoba, que aunque no tiene sastre ese día, tampoco tiene ganas y los aficionados mucho menos. Julián López “El Juli” anda en la disyuntiva de ir o no ir, pues parece que nadie le asegura que en la Plaza Mayor pueda haber una mala corriente  que le pille por semejante parte de la riñonada y que le origine un problema serio en las lumbares, que tan castigadas tiene el ya de por si. Con los demás del escalafón aún habrá que mantener conversaciones y si no es esto posible, será con sus representantes de verbo más fluido.

En cuanto al ganado, en principio parece ser que se ha puesto sobre la mesa el ofrecimiento de Núñez del Cuvillo, pero se ha desestimado su ofrecimiento, no sin agradecérselo profundamente, pues la idea es organizar un festejo serio y sin mascotas. Han salido los nombres habituales, Victorino, Adolfo, Cuadri y algún hierro más, como el de Moreno Sila y sus Saltillos, pero en este último caso no se retiraría la estatua de Felipe III y se rodearía de burladeros, por aquello de auxiliar a los matadores en caso de huída despavorida.


Muchas gracias señora Carmena por ser, por una vez y sin que sirva de precedente, alcaldesa de todos los madrileños, teniendo en cuenta también el sentir del aficionado capitalino, que con su rigor, su perseverancia, su afición y su amor al toro, manifestado desde hace siglos, han hecho que el nombre de Madrid, la ciudad que usted preside, sea conocida como la cátedra del toreo, que su plaza sea considerada la primera de este amplísimo mundo taurino y que sea para muchos un lugar de peregrinación obligada, al menos una vez en la vida, simplemente para traspasar las puertas de Las Ventas, para transitar por sus pasillos respirando toreo, para sentir lo dura que es la piedra de la sierra, para ver in situ eso del toro de Madrid y para, si tienen esa suerte, escuchar cómo ruge cuándo surge el imposible del toreo, del toreo de verdad. Una afición dura y entregada como ninguna, que igual todo esto le pilla demasiado lejano, pero al menos escuche por un momento a muchos de los ciudadanos de su Villa y Corte, que incluso los habrá que la votaron a usted, aunque desprecie su voto por esta entrega al toro de lidia, pero de momento... seamos un poco inocentes y soñemos, señora Carmena.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Don Ponce y su piquito de oro

Resulta que es imposible no torear con el pico de la muleta, pues que delicia esos imposibles que nos amarraron a esta afición como el señor Ponce nunca podrá imaginar, pensará que eso también es imposible.


Quizá algunos duden de la facilidad de palabra de don Enrique Ponce, del embrujo de su verborrea, de su locuacidad y poder persuasivo de su voz, pero de todos es conocido ese piquito de oro que tantas alegrías le ha dado. Y si junta la palabra con el pico, mejor dicho, con su explicación o justificación de la trampa, pues tenemos lo que tenemos, al personal desaforado y rasgándose las vestiduras, unos inclinando la testuz rindiendo homenaje al maestro y otros negando su maestría, las virtudes de su piquito de oro y hasta su singular locuacidad. Pero digan lo que digan, no me negarán ese ángel que tiene el señor Ponce para ponerse a tanta gente en su contra. Y lo peor de todo es que él, tan metido en su mundo, tan convencido de su toque divino, no entiende cómo puede haber alguien que respire bajo la cúpula celeste, que no se eche de hinojos a sus pies, como la máxima deidad del toreo que cree que es; y que además no hay quién le haga que se apee del burro.

Que se va a Bilbao para soltar que no es posible torear sin el pico de la muleta. ¡Ay señor! Con lo revuelto que estás el mundo y él apagando fuegos con gasolina. Que por menos de esto se lió la de Cuba y Filipinas. Que los héroes de Baler se dice que se metieron allí dentro porque los tagalos decían que la muleta plana y los del rayadillo que no, que no y que no, que sin pico es imposible. Y que no se crean, que no dieron su brazo a torcer. ¡Sabrán los tagalos de toreo! ¡No te amuela! Pues nada, que de un plumazo, el señor Ponce se ha quitado del medio a tantos y a tantos toreros, en otros tiempos la mayoría, que presentaban la muleta plana, que se la echaban al hocico del burel, para en el momento de su arrancada adelantar la pierna de salida, embarcando a su oponente en la pañosa, con la cara empapada de franela. Que no, que no y que no, que eso no es así, eso es imposible, así que en virtud de tal afirmación, queda prohibido tal uso y por esta misma causa, todos los vídeos, fotografías o recuerdos de los aficionados deberán ser destruidos en un plazo máximo de ya mismo, no vaya a ser que alguien se atreva a afirmar que ese imposible es posible.

Y que conste que servidor está completamente de acuerdo con el maestro de Chiva. Primero, porque no me atrevo a contradecirle, no vaya a ser que me excomulguen de mi fe taurina o lo que es peor, que me manden Siberia a picar piedra en los Urales. Segundo, porque si lo dice un maestro que lleva poniendo en práctica semejante... ¿trampa? durante un cuarto de siglo. Y tercero, porque casi prefiero que me tenga como creyente y no como descreído, no vaya a ser que me lo explique otra vez eso del imposible que resulta de intentar no torear con el pico de la muleta. Que ya es dar vueltas al molino, para simplemente justificarse e intentar convertir en dogma lo que no hay cristiano que se crea. Quizá por eso quiere convertirlo en dogma, para que nadie se atreva a cuestionarlo. Pero mi adhesión al señor Ponce es sincera y sin fisuras, es verdad, no se puede torear sin meter el pico de la muleta, torear con la panza es un imposible. Si es que no hay discusión. Pero... ¿será por eso que los aficionados hubo un tiempo en que salían toreando de las plazas? ¿Quizá esa imposibilidad era la que provocaba que se les grabaran a fuego faenas, naturales, derechazos, en definitiva, toreo puro cuándo este surgía en la arena? A ver si va a resultar que el aficionado a los toros se aferra a esto precisamente esperando que brote lo imposible, a ver si es eso precisamente lo que le piden a los toreros, lo que vieron en tantos y tantos que de verdad pueden ser tratados de maestros. Volvemos a los nombres de siempre, aunque aquí que cada uno elabore su lista. El Viti, Curro Vázquez, Antoñete, Curro Romero, Rafael de Paula, Manolo Vázquez, Pepín Jiménez, Paco Camino, José Ignacio Sánchez, El Cid en su momento y hasta un tal Enrique Ponce, pero cuándo aún alternaba la Lengua y las Matemáticas con eso de ir a torear, cuando entre toro y toro tenía que estudiarse la generación del 27, el sujeto y el predicado y la segunda y tercera declinación, aparte del verbo toreo toreas toreare, toreai, toreatum. Qué cosas. Será el tiempo el que ha provocado que al maestro de Chiva se le olviden aquellas maneras de sus inicios. Que ahora parece que él no estuvo allí. Ya han visto que no me he ido demasiado atrás en el tiempo, no es necesario, porque los hay contemporáneos del señor conferenciante, con los que probablemente hasta ha alternado en más de una ocasión. Y no cito a José Tomás, porque ahí ya se le cruzan los cables, cortocircuita y puede hasta vestirse de azafato del IFEMA para ponerse a torear o nos hace un moonwalker en un abrir y cerrar de clisos.


Puede que algunos hayan visto un rasgo de soberbia, un intento de legitimar la trampa como única forma de toreo, incluso hasta los habrá que vean una ofensa en esa afirmación de que es imposible torear sin meter el pico de la muleta, pero... ¿nadie ha pensado que puede ser un rasgo de humildad en el que el mismo Ponce reconoce su incapacidad manifiesta para hacer el toreo puro, el de verdad, el de embarcar con la panza de la muleta forzando hasta detrás de la cadera para ligar con el siguiente, siempre dominando la embestida? Que igual sí, oiga, que cosas más raras se han visto. Que quién nos dice a nosotros que con esa manifestación de intenciones el señor Ponce dimite de su condición de matador de toros para conformarse con quedarse en pegapases, en uno más de los muchísimos que ahora sufrimos. Quizá en algún momento, en alguna otra conferencia futura, nos aclare estas dudas, pero por el momento son muchos los que se apuntan a la indignidad que les ha provocado don Ponce y su piquito de oro.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Talibán, no, por favor

También desde esta grada quiero felicitar a todos los amigos que tan generosamente dedican su tiempo y su atención visitando este espacio. A todos, Muy felices fiestas y un feliz año 2017... y los que vengan


Es muy frecuente escuchar cómo se denomina con tal término a los que se considera aficionados a los toros extremadamente exigentes, casi diría yo intransigentes, y a su vez observar que el destinatario del “piropo” lo recibe entre el regocijo y el orgullo. Corríjanme si no es así, pero tengo la sensación de que se califica de talibanes a los mismos que se llama toristas, a esos que cierran los ojos predeterminadamente a las figuras, aunque en casi todos los casos al final haya que darles la razón, o a todo lo que sea Domecq, que también tienen su razón, aunque aquí sí que hay esperanzadoras excepciones. Pero tampoco creo que sea bueno entrar en el detalle, pues el propio termino tengo la sensación que obedece más a una filosofía que a realidades concretas. Repito que es apreciación personal, muy personal, pero más bien parece que es un extremismo que a veces mantiene una posición ultradefensiva, temerosos a cualquier asomo de grieta, no vaya a ser que pueda peligrar esa imagen de aficionado íntegro, que se desvela por guardar el tesoro de la pureza, lo que por otro lado no está mal, pero si tenemos una obra de arte única, tampoco pasa nada por dejar que los visitantes se acerquen a contemplarla; con el cordoncito de seguridad, por supuesto, no vaya a ser que alguien empiece a meter los deditos, que no, las manos al bolsillo, solo abrir los ojos, mucho, y lo que es más importante: las entendederas.

Que conste que no pretendo hacer ni el menos amago de crítica, faltaría más, porque hay virtudes que veo en ellos, que ya me gustarían para mi mismo; pero yo no me veo cómodo en la totalidad de los parámetros que se le suponen a un talibán. Tengo que confesar que en ocasiones ha habido gentes generosas y de buen corazón, llenos de buenísimas intenciones, que me han querido regalar el oído con eso de talibán. Se lo agradezco en el alma, pero más por las intenciones que por recibir la dignidad de talibán. Es una camisa que no se ajusta a la percha de servidor, que uno tiene ya su tripita, los brazos igual más largos, las espaldas más anchas o el cuello estrecho, que a otros les cae como una pintura, pero no todos gastamos la misma percha.

Entiendo que el aficionado a os toros debe ser flexible, muy flexible y acomodar las reacciones a las circunstancias, pero que no se me malentienda. Las normas, escritas o transmitidas por tradición, tienen que estar ahí, deben respetarse, escrupulosamente, pero sin que estas supongan unas cadenas que nos oprimen el cuello. Quizá es más cuestión de predisposición que de otra cosa. Que no piensen que me he vuelto loco, ni que he recibido un sobre mullidito, ni un Guijuelo pata negra, que va. Que sigo siendo el mismo que iba a la plaza deseando de que le gustara Espartaco ¿Cabe mayor rasgo de optimismo y apertura de miras? Otra cosa es que no lo consiguiera nunca, pero eso no era cosa mía, eso era más bien por lo que me venía dado del exterior. Que aunque no lo crean, uno espera cosas de una tarde Victoriano del Río, Núñez del Cuvillo, El Juli, Perera y compañía, pero tampoco somos tontos, que el ir abierto a todo no quiere decir que no tengamos memoria, que no nos escuezan los escándalos pasados, que no nos amosquemos esperando que los bailes de corrales puedan hacerse presentes, que nos tiren a la cara una manada de borregos para lucimiento de vulgarotes pegapases. Que no hablo de hacer tabla rasa cada tarde, porque de la misma forma que es de buen aficionado tener memoria de lo bueno y agradecerlo al final del paseíllo, también lo es el tener presentes los antecedentes y en casos de ese vaivén de ganaderías, tampoco resulta descabellado comenzar la protesta antes del paseíllo o al acabar este, pues los propios protagonistas ya se ocuparon de que se iniciara el festejo en el momento del reconocimiento, si no antes. Que si seguimos avanzando, lo mismo me pueden decir al final acabamos en el mismo punto al que llegan los talibanes, no les digo yo que no y tampoco es para rasgarse las vestiduras, pero sí que me reconocerán que al talibanismos puede estar ciego por momentos, pero no por incapacidad o ignorancia, nada más lejos, simplemente es una ceguera voluntaria, que más puede obedecer a no querer que se le pueda tildar de blando. El aficionado a los toros no creo que tenga necesidad de autoetiquetarse como exigente, el más exigente, ni irlo pregonando por peñas, clubes, asociaciones, restaurantes, bares, tabernas, tascas o garitos de mala nota, baste con acudir a la plaza y manifestarse y de la misma forma que no hay que presuponer la negatividad al de enfrente, tampoco hay que dejarse llevar por las preferencias, que es muy humano, es hasta una muestra de lealtad al torero afín o al ganadero hospitalario, pero, ¿y la lealtad a la Fiesta, al toro? Ahí sí que me perdonen, pero nada por encima de eso. Que nadie se lo tome a mal, que nadie vea ni tan siquiera un intento de adoctrinamiento desde el púlpito, nada más lejos de mi intención, ni de mis creencias, no soy nadie para tales cosas. Eso sí si ustedes quieren halagarme, llámenme pibón, pibonazo, tío bueno, monumento, tío cachas, macizo, macizorro, lo que quieran, aunque ande lejos de la realidad evidente, que yo se lo agradeceré en el alma eternamente, pero talibán, no, por favor.


Enlace al programa Tendido de Sol del 18 de diciembre de 2016:

lunes, 12 de diciembre de 2016

De verdad que es verdad

La visión que un niño tuvo de un maestro; el maestro siempre estará presente y el niño ya se me ha hecho mayor.


Aunque haya por ahí gentes de mala baba que dudan de los demás y que se creen más listos que Platón, en Toros Grada Seis vamos a lo nuestro y obviamos esos comentarios dañinos y mal intencionados que solo quieren minar la moral. Pues bien, para demostrar que esas cosas no nos afectan y que pa’ listos los mendas, le damos en los morros a esos incrédulos con unas primicias que nadie ha tenido antes que nosotros, que pa’ eso somos incisivos y no cesamos en la investigación y de todo lo que viene detrás, a ver quién es el guapo que me dice que esto no es verdad, que lo demuestre, pero bien demostrao, ¿eh? No demostrar así de ahí lo dejo. Datos.

Parece confirmado que para la temporada entrante José Tomás reaparecerá unas 20 veces, o no, más o menos, decena arriba, decena abajo. Las mismas fuentes afirman que
Morante desaparecerá otras tantas; solo depende de si las musas le vayan a inspirar... o no.

Para tranquilidad de los aficionados, se comunica que El Juli mejora de sus lumbares. El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Madrid se congratula con este logro de la ciencia y con tal motivo y para estudiar este caso ha convocado unas jornadas de trabajo que se celebrarán en las instalaciones del Guanda Metropolitano, bajo el título de: “Pero, ¿cómo se retuerce ese tío?” Como gesto de confraternización, los ponentes y asistentes obsequiarán con una sesión de masaje a todo aquel trabajador del estadio que lo solicite, previa presentación del casco que les acredite como tales.

En estas fechas que se avecinan, llenas de amor, buen rollo y cogorzas como pianos de cola, pero que alegran el ambiente, parece ser que a pesar de todo Miguel Ángel Perera sigue enfurruñado, pero que está aprendiendo a disimularlo. De momento ya ha conseguido abrirle la puerta al del “correo comercial”, sin mentarle a la madre.

En esa carrera de fondo que es la cría del toro, se ha filtrado que el gestor de Núñez del Cuvillo, tras varios cruces y asesorado por primeros espadas de la genética, ha conseguido obtener el toro que te trae el periódico y las zapatillas; un éxito más después del que le tirabas la pelotita y te la traía en la boca. Ahora se espera que en próximos cruces logre el que te hace las camas, te plancha la raya de las camisas y te baña a los niños.

La llegada de Simón Casas a la plaza de Madrid se hará evidente ya en el mes de mayo, en el que el ruedo venteño albergará la feria de San Isidro y la pasarela Cibeles Fashion Güik, al mismo tiempo y a la misma hora. Gracias a la creatividad y la imaginación del productor se ha enriquecido la propuesta artística los días en que comparezcan las máximas figuras del escalafón. Igualmente y gracias a los conocimientos del señor productor, se ha subsanado el posible peligro que correría la integridad de las modelos. Para evitar desgracias, estas no pasarán por detrás de las caballerías, que una coz en mal sitio puede tener consecuencias fatales. Los días de toros solo se darán toros.

El mundo del toro continúa siendo hostigado por las turbas antitaurinas. La última es la demanda interpuesta por el PACMA a los ganaderos de bravo. Como consecuencia de esta, un juzgado de Bracamontes del Rey ha dictaminado que a partir de ahora los toros deberán viajar en AVE, clase turista, por supuesto, o en limusinas, con los cristales tintados, por supuesto, para preservar su intimidad durante el trayecto, por supuesto.

Los problemas se le apelotonan a la alcaldesa de Madrid, la señora Carmena, que en un ahora voy, ahora no voy, se olvidó de renovar su abono para la feria de Otoño, lo que le ha hecho perder el derecho a hacerlo para la feria de San Isidro del año próximo. Tendrá que ver la feria por la tele, que como la propia regidora ha declarado: no es lo mismo, pero algo es algo.

Aunque Manolo Molés se haya marchado de Canal Plus, durante el próximo San Isidro no se quedará mano sobre mano y será el encargado de narrar las corridas en exclusiva para el canal de circuito cerrado, pirateando la señal del Plus, para la urbanización Montepinares. Al final ha dado sus frutos la inestimable gestión del Recio, mayorista que no limpia pescado, y de Enrique, el calvo con barba que como muchos políticos, parece un hombre de orden. El portero hará de comentarista junto al mismo Molés, total, para decir ¡bieeejjjnnn! y ¡bieeeen torero!, tampoco se necesita mucho seso.

Tenemos que lamentar que Diego Ventura tendrá que indemnizar a unos padres a causa de que uno de los caballos de su cuadra mordió a un niño que jugaba en un parque. La sanción se agravó por el hecho de que transitara sin bozal y sin correa, caballo, se entiende.

La Agencia Estatal de Meteorología comunica que la próxima tormenta tropical se llamará Andrés y la de después, Roca Rey.

Para tranquilidad de la población y de cara a las fechas que se avecinan, el señor Casas está tranquilo, aunque los vulcanólogos recomiendan que no cunda el exceso de confianza ya que puede reactivar su actividad en cualquier momento, sin que se puedan predecir las consecuencias.

Los sagaces integrantes de Toros Grada Seis, en colaboración con los del programa radiofónico Tendido de Sol han sorprendido a políticos de izquierdas comprando disfraces de políticos de derechas para así poder, de una santa vez, ir a los toros sin ser reconocidos y disfrutar de esa afición que de unos años para acá se les niega. En otro orden de cosas, se ha sabido que existe una corriente de populares que estudia abandonar el partido, porque no les gustan los toros y están hasta los h... de tener que ir para aparentar. Los de Ciudadanos han elevado una consulta al señor Rivera, para saber si tienen que pactar o si no es necesario, para sacarse un tendido e ir a los toros por su cuenta. A partir de ahí el máximo dirigente de este partido ha iniciado una serie de conversaciones para pactar con las parejas de los aficionados “díscolos” y determinar quién va a por los niños al colegio los días que haya toros entre semana. La siguiente cuestión será pactar si se paga el Plus otro año más o si lo sustituyen por Canal Series.

Resulta complicado pretender esconder algo inconfensable en el mundo de la política. Se ha sabido que la señora Carmena ha sufrido una insoportable persecución para saber si la señora alcaldesa había renovado su abono en las ventas o no. Todo indica, mejor dicho, Eduardo Inda ha filtrado de forma interesada, que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se han hecho con dicho abono, que lo pagarán a pachas y que será la suerte la que decida a los festejos a que acudirá cada uno de ellos. Ahora solo queda esperar aque Esperanza Aguirre tenga un lapsus por la Gran Vía y que abandone el suyo para mayo. Así al menos se asegurarán estar juntitos, como lo estaban en el pasado doña Manuela y doña Aguirre.

A pesar de las críticas recibidas en el pasado por el señor Rufián, hay que reconocerle su celo para desarrollar su labor parlamentaria. Se ha sabido que el diputado de Esquerra ha solicitado licencia para acudir a todo el abono de la Maestranza en Sevilla, al menos para la Feria de Abril, “para estudiar lo malísimo, lo pérfido, lo ominoso, lo deplorable que es eso de los toros, la Feria de Abril, las sevillanas, el rebujito y todo lo que huela a rancio centralismo”. Eso es profesionalidad, ¿que no?

El programa de Salvados dedicado al mundo del toro contará con una baja de última hora. Jordi Évole renuncia a entrevistar a Enrique Ponce, “es que no hay manera de aclararse con él y se cree tan magnífico y grandioso, que acompleja”, ha declarado el periodista.

Y ahora, a ver quién dice que todo lo anteriormente expuesto no es verdad. Que hay mucho derrotismo en esto de los toros y cuando ven que estás en la cúspide de la información, tiran a dar con inquina, mala baba y lo que es peor, con una puntería ¡Cabr...s! Que hacéis daño, caramba. Solo me queda decir que todo esto es de verdad que es verdad.


Enlace Programa Tendido de Sol del 11 de diciembre de 2016:

lunes, 5 de diciembre de 2016

Los amargos quejíos de Finito de Córdoba

Quizá haya quién no quiera tener un cuadro de toros en su casa, pero para los que sí, aquí me permito darles algunas ideas


Pocas injusticias tan grandes habrá en el Mundo Mundial como las que ha sufrido don Juan Serrano, Finito de Córdoba, en los últimos tiempos. Tanto ha sido la cosa que ha expresado su pena con las siguientes palabras: “desgraciadamente, los que quieren hacer daño están dentro y las personas que son aficionados al toro no se enteran de cómo está esto montado y en manos de quien estamos”. Dirán ustedes que cuánto saber y cuánta verdad se encierran en este párrafo; coincide plenamente con lo que muchos buenos aficionados dicen, eso de que los antis los tenemos dentro. Pero no se me embalen, que ya me embalé yo bastante cuándo lo leí.

Si profundizamos y leemos el resto de las manifestaciones y los orígenes de esta reflexión, lo mismo hasta puede que lleguemos a ofendernos y a comprobar que don Juan Serrano, Finito de Córdoba, continúa en sus posturas ya conocidas y que le importa muy poquito esa fiesta de la que habla, ni como está montado todo esto. Lo que realmente le interesa a este señor es que a él no le ponen. Ni tan siquiera se para a reflexionar en el motivo del cada vez menos interés que despierta entre empresarios y aficionados, ni mucho menos en porque se le ha hecho hueco en las últimas campañas.

Bien es verdad que Finito de Córdoba consiguió lo que está al alcance de muy pocos, triunfar en Madrid... hace más de veinte años, allá por 1993. Esto le valió adquirir cierto cartel, que se diluyó pronto en la capital al no ver renovado aquel triunfo. Pasaron años en los que ya no se justificaba su presencia en los carteles, pero bueno, como tantos, hasta que aquello ya no se sujetaba por ninguna parte. Dejó de acudir a la feria de Madrid, al menos de matador de toros y lo volvió hacer años después como comentarista en las retransmisiones de televisión. ¿Y qué ocurrió? Pues la sensación que muchos aficionados tenían era que había que recompensarle por los servicios prestados ante el micrófono y volvió a aparecer de luces una tarde. Ahí no parece que pidiera explicaciones, es más, sin aparente merecimiento y con bastantes malos modos, sin ese respeto al aficionado que no para de exigir para si mismo, se asomó por las Ventas, cobró y se marchó. Incluso se le repitió en años sucesivos y aprovechando esa marea orejera que invade Madrid de un tiempo para acá, hasta pudo pasear algún despojo. Pero él seguía sin cuestionarse nada, en su miope egocentrismo no era capaz de ver lo que realmente era y lo que ofrecía Finito de Córdoba en el ruedo.

No se sintió herido ni atacado en esos momentos en los que se le contrataba a pesar de que nadie entendiera que aún hubiera alguien dispuesto a ofrecerle un contrato. Resulta excesivo estirar tanto un triunfo que se produjo en el año 93, ¿no? Cuanto menos, extremadamente optimista. Y ahora que alza la voz para denunciar que los malos, los que dañan a la fiesta están dentro y que pone en el disparadero al aficionado diciéndole que no tiene ni idea de cómo se mueve esto y cómo funcionan las cosas, no es por otra causa que porque no le contratan 15 o 20 tardes en los pueblos de la provincia de Córdoba para poder conmemorar sus bodas de plata como matador de toros. Que le prometieron el oro y el moro, pero. ¿qué obligación hay para contratarle? ¿Resulta de obligado cumplimiento el profesar la fe de la “finitología”? Realmente, si don Juan Serrano llega a estas conclusiones y con ese convencimiento, ¿cómo funciona esto y en manos de quién estamos?

Que no se crean que a Finito de Córdoba le preocupa el que el toro carezca de la integridad mínima deseable, ni de que los figurones se ciñan a pasaportar las camadas enteras de un puñado de hierros, ni que hayan convertido esto en una pantomima, ni tan siquiera de la exclusión social que sufren los toros, ni tan siquiera de la situación de los novilleros, que cada día son menos y los que son presentan un nivel ínfimo, aguantándose ahí a base de poner, poner y poner. No, nada de esto le preocupa, cuándo se ofende, se exalta e intenta enardecer a las masas es cuando a él no le contratan para pasearse por las plazas de la provincia de Córdoba y de paso por la de Madrid. Que para colmo dice que Taurodelta le llamó en mayo para liquidar lo del mayo del anterior, como si eso fuera algo a lo que él se vio sometido de forma extraordinaria. ¿Ahora también le ofende eso? ¿Y hasta el momento? Hasta entonces no, cuando es vox populi que esas eran las maneras habituales de los anteriores empresarios de Madrid.


Que  ejemplo más gráfico y del que tanto se puede aprender el que nos da don Juan Serrano, Finito de Córdoba. A él, como a sus camaradas, a los ganaderos del sistema, a los periodistas y demás taurinos, lo único que les preocupa es la pasta, su negocio y lo de la Fiesta, el toro y demás cantinelas les da lo mismo, que al que grita, si interesa callarle le dan una tarde dónde sea y andando. Eso sí, si los capos no cumplen, entonces no nos quedará otra que escuchar los amargos quejíos de Finito de Córdoba.

Enlace programa Tendido de Sol del 4 de diciembre de 2016: