viernes, 26 de marzo de 2021

San Isidro enmascarado

Si la cosa es soltar toros, adelante con los faroles. ¿Hacia dónde marchamos a toda velocidad?

Lo que digo, que se me ponen a innovar estos taurinos y me entra un frío por la espalda. Me tiembla todo, hasta lo que no es de temblar. Ahora van los Matilla y dicen que ellos mismos van a m ontar la feria de San Isidro, la que de siempre se ha celebrado en mayo en Madrid. Que esto es como si en mitad de un partido de fútbol pitan un penalti y salta un espectador a tirarlo, porque él lo vale. Pero claro, no solo el delito está en el que se atribuye lo que no es, sino de los que lo permiten sin menearse un dedo de su sitio. Que ya puestos, ¿por qué no una Feria de Abril en Carmona? ¿O los Sanfermines en Tolosa o Estella? Que por otra parte, son plazas con bastante más entidad que el engendro medio plaza, medio polideportivo, medio centro comercial de Carabanchel? Que de ser la tan querida Chata, parece haber pasado a estar como una chota.

 Una feria muy del gusto del taurinismo, con todo el elenco de figurones al uso, como si fuera una continuación de la gira aquella de la demolición. ¡Leña al mono! Que para honrar al santo patrón de la Villa y Corte ni se les ha pasado por la cabeza echar mano de los hierros por los que los parroquianos de las Ventas beben los vientos, ni Rehuelga, ni Valdellán, ni Cuadri, ni na, de na. Y ya no preguntemos por un torero, iba a decir un chaval, pero no, hay que hablar de un torero, David de Miranda. Uno de los últimos de Filipinas que salió por la Puerta de Madrid y merecido o no del todo el premio, no ofendió a nadie, porque su mayor logro fue querer hacer, su entrega con la verdad. Pero no, estos taurinos, y que mayor taurino que el manejante Matilla, siguen a lo suyo. Que no digo yo que no les salga rentable, porque esto se lo van a rifar todas las televisiones del mundo de los toros, las ocho o diez que litigan siempre por llevarse el gato al agua. ¿Qué? ¡Aaah! Perdón, perdón, que uno se entusiasma y pierde el norte… aún más. Esta es una de tantas, que a los taurinos de pro les importa un bledo Madrid, su plaza, su afición y hasta el santo patrón. Eso sí, que habrá legiones de seguidores del canal de los toros que estarán dando palmas con eso de que les van a echar toritos en la tele las tardes de mayo. Eso sí, que luego no me vengan que si Madrid tal o cuál, ni tan siquiera digan que Madrid ha mejorado por dar mil orejas, por echar el toro güeno que permite expresarse y que se lo han pasado pirata. Que ni para lo bueno, ni mucho menos para lo malo, la plaza de Carabanchel es Madrid. No confundamos, que aunque tenga metro, también lo tiene Arganda, Coslada, San Fernando, Alcorcón, Fuenlabrada y no son Madrid; que seguro que tampoco lo quieren ser.

 Madrid, en estos momentos, es la plaza más silenciosa del mundo, no confundamos. Y es la más silenciosa, porque allí no hay nadie que levante la voz ni un poquito. Que parece como si no se pudiera pronunciar la palabra organizar, ni para preparar una fiesta sorpresa de cumpleaños. ¡Ssssshhh! Calladitos. Y la gran pregunta en este caso, si finalmente se celebrara esa feria en Carabanchel, es saber lo que dirían la Comunidad de Madrid, propietaria de las Ventas, y Plaza 1, gestores de la misma. Que chocaría, y de qué manera, que en una misma ciudad se pudieran celebrar toros en un lugar y unos kilómetros más allá, pasado Manuel becerra, ya no. Que cómo se explica eso. Que hasta es posible que sea una utopía ahora mismo e incluso en mayo el que se den toros en la Plaza de Madrid. Pero como nadie dice nada, pues la cosa sorprende. Que igual el problema es gestionar la cuestión de los abonados, algo de lo que carece Vistalegre. Pero que lo digan. Porque la callada por respuesta solo da lugar a las especulaciones. Que con toda la razón del mundo la empresa podrá decir que hablamos sin saber, pero hombre… Pues sáquennos de nuestro pozo de ignorancia, porque si no es así, da la impresión de que tienen algo que ocultar. Que seremos malpensados, no digo que no, pero es que nos lo ponen en bandeja.

 Que otra cuestión será de saber si realmente se podrá celebrar esa nueva demolición de la fiesta, pero lo que no tiene un pase es que después de tanto lamento por no poder dar toros, ahora que todo el mundo se lanza a hacer planes de futuro, siempre sujetos a posibles restricciones sanitarias, desde la Plaza de Madrid solo salga un rumor de puertas cerradas y corredores vacíos. Que podrían haber tenido una excusa que nos hubiera callado la boca a todos, que se estaba reformando la plaza para ajustarla a las exigencias de seguridad que marca el Ayuntamiento de Madrid. Pero no, allí no movido un dedo, que no deben haber arreglado ni los desagües de los baños. Silencio, silencio y silencio. Lo que me gustaría saber es cómo van a justificar los políticos amigos de la fiesta el que haya toros aquí y no allí y ya sería el colmo el que los responsables de la Comunidad aparecieran en Carabanchel todo sonrientes en una barrera, dándose un baño de masas taurinas enfervorecidas, mientras tiran derrotes de manso a otras tendencias no afines. Que esos también tienen lo suyo, pero de momento nada tiene que ver ni con la plaza de Madrid, ni con la Feria de San Isidro de Madrid, ni con ese engendro taurino del San Isidro enmascarado.

 Enlace programa Tendido de Sol del14 y 21 de marzo de 2021:https://www.ivoox.com/tendido-sol-14-marzo-de-audios-mp3_rf_66797853_1.html

https://www.ivoox.com/tendido-sol-21-marzo-de-audios-mp3_rf_67148642_1.html

viernes, 5 de marzo de 2021

Tradición, tradición, tradición

 

Respeto es algo más que esperar que nos aplaudan cualquier ocurrencia propia y al toro, cómo y dónde sea, siempre el máximo RESPETO.

Parece que estamos rememorando el inicio del Violinista en el tejado, cuando el protagonista expone los fundamentos para los que la vida, su vida, discurra por unos cauces lógicos, aceptables y que además garanticen el buen vivir de todos. Pero valorando profundamente la tradición, indispensable para asentar nuestra propia identidad, no debemos permitir que se convierta en una cadena que nos ahogue, ni mucho menos en un trágala que justifique cosas que mejor borrar de nuestro acervo cultural e identitario. Y como queda bien claro en la película del violinista, también el adaptarse a los tiempos puede darnos la felicidad. En esto de los toros raro es el día en que alguien no tira de la tradición para defender la fiesta o algún aspecto de esta. Que conste que soy un fiel defensor de las tradiciones, pero no de todas, especialmente no lo soy de aquellas que pueden convertirse en un arma arrojadiza contra este rito al que me siento tan unido, tan entregado.

 Hay tradiciones que aunque sean simples detalles, hacen que algo sea grande. Detalles que marcan la personalidad de lugares y gentes. Ahora mismo se me vienen varios casos a la memoria, pensando en mi plaza de Madrid. Hace no tanto, la bandera solo ondeaba sobre la Puerta de Madrid los días de festejo e incluso, si este se suspendía, inmediatamente se retiraba. Una tradición perdida, porque a no se sabe quién se le ocurrió dejarla todos los días del año. Cuando no había bandera, la plaza parecía dormir. Ahora parece que está siempre en vela, insomne. Era tradición que el chulo de banderillas y el de toriles, el buñolero, lucieran traje de luces, por cosas de don Salvador, Frascuelo. Pero los complejos y afanes de notoriedad de algunos, vistieron a tales personajes de barquilleros. Perdón, igual debí decir de corto, pero a un servidor le dan ganas de pedirles un barquillo o un bombón helado. Tradición es que en Madrid salgan dos tiros de mulillas, como cuando uno de ellos debía ocuparse de retirar del ruedo los caballos caídos en el primer tercio. Tradición, no tan lejana en el tiempo, es que en Madrid no suene la música durante la lidia, y que Dios la conserve por mucho tiempo. Tradiciones que le dan a esta plaza una personalidad especial, rasgos que la diferencian de las demás, de la misma forma que las demás tendrán los suyos, y por muchos años.

Parece como si las tradiciones reforzaran nuestras raíces, nos agarraran más al suelo cuidado y cultivado por nuestros ancestros. Pero hay tradiciones que ya digo, mejor borrar. En estos días hemos podido ver la imagen de un señor recortador subido encima de un toro exhausto. Que igual fue bravo y encastado, pero la falta de aliento le hizo permitir que un señor se le subiera a la chepa. Que el caballero en cuestión, muy apasionadamente y sin delicadeza en los términos, defendió y atacó sin compasión a los que no veían de buen grado tal imagen. Que resulta que eso de cabalgar el morlaco es una suerte de más de cien años, es una tradición, y en eso de rescatar suertes antiguas, pues hala, esta también. Que los ignorantes, los que no somos capaces de documentarnos mínimamente, los que no somos, por supuesto, capaces de bajar al ruedo, no tenemos ni idea de que ese número lo inventó un señor de Valencia y la bautizó como la “sabaeta”. Pero de lo que sí que somos capaces, aunque sea a medias, es que hay invenciones no del todo afortunadas. Que luego se convertirán en tradición con el paso de los años, pero…

Que luego también hay que contar con que todo el mundo tiene sus tradiciones. Por ejemplo los antitaurinos tienen la de publicar fotos en las que el toro se ve denigrado en unos casos o moribundo vomitando sangre en otros. Todos sabemos que esto no tiene por qué ser lo habitual, de hecho, no lo es, pero a ellos les da igual, les parece un buen argumento para atacar la tauromaquia y lo esparcen sobre los campos sembrados de ignorancia; que alguien lo recibirá con gusto para reforzar sus ideas preconcebidas. Que para ellos todo es lo mismo, los recortes, las corridas de toros o los encierros; no distinguen, todo es reprobable, todo es barbarie. ¿Y qué se hace desde el mundo del toro? Pues en demasiadas ocasiones optan por todo aquello que se aleje de dar luz a tanta oscuridad mental y, queriendo o sin querer, darles argumentos para tirárnoslos a la cara. Y si acaso, como este señor recortador, soltando alaridos ofensivos, porque atacan sus tradiciones. Pocos argumentos tan valiosos, como endebles como esos de las tradiciones. Que nunca nos falten, pero cuidado con el abuso de estas. Que como a Tevye, el hombre que quería ser rico, se nos pueden venir abajo, por mucho que repitamos sin cesar tradición, tradición, tradición.

Enlace programa Tendido de Sol del 28 de febrero de 2021:

https://www.ivoox.com/tendido-sol-28-febrero-de-audios-mp3_rf_66094035_1.html