miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿Está llegando un relevo prefabricado?

El relevo irrelevante


Cuando llegan los fríos del invierno parecen inevitables las castañas asadas, las bufandas recién estrenadas, el ponerse a buscar unas botas cómodas para ir calentito, el chocolate con churros y las divagaciones taurinas, siendo estas las que más duran, que aguantan recias hasta allá los meses de marzo, abril e incluso mayo; todo depende del fuste de lo divagado. No sé si será cosa mía, pero uno siente como si de un tiempo a esta parte le estuvieran queriendo preparar para el ánimo para recibir a una nueva generación de toreros que se está cociendo poco a poco por parte de los taurinos. Es como si los geses, las figuras presentes, se les fueran agotando, a mí se me agotaron hace siglos, y nos fueran preparando el cuerpo para unas fotocopias que poco parece que puedan mejorar lo presente, pues ninguno da la sensación de que pueda emerger con fuerza y decisión. Ojalá me equivoque de medio a medio.

La cosa funciona con una simpleza que casi ofende; por un lado parece que se empiezan a agudizar los sentidos de los expertos, al Juli le empiezan a descubrir esos lunares que para muchos son borrones en toda regla desde hace años, a Perera se le deja ahí en tierra de nadie, a Manzanares se le deja entre dos aguas, a su aire, a Morante... a Morante..., pues eso a Morante se le mantiene en Morante, que ya es bastante. Y a los demás, si surge, si suena la flauta, se les hacen fiestas y alegrías y si no, pues no se les deja y punto, que tampoco inquietan a nadie. A todo lo más, les sale un Fandiño y basta con dejarle ver las golosinas de las figuras, para que se crea la reencarnación de Antonio Fuentes, todo arte y armonía. Sin dudarlo, abandona su camino, el del toro, ese que hace tragar quina y a partir de ahí, cuando quiere hacer lo de todos y renuncia a lo que él y unos pocos más eran capaces, queda automáticamente desactivado. Está claro, si quiere competir a base de valor y pundonor con las figuritas ya hechas al mojicón con cuernos, parte en clara desventaja, pues estos le ganan en experiencia y gollerías para la masa.

Una vez eliminadas las supuestas amenazas, solo hay que esperar a que alguno dé la sensación de que pueda despuntar. Da igual la plaza en la que deje ver sus condiciones de figura en ciernes. Por no importar, no importa ni que en Madrid haya estado bien, mal o regular, vamos que como si no asoma por la calle de Alcalá, eso ya no cuenta. Con un par de despojos que echen a la saca, suficiente. A nadie les importa la forma de desmembrar al animal, ni la condición de este. Vean lo que insisten en convencernos de la valía de Juan del Álamo, que ha ido prácticamente a oreja por actuación en las Ventas y, tirando de estadísticas, le han convertido en un firme puntal para la temporada que viene. Nadie repara en la vulgaridad y el paisanaje que le procuraron aquellos despojos. Como dicen los que saben, lo que cuentan son los goles, el puntuar, en terminología chupi. Pero no nos olvidemos del más sólido baluarte redescubierto por los aficionados, el gran Rafaelillo, que tras una serie de naturales tensos y peleados, todo lo hecho a partir de entonces ha adquirido valores épicos e incontestables, sin pararse un segundo a meditar sobre ese quedarse a merced de los toros, sin saber por dónde meterles mano, sin la más mínima noción de la lidia, haciéndoles a los toros verdaderas perrerías, pero como aguanta ahí, las masas se le rinden. ¡Ay! Si pararan un segundo y vieran que es un magnífico hacedor de alimañas. Convierte en intratable lo que le pongan por delante. ¿El método? Muy fácil, con no aguantar quieto y echar a correr para meterse en las orejas, el toro aprende tarde o temprano a revolverse antes de hora. El muchacho anda a respingos por allí y la multitud ve como se le enciende su alma aficionada.

Paco Ureña es otro ejemplo de estos toreros a encumbrar, aunque quizá sea de los que haya demostrado más posibilidades de mostrarnos algo, pero dándole su tiempo, sin prisas y sin hacerle creer lo que todavía no es, ¿qué puede ser alguien? Parece difícil, pero no imposible, pero como le quieran acelerar, igual se sale a la segunda curva. Aunque no llega a lo de López Simón, a quién en un visto y no visto nos lo han convertido en el gran maestro de los años venideros, el que va a poner esto patas arriba. Si le cogen los toros es porque se pone dónde otros ponen la muleta. Que es verdad, pero lo que no cuentan es quienes son los que ponen ahí la muleta y dónde se ponen ellos. Un chaval con ciertas maneras, pero que ha cimentado sus éxitos sobre un toreo ventajista, de pierna retrasada, muleta torcida, pases rectilíneos y ausencia absoluta de mando y dominio, aparte de una preocupante precariedad en lo tocante a la lidia del toro. Erguido, sin exagerar demasiado los ademanes, pero con una teatralidad ajena al toreo, que aunque llegue a las masas, nada tiene que ver con el toreo de verdad. Y esto es mi opinión, mi humilde opinión. Si además añadimos a todo esto la épica de las cogidas, del revolcón a destiempo, de las representaciones sacando rédito a las visitas a la enfermería de la parafernalia que le montan y del ridículo de una teatralidad fuera de lugar, pero que tiene su efecto en los tendidos, pues el r4esultado es ese, el de la gran figura que nos va a sacar de pobres. No llega a los límites de Jiménez Fortes, al que le cantan como gesta las consecuencias de una falta de recursos alarmante y que le llevan una y otra vez a la cama, sin que falte ese animoso palmero a quien no duelen as cornadas, para eso ya está el chaval, al que hay que reconocerle unas ganas desmedidas de ser torero.

Y por último, el que seguramente llegue más lejos, porque tiene una mejor infraestructura detrás de él, es Roca Rey. Un verdadero fenómeno que va escalando puestos subido en un toreo superficial y sin sustancia, gracias a que el torillo con el que se anuncia, se lo permite. Si parece que las crónicas de sus triunfos llegan a la prensa cuando el torero aún está pegando trapazos y sin intención de tomar la espada. Bullanguero, chispeante, variado en eso de agitar el capote al aire, entusiasma lo mismo a chinos que a japoneses, que son los que al final tiran del personal para enrolarse en las filas de cualquier torero que se precie. Pero, ¿cuáles son los factores comunes a todos estos toreros? En primer lugar, que por su bisoñez o necesidad, son muy maleables y sus mentores los pueden menear de acá para allá a su antojo. Lógicamente, ellos quieren llegar y esa fe ciega en apoderados o empresarios con poder, les convierten en un títere a merced de los que mandan. Son baratos y de momento, no ofrecen complicaciones. Si les prometen cuarenta reales por firmar mil contratos, los chavales ven los cuarenta reales y nada más. No se paran a pensar que por el camino de la verdad, igual con treinta tardes y demostrando su valía, podrían cobrar no cuarenta, cuatrocientos reales, pero claro, están empezando y no se ven con fuerza para exigir y quizá también se dejen cegar por una aparente facilidad que se trunca en el momento en el que el jefe decide que no funcionan de acuerdo a lo esperado.


Pero de momento ahí nos los están preparando a fuego lento, quizá ahora que parece que los de arriba ya empiezan a estar muy vistos, que a lo mejor sus exigencias ya incomodan demasiado, que hasta pueden ya parecer excesivas y que no cuentan con el predicamento de otros momentos. Pues si parece que estos y otros toreros empiezan a despertar cierto interés, que parece que son medianamente admitidos, que en caso de duda tiran de estadística y que las voces en contra prácticamente son inexistentes y nada enérgicas, pues adelante con los faroles. Quizá cuando el aficionado se quiera rebelar, ya los públicos, la prensa y los taurinos han cimentado sólidamente a estos ídolos de nuevo cuño ya no hay quien les apee del burro. Será porque no es la primera vez que vemos algo parecido, porque algunos nos acordamos de aquello de “una nueva hornada” de jóvenes promesas, que luego formaron parte de las sucesivas bandas de los “G”, la cuestión es que la mosca nos anda detrás de la oreja y pensamos, ¿está llegando un relevo prefabricado?

martes, 17 de noviembre de 2015

Vente pa’ Sevilla, primo

¿Será en abril?


Últimamente se han desencadenado una serie de rumores que ponían en el mismo cartel a dos máximas figuras del toreo, en Sevilla, en la feria y con televisión en directo. Confidencialmente ha llegado a este blog una copia de la cinta con la conversación mantenida entre los dos implicados. Gracias a un nuevo sistema informático y de captación y reproducción de ondas cerebrales, hasta ha sido posible obtener un registro, sumamente fiable, de los pensamientos de ambos interlocutores. Eso sí, no olviden que esto es absolutamente confidencial

-         ¿Sí? ¿Dígame?
-         ¿José?
-         Sí, ¿quién eres?
-         José.
-         Sí, sí, que yo soy José, que sí, que soy yo. ¿Por quién pregunta?
-         Por José, ¿eres José?
-         Sí, sí, ¿quién llama?
-         José.
-         (Huy, la madre que me parió) Pero, vamos a ver si...
-         Que yo también soy José, Josantonio
-         Aaaah, sí, claro, ¿qué tal maestro?
-         Muy bien, maestro, ¿y usted?, maestro.
-         (¡Huy! Qué largo se va a hacer esto) Bien, bien, gracias, maestro.
-         Me alegro, maestro.
-         Pues tú me dirás
-         Pues na’
-         ¿Na? Para algo llamarás, dime.
-         Pues na’, que no sé si sabes lo de la Feria de Abril, allá por abril.
-         Sí, sí, algo he oído, que se pone Sevilla muy bonita, ¿no? Incluso algún año fui y todo (¿No habrá una cámara oculta?)
-         Pues eso, que, ¿qué te parece si vamos los dos?
-         ¡Hombre! Pues no se me habría ocurrido, pero, bueno.
-         ¿Entonces, sí?
-         Sí, vale, pero queda tiempo, ya lo veremos más adelante, ¿no? A ver cuándo y cómo.
-         En abril, en Sevilla.
-         Nooo, ya, eso sí, pero más que nada, por cerrar fechas y todo. Es que ahora me pillas sin la agenda y no sé.
-         Pero si tú no toreas, no tendrás problemas, ¿no?
-         No, no, claro, no, pero ya sabes, la familia, los compromisos, pero que sí, vamos, lo único, que hay que mirar muchas cosas.
-         Pero, sí, ¿no?
-         Sí, sí, claro
-         Pues ya está
-         ¿Ya está? ¿Qué está?
-         Que vamos a la Feria, en abril, ¿no? (Este hombre no se entera, con lo clarito que se lo he explicado)
-         Sí claro, ya si eso lo vamos viendo, lo del AVE, el hotel y todas esas cosas.
-         Pero eso no será problema, siempre habrá un sitio para descansar y vestirse
-         Vestirse (Este debe pensar que voy a ir en pelotas. Ya sabía yo que tenía que haber aclarado tanto rumor raro, aunque...) ¿Vestirse?
-         Sí, ya encontraremos dónde vestirse, eso no es problema. Incluso si te parece, nos vestimos juntos en el mismo hotel...
-         ¿Juntos?
-         Bueno, juntos, pero no revueltos, ¡cohone! (En que hora pensé en llamar a este hombre)
-         Aaah, claro, sí, no, si yo no quería decir, no...
-         Lo del hotel son minucias. Incluso podíamos ir los dos juntos, si no tienes inconveniente, en un coche de caballos hasta la plaza y que las cuadrillas nos esperaran ya allí, ellos por su “lao” y nosotros por el nuestro
-         ¿Una carroza? ¿Las cuadrillas?
-         Claro, ¡Cohone! Si no te gusta el coche de caballos, pues na’
-         No, no, sí.
-         ¿No o sí?
-         No, sí, digo que sí, que sí
-         Y lo de los toros o lo mira mi veedor o que se pongan de acuerdo el tuyo y el mío y ya que elijan
-         ¿Los toros?
-         Claro, ¡cohone! ¿Tú también vas a poner pegas a la presencia de los toros? ¿También te vas a poner del lado de los que dicen que matamos chivas?
-         Pero, ¿toros? ¿veedores? ¿Para qué?
-         Para un baile, no te joe, ¿para qué va a ser? Pa’ torear en la feria.
-         Si yo no pensaba que era para... Creía que era para...
-         Para ir a una caseta, ¡no te joe! Para ir de casetas me voy con mis colegas, que con ellos me entiendo y no le dan tantas vueltas a las cosas. ¡Ea! Hasta más ver. Un saludo, José
-         ¿José? ¿Quién? José, sí, un saludo, José.
-         ¿José?
-         ¿Sí?
-         Clonk tuc tuc tuc, tuc tuc tuc...
-         ¿Josantonio? ¿Torear en Sevilla? Aquí hay una cámara oculta, esto no puede ser verdad.


¿Será verdad? El tiempo dirá si se podrá ver a José Tomás y Morante con tele y todo. Eso sí, se cumplan o no las expectativas, no lo dude y en abril “Vente pa’ Sevilla, primo”.


Enlace del programa Tendido de Sol del 16 de noviembre de 2015
http://www.ivoox.com/tendido-sol-audios-mp3_rf_9398977_1.html?autoplay=true

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Julián I de Velilla y V de Mejorada, fustiga a la afición mexicana

Al final no se va a saber si se abrirán nuevas escuelas en América o si se cerrarán las ya existentes en España.


Los taurinos se quejan y sienten cierta desconfianza por la presencia de Beilleres por estos lares hispanos, pero claro, si les mandamos para allá a don Julián, ¿qué esperamos? Pues tendrán que contraatacar. Si les tocas la moral a los aficionados aztecas, no podemos esperar que se queden de brazos cruzados. Anda que no se han perdido amistades por ofensas mucho menores que la de don Julián. Se hace presente en el embudo del DF y como si nada, pretende simular el toreo ante animales orejones y desmochados; aunque quizá lo correcto sea decir animales desmochados que parecen  orejones. Ahí lo tienen, el poder hecho hombre, el defensor de los novilleros, el titular de una escuela taurina propia, el elegido por el dedo divino para la defensa de los toros, se cisca en todo poniéndose delante de una vergüenza impresentable. Eso sí, al menos tuvo el detalle de no permitir que su hazaña se “gozara” en el Viejo Continente. ¡Ayyyy! No nos niegue sus clases magistrales de desgobierno taurino, del reino del trapazo, la contorsión ridícula, el fraude insultante y la trampa institucionalizada y admitida bajo esa coartada de que cada uno tiene su forma de hacer las cosas. No confundamos personalidad con marrullería, ni mando con ratonería.

Se pasan la vida piándolas y exigiendo respeto, respeto a ellos que se juegan la vida, respeto a su arte, respeto a la cultura que ellos dicen representar y respeto callado para permitirles llenar la saca sin tener que escuchar el más mínimo asomo de descontento y discrepancia con ese acto en contra del toreo que perpetran una tarde sí y mil también. Pero como las mayorías se rinden a sus pies, entonces a callar, pues amparados en la masa, se arrogan el derecho a desmantelar la Fiesta de los Toros y dejarla escaparse por el desagüe, simplemente para que a ellos les caigan sus treinta monedas de la traición.

Se quejan como plañideras de los ataques que sufren de los antis, los políticos, los ignorantes, los que no se han puesto nunca, los que van a desahogarse, los que no saben lo que quieren, los que todo lo ven mal y no encuentran nunca nada bueno, de los del Sálvame, de los de Podemos, de los de Jod..., pero sin reconocer jamás, pero jamás, que ellos llevan ventaja a todos en esto de acabar con este enfermo que son los toros. En la Plaza México, Julián I de Velilla y V de Mejorada, quizá sin pretenderlo, expuso un denso compendio de lo que él y sus secuaces suponen para la Tauromaquia: los caricatos que convierten en ridículo y patético este rito del toro. Díganme si cabe otra explicación, estoy abierto a cualquiera que se me presente con un punto de razón, pero yo solo veo que unos señores, encabezados por otro que calza medias rosas, se agencian unos animalejos infames, la pura imagen del bochorno, desmochados, exageradamente anovillados y fofos como muñecas de trapo, a los que les cuesta un mundo tenerse en pie. Siempre se hacen acompañar de alguien que no les moleste, que no les incomode ni un poquito, alguno de la familia o aspirante a pertenecer a ella. Hay que evitar sobresaltos, no vaya a ser que asome uno con alma de torero y ganas de mojarle la oreja. Y el público con ese desquicie que lo mismo pide orejas que protesta el borrego y hace que lo echen para atrás.


Pero, ¿ustedes creen que todo esto le importa a Julián I de Velilla y V de Mejorada? Y quién dice el Juli, dice cualquiera de las figuras, esas de las que se dice que torean mejor que nunca, el toro más bravo y encastado que nunca y con más trapío y romana que nunca. Si no fuera el escándalo que es, sería para echarse a reír a carcajada limpia. ¿Cabe mayor descaro? Lo malo es que estas mañas tienen pinta de hacerse eternas y perpetuarse en el tiempo, al menos mientras esto dure. Ya se ocupan los taurinos de inculcarle toda esta majadería y desprecio por la Fiesta a los “nuevos valores”. No llevan diez minutos de alternativa y ya se quieren llevar los torillos debajo del brazo, ni sorteos, ni rifas, hay que asegurar. No consienten la menor crítica, ni tan siquiera un mohín de desaprobación y a nada que te descuidas, tiran de lo del respeto, el arte, la cultura y lo de jugarse la vida, sin que ellos respeten lo más grande, los toros; sin que sean capaces de crear arte ni por asomo; sin tener nada que ver su pantomima con nada similar al hecho cultural; y jugándose la vida, sí, pero en la mayoría de los casos más por su incapacidad lidiadora, que por la condición del toro. Pero claro, si el público, y a veces algunos aficionados, aplauden al que simplemente se abandona a merced del toro, al que se ve desbordado ante cualquier asomo de genio o de casta y que con su negligencia bien se ocupan de hacer malo al bueno y mucho peor al complicado. Ya ven que todos los males son de uso exclusivo y personal de El Juli, simplemente él, al ser uno de los máximos exponentes de la torería actual y gracias a su desahogo manipulador, pues por momentos se convierte en el principal objeto de nuestros cabreos y por si no le bastara con los de acá, consentimos y contemplamos como Julián I de Velilla y V de Mejorada, fustiga a la afición mexicana.


Enlace programa Tendido de Sol del 9 de noviembre de 2015
http://m.ivoox.com/tendido-sol-9-sol-audios-mp3_rf_9323850_1.html

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La FIT alarga sus tentáculos

Urdiales cambia de apoderamiento, esperemos acontecimientos


Urdiales será apoderado por la FIT, este ente que parece devorarlo todo y que si nos muestra sus rostros hispanos y galos, inspiran muchas cosas al aficionado, pero no la confianza; el señor Casas y el señor Barrera ya se ocupan de que así sea. Lo mismo que para los taurinos es nombrarles la bicha, pues ven en su presidente a un peligro inminente para sus intereses. Pero los señores de la fusión no se preocupan de estas cosas y ellos siguen a lo suyo, a su negocio, por supuesto, sin pararse a ver si molestan a los caciques locales o no. Y en estas que aprovechando el Jalogüin le debieron decir a Urdiales aquellos de ¿truco o trato? El riojano contestó trato y se cerró la cuestión.

La que se ha montado en los ambientes de los aficionados fetén, los que quieren mantener la integridad de la Fiesta. Quizá de forma exagerada, según algunos, pero también hay que entender estas posturas. Actualmente Urdiales es el único torero que se mantiene en los caminos de la pureza y la verdad en su toreo, sin reservas, porque aunque hay algunos “emergentes” en los que el personal ha puesto el ojo, nada tienen que ver con el de Arnedo, al menos hasta el día de hoy. Este les ilusionó al extremo en la última feria de Bilbao, la misma en la que triunfó hace años, en Madrid también nos ha dejado ver el torero que es y los miedos vienen porque nadie quiere que se repitan situaciones pasadas. Se les harán presentes casos como el de Talavante, que de ser candidato a torero grande, se nos ha quedado en torero comercial, limitado y en permanente búsqueda del camino original. Morante, que hace ya muchos, pero muchos años, nos enamoró con un puñado de quites, suficiente para crearse la iglesia morantista repleta de feligreses que tienen una fe desmedida. Fe en el más cierto sentido de la palabra, creer en lo que no se ve, pues toda la genialidad que es capaz de mostrar por ahora es la de regante, catador de cafés, fumador de fumador de buenos vegueros y fuente de ocurrentes sentencias. Hasta Perera parecía que podía ser algo diferente a ese pegapases insoportable; EL Cid, que nos llenó el espíritu de aficionado a todos los que nos asomábamos a una plaza; Fandiño, que se ahogó en su propia crispación y ya yendo más lejos, pero muy lejos, hasta el mismísimo Ponce, cuando ilusionaba a todos con su toreo, con sus progresos, pero que se dejó llevar por la corriente de una vana elegancia y un sentido de las lejanías que le convirtieron en un verdadero maestro... de la trampa. Larga podría ser la lista si nos alejamos de las llamadas figuras, Alberto Aguilar, Rivera Ordóñez, El Gallo, Robleño, Finito, Curro Díaz, Cayetano, EL Payo y tantos y tantos otros que se echaron a la buena vida, la de la comodidad.

Es que es para entender a estos que ven Urdiales y FIT juntos en la misma frase y que echan a correr camino del Viaducto. Es una historia tantas veces repetida. Pero esto también me suena a esas sectas cerradas de las que un discípulo se aparta para tomar aire y a los cinco minutos ya tiene a cinco de los más ortodoxos que salen a perseguirle por las calles no para intentar que vuelva, sino para directamente apiolarle allí mismo, donde le pillen. Ya les costó asimilar aquel experimento de anunciarse en Madrid con ganaderías comerciales; hubo cortes de venas incluidos. Bueno, no se puede decir que la cosa le saliera bien, más bien fue un desastre y hasta pareció que Urdiales andaba un tanto perdido, muy perdido, incluso la tarde de los de Victoriano del Río, en que pareció que le pillara por sorpresa que saliera uno de este hierro con su cosa. Pero también hay que entender que este torero quiera enfrentarse a las figuras, que quiera ponerse codo con codo con ellos y demostrarles que él puede, que es torero y que quiere quedar por encima del que sea. Y no seamos ingenuos, no esperemos que de las figuras haya uno que se anuncie ni dos tardes con el riojano y los adolfos en el mismo cartel. De momento no tiene la fuerza necesaria para llevarse a los mandones a su terreno, así que si se quiere competir, habrá que ir a su terreno y demostrar que él puede con el toro que ellos no quieren ver y con el que llevan debajo del brazo todas las tardes. Veamos el ejemplo de Bilbao, Alcurrucenes, que no son precisamente alimañas, que las figuritas se pegan por ellos y que por mucho que digan, ni amagan con comerse a nadie. Pero esa tarde llegó el triunfo, triunfo grande y que puso esto patas arriba y, ¿quiénes eran los compañeros? Pues Castella y Perera, que esa tarde quedaron expuestos a comparaciones, que para ellos fueron mucho más que odiosas. En su terreno fueron vapuleados por el toreo de verdad, el que nació de las manos de Diego Urdiales. Pero una golondrina no hace primavera y mucho queda para que todos se puedan ver todos las caras delante de ganaderías a las que hay que poder, el toro que no admite mojigangas y que exige que se le domine.


Ahora Urdiales decide acogerse al auspicio de la FIT. ¡Nooo! ¡A la hoguera! Bueno, un poco de sosiego, porque esto no se puede prejuzgar a la ligera. En primer lugar, parece lógico que el torero aspire a torear más de una docena de corridas por temporada y cobrarlas a mejor precio, con eso no ofende a nadie, ni falta al honor de la Fiesta; no es el primero que tiene como anhelo hacerse rico vistiendo de luces. Ni tan siquiera es el primero que firma con una casa poderosa, incluso lo hicieron aquellos que el aficionado subió a los altares del toreo. La que se lió cuando El Viti dejó a su apoderado de toda la vida. Pero no dejó de ser el torero de siempre. ¿Por qué Urdiales no puede aspirar a más? De acuerdo que actuaciones pasadas, y presentes, de Antonio Barrera y Simón Casas son un insulto para el aficionado y para la fiesta, pero esperemos y veamos como transita todo esto. Que no quiere decir que al riojano se le perdone todo de aquí en adelante, ni mucho menos, pero de la misma forma que ha ocurrido con tantos otros, con esos que se echaron por lo cómodo y que de la noche a la mañana se pusieron enfrente de los que antes les habían aupado a la fama. Que Urdiales firme muchos contratos, que gane mucho dinero, que es mi deseo, además de habérselo ganado en el ruedo, y luego, si se aparta de esa línea que ha llevado de rectitud y afición, pues habrá que hacerle saber nuestro descontento. Si a partir de entrar en las filas del FIT ya solo va a matar Garcigrandes, Núñez del Cuvillo o demás borregos de sangre Domecq, pues él verá, pero que no espere la aprobación del aficionado. Entonces es cuando creo que hay que opinar y manifestar el desagrado pertinente, sin miramientos y sin echar cuentas que no corresponden al aficionado. Que la Fusión no ha hecho que Morante se fuera de madre, ni que Talavante se perdiera en esas brumas de las que no acaba de salir, porque ya venían aliñados de antes. Eso sí, tampoco podrán evitar ciertos recelos cuando vemos como la FIT alarga sus tentáculos.

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