lunes, 31 de diciembre de 2012

Menú de Nochevieja, vacas de la India

Los que hay que van detrás de las vacas sagradas y otros que corren delante del toro. Feliz Año Nuevo  a todos.


Cuenta Marvin Harris los motivos más profundos que explican eso, que para muchos occidentales de pensamiento pragmático es un atavismo fanático religioso, de no comerse las vacas sagradas que campan a sus anchas por las calles de las ciudades de la India. Un país en el que a cada momento nos puede asaltar la miseria, la muerte, el hambre, la desnutrición y unas tremendas desigualdades sociales seculares, se permite el lujo de no convertir en chuletones ese ganado al que se idolatra. Según Harris, este precepto religioso es un seguro de vida para muchísimos hindúes, pues las propias vacas les aseguran el sustento y la posibilidad de comer a diario. Qué gran contradicción, se aseguran un bocado si no se dan un festín, porque si lo hicieran, este sería el primer paso hacia el abismo del hambre.

Este enigma se despeja fácilmente al oír los por qué de todo esto. Ya sabemos que las vacas no se pueden sacrificar y que hay que dejarlas vagar a su capricho, pero esto no quiere decir que no tengan dueño; de hecho, todas las noches vuelven a dormir a casa del amo. Las vacas se ordeñan a diario y esa leche es para consumo humano. Por supuesto que también paren terneros, los cuales son perfectamente aptos para el consumo, pueden trabajar en los campos y además tienen la particular característica de alimentarse de los hierbajos que nacen en las cunetas, metabolizándolos en forma de esa resistencia y energía que les permite tirar de un arado o de una carga, casi hasta el mismo momento en que mueren. Mientras las madres seguirán vagando por las calles, pero siempre seguidas por un numeroso grupo de personas que van allá donde el azar guíe los pasos del bovino. Puede que alguno haga esta peregrinación empujado por su sentimiento religioso, pero no es esto lo más frecuente; lo normal es que vayan recogiendo los excrementos que la deidad va esparciendo por el mundo. ¡Menuda afición! A eso se le llama fervor religioso, pero si a continuación aclaramos que estos desperdicios son empleados como combustible o como material de construcción, entonces puede que empecemos a comprender más de una situación. Así, al final del día, los acompañantes acuden a vender su carga al mercado, sacando unas rupias para llevar a casa. Estas vacas sagradas son una suerte de recurso extremo, de reserva, que un precepto religioso ha protegido para al menos garantizar unos mínimos en una sociedad en la que se hace especialmente complicada la subsistencia.

Una gran enseñanza que podríamos aplicarnos a los habitantes de esta zona del mundo situada entre Marruecos, Francia, Portugal y el Mediterráneo. Pero no, aparte del pragmatismo que nos corrompe, nos adorna esa soberbia y ese complejo de superioridad que a la larga puede llegar a devorarnos. lo estamos viendo ahora mismo en nuestro país, como en situaciones de emergencia extrema, en lugar de intentar crear recursos, recursos perdurables que garanticen un rendimiento aceptable durante un tiempo considerable, vamos corriendo a echar mano de las joyas de la abuela para mal venderlas al que nos ha llevado a esa situación crítica, para dentro de un tiempo estar en sus manos sin joyas, sin las cuatro monedas que nos dio y además esperando a que este decida en qué condiciones vamos a vivir. Nos convence de que no necesitamos no los collares, ni el reloj de oro del abuelo, ni esa parcela donde íbamos a montar un negocio, ni negocio, ni nada, que cojamos los cuatro duros que generosamente nos da y a correr. Y todavía nos hace creer que nos está haciendo un favor. Y lo único que ha hecho es tragarse nuestras reservas, devorar nuestro futuro, fumarse nuestra esperanza y garantizarnos una miseria de la que difícilmente conseguiremos salir, a no ser que a nuestro “protector” le dé la gana, seguramente que para obtener un mayor beneficio aún. Son tan retorcidos, que incluso llegan a hacernos creer que podemos perderlo todo, nos permiten mantener la esperanza mientras nos manejan a su antojo, nos acaban arrebatando hasta la camisa y nos crean la falsa esperanza de poder recuperar lo perdido, siempre y cuando hagamos lo que se nos manda, aunque entre sus deseos esté el que entreguemos a veinte doncellas puras de nuestra tribu una vez al año.

A esta situación, a sus protagonistas, a los pobres que venden su futuro y a los chupasangres que se lo arrebatan, les podemos poner nombres y apellidos, o siglas de organismos nacionales e internacionales y seguro que hasta es fácil citar el artículo del código penal que están infringiendo, pero en eso no me voy a meter, ni tampoco tengo ánimo para ello. Lo que sí que voy a hacer es traspasar esta situación al mundo del toro, ese biosistema en el que habitan golfos, pícaros, vividores, ignorantes, chupasangres que solo ven por la cantidad de billetes que creen conseguir a corto plazo y los ingenuos que aún siguen, seguimos, pagando para alimentar este circo de los monstruos.

Es estado en que se encuentra la Fiesta de los toros es el más crítico de su historia. Y esto no lo digo yo, en esto están de acuerdo voces de todos los estamentos taurinos. Pueden diferir en la percepción del origen de esta situación o en las posibles soluciones para dar la vuelta al problema. Los que viven de esto del toro ven peligrar su negocio a causa de la presión de los antitaurinos, de la crisis, de la variada oferta de ocio y por supuesto por esos que se hacen llamar aficionados y que solo buscan el descalabro de una tradición de siglos.

Pero la realidad nos está mostrando como no han sido capaces de darse cuenta de que si matan a las vacas sagradas para hacerlas filetes, al mismo tiempo estarán devorando el futuro de esta tradición, arte, rito, manifestación cultural o como quiera usted llamarlo. ¿Y qué es comerse las vacas sagradas? Pues lo es esa labor de solución final que parece recaer sobre el toro de lidia en su más estricto sentido de la palabra, el toro que ofrece dificultades y que exige una preparación del torero para afrontar las reacciones y comportamientos de los animales de diferentes encastes. De repente un día se decidió que este tipo de toro no servía, tras juicio sumarísimo, se decretó pena de muerte para los hierros que en su momento dieron gloria a la fiesta, pero que en la actualidad no se ajusta a los deseos tiránicos y dictatoriales de la Tauromaquia 2.0. Y como suele ocurrir con los regímenes dictatoriales, el criterio de selección no es el de la calidad, la personalidad o la creatividad, como siempre ha sido, se prefiere la docilidad, aunque su consecuencia más directa sea la vulgaridad y el adocenamiento.

Los estamentos del poder taurino se están pegando un gran festín con los dineros de los que acuden a las plazas, sin caer en la cuenta de que algunos de los bolsillos ya están vacíos, si no es que lo que se ha vaciado es el ánimo, la afición y las ganas de seguir aguantando un espectáculo vulgar, monótono y hasta cruel, siempre que en el ruedo no parezca el toro íntegro y de verdad. Y he aquí uno de los problemas y es que en el caso en que se percatan del problema, solo llegan a pensar en la falta de dinero y no en la falta de interés. Ellos, sobrados de recursos, solo llegan a abaratar las entradas para los jóvenes, como si estos estuvieran deseosos de verles hacer cucamonas delante de un borrego. ¿Por qué no salen de su burbuja y piensan que a lo mejor lo que pasa es que no interesan, que aburren? Pero la soberbia, los palmeros y los vapores de la adulación falsa y gratuita no les permiten ver la realidad. Tanto se les deforman las imágenes, que hasta creen que el problema está en el de enfrente, que no sabe ver su grandeza de oropel, ni tan siquiera identifica lo que le debe gustar. Pero de momento siguen rebuscando unas monedas en los bolsillos de la gente, aunque no en el cofre de la afición.

Van devorando todo aquello que en un momento puede ayudarles a hacer renacer la Fiesta de los toros, incluidos los aficionados que viven para el toro y que no viven del toro. Quizá los más fieles, los que muestran más lealtad que nadie a algo que sienten como suyo, como parte de su vida, como la herencia de sus mayores, como el honor de su casa y de su nombre. Pero todo tiene un limite, en todo hay un “hasta aquí” y ya son muchos los que lo han rebasado, se han desprendido de eso que tanto quisieron y que viven en su refugio repasando libros, revistas, fotos, vídeos y recordando las glorias pasadas con otros exiliados del toreo. Quizás sería bueno que algunos se diesen cuenta de que más valen muchas buenas cenas, que no el último festín. Y que es preferible comer gambas de Huelva y jamón de Guijuelo, que las vacas sagradas de la India.

lunes, 24 de diciembre de 2012

La modernización de la Fiesta, año cero



Paso a la modernidad, adelante los faroles
Si hay algo que diferencia a las mentes privilegiadas del resto es su alta capacidad de adaptación a las nuevas corrientes y oportunidades de éxito que les brinda la vida. No hay más remedio que abrirse a las nuevas tecnologías y abrazar  la modernización con entusiasmo de adolescente con cara de paella. Pero no siempre los adelantos de la ciencia son recibidos como se debe por todo el mundo; siempre hay algunos retrógados que solo ven pegas al confort que nos depara la vida del siglo XXI.

Hace unos días, la tauromaquia ha sido testigo de un hito en la historia de la fiesta, un antes y un después mucho más trascendente que la incorporación del peto, la Edad de Oro de José y Juan, las corridas retransmitidas por televisión o la incorporación de la cámara superlenta para contemplar cómo caen las gotas de sudor por la nariz de los toreros,  o que estos son capaces de hablar mientras parpadean y gesticulan al mismo tiempo. Al fin ya ha llegado la fibra de carbono al toreo,  definitivamente se ha incorporado al mundo de hoy. Se han superado las plantillas con carbón activado, las carrocerías de los fórmula 1 de fibra de carbono, los balones de fútbol,  que son más redondos gracias a la fibra de este material, las vajillas irrompibles, el chándal que absorbe los fluidos humanos, los calcetines que dan más calorcito. Nada de esto alcanza la proyección de “LA AYUDA DE FIBRA DE CARBONO”.

¿Qué quieren que les diga? Se me saltan las lágrimas ante tal acontecimiento. Y todo esto se lo tenemos que agradecer al gran innovador de la Fiesta del siglo XXI, el Niño Manzanares. Anda que no ha tenido que padecer por las críticas de esos cavernícolas que se agarran a un pasado idealizado al extremo. Incorporó la espuma de mar al traje de luces;  fue el primer espada del que se tiene noticia en lucir falda cruzada y chancletas;  posó con una señora estupenda, pero sin acabar de estar vestido del todo de torero, luciendo torso, insinuando actitudes y se lo censuraron. Pero, como los avanzados de las Indias, siguió con paso firme, siempre adelante y sin mirar atrás, lo cual se nota y mucho. Y se ha encargado de que dos de los palos que se utilizan en el toreo, pesen mucho menos, sin perder la resistencia y robustez que se le debe exigir. El palillo de la muleta, el estaquillador, y el palo que usan los toreros para montar la muleta, evitando llevar el estoque de acero templado, tal y como hacían y exigían los matadores de toros.

Parece ser que, al pesar todo esto mucho menos, hará que los toreros estén más cómodos delante del toro. Bueno, es una forma de verlo. Tiene la desventaja de que si después de una gran faena y cuando el toro le pide la muerte el coletudo, tiene que cortar e ir a cambiar el palo por la espada; pero eso lo llevamos sufriendo décadas: primero cuando se presentaban los partes médicos ad hoc, y después sin necesidad de avisar mediante un cartelito, con el reglamento que aprobó el señor Corcuera (nunca le  estaremos suficientemente agradecidos por ser el que abrió tantas puertas que aún tendrían que permanecer cerradas a cal y canto).

Pero el camino, una vez iniciado, ya no tiene vuelta atrás, no nos queda otra que seguir al líder. Reconozcamos en él al regenerador de la Fiesta, sigamos su ejemplo y extendamos el progreso sobre todos los aspectos de este rito secular. Despojémonos de ceremonias arcaicas, de artilugios inútiles, de costumbres bárbaras y de actitudes que no añaden nada a este espectáculo que la sociedad exige que se humanice más y más cada día. Hay que evitar que un torero padezca cuando dice que no le gusta ver sufrir a un animal; que otros califiquen como tragedia lo que pide el aficionado al toreo de siempre; que los artistas se sientan incomprendidos, con el esfuerzo que hacen para poner poses histriónicas e incomprensibles.

Demos un paso hacia delante, ayudemos a modernizar y humanizar la tauromaquia. Quizás lo más urgente sea actualizar el traje de luces. Ya está bien de incomodidades. Con los progresos que hay en la industria textil, seguimos con esos leotardos incómodos, cargados de adornos inútiles que solo aumentan el peso y no garantizan la seguridad del individuo. ¿Por qué no utilizar unas telas serigrafiadas o impresas con tintas resistentes al pitonazo del toro? Sería mucho más fácil: se pintan los alamares, las hombreras, el corbatín… y se conseguiría además un plus estético al ceñirse más al contorno del torero, marcando más las formas. De la misma forma, se puede prescindir de la montera. Pocas cosas, aparte de las gafas con nariz y bigote incorporado, favorecen menos a la cara que una montera. Señores, no nos rasguemos las vestiduras, que la Guardia Civil ha desplazado el tricornio por la tan española teresiana y no se ha muerto nadie. Solo se usa el charol en días muy señalados. Pues lo mismo con la montera, que solo se usaría para la Beneficencia, la corrida del Domingo de Resurrección en Sevilla, el Corpus en Granada y Toledo el día del patrón en las poblaciones en que así lo regulen.

Ya está bien de martirizar a los pobres caballos en la suerte de varas y a los espectadores que la padecen. Algo que ya se ha demostrado que es inútil y que va en contra del espectáculo, como es la suerte de varas, debe ser eliminada o sustituida por algo más humano y artístico, quizás algo parecido a esas atracciones de feria en que un señor pega un puñetazo y hace encenderse una luz roja o a eso en que se da un martillazo y una bola sube dependiendo de la fuerza del batacazo. Pero en este caso sería que el toro topara contra una diana y dependiendo de la fuerza hiciera que saliera despedida una imagen de la empresa patrocinadora del primer tercio de la corrida, Saneaminetos Lucas, Ron el Cocotero o Tejidos la Costurera. Si es que hay que abrirse, que tal y como estamos, esto no puede durar mucho tiempo.

No me digan que tampoco es posible cambiar eso de las banderillas, unos palos con los mismos adornos que hace doscientos años. ¿No se nos ocurre más decoración que unos papelitos de colores? Por favor, con lo bien que quedaría que en el momento de clavar saliera una banderita con mensajes publicitarios intercambiables. Hasta asa se les podría incorporar para que los banderilleros no se lastimaran las manos. De capotes y muletas, para qué hablar si es de lo que más urge a la hora de innovar. Resulta que no va a haber materiales textiles resistentes al viento, al agua, al sol y que pesen poco. No sé, pero yo ahí se lo dejo a los investigadores de las telas y los tintes, que se lo piensen un poquito, a ver qué pueden hacer. Incluso se puede echar una miradita fuera de este mundo y ver cómo se actúa en otras disciplinas. ¿No creen que el parapente y ala delta pueden guardar el modelo perfecto de capotes y muletas esperando a que alguien lo recoja? Ya ha habido ciertos intentos, pero muy tímidos y que se han venido a bajo con las primeras críticas. Sería muy fácil utilizar unas varillas de un material resistente y ligero, como por ejemplo, la fibra de carbono, ese don caído del cielo.

¡Y esos callejones, que parecen trincheras! No habrá sitio suficiente para instalar allí unas camillas y así, después de su toro, cada torero podrá recibir una sesión de masaje por parte de un fisio que le recoloque los huesos y músculos que tanto sufren entre estiramientos imposibles y retorcimientos increíbles. Pero lo que creo absolutamente innecesario son las tapaderas móviles de las plazas de toros, es un gasto superfluo sin beneficio algunos. Total, no creo yo que la plaza de Madrid vuelva a haber una de aquellas faenas magistrales que la hacían descubrirse ante los matadores de toros. Del toro no sé si incorporaría más cambios, si acaso el conseguir toros mecánicos que funcionen con hidrógeno, para así no contaminar. No sé si esto lo llegaremos a ver algún día, ni si tan siquiera conseguiría un show más divertido, pero si todo esto se llega a producir, por supuesto, que no cuenten conmigo.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Anuncios Breves, Compras, Ventas, Alquileres, Empleo



Compro, busco, se vende
Inmobiliaria
Local multiusos se alquila para celebraciones de empresa, familiares o juergotes de taurinos a costa del personal. Amplios espacios, Bares completamente equipados, salas con diferentes ambientes, todas ellas muy elitistas, Posibilidad de reformas para instalar más bares, hasta que se toquen unos con otros. Espléndido salón para conciertos, magnífica acústica y cubierta móvil, instalada en invierno, desmontada en verano. Negocio con beneficios garantizados. Razón CAM, Asuntos Taurinos o Tapadelta. Tfno.: 123 45 67 8 Maaaambo.

Terrenos para construir, a diez minutos del centro, ideal para chalets unifamiliares, ya parcelado en forma de corraletas, con amplias zonas verdes y de ocio, en plena Casa de Campo de Madrid, junto al Parque de Atracciones y al Zoo Aquarium. Con equipamientos docentes próximos, Escuela Marcial Lalanda, instalaciones para deportes acuáticos (Estanque Casa de Campo), extensa zona de restauración (Pabellones antigua Feria del Campo), vecindario internacional y bien relacionado con varones con posibles que pagan por entablar amistad efímera, pero intensa. Terreno no urbanizable, pero que si hace falta se recalifica. Metro Batán.

Automóviles
Se vende furgoneta en buen estado, pasada la ITV recientemente, ideal para el transporte de cuadrillas y maestros por toda España y Francia, así como para acudir a la plaza. Con Vestidor de grandes dimensiones, incluyendo modelos exclusivos de famoso diseñador italiano, sala de prensa incorporada, conexión Wifi con Sálvame y prensa del corazón. También el modelo “Señora Duquesa”, que incorpora caja fuerte para custodiar títulos nobiliarios. Razón Caye y Fran.

Se necesita camión para transporte de ganado por toda la península y regiones del sur de Francia, Imprescindible que tenga como mínimo capacidad para 20 cajones, para abaratar coste de transportes de idas y venidas a la finca. N. del C, J. P. D y V. del R.

Empleo
Grupo de toreros en desintegración, se ofrece como cuerpo de baile para reposición de Las Leandras o como número contorsionista en el Cirque du Soleil. Experiencia demostrada por todas las plazas de toros, en los despachos y en los corrales las mañanas de corrida, driblando y sorteando voluntades, hasta el infinito. Pregunten por Julián; no, mejor por Cayetano;  no, tampoco, por José Mari, Alejandro, César, Manueljesús, Dani, Miguel Ángel, Enrique o vaya usted a saber.

Se ofrece apoderado en paro, especializado en montar unos pitotes de impresión en los reconocimientos de reses de lidia. Amplios conocimientos en Office, para vetar toreros, para elegir ganaderías, para prohibir la tele, etc… Roberto

La ONCE busca personal para trabajar como veedor en empresas taurinas, imprescindible falta de visión absoluta. Los anteriores veían perfectamente y no valían ni para… No valían.

Se buscan palmeros para acompañar a figuritas del toreo por todas las plazas. Contrato de obra, seguridad social a cargo del palmero, otros impuestos a cargo del palmero, dietas a cargo del palmero, imprescindible con vehículo propio. Se retribuirá por incentivos mínimos conseguidos, 5 indultos, 25 puertas grandes y una cantidad regular de “Bien torero, bien” cada tarde de trabajo. Asimismo, serán responsables de conseguir que los señores presidentes saquen los pañuelos blancos o no y de acallar las posibles protestas de los disidentes indeseables e ignorantes.

Se busca mediador contable, para contar la recaudación de la plaza de Madrid y repartir los beneficios a partes iguales y sin provocar conflictos, entre la empresa de la plaza y la Administración Autonómica, y aquella primera parte entre los tres asociados, de conveniencias. Preguntar por Choperitas, no, por don Simón, no por Matilla, no por… Cuando se pongan de acuerdo les informaremos sobre la persona por la que hay que preguntar.

Se buscan taurinos, especializados en saber maquillar tardes de sopor como grandes éxitos de las figuras; se requiera mucha imaginación, gran capacidad creativa, una verborrea aplastante y conseguir no reírse de las propias tonterías que digan.

Se precisan estudiantes de arte dramático para actuar como picadores en corridas comerciales. Imprescindible gran fuerza interpretativa para hacer creer al respetable que está picando al toro, sin que le cause el menor daño. Absténganse personas rencorosas.

Urge encontrar torero que no esconda la pierna y que toree cargando la suerte y adelantando la pierna de salida. No es necesario que sea joven, solo es para goce y disfrute de nostálgicos.

Varios
Se precisan lotes de calcetines de lana para ponerlos encima de las fundas del ganado de lidia durante el invierno. No importa color, porque aunque si piensan que los toros estarán horribles, eso es porque no les han visto con las fundas. Preguntar por Álvaro N. del C.

Se vende camada de toros bravos, especial para antitaurinos, idóneos para tenerlos en casa como mascota, animal de compañía u objeto decorativo en el jardín. Una vez entregado el pedido, no nos hacemos responsables de los posibles desperfectos que ocasiones en su nueva vivienda, Se recomienda mantenerlos alejados de jarrones de la abuela, del coche nuevo de papá y de la mampara de cristal para cubrir la piscina en invierno. No se precisa sentido común, pero sí mucha paciencia.

Oportunidad, se venden 12 toros para llegar a ser figura. En perfecto estado, no han sido toreados, bien alimentados, guardados siempre en garaje. Razón Daniel L.

Relojero traspasa negocio, liquidación por cierre motivada por no conseguir que no separen todas las maquinarias al mismo tiempo, los días en que torea un conocido artista.

Se busca urgentemente casta, no importa el envasado, puede ser cárdeno, colorado, negro, berrendo, mulato, es indiferente. A cambio se regalarían miles de dosis de toreabilidad, durabilidad, bobonería e indultabilidad. Preguntar por ganaderías de encaste Domecq.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Julián se hace a un lado

Antes de que sea tarde, quería mostrarle a El Juli como es un toro de esos que gustan en Madrid, uno de Urcola, por ejemplo, aunque casi sean fósiles vivientes los pocos que quedan por el campo.



Los hay que hablan de retirada, otros de eludir compromisos, otros de irse a lo fácil o de acudir únicamente dónde atiendan sus caprichos. ¿A quién creemos? Pues a nadie, si acaso al torero, qué es el que mejor sabe el por qué de esta decisión. Igual todas las versiones tienen algo de verdad y algo de mentira. Tampoco es algo que no hayan hecho otros matadores, aunque sin anunciarlo a los cuatro vientos, cómo ha sido en este caso. Pero en este mundo de Twitter, Facebook, Tuenti y responsables de prensa de los toreros, parece que hay que explicarlo todo y si no se explica, es que hay oscuras circunstancias, que los analistas taurinos nos descifrarán en dos patadas, especialmente si su verdadera intención es la de ensalzar a un tercero del que se cree que se pueden obtener mayores satisfacciones.

Igual esto es tan simple como que después de lo del año pasado, El Juli está hasta ahí mismo de servir de felpudo a los demás y que estos vayan a limpiarse los zapatos del barrizal de las teles y los “geses”. Que no es que uno se haya convertido a la Julilatría así de golpe, ni me he caído de un jamelgo camino de Damasco, ni he partido el quicio de una puerta de un melonazo, ni tan siquiera me he fumado el césped del Retiro. No, pero he de reconocerle los sufrimientos pasados, primero la traición a José Tomás y después el abandono y acusación como único culpable del problema de los derechos de imagen, por parte de los otros geses, bien por apuntarle directamente con el dedo o por no apoyarle cuando alguien lo hacía. Demasiado castigo para una culpa compartida; y no me vale a hora eso de que yo no quería, pero me obligaron, yo es que no sabía o que me pillaron con un pato en el horno. Que ya tenemos una edad como para saber lo que hacemos.

Repito que ignoro los motivos reales de este paso a un lado, pero ¡Madre mía! lo que han corrido algunos para decir que se retira o que declina la responsabilidad de las figuras. Pero, ¿qué más os dará? Con todo lo que viajáis por ahí para ver a las figuras y con lo valiosos que son los triunfos que cosechan por esas plazas de Dios, aunque sea de tablones, no tendréis que penar porque el madrileño no vaya ni a Sevilla, ni a Madrid, ni a Valencia y parece ser que tampoco a Pamplona y Bilbao, aunque esto ya se irá viendo. O a lo mejor es que en esos pueblos como Olivenza, Zafra, Chinchón o Peñaranda de Bracamonte no va la tele oficial del taurinismo; sí, esa en que uno de los locutores tiene lagunas taurinas y oculares, que no ve nada malo con las figuras y con los demás se le agudizan los sentidos que es un primor. Y el acompañante, depende del que toque, lo mismo hace la ola entre clamores, que habla de la tragedia con voz queda, que felicita a todo el mundo y recibe el abrazo virtual de todo el que se asoma a ese micrófono.

También puede ser que don Julián empiece a saber quienes son sus amigos y quienes le pasaban la mano por el hombre interesadamente. Igual hasta le quieren hacer pagar posibles imposiciones en los carteles, ya fuera para incluir o excluir a un compañero o a un hierro; esas maniobras nada sibilinas de don Roberto Domínguez los días de corrida por la mañana; o quizás simplemente la envidia que produce al que se ve como triunfador inalcanzable o el que te defenestra de tu trono y tu posición de privilegio en esto del taurineo. Porque claro, si incluso muchos de sus detractores parecen reconocerle ciertas virtudes que dicen que posee y que parece que le permitiría enfrentarse a cualquier hierro, mientras a otras deidades se le niegan sus méritos incluso en tardes históricas, como puede ser aquella en la que hizo perdonar la vida a un toro. Son muchos los factores que pueden haber influido en estas actitudes.

Quizá si esos envidiosos, resentidos o simplemente antipáticos se pararan a escuchar a muchos aficionados, tendrían argumentos suficientes para derrocar a Julián I el Magno. Basta con recordar las trampas que pone en práctica ante el toro, ese tallo tronchado por la mitad para torear igual que un segador se parte el espinazo en el campo. Esas distancias tan desmesuradas a las que se pasa a los borreguitos, esos retorcimientos, esa pierna contraria camuflada lejos del alcance de los pitones, esos arrimones ante monas cuasi-disecadas, y esa forma de matar en la que el toro se ve cegado por un trapo, mientras el matador se aparta y le pega un navajazo a traición. Pero los hay que siguen diciendo que si quiere, tiene facultades y conocimientos suficientes para enfrentarse al mismo Belcebú con pitones enfundados y sin haberle sacado de tipo. O lo que es lo mismo, en lugar de enfrentarse a un tío de uno ochenta, con su tableta en el torso, sus brazos como columnas trajanas y ágil como un corzo, lo hace ante un peso mosca venido a menos, y perdónenme la comparación. Pero a mí estoas buenas intenciones no me valen, es como los malos estudiantes que suspenden ocho, pero que son justificados por la abuela con aquello de “no lo saca porque no quiere”. Pues valiente memo, porque si quisiera, se evitaba las collejas de los padres, la vergüenza de los compañeros, la mirada de los profesores y tener que madrugar en verano para estudiar la Física y Química, el Latín, las Matemáticas y la Lengua.

Pero señores, veamos la parte buena de todo esto, que no es que no veamos al Juli por Madrid, que a uno le importa un bledo que venga o no a Madrid, como el que lo hagan esas figuras de pitiminí de la Tauromaquia 2.0; pero creo que si se pasea como figura, tiene la obligación de mostrarse en Madrid. Igual ahora le da un arrebato y empieza a enfrentarse a ganaderías de otras sangres que no sean las de Domecq o Núñez. ¿Y si se pone a catar los albaserradas, los Buendía en sus diversas variantes, los Cuadri, Miura, Ibanes, Atanasios o lo que se le antoje al señor empresario de turno. O que de repente decide empezar a darle todas las ventajas al toro, llevar la lidia, adaptarse a lo que le pide cualquier animal. Quién sabe. Solo tenemos que esperar y ver si El Juli se va, si se queda con todas las consecuencias, si rehúye la pelea y solo se presta a caminar por sendas confortables o si únicamente se ha echado a un lado, para no molestar a los que van y vienen de triunfo en triunfo de plaza de talanqueras a plaza de tablones, o sea, lo que él ha venido haciendo hasta el momento presente. Don Julián, estamos que no vivimos, por favor, denos señales de vida y márquenos el camino.

martes, 11 de diciembre de 2012

Resumen de la temporada, Madrid y su afición



En este año de reivindicaciones y disputas, estos señores y yo os deseamos a todos mucha felicidad en las fiestas y el año que se nos echa encima

¡Madrid, que te quedas sin gente! Esa era la frase que se escuchaba hace años cuando los hijos de la Villa y Corte, que son todos los que aquí viven, sin tener en cuenta su procedencia, se encaminaban a las playas de Levante y Andalucía para pasar el verano, o a los pueblos de origen, o a las elegantes ciudades del Norte. Dejaban el Foro vacío, convirtiéndolo casi en una ciudad fantasma, por escasez de almas que atascaran sus calles, porque los turistas, por muchos que fueran, no eran capaces de llenar el hueco dejado por los madrileños ansiosos de sol, playa, descanso y paseos por el pueblo.

Pues trasladémonos al coso de la calle de Alcalá y exclamemos ¡Madrid, que te quedas sin afición! Y apliquen todo lo dicho anteriormente a la plaza de Las Ventas. Solo unos años después, pero las circunstancias son idénticas. Unos aficionados que antes poblaban los tendidos, gradas y andanadas, que hartos de tanta vulgaridad, tanta pantomima y tantas ilusiones dinamitadas por la ineptitud y ansias recaudatorias de una empresa, con el consentimiento de la Comunidad de Madrid, han abandonado su punto de encuentro con la Fiesta de los toros, la plaza. En su lugar se han incorporado otras gentes, nuevos aficionados perfectamente adoctrinados por los medios de comunicación, especialmente por la tele de las corridas, por gentes que sacan su entrada con el único objetivo de ver cortar orejas para luego poder contarlo a los amigos y los que acompañan al paisano que esa tarde se viste de luces, con la tarea de sacarle por la Puerta de Madrid a fuerza de sacar pañuelos a dos manos.

Entonces es cuando esos señores, acompañantes o seguidores de ídolos de cartón, lanzan las campanas al vuelo, porque su torero ha triunfado en Madrid. Pero no nos hagamos trampas en el solitario, si los que piden las orejas son los isidros y transeúntes ocasionales, entonces no es el aficionado de Madrid, aquel que antes tanto se valoraba, el que les ha sellado el visado como torero bueno, dominador y de arte. Porque haber si nos damos cuenta de una cosa, las piedras de Las Ventas no imprimen carácter. Uno, por mucho que se roce con el granito de los tendidos, no recibe el saber taurómaco por ciencia infusa, y si no podemos decir saber, digamos que no se ve inundado por el gusto que siempre ha tenido esa plaza. Puede que muy diferente a las del resto del mundo, pero era el que tenía y el que se tenía como baremo para calificar a toreros y ganaderías que por allí pasaran.

¿Y por qué todo este preámbulo? Pues muy sencillo, para explicar sucintamente el declive y bajada a los infiernos del adocenamiento de esta plaza. Ya no se ve el no hay billetes todas las tardes de feria, que algo quiere decir, y a veces, aunque se agotara el papel, era significativo el vacío de localidades de grada en el sol y de las andanadas. Que si leemos entre líneas, nos damos cuenta de que hay muchos que han preferido quedarse en casa, aún con la entrada en el bolsillo. En San Isidro se vendieron muchos menos abonos que hace dos o tres años; vale como excusa la crisis, pero el que se quede en este argumento, de nuevo se engaña a si mismo. Ha habido otras crisis, y en mayo se llenaba la plaza casi todas las tardes. Igual es que el desinterés empieza a adueñarse del público.

Pero aparte del desinterés, no hay que ocultar el preocupante bajón en el nivel de exigencia, que ha sufrido la plaza. Actuaciones que hace no más de diez años causaban risa, crítica y censura procedente de los tendidos, ahora son jaleadas como hazañas del Capitán Trueno. Han saltado al ruedo animales infames, que si no se han caído ha sido porque ni se les ha castigado, ni se les ha sometido, aunque esto no le importara a nadie, lo que esperaban era ver cortar orejas. Tan estricta en otros tiempos a la hora de juzgar la suerte suprema, ahora solo se valora la rapidez en hacer doblar al toro, ¿para qué? Para seguir pidiendo orejas. La protesta, muy reducida tanto en intensidad como en expansión por los tendidos, así como la duración de esta, en demasiadas ocasiones es casi algo testimonial, una expresión de cuatro que se aferran al pasado, que son tomados como locos por el resto del respetable. Atrás quedaron aquella andanada del 8, el más reciente tendido 7, del que solo quedan algunos restos fosilizados, y por supuesto los tendidos de sombra que ya en otra época, eran verdaderos Torquemadas taurinos. Aquello era la afición de Madrid, mucho más protestona y ruidosa que ahora y mucho más entendida que lo que hoy se aposenta en la piedra de Madrid.

Madrid ya no marca el camino, ahora Madrid imita a otras plazas; si Manzanares triunfa en Sevilla, también lo tiene que hacer aquí; si en Albacete se aprecia sobremanera las eternas faenas de Perera, pues aquí también; si en México se idolatra a El Juli y Talavante, ellos no van a ser menos. Qué tiempos en los que un torero salía catapultado de Madrid. Y lo peor de todo, es que si las cosas no salen como marca el guión, a esta nueva afición le entra sentimiento de culpabilidad. Él solo se inventa coartadas. De siempre han sido conocidas las novilladas que se echaban aquí, pero ahora resulta que nos parece inhumano, porque los chavales vienen con dos o tres festejos en la talega; cómo si nosotros tuviéramos la culpa. Que no los traigan, porque al que pasa por taquilla se lo cobran como si fuera bueno. Lo mismo ocurre con el ganado. Cuando no son los hierros que las figuritas se traen bajo el brazo, son ganaderías infames, cuya única virtud parece ser lo arregladito de su precio y las facilidades de pago de que se beneficia la empresa.

Y dirán, ¿esto qué tiene que ver con la afición de Madrid de siempre? Pues nada, pero no pensemos que lo que se sienta en los tendidos no es el público de Las Ventas, no cometamos ese error, porque nos guste o no, esa es ahora la que se llamaba la primera plaza del Mundo, pero que va desbocada al abismo para convertirse en una más en el circuito de los Coros y Danzas del taurinismo. Aunque no se crean, todavía queda ese el grupo de los incrédulos, esos que habitualmente se pasaban por aquí dos o tres veces al año para empaparse del espíritu venteño, y que respiraban el toreo desde que asomaban por Manuel Becerra; pero se dan cuenta de que es inútil hacerse una montonada de kilómetros para ver toros, que con ir a la capital de su provincia o a las fiestas de su pueblo, es suficiente y además se ahorran el paseo en coche.

Mientras seguiremos viendo como aplauden en el arrastre a un manso que pasaba por la muleta con el ánimo de un tractor a pilas, se protestarán cada vez más los mansos, gritándose eso de “Fuera ese toro”, como di esperaran que el señor presidente cometiera el error de mandarlo para adentro. Aprovecharán el primer tercio para llamar al de las bebidas, porque el caballo es algo de otro tiempo y no respetarán aquello que era tan sagrado en los toros y ejemplo para todo el mundo, eso de no ocupar, ni abandonar su localidad durante la lidia de cada toro. Pero no nos engañemos, ahora, así es Madrid y su afición.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Qué supone la Fiesta en mi vida



Siempre el toro
Hablando de toros con amigos, consciente o inconscientemente, en algún momento de las conversaciones decían lo que era para ellos este veneno de los toros, porque al final eso es lo acaba siendo, aunque los motivos sean muy variados, pero al mismo tiempo acaban siendo muy similares: la herencia de los mayores, un fuerte vínculo con ellos, un mundo poderosamente atractivo, el campo, la naturaleza, la fuerza, la pasión… y así hasta un largo etcétera, pero ya digo, la conclusión es que todo converge en el toro, en la pasión.

Todo esto quería recogerlo en una entrada y así lo pedí en Facebook. Y aquí están las respuestas de unos valientes que salieron a la arena con la verdad que les exigen a los toreros, dando el medio pecho y ofreciendo la femoral al juicio de los demás, pero yo, sinceramente, pienso que quien no sepa apreciar este ejercicio de honestidad y valor debería replantearse muchas cosas. Aquí están las respuestas tal y como ellos me las dejaron. Solo he tratado de eliminar las referencias directas que me hacían a mí, siempre y cuando no cambiaran el sentido de sus palabras.

Qué supone la Fiesta de los toros en mi vida....Pasión, Ilusión, Amor, Ternura, Locura, una forma o una manera de vivir.....la fiesta de los toros es Emoción,..., es mi vida. (Antonio Vaquerizas)

Para mí a sido mi vida entera, de ella hemos vivido mi familia durante media vida hasta que empezamos a vivirla solo como aficionados (ahora), he crecido ya mamando los toros en mi casa con lo cual era complicado que no me gustasen, gracias a ello tengo una total y absoluta devoción por el TORO, no entiendo la fiesta sin EMOCIÓN, gracias a la fiesta he conocido a muchos de mis mejores amigos que hoy en día no contemplo mi vida sin ellos, son muchas cosas las que me a dado la FIESTA, no se si te vale para tu idea todo esto. (Cristina Barba)

Más que la fiesta en si, yo diría que EL TORO para mi lo es casi todo en la vida. Es una manera de vivir, de adquirir unos valores que difícilmente los encontraré en otro lado, es un sentimiento, una superación de mis propios miedos. El toro es una adición maravillosa. (José María Pérez Marín)

Es seguir apostando por la última liturgia viva de occidente, es emocionarse con la verdad y lo puro, es desilusión y exigencia, es volver a retomar una herencia recibida, es poder compartir momentos irrepetibles con personas únicas, es aprender, es sentirse vivo! (Gloria Cantero Martínez)

Mi abuelo ha estado de tienta con JOSELITO, en lo de Alves do Río, luego me hablaba de Manolete y me decía que Ordóñez era el más grande y después apareció un tal de Ojeda... y (joder los toros y los toreros y afines...) hasta el día que... CURRO VALIENTE Y PUNTO..."la media aquella que le ha “pegao” ahí hace un ratito"... ¿te acuerdas Enrique? Eso ningún francés nos lo puede quitar. (Qué supone la Fiesta de los toros en mi vida....Pasión, Ilusión, Amor, Ternura, Locura, una forma o una manera de vivir... la fiesta de los toros es Emoción..., es mi vida. (João Rodrigues)

En mi familia hay gente dedicada al mundo del toro, algún mayoral por ahí. De pequeña ir a la ganadería era pánico para mi, nunca quería ir por miedo a los toros. Pero por suerte mi padre llevándome a los toros y luego conociendo a julio al cual también le apasiona el toro, acabamos con abonos en Madrid y recorriendo España y un poquito de Francia disfrutando de las plazas y conociendo costumbres y gente de allí que te cuenta sus fiestas y compartiendo hasta merienda sin conocerte. No me imagino no poder volver a una plaza a aplaudir a disfrutar y a emocionarme que ha ocurrido alguna tarde también. Y celebrar mi cumple en esa grada con amigos que aunque sea 40,50 o 60 días al año los consideras amigos. (Yolanda Fernández) 

Desde que me aficioné al TORO, tanto en festejos populares y sobretodo, y no se me olvidará, con los terroríficos "Palhas" en San Isidro hace unos añitos, tengo claro que lo que más me ha aportado han sido unos valores por los que regir la vida, y sobre todo basado en el respeto. El TORO ha sido incluso un animal donde me he fijado para proseguir en mis andanzas. Crecerse ante el castigo e intentar no dejar nada por perdido luchando hasta el final. Por lo tanto el TORO forma parte de mi vida, me ha servido en ella y para encontrar nuevas y grandiosas amistades junto a sensaciones indescriptibles. Le debo mucho. (Alejandro Pastor Jabonero) 

Para mi la Fiesta es un compendio de numerosas facetas: casta, bravura, valentía, coraje, torería, arte, perseverancia, temple, ritmo, compás, empaque, codicia y así un largo etcétera...pero lo fundamental es un torero pudiendo a un toro, entendiendo sus dificultades, sus necesidades, y lidiándolo de forma consecuente a las mismas -o bien todo lo contrario, el toro siempre destapa a quien no ha sabido entenderlo y ensalza al que sabe interpretarlo y ejecutar lo que pide; es el juez supremo- Y la lidia, por supuesto: ese patrón no escrito que se adapta a cada toro, haciéndole las cosas correctamente desde que sale por la puerta de chiqueros hasta que el tiro de mulillas lo arrastra al desolladero. En ocasiones, surge el arte, que a mi juicio siempre aparecen sus cotas máximas cuando se cumplen unos cánones de pureza y verdad. Y cómo no, tiene su parte de historia, y no solo taurina: ahí está ese despeje a la usanza de los tiempos de Felipe IV, o esos trajes de luces basados en la composición del traje popular español del siglo XIX. Por último, cuenta con ese factor de rito, que sigue unas estrictas normas, una liturgia; es una ceremonia de la cual trascienden numerosos valores, pero ante todo, donde se funden los dos conceptos que más dudas e incertidumbres han levantado en la historia de la humanidad: la vida y la muerte. (Víctor Foguer) 

La Fiesta para mi es una metáfora perfecta de la vida. Es un arrebato racional, el desgarro y la valentía activa frente a las desavenencias de la vida. Un arte que traspasa fronteras culturales aunque su identidad sea hispana y que abarca las demás expresiones de lirismo de nuestro pueblo. Una pasión heredada de mi abuelo y una forma de sentir que va más allá de lo que acaece en el ruedo; es el aroma, el ambiente añejo que se respira; en una tarde de toros se pueden vivir innumerables emociones debido a que el toro no conoce el guión. Reúne además una compendio de valores que en la sociedad se están perdiendo y que yo admiro; el orgullo, la caballerosidad, la admiración, el respeto máximo al que lo merece, la "vergüenza torera", la valentía, el dar la vida por lo que uno siente...Es la vida y la muerte unidas en un hilo muy fino quebrantable a cualquier despiste, el poder estar en el cielo y caer ante el mínimo error...El ver cuatro pases del toro a un paño rojo y saltar del asiento por sentir un eclipse en tu alma. La inteligencia del humano, que planta cara sin aspavientos ni engaños al poder físico de un animal de más de 500 kilos, frente a frente, sin artificios de ningún tipo y con la verdad por delante, siendo fiel a lo que piensa, a lo que siente. (Emilio Roldán)

Espero que haya emocionado a todos como me emocionó a mí. Muchas gracias a los autores de esta entrada, que para mí ha sido una de las más interesantes de las publicadas en este blog, porque cumple uno de mis deseos, el que sean los aficionados los que hablen, igual que en muchas ocasiones lo hacen cruzando comentarios sobre lo que aquí se dice, que al fin y al cabo no es otra cosa que lo “Qué supone la Fiesta en mi vida”.

lunes, 3 de diciembre de 2012

De EJEcutores, EJErcicios, EJEmplos, vEJEstorios, sin saber dónde está el EJE

No creo que haya un EJE mejor, que unos buenos mozos con trapío y encastados


¡Eje! Se le dice al toro para llamar la atención, ¡eje! dice el que esboza una medio sonrisa, ¡eje! el que muestra cierto acuerdo con su interlocutor, anda que no hay “ejes” ni nada. Si queremos halagar a alguien, decimos que es un EJEmplo; si se le recomienda una vida sana, se le manda a hacer EJErcicio; para una labor complicada y que no permite fallos, se echa mano de un buen EJEcutor; y cuando no se cuenta con alguien, a veces se le quiere apartar diciéndole que es un vEJEstorio, como si esto fuera un insulto. Pero no todo el mundo provoca tanto enfado, tanto consenso, tanta risa e incluso burla, a veces indignación y otras vergüenza ajena, que don Álvaro, el amo de Núñez del Cuvillo.

Vamos a hablar de don Álvaro y para eso hay que haber hecho antes un punto y aparte, y una vez hecho, pues cojámonos de la manita y hala para adelante. Resulta que a este señor que tanto se emociona cuando tiene que llevarse un toro de vuelta a la finca, el toro le importa un pimiento; y se nota, vaya que si se nota, aunque cuando es porque se lo indultan, bien que le gusta luego salir en los medios, no muchos, porque ya se sabe como casa de mal esto de los medios y los toros, pero en los que lo admiten, bien que le gusta aparecer. Que si fue un momento histórico, que vaya suerte la que tuvo con ese torero… Vamos a ver, ¿cómo puede hablar de suerte de que a un torero le toque uno de sus toros? Ahora va a resultar que es cuestión de suerte el que sus corridas las mate Manzanares, Morante y todos los que van siempre detrás. Pero hombre, piénsese usted las cosas, si son los que le matan todo, hasta el pulgón en las macetas del balcón, ¿cómo va a ser cosa de la fortuna? Si en el esportón llevan sitio para los capotes de brega, capotes ligeros, pesados, de vueltas amarillas, azules, muletas para viento, muletas livianas, palillos largos, cortos, medianos, con mando a distancia, con agarre telescópico, banderillas por si el maestro dice “Niño los palos”, con los colores de España, Andalucía, Extremadura, Navarra, la Rioja Ucrania, Rusia y Bielorrusia, el fundo con las espadas, la de pinchar, la de los bajonazos, la de los julipieses, de Toledo, Albacete o made in Taiwan, con sus correspondientes verduguillos, ayudas, ayudas para las ayudas, algunos también una silla, para lo que surja, el termo del café, la caja de puros y hasta la FX 4 de Gillete, por si hay que arreglar las patillas y en el espacio que sobra, meten dos corridas con dos sobreros cada una del hierro de don Álvaro. ¿Cómo va a ser cuestión de suerte el que le maten toda la camada. Suerte sería el que un año lograse componer una corrida completa medianamente digna para Madrid.

¡Ay Madrid! Menudo EJEmplo hemos ido a tomar, la plaza de Madrid. Anda que no tendrá el señor ganadero una camada amplia, anda que no habrá donde elegir, que no habrá veedores que van y vienen; pues nunca cogen los buenos, nunca escogen los que a don Álvaro le gustaría que señalasen. Siempre van y se deciden por los más aborregados y con menos guapura de toda la finca. ¿Se puede tener peor suerte? Y él, pues tampoco les va a llevar la contraria, que los maestros los quieren gatunos, pues ¡Ea! pa’lante, y entre las dos corridas que se le llevan del campo, no aciertan con ninguno de los buenos. Que desdicha que no encuentre la dicha en Las Ventas, en tardes de claveles y geranios solaperos.

Tiene don Álvaro el orgullo de que sus toros sean los preferidos para hacer arte de los más grandes toreros de la historia, porque él ofrece casta, bravura, lámina y por lo que se ve, un magnífico sentido del humor. Humor que algunos le hacen perder por impertinentes, como ese tal José Tomás, que ha decidido no tocarle ni un animal en lo que le queda de vida taurina. Pues él se lo pierde. A don Álvaro con esas, a él que tan bien ha entendido esto de la Tauromaquia 2.0, a él que como un doctor Frankenstein ha contraído una criatura dócil, colaboradora, educada, con aguante, porque anda que no le tienen que tocar las palmas, para que el animalito tire un derrote. Es que con estas obras de arte, no necesita de títulos, ni menciones honorarias, ni doctorados, ni gaitas en adobo; él es el que marca el camino.

Ahora se nos desmelena con lo de los EJES, con no sé que problema que tiene, que si el toro, el torero, la madre que los… El caso es que “porque no engrasa los EJES, le llaman abandonao, y si a él le gusta que suenen, pa’ que los ha de engrasar”. Pues es usted muy dueño, pero no le vendría mal una manita de grasa, aunque lo primero de todo tendría que ser el identificar cuál es el origen de todo esto, cuál es el por qué de su existencia, no sea que provoquemos un desvío del EJE de rotación de la tauromaquia y provoquemos un cataclismo de insospechadas consecuencias. Que la última vez que la Tierra se puso a cambiar el ángulo de inclinación se ventiló de golpe a los adorables dinos, se llenó todo de hielo y se inventaron los saltos de esquí del día de Año Nuevo. Así que ojito con estas cosas, no vaya a ser que de un meneo de estos desaparezca definitivamente el toro de lidia, se cubra todo de arte y nos veamos a Arrojado dando las Campanadas de Fin de Año, con un vestido super escotado, haciéndole la competencia a Anne Igart…, a Anne Igururt…, A Ramón García.

Don Álvaro vamos a dejarnos de cosas raras que encima luego le cuesta un mundo explicar para intentar quedar bien, que sí es verdad que es lo que muchos quieren oír, pero como la cosa no salga bien, entre los primeros a los que van a mandar a purgar sus vergüenzas, v a a ser a usted, que se está significando demasiado como dinamitero de la Fiesta de los toros, no de los toreros, y que nadie le agradecerá los servicios prestados a la edificación de la Tauromaquia 2.0, que por otro lado se ha construido con paneles prefabricados, que igual no aguantan una buena tormenta de primavera. Y luego le echarán en cara el que usted, con sus EJErcicios de pirotecnia para no iniciados, es el más claro EJEmplo de perversión taurina, que le acusen antes que a los antis, como el verdadero EJEcutor de la Fiesta y que acabe como un vEJEstorio arrinconado, sin disfrutar de la anhelada jubilación dorada, recogiendo parabienes por el mundo. Y todo esto, por no haber sabido cuál era el verdadero EJE de la Fiesta, primero el TORO, después el TORO y por si quedara otra posibilidad, también el TORO.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Resumen, escaso, de los toros en una temporada

Si Sánchez Mejías volviera la cabeza...



Qué complicado me resulta empezar. Yo que pensaba hacer un resumen de la temporada lleno de loas, alegorías bíblico taurinas paridas por los dadaístas; revelaciones antropológicas del fundamento de los toros de Gerión, que seguro que eran Juan Pedros; preguntas y respuestas con las que se cernía la amenaza y se albergaba la esperanza de que no se nos desplomara encima la espada de Damocles, que se dice que era una ayuda, que la buena la guarda el mozo en el fundón. Pero claro, si el error parte de la base de la mala elección del tema, pues ya vamos como fastidiados, jodidillo que diría el pueblo llano, pero que yo no me atrevo a decirlo, hasta ahí podíamos llegar.

Pues nada, ¿sabían ustedes que este año ha habido un montón de corridas de toros y novillos en la Plaza de Madrid? Pues yo tampoco, aunque allá por marzo, llegué a creer que así iba a ser. La Feria más importante del mundo, el acontecimiento taurino dónde se reúne los más granado de los toros entre mayo y unos de días de junio. Los ganaderos criando a sus pupilos; unos crían toros y otros productos. Los toros se los matan toreros que tragan con todo y los productos los “atorean” los exquisitos hartistas del G… Desgraciadamente, en las excavaciones arqueológicas no se han encontrado restos de toros de verdad en los días de postín en que aparecían estos mozos, así que pensaremos que no hubo toros, que echarían salmonetes tullidos.

De los otros, aunque con escasez, algo se ha hallado. Una corrida de Baltasar Ibán interesante, pero que se permitió el lujo de mandar un toro por coleta para que alguno se pusiera gallito. Toros que mostraron las dificultades propias del toro, pero que en cuanto se daban cuenta de que allí había pelea, no volvían la cara ni un segundo y para colmo, si alguien estaba dispuesto a pararse y mandarle, hasta se entregaban en la muleta. Pero uno tras otro fue trapaceado vilmente, sin que nadie supiera hacerles el toreo. Spínola decepcionó, Serafín Marín estuvo a lo suyo, que últimamente es poco y Pinar, pues eso, como todos los pinares que se precien, para echarse una siestecilla ala sombra.

Hubo otro día en que se anunciaba una ganadería de esas que tan bien les viene a los empresarios para rellenar y sacar sus buenos duros, arriesgando muy poco, pero cuando los isidros ya estaban acabando de limpiar las bandejas de pasteles, canapés y escurriendo las últimas gotas de güisqui, va y sale un sobrero de Hermanos Domínguez Camacho; que feo era el condenado, cinqueño según decía el papel, pero que parecía un novillote sacado de la inclusa. Pero como pasa muchas veces, el tío no era muy agraciado, pero sí muy salado; empezó a contar chistes por el ruedo, buscando los caballos, empujando metiendo los riñones, sin importarle que le acribillaran allí mismo. Lástima que se doliera de los palos, pero el animalito no paraba de embestir. Morenito de Aranda lo confundió con un Juanpe y no le picó lo que debía. Y lo que pasa en estos casos, que el toro se te va subiendo a las barbas y cuando quieres darte cuenta, zas, ya lo tienes subido a la chepa, con lo que molesta un toro en el lomo. Que si violento, que si incómodo, que si pegajoso, pero la verdad es que el matador no pudo con él y allá que se fue el sobrero con la gloria que no se ganó el torero y la que el torero no le concedió en la lidia.

Se acababa la feria con los toros de Cuadri, esos tan grandones que es imposible que embistan bien, tan “fuera de tipo” que no son aptos para hacer el “harte”, pero mire usted por donde, que año tras año ponen en ridículo a los que con mala idea hacen estas afirmaciones. No fue la corrida tan espectacular como el año anterior, quizá porque le faltara un toro como aquel Frijonero o aquel castaño que levantaron al público de sus asientos. O a lo mejor si salió ese toro, el primero, pero con tan mala suerte que fue a caer en las manos de Rafaelillo; este ya le puso el cartel de “No vale”, en cuanto le vio salir parado y ya ni se fijó en las tres entradas al caballo, dónde se le castigó mucho y mal, ni en la distancia a la que se venía al caballo, ni la forma de empujar, ni en su bravura, ni en la nobleza que tenía dentro el Cuadri, que seguro que con insistirle un poquito, hasta se arrancaba por fandangos. Hubo dos toros más que podrían haber mostrado algo más, mucho más, pero ¡ay! la suerte, la mala suerte, quiso que cayeran también en manos del murciano. Y no digo yo que estos se hubieran lanzado a pegar quejaos, pero pongo la mano en el fuego que al menos habrían acompañado al primero al toque y con las palmas.

Que hartura de San Isidro ¿verdad que sí? ¡Ohú Quillo! si es que no se acaba nunca. Pero a nada que te descuidas, llega lo del Harte y la Kultura, que es como en los condenas, seis años y un día; pero aquí son mil tardes y las del Harte. Que lo único que es, es que nos juntan todas las que se podrían dar en junio y julio, pero todas seguidas. Pero na’ de na’, al menos para meterlo en este resumen, podía a lo mejor uno de Valdefresno de David Mora, pero no, creo que hay que exigir un poquito más, que tampoco mucho. Luego más ciclos de los señores de la empresa de Madrid, que si el Ocho Naciones, el Camino a las Ventas, o como se llamara, las nocturnas que empezaban a las seis de la tarde con un solazo que aplastaba, lo de los encastes del Cretácico para estrellarlos y poder decir que queremos imposibles. Pero miren por donde, que van y se traen una novilladita de Mauricio Soler Escobar y dos de José Escobar, Gracilianos; una hermosura, para el espectador, que para los tres chavales fue un calvario. Era por aquellos días en los que El Juli se autoproclamó defensor de la novillería. Bien presentados, como ha sido casi siempre el novillo en Madrid, y con mucho que torear, pero mucho. Lo que no admitían era el pegapasismo. Encastados y a los que primero había que poder, lidiarles y hacerles las cosas muy bien, porque si no luego te lo echaban en cara, y para oponerles mando, firmeza, torería y ganas de ser. Cualquiera de los tres pudo haber pagado la entrada de una finca en Salamanca o en las Marismas del Guadalquivir, pero la falta de preparación, el poco gusto por lo clásico y la falta alarmante de recursos les hizo que no pudieran ni ver el piso piloto de Urbanización Puerta Grande, a cinco minutos del centro de la gloria, con magníficas comunicaciones a todas las plazas de España y alrededores, y una magnífica zona social a la que se acercarían los señores empresarios para firmar contratos para las ferias más importantes.

Ya ven, es hablar del toro de verdad y a uno se le va el santo al cielo. A ver si va a ser verdad que a uno le gusta esto de los toros y que lo que le ponen delante tarde tras tarde no tiene nada que ver con la Fiesta de los toros. Qué uno hasta se emociona cuando un toro se comporta como tal, y que no lo puede evitar, porque esa chispa salta de repente, sin tener que pararse uno a medir con una regla si la pierna, si el peto, ni nada de nada, la verdad te pincha y saltas del asiento, al contrario que la farsa, que te aplasta y te fatiga. ¿Qué es muy poca alegría para tanta juerga? Pues sí, porque de esas sesenta y tantas tardes, es muy triste que nos quedemos con los nombres de cuatro ganaderías. Pero luego oiremos y leeremos las bobadas de los ejes de la Fiesta y todo eso, pero ya digo, eso son supremas bobadas, que aún dudo si el autor lo pensaba en serio o estaba en el Festival del Humor.

PD.: ¿ustedes creen que merece la pena hablar del público y su comportamiento durante esta temporada pasada? Según me manden, así haré.

martes, 27 de noviembre de 2012

Madrid se empequeñece, ¡El derecho a mi grada!

Tanto se molió los sesos el genio de Gelves en el diseño de Las Ventas y a lo mejor a los señores de Taurodelta les bastaba con el aforo de la Carretera de Aragón.



Qué bonita está quedando la obra de la tapadera de la plaza de Madrid, qué gran obra, tapar la plaza de toros de las Ventas del Espíritu Santo; ¿será para que no se escape la pestilencia de lo que allí dentro están cociendo unos negociantes sin alma, ni afición y que han demostrado con largueza el tamaño de su ineptitud? Solo han sabido hacer negocio a base de recortes en los derechos de los aficionados, en la grandeza de la Fiesta y ahora ya no únicamente en la integridad de la que se decía que era la primera del mundo, sino en su capacidad. Además de contar con la complicidad de la administración autónoma, rebajándole el canon, permitiendo que apliquen el incremento del IVA con una diligencia propia de los sabios, haciendo oídos sordos, cerrando los ojos y aceptando una programación de festejos infame e insultante dando asilo a toda la vulgaridad que campa por la Fiesta. Miren que ya no digo nada de la reducción de festejos, que también, pero cuando uno se estrella con el coche, se rompe la pierna por tres sitios, sufre lesiones internas en riñones, intestinos, bazo, estómago y pulmones, despierta a duras penas del coma inducido y tiene que pasar más de un mes en cuidados intensivos, ¿le va a preocupar un esquince en la muñeca? Pues esa merma de festejos, comparado con el resto, es un esguince de muñeca.

Qué pena que toda esta hermosura que heredamos de nuestros mayores, ese vínculo que nos mantiene unidos a los que ya se fueron, que reúne a amigos, que establece unos lazos muy especiales con los que vienen detrás, que produce el encuentro entre generaciones, entre regiones, ciudades y gentes de ambos lados del mundo, todo esto, todo, ha caído en manos de unos inútiles con malas intenciones, apoyados y coreados por estúpidos que se creen las necedades que quieren convertir en el nuevo dogma de la Fiesta.

Uno no deja de escuchar a toda esa panda de idólatras del becerro de oro de la empresa de Madrid, que son un prodigio de gestión, de organización y de todo lo que se nos ocurra acabado en “ción”, pero si nos detenemos unos momentos en analizar a grandes pinceladas su labor en Madrid, nos damos cuenta de que son los gestores y organizadores idóneos de la ruina que ellos mismos han creado. Es como si desde el primer día hubieran puesto todo su esfuerzo en hacer de la plaza de Madrid una plaza a su medida. Lo contrario de lo que podría pedir la lógica, que ellos alcanzaran el nivel de exigencia y compromiso propio del coso de la calle de Alcalá. Empezamos con un declive notable en cuanto al ganado anunciado. En un principio la excusa era que querían dar a conocer nuevos hierros, lo que no está mal del todo, pero hecho con mesura y conservando lo mejor de los ya conocidos, sin llegar a exiliarlos de Madrid. Pero enseguida se les vio el plumero. Lo que pretendían no era otra cosa que comprar barato y venderlo como si fuera bueno. Si tantas ganas tuvieran de descubrir nuevas vacadas con posibilidades, no se empeñarían en traer año tras año a ganaderías que han fracasado estrepitosamente cada mes de mayo, incluso hasta dos veces. ¿Qué me dicen si no de Núñez del Cuvillo? Aunque después de las bobadas que he leído que dice el propietario de este hierro, uno ya está preparado para todo. Si uno además se para a ver lo que sale de cada camada por esas plazas de Dios, no tiene que fijarse mucho para darse cuenta de que a Madrid ya no viene lo mejor de cada casa. Pero claro, es que los bombones hay que pagarlos, no solo bien en cuanto a la cantidad, sino a tiempo. Ellos apalabran y apalabran pero no sueltan la mosca y si entre medias asoman los mozos peñistas de Brazabuey y ponen la tela por delante, ¿a que no saben donde irán los toros que apalabraron los señoritos de Taurodelta?
Monta su peña de San Isidro, el Aniversario/ Arte y Cultura/ Timo de la estampita y Otoño y ya se han cansado. Ya la ciencia no les da para montar corridas de toros en junio, ni casi en julio, se inventan rollos macabeos para disfrazar los detritus taurinos con apariencia de novilladas con novilleros que están más para aprender a coger los trastos que para torear en Madrid, y así van trampeando. Porque no nos engañemos, lo de la feria en mayo es poner sobre la mesa los toreros afines, los que apoderan ellos mismos o los capos de otros clanes que harán lo propio con los suyos, sin opción a poder ver a José Tomás o a otros toreros del gusto de Madrid, aunque cobren dos pesetas. Lo del ganado no supone ningún inconveniente, porque si no vienen los figurines con sus mochuelos debajo del brazo, siempre habrá una de cada hierro de los Lozano, de las franquicias Fraile o todo lo de Juan Pedro, bien por vía familiar, bien por vía ladrillera de nuevo rico con ansias de figurar.

Piden que se organicen menos festejos, que la temporada empiece más tarde, que acabe más pronto, claman por evitarse las novilladas del verano porque dicen que no son rentables, que no va nadie; lo cuál es absolutamente cierto, pero claro, es que el aficionado de Madrid va a los toros a ver toros, no a pasar la tarde. Si lo que le dan no interesa ni a los mozos de Brazabuey, ¿cómo van a pretender que vayan los más fieles a la piedra venteña? Y ahora se inventan lo de la tapadera, pero dejando fuera las gradas y andanadas. Hace unos años se hablaba de posibles soluciones para ampliar el aforo de las Ventas y ahora lo reducimos drásticamente, ¿pero qué es esto? Cuando no empiezan los sesudos taurinillos a pedir que se disminuyan las dimensiones del ruedo. Señores, la cosa está muy clara a estos caballeros les viene todo esto muy grande. Si empezamos quitando calidad en la tela del traje, reducimos el forro, eliminamos el chaleco, aunque se pierda elegancia, los zapatos los compramos en un mercadillo, hay que cortar las mangas, la pernera del pantalón y meter de la sisa, entonces blanco y en botella, que les viene muy, muy grande, que ellos iban para organizadores de fiesta camperas y les han tomado por empresarios taurinos. Pues si todo esto no les vale, márchense, déjenlo, olvídense de nosotros y de nuestra plaza, instálense la tapadera en el baño de su casa, inviten a sus torerillos a una barbacoa en su jardín y que se lleven allí a sus mascotas para hacerles cucamonas, déjennos en paz. Que no pedimos más, que lo único que queremos es poder ir a los toros y ejercer el derecho a sacar nuestra entrada de grada o andanada. Que porque a ustedes los dedos se les hagan huéspedes y no les dé su solvencia para manejar una plaza con casi 24.000 asientos, no es para que lo suframos los demás. Ustedes se preparan bien, se pasan unos añitos estudiando, hincando los codos, y luego vuelven, pero mientras, quédense en sus artes, sus culturas y sus mandingas ferroviarias. Que lo único que consiguen es que aficionados que viven para esto, que arrastran a la familia, que les aguanta su pasión con santa paciencia, que envenenan con el toreo a amigos y conocidos, que nos plantemos y digamos ¡ABOLICIÓN de la TAUROMAQUIA 2.0, YA! 

domingo, 25 de noviembre de 2012

Resumen artístico de la temporada de Madrid



Solo un par, el de David Adalid, hizo retumbar la piedra de Madrid
La temporada de 2012 comenzó en la plaza de Madrid allá a finales del mes de marzo, más tarde que nunca y se cerró el 12 de octubre, antes que otros años, más que nada para hacerles una gracia a los señores empresarios que rigen el coso capitalino. Una temporada en la que a pesar de todo se han dado 61 festejos, que ahí es na’; de lo que un servidor, muy humildemente, solo ha podido rescatar el segundo tercio de David Adalid a un toro de Palha, en el que se acopló a las condiciones del animal, que no quería pasar la raya del tercio por nada del mundo, obligando al rehiletero a poner dos pares arrancando al hilo de las tablas, para clavar de dentro a afuera en la cara del animal, Lo que hizo levantarse a toda la plaza con un sonoro y unánime olé. Cabe también recordar las actuaciones de Luis Carlos Aranda, también con los palos, especialmente la tarde del 2 de mayo, ante un nefasto encierro de los Bayones.

Y punto, no hay nada más, tantas tardes para dos tercios de banderillas. Podría pararme a explicar cualquier cosa, pero creo que la falta de argumentos taurinos expuestos por los señores que calzan taleguilla y lucen castañeta, es más que evidente, y yo no tengo ganas de darles más coba. Perdonen mi racanería, pero es lo que me sale. Podría sacar el bisturí, cómo muy acertadamente hacen otros compañeros de blogs y profesionales de la pluma, pero uno no está para aparentar. Lo siento. Once líneas de presentación y narración y ocho de despedida. Una vergüenza que me hace decir con más fuerza que nunca ¡Abolicición de la Tauromaquia 2.0, ya!

martes, 20 de noviembre de 2012

Adjudicados los premios taurinos Toros Grada Seis




Manolete mira de reojo a la Fiesta del momento
Pocas cosas son tan satisfactorias como ver reconocido el esfuerzo, el espíritu de superación y la entrega a una causa. Corren tiempos difíciles para la Tauromaquia, tan difíciles que casi es mejor protegerse de las figuras y taurinos que les orbitan, que de otras amenazas malintencionadas, pero mucho menos letales. Pero al mismo tiempo esto supone para mí un ejercicio de humildad ante las gestas de los que viven del toro. Además me congratulo de que en este segundo certamen ya hayamos podido contar con afamadas firmas que se han echado a la arena y se han decidido a patrocinar algunos de estos galardones; y realmente, coincidirán ustedes conmigo en que en algunos casos, ya hay que tener ganas.

Premio brebajes Don Simón “Arte y Cultura de Mercadillo para borrachuzos”, otorgado a Taurodelta, en la persona de Simón Casas, en reconocimiento a la instalación de esa carpa tan horrorosa que se instaló en la explanada de las Ventas durante la feria de San Isidro, con el agravante de querer hacerlo pasar como un espacio cultural, simplemente porque había colgadas cuatro fotos y por celebrarse allí unas “conferencias”, a cobro revertido.

Premio Adonis de Poliexpan por “la Composición muy Descompuesta y Crispada”, a José María Manzanares, por ese arte que despliega a borbotones, tenso como una estaca, aguantándose los calambres, esperando que le ilumine algún día la gracia de la naturalidad.

Premio Duracell “Yo sigo a lo mío porque yo lo valgo”, a Enrique Ponce, al que le llenan el ruedo de almohadillas y se piensa que es para protestar del señor del trombón por desafinar una nota, mientras su toro interpreta la famosa canción de Mátame muy suavemente.

Premio “A Gladiador y Cabezota no me gana nadie”, para Iván Fandiño, esperando que pague un curso acelerado de toreo artístico y que se olvide de matar los toros a cabezazos, o tirándose en plancha sobre ellos.

Premio Huevo Kinder “Joeeer que chasco”, a David Mora, porque tanto esperar para ver que había dentro y al final es una porquería de juguete que se desmorona en los juegos de los niños.

Premio Máquinas de escribir Olivetti “Para lo que hemos quedado”, a los miembros del G10, perdón, del G10-1, no, no, perdón del G10-2… Bueno ¿nos acabamos decidiendo? ¿o qué?

Premio “Las Trompetas de Jericó”, a Taurodelta, por su labor destructora de la Fiesta, de la plaza de Madrid y de todo lo que se les ponga por delante, menudos son ellos.

Premio “Manolo el del Bombo” al Hooligan más exacerbado, Manu Caballero, por lo bien que disimula al hacer creer que le gusta todo lo que ve en la tele, que todo es grandioso, fenomenal, sensacional, de frenopática, semanal, casual, manual y todo lo que acabe en al, incluido el adverbio nefasto, que ni es adverbio, ni acaba en “al”, pero Manu ni se entera. A ver por qué se va a enterar de esto sí y de la basura que retransmite con Moles, no. Me lo expliquen.

Premio All Bran Me zampe un limón y se me quedó cara de “Sigo cada vez más mosqueado porque tú eres tonto y no me entiendes”, a Miguel Ángel Perera, el torero que no ha podido olvidar que un día le llamaron guapo y no entiende porque no lo repite el público tarde tras tarde, a pesar de los muchos pases que da, a ver si así alguien se lanza.

Premio “El no lo haría” o “el Torero al que le daban pena los toros”, a Sebastián Castella, quién recibirá una donación especial para poder llevarse todos los toros a su casa después de cada corrida, para cuidarlos, curarlos con Betadine, amamantarlos de su propia mano y luego poder enseñarlos a saltar por un aro de fuego, mientras caen en una cama de púas incandescentes, con descargas de 5.000 watios… para que el animal no sufra. No soporta verlos sufrir.

Premio “Yellow Submarine” Tan bien se está en el fondo que le he pillado gusto, a El Cid, por su maestría para navegar en lo más profundo del toreo y conseguir que todavía haya empresas que le sigan contratando, mientra para bajarle el caché le repiten eso de “con lo que tú has sido”.

Premio “Te abandonó el desodorante” Te quedas más solo que la una, para Curro Vázquez, que si quiere enredar en los sorteos, a partir de ahora tendrá que ir al Salón de Loterías y pegar una patada a los bombos, a ver si se desparraman todas las bolitas, para que haya que contarlas de nuevo.

Premio Relojes Bulgari “Hartista de la Kultura”, a Josantonio Morante de la Puebla y su facultad de parar los relojes, pero los de las tiendas de los chinos, los otros no.

Premio “A buenas horas…Hay alguien Ahí, ¿dónde está mi cámara? M'an dejao solo”, a Julián López El Juli, que años después por fin ha visto claro lo de la tele, los derechos de imagen, el que te repitan las corridas más que el ajo y que a veces hay que mirar más a lo lejos y no conformarse con lenteja, cuando dos pasos más adelante te espera una olla hasta arriba.

Premio “La Espiga de Oro” por la postura del Segador que se parte los riñones cada tarde, de nuevo Julián López El Juli, con esa maestría suya para doblarse hasta límites insospechados, manteniendo el tallo completamente paralelo al suelo y las piernas perpendiculares, sin caerse de morros contra la arena. También recibe una mención especial del Colegio de Fisioterapeutas de la Mancomunidad de pueblos del Alto Tajo.

Premio “Cuánta Ilusión” Trabajo menos que Papá Noel y los Reyes Magos, a José Tomás, del que siempre se dice que este año toreará la de Cuadri de Madrid, la camada de Victorino al completo y sucesivos mano a mano con todos los espadas del escalafón que tengan algo que decir, acabando con seis toros para él solo en la Feria de Otoño de Madrid. Mola ¿eh?

Premio Cometa Halley De Pascuas a Ramos y de Higos a brevas me aparezco a los mortales, a José Tomás, que con tres tardes al año y con una mañana de trabajo, deja a todos en evidencia. Incluso con los mismos novillotes que los demás, tiene todavía tiempo de dejar a todos a años luz de él. Ya es triste la falta de reacción del pelotón ¿no?

Premio “Factoría de Ficción”, para Núñez del Cuvillo, con el reconocimiento especial para todo el sector del transporte urgente de ganado por carretera. A esa ganadería que no cría toros, sino que vende productos, que a muchos les hace tener la ilusión de que son toros, pero que nadie se engañe. Quizás saldríamos de dudas si pudiéramos ver la inscripción que tienen detrás de la oreja en que pone: “Made in Taiwan”.

Premio Tocapelot... “Quita, quita, que me descubres”, para Diego Urdiales a quien hay echarle la bronca, castigarle sin postre y sin ver la tele, por esa perra que le ha dado por descubrir el truco de los demás que se visten de luces y que se autoproclaman figuras, artistas, fenómeno cultural y no sé que más mandingas. Y a este riojano no se le ocurre otra cosa que torear toros, darles su lidia, tener una cabeza muy bien puesta y hacer todo con pureza y sentimiento. Habrase visto el tío este. Y para más INRI, yo no le considero profesional, eso es para otros, profesional es un arquitecto, un panadero, un chófer, un médico, este es simplemente torero, ni más, ni menos.

Premio “Erre que erre, yo quiero ser torero”, para Javier Castaño y Fernando Robleño. Uno con muchas limitaciones artísticas, a veces hasta soso y aburrido, vulgarote y que parecía que no iba a ningún lado, pero en esos momentos de tinieblas aplicó la mejor virtud, en caso de duda “el toreo”.  Tomó la vía de sacrificarse por el toro, por lucirlo, por convertirlo en protagonista y, ¿qué consiguió? Crecer como torero, ganarse el respeto de la afición y demostrar que esto no es pegar pases y punto. Generoso con su cuadrilla, generoso con el toro, humilde con todos, pero sintiéndose torero. Algo parecido a lo que le pasa al bueno de Robleño, que este año se ha ganado con justicia el maillot de “Rey de la Montaña”, escalando los puertos más empinados de las ganaderías más duras, Escolares, Victorinos, Moreno Silva y hasta una corrida de leones del Serengueti se habría matado él solito. Pero siempre tirando de las normas de la lidia clásica, esa que sirve para poder a casi todos los toros, y que resulta imprescindible para el resto.

Premio Hamlet “Estoy indeciso, ¿o no?”, a Victorino Martín, que no acaba de saber si prefiere anunciarse como Victorino Martín (Albaserrada) o Victorino Martín (Albaserrada, vía Domecq) y todo esto sin que en su finca haya entrado una res de los bodegueros. Ya es mérito ¿verdad? Pues igual él lo consigue.

Premio Balón de playa “Oye que yo he cumplido”, versión ¿te quejarás como te trato? Tendido Cero, Tele Molés, Toros para todos y todos los programas, revistas y gacetilleros que tan bien se pliegan a los deseos de los dinamiteros de la Fiesta, basta con llenarles la barriga y vaciarles el cerebro.

Premio Trastorno Bipolar El Migue “No hay quien os entienda”, a esos malajes de la Afición de Madrid, que piden unas cosas imposibles y que no se enteran de las maravillas maravillosas que tienen ante sus ojos, ni aunque se las señalen con el pico de la muleta. ¡Cómo son!

Premio Zas en toda la jeta “Es que no aprendemos”, A la plaza y empresa de San Sebastián, que no aprenden en cabeza ajena y han tenido que esperar a que Bildu les ponga el cartel de “Cerrado por cierre de negocio”. Han sido pocos años, pero no han gastado ni un minuto en intentar darle seriedad a Illumbe, ni en cimentar una afición que desde hace años no tenía ningún arraigo con la Fiesta en su ciudad. Y eso del triunfalismo, parece que aquí tampoco ha servido como atracción del público.

Premio a la ingratitud “Ni en México lindo y querido”, a Enrique Ponce, al que unos desalmados osaron llenarle el ruedo de almohadillas por el descontento que les produjo su actuación, aunque el maestro parece que manifestó, completamente convencido, que la bronca no era para él. ¿Alguien tiene por ahí un perro lazarillo y un bastón blanco. Es que ya ni las gafas de culo de vaso le valen al señor Ponce para ver la realidad.

Premio Tocomocho “Me los quitan de las manos, a cala y a prueba”, para Núñez del Cuvillo, que vende toda la cosecha de melones, aunque la mayoría salgan pepinos, pero como unos espabilaos dicen que son dulces y enteritos, pues los demás a tragar. Y cuando viene a Madrid, siempre la misma excusa, es que me compran los que yo no quiero. Joer, pues no los vendas.

Premio ¡Señor, señor! “Al aguante y al estoicismo” versión “no vuelvo más, a mí que me desapunten”, a los lectores de este blog, que no tienen bastante con ir a los toros por esas plazas de Dios, con ver Tele Molés y sus hooligans, que encima vienen a leer aquí a ver si hay alguien tan mosqueado como ellos. Pues igual sí. A todos un abrazo y como digo siempre, seguro que habrá algún premio que alguien eche de menos. Pues nada, lo añadimos y punto. Y enhorabuena a los premiados y a los que no, otra vez será, porque aquí hay para todos.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Maniatados por los pliegos

La cantidad de recuerdos que se nos vinieron a la cabeza al ver aquello de la variedad de encastes



Ya acabada la temporada de Madrid, que esperemos que no sea la última o la penúltima, en otras circunstancias lo mismo estaríamos haciendo memoria de las grandes cosas que hubieran pasado desde el lejano mes de marzo; grandes faenas, soberbias lidias, toros de ensueño y una afición satisfecha con lo sucedido en la arena de la plaza de la calle de Alcalá. Pero nada de eso destaca como el sol en el horizonte, más bien son nubes amenazadoras cargadas de agua como para arrasar todo lo que se le ponga por delante.

Este año comenzaba con la curiosidad de los aficionados por conocer el pliego de condiciones que iba a regir la gestión de la plaza en una temporada que parecía empezar movidita. Pobres ingenuos y nos pensábamos que iban a cambiar unas cuantas cosas de todo este embrollo que es la Fiesta. Lo que se complicó la Comunidad de Madrid para elaborar unos pliegos, que además de favorecer al que tocaba, pudieran ser recibidos por el aficionado con unas gotitas de esperanza. Si ese tocho de papeles hubiera caído en manos de un marciano recién aterrizado en la Guindalera, pues a lo mejor se felicitaba por la serie de cosas que parecían lo que no eran y esos buenos propósitos que jamás se pensó en sacar adelante.

Todo regulado, marcado y estructurado a la perfección. Tantas corridas con tantos matadores del grupo especial, ganaderías de prestigio poniendo especial énfasis en los hierros de distintas procedencias. Magnífico, las intenciones poco se podían mejorar, pero claro si en el grupo Especial figuran los matadores con tantas actuaciones el año anterior, nos encontramos que tenemos que tragar con lo que indica el pie de la letra, César Jiménez, El Cid, Daniel Luque, Cayetano y otros tantos que no son santo de devoción de la afición madrileña. ¿Se cumple el pliego? A rajatabla, pero, ¿el resultado es satisfactorio? En absoluto. El resultado es un timo. Se montaron carteles perfectamente acordes con los pliegos, pero no con el sentido común. Podrían haberse admitido algunas excepciones, previa consulta a la CAM, para anteponer el sentido común a la letra escrita y conseguir que el aficionado fuera el gran favorecido. Pero claro, como todo indica en apariencia que la confección de carteles no obedece a criterios taurinos y al gusto del que paga y sí a criterios estrictamente económicos y que no admiten variación posible, pues así nos pasa, que se cumple el pliego, creando un verdadero disparate.

La respuesta por parte de taurinos, empresarios y políticos es muy sencilla: Para los tiempos que corren son unos carteles redondos, elaborados con mucho esfuerzo. Falta la parte final en la que debería seguir “para forrarnos de pasta hasta reventar”. Esto se lo preparan allá por febrero, si no antes, se junta los capitostes del negocio, intercambian sus cromos de plazas, toreros y ganado y así en un plis plas, se montan todas las ferias del orbe taurino. Que si la de las figuras, la de los artistas, los mediáticos, los atletas, la obligada del parche, los desgraciados que tragan lo que les echen y los que sirven para cuadrar los presupuestos y llegar a las cifras de beneficio deseadas por empresa y administración.

Los pliegos lo regulan todo, el número de festejos, mayores, medianos, aburridos, muy aburridos y aburridos del copón; los puestos a cubrir por unos y por otros, las tardes que tenemos que pagar religiosamente bajo la amenaza de perder el abono, esa valiosa tarjeta que nos da derecho a seguir padeciendo este purgatorio en la tierra. Quién gestionará los destinos de la plaza, la medidas de altura, peso, pecho, talle, número de calzado, del tiro del pantalón, capacidad de entreabrir en cesárea las tragaderas del personal, ya sean ganaderos o toreros para poder ser anunciados en las Ventas, ya sea de los aficionados, para ver si logran mitigar sus ansias de toros. A veces, hasta da la impresión que los que redactan el pliego, que se dice, se supone, que son los señores de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, les han leído el pensamiento a los empresarios que serán los adjudicatarios de la plaza. Que nadie olvide los desvelos de esta administración a causa de la Fiesta de los toros; hasta se preocupan en poner los medios necesarios, sin recortes ni racanerías, para acabar con la temporada, la afición y cualquier cosa que pueda oler a Fiesta con un futuro prometedor. Que si una cubierta para poder dar festejos matinales en invierno, pero que los evitará seguramente en el verano y primavera, justo hasta San Isidro. Pero como nadie es perfecto y los políticos y empresarios menos que nadie, resulta que cuando ya se va terminando la temporada, se recibe una llamada en las altas esferas taurinas de Madrid y se oye que alguien dice por el otro lado del teléfono “¿Falta la corrida concurso, ¿Cuándo pensáis darla? Si no, sabed que incumpliréis el pliego de condiciones”. Y Zasca, corrida concurso de ganaderías con novillos y novilleros, novilleros más verdes que un chiste de Jaimito.

La variedad de encastes se resuelve con un ciclo que un lince bautizó como de encastes minoritarios; hace falta valor. Quizás habría sido más completo llamarlo “Ciclo de encastes minoritarios y novilleros desplazados y poco placeados”. Pero oiga, el objetivo ya estaba cumplido, parecía como si hubieran ido marcando cada una de las casillas del pliego que había en el apartado “Cosas que hay que hacer obligatoriamente”. Lo malo es que la parte más importante de todo iba en una hoja suelta y se traspapeló. Era el apartado donde se añadía que tanto las ferias, como los ciclos, como corridas fuera de abono, como todo el conjunto de la temporada, debía estar cargada de sentido común, el menos común de los sentidos. En aras de cumplir el pliego se han cometido verdaderas barbaridades que nos han venido estallando en la cara a los aficionados, con el inevitable daño que esto produce a los cimientos de todo este chocolate que desde dentro están empeñados en aguar.

Hay señores de Tapadelta, de Simóndelta, Matillasaldos o Choperitas todo para mí, hagan el favor de no cumplir el pliego, cambien tanta legalidad extrema por un poquito de afición. Si es que están en una posición envidiable, aficionados a los toros, como debería ser pensando con lógica, tienen en su mano el traer al ganado que les apetezca y poner enfrente a los toreros que mejor les parezca en ese momento. Un privilegio del que hacen uso, pero interpretando muy mal lo que significa la gestión de las Ventas. De acuerdo que el aspecto económico es importante, pero hombre, no puede ser lo único. Eso si, en este caso nos ajustamos estrictamente a lo marcado por el pliego y nos lavamos las manos. Antes podía darse el caso de que si surgía un matador con cierto interés por esas plazas de Dios, se le veía con más rigor y acababa haciendo el paseíllo en Madrid. O si un cartel triunfaba, tres cuartos de lo mismo. En Madrid, pliegos aparte, se veía lo mejor de cada momento, lo que más atraía al aficionado y sin olvidar los nombres de siempre, tanto si se hablaba de toros, como de toreros.

Habrá quien diga que sin un pliego de condiciones estricto y riguroso, estamos perdidos y abocados a la catástrofe. Pues tiene toda la razón y no me estoy desdiciendo de nada de lo anterior; y ¿por qué? Porque quizás sea la única forma de intentar poner coto a unos negociantes que no tienen ni afición, ni cariño por el mundo en el que se desenvuelven. Si luego son habas contadas y en una temporada hay sitios para todos, pero claro, montar tantos meses de toros solo con lo que se compra en los chino, es muy complicado. Y así nos salen lo mismo gatos que mueven el bracito, como pijamas con lentejuelas, pero que no entusiasman ya a nadie. Y lo que mejor y más barato les sale son las esposas, para tenernos… maniatados por los pliegos.