martes, 28 de marzo de 2023

Más toro y menos negocio

La grandeza llegó con el toro, con el eje del toro y sin él, quizá harán negocio, pero a saber por cuánto tiempo

Si hablamos de deportes de riesgo, en este caso riesgo para la afición a los toros, no hay otro como el “escuching”; dicho en román paladino, el ponerse a escuchar entrevistas o retransmisiones taurinas. Que te pones a ver una bonita y amistosa charla de un señor que se supone que fue un torero a caballo señero en su momento, ahí confiado, que si este caballo era así, que si el otro era asá, que este era valiente y torero, que si en tales plazas le echaron unas broncas de impresión, que si en aquel país eran muy cariñosos y de repente te suelta que si hay que cambiar esto de los toros y dejar de matar los animales, pues oiga, se cambia. Que no pasa nada, que lo importante es que el carrusel no pare. Vamos, como si lo que se hace es tirar de velcro y friegas de romero por si el jinete aprieta mucho con el rejón. Bueno, rejón, ¿qué digo yo? Que si cambiamos de canal y nos ponemos a ver una impresionante vergüenza taurina como lo que la televisión pública, de momento, de la Comunidad de Madrid retransmitió desde Navalcarnero. Que va un señor exmatador de toros, e insisto en lo del ex, ahora gestor de una ganadería, y ante las circunstancias de un toro para rejones, resulta que no se le pone ningún rejón de castigo. En esto va otro conocido narrador, o cuentista taurino, y dice que si el toro no lo admite, que se puede prescindir de esta suerte y pasar directamente a las farpas o a las banderillas, que así es. Y además, que hay diferentes tipos de rejones para aliviar el castigo más o menos, lo que ya… Pues ante tan rotundo argumento, el exmatador, insisto, te salta que eso mismo se podría poner en práctica en festejos de a pie, en depende que plazas, si el toro así lo requiere. ¿Entonces? ¿De qué estamos hablando? ¿De tauromaquia o de taurodanza? Que si los animalitos con cuernos que salen por toriles no se aguantan pie, pues no se sacan los caballos y arreando, que total, nos evitamos ese penoso simulacro y vamos a la muleta, que es lo que interesa.

Que te dicen que cada toro tiene su lidia, pero, si ya no hay lidia, si los toros salen lidiados, con perdón. Que no digamos nada de los puños que tienen por cuernos, que será porque todos esos animales viven en fincas con granito u hormigón armado por todas partes y ya se sabe, de despuntan casi hasta quedar mogones. Pero que nadie se ofenda, que nadie se haga el ofendido, porque dicen que si queremos que esto siga, hay que pasar por todo esto y por mucho más, quizá por cosas que ahora mismo ni imaginamos, pero que sea lo que sea si es por el negocio, todo vale ¡Vaya que si vale! Que parece que los que viven de esto están dispuestos a vender su alma taurina al diablo de la corrida sin sangre, al diablo del toro desmochado, al diablo de una lidia cercenada, al diablo de la mentira en el toreo y hasta al diablo de echar de las plazas a los que tanto sienten esto, a los que tanto llevan aguantando, pero que ya poco más pueden aguantar, porque ven tarde a tarde como esto ha transitado de rito, de pasión, a show, a festival, que no fiesta.

En este espectáculo de ahora sobra el aficionado y los que viven de esto tratan de atraer a los que nunca sintieron atracción por esto, engendrando algo a lo que se le roba la sustancia, la verdad y sobre todo, el motivo de su existencia, el toro de lidia, la pelea con este, la lidia, el poderle, el vencerle, pero siempre dándole la oportunidad de que tiña sus pitones del rojo de la vida de los que se ponen delante. Pero ya nada vale sino el negocio. Que siempre ha tenido que haber negocio, cómo no, porque el negocio es absolutamente necesario para que todo esto se retroalimente, pero no solo el negocio en exclusiva. Porque el público, el aficio0nado, estará siempre dispuesto a pagar su entrada si lo que va a recibir es algo lleno de verdad, pleno de sustancia, de esos valores que contaban nuestros mayores y que ahora solo recuerdan algunos para recitarlos como el que recita la retahíla de un rezo en latín, que le suena bien, pero que no sabe lo que está diciendo. Pero que en cuanto que dicen amén, ya empiezan a ver cómo y de qué manera pueden engañar a aquel que nunca se interesó para sacarle las perras, pero que no se engañen, porque ellos son los primeros engañados, porque con la mentira no ilusionarán a nadie, porque lo que ofrezcan será algo vacío; y a los que ya están cansados de que les engañen… Que uno no sabe si esto tiene remedio, aunque para los del negocio por supuesto, que para esto también tienen su repertorio para convencerse de ello, pero si existe algún remedio de verdad no es otro que el que haya más toro y menos negocio.

 

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lunes, 20 de marzo de 2023

Se nos ha colado un virus en el toreo


Tanta modernidad, tantas teclas en los toros, tanta informática, tanta virtualidad, al final se nos ha colado un virus y...

Si nos paramos a ver un poco todo lo que está pasando en el mundo de los toros, si nos sentamos cinco minutos a pensar en el panorama actual, ¿no les dan ganas de salir corriendo a todo correr? Que empezamos con la plaza de Madrid, que ahora los abonos van a subir a las nubes y no solo no suben, sino que bajan a los infiernos y apenas se mantienen agarrándose a esa tabla de los abonos regalados y casi ni aún así se maquilla el esperpento. Pues entonces, si hay que subir a las nubes, pues se suben los precios, que igual han sobrepasado la altura de las nubes y han llegado a la estratosfera. Que no digo yo que esto de la subida sea una nube de humo para tapar la nefasta feria que se han montado estos señores, quizá porque con las prisas se pusieron a ello al amparo de los vapores etílicos de la Navidad y ya saben, si bebes, no hagas carteles.

Pero si seguimos mirando a nuestro alrededor, vemos una feria de Valencia, o mejor dicho, que no vimos, que parece ser que a nadie interesaba; ¿o han escuchado ustedes alguna voz que se desgarrara al no poderse ver la primera feria en plaza de primera de este año? ¿Qué no la dan? Pues que no la den, así nos queda tiempo para otras actividades culturales, como el lanzamiento de güitos de aceituna. Eso sí, apunten, que en la mesa de al lado hay personas mayores y niños, no vaya a ser que… Que además también ha sido Castellón y… De las dos ferias solo se ha podido ver lo que algún motivado que otro retransmitía por internet; eso sí, solo faenas de muleta, porque no se puede estar con el vaso en una mano, el móvil en la otra y la bolsa de pipas en… que no se puede y punto. Pero siempre quedará el consuelo de la Copa Chenel, aunque no sé si se podrá ver en toda España, pero da lo mismo, si se ve en Madrid, baluarte del taurinismo en el mundo mundial, ya nos vale.

Que no me dirán que ya es mucha casualidad que todo se tuerza y tanto al mismo tiempo. Y los de la Fundación del Toro de Lidia haciendo encuestas, que no contesta nadie, y vídeos planteando cuestiones tan decisivas para el transcurrir de la fiesta como cuánto dinero se gasta este o aquel en los toros. Que si poco conveniente es la pregunta, no les digo nada de las respuestas. Que uno llegó a decir 100.000 euros, sí, sí, como lo leen, 100.000 machacantes del ala. Y que luego digan que es indecente pasearse en bañador por Benidorm y demás localidades de playa. Indecente es soltar semejante barbaridad, sea o no sea verdad. Aunque luego llega otro señor, y no quito lo de señor, porque me llevaron a colegio de pago y eso hay que lucirlo, y dice que cantidades ingentes de dinero. Un caballero que cobra, oficialmente, lo que para la mayoría de los mortales sí que son cantidades ingentes. Que no nos metemos en si luego hará sus chapucillas por la tarde en sus ratos libres. Pero lo que nos quieren decir estos caballeros, no sé si adrede o que se les ha colado en su corta y pega mental, es que para ser aficionado a los toros hay que tener el dinero por castigo y hay que aflojar la mosca con alegría. Y otra más, que resulta que entre los entrevistados incluyen lo que se gastan en comidas y en alternar con los amigos. ¡Acabáramos! Ahora empiezo a entender, que nunca se me habría pasado por la imaginación, que eso de cenarse las Ventas, que lo de los botellones en los tendidos y que la discoteca en que convierten la plaza de Madrid, eso también es parte de lo que ellos llaman la “Tauromaquia”. A ver si al final me voy a reafirmar en no llamar a lo que siempre se llamó los Toros, la “Tauromaquia”. Que uno es muy simple y siempre pensó que en esto solo se incluían los toros, los toreros, las corridas de toros, la crianza, el aficionado… pues no, resulta que ahora los invitados de honor son Yoni Güalquer, el churrasco y los yintonises y las pipas a tutiplén. ¡Ah! Y las retransmisiones por Instagram.

Que algunos dirían que visto lo visto, lo mejor es apartarse, quedarse en casita y ver los toros por la tele. ¡Ja! Seguro que ustedes recuerdan las primeras noticias de que los toros los iba a dar una plataforma nueva, todo muy moderno, muy vanguardista. Si hasta algunos respiraron pensando que al fin se iban a quitar del medio a los que manoseaban el micrófono y lo cubrían de babosas adulaciones sin sentido. Pues toma, que no quieres caldo, pues ahí tienes un balde. La cosa parecía ir para adelante, in entusiasta alemán con inversores de los USA lo tenían todo más claro que el agua. Si hasta hicieron una presentación y todo, aunque más pareciera un comunicado clandestino de una banda de traficantes de Mirindas sabor limón, naranja y maracuyá. Pues nada, que ahora, ni esto parece que se va a cumplir. Que con lo bien que el señor casas parecía haber vendido la burra, ahora… Que el señor Casas no aparecía o lo hacía lo menos posible, pero que me cuenten a mí si no andaba en el ajo. Que las primeras ferias que se iban a dar eran, casualidad, aquellas que montaba este caballero, repito que fui a colegio de pago y eso hay que lucirlo. Y ya ha pasado Valencia y nada, pero es que ahora empiezan que no saben si va a poder ser, que esperaban no sé cuántos abonados y resulta que no llegan ni para montar un grupo de whatsapp animado. Que aparte de no sostenerse esto por ningún lado, ni las condiciones, ni los precios, ni las modalidades de pago, ni nada de nada, ahora resulta que no les salen los números de los abonados que precisaban. Caramba con los estudios previos para meterse en este negocio. Que va y resulta que les pasa lo mismo que a los señores de Plaza 1. Pero claro, los de Mundotoro TV, no se van a poner a regalar abonos a todo quisque, ¿no? Que igual sería una solución. ¡Aaayyy! Los abonados, que forma de volverse locos, que si necesito “x” y me fallan “x” al cuadrado. Que es muy sospechoso que se falle siempre en el mismo punto. Que creían tener el camino allanado y bien allanado y tropiezan una y otra vez en lo mismo, en ese canto que sobresale llamado abonados. Que yo no puedo creerme que sea tanta la incapacidad, que tiene que ser cosa de un espíritu maligno, una mano negra que acecha a la fiesta o a ver si va a ser que con esto de la informática, las redes, las páginas maliciosas, los hackers, a ver si es que se nos ha colado un virus en el toreo.

 

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martes, 14 de marzo de 2023

Carta a los Reyes Magos en… marzo

Habrá que echar mano de todos los recursos posibles. imposibles e imaginarios para poder ir a los toros a Madrid este año


Queridos Reyes Magos, yo sé que no es momento, que lo suyo es que en octubre, como muy pronto, o en noviembre o diciembre les escriba mi carta con lo que quiero que me traigan el 6 de enero por la mañanita temprano. Pero qué quieren que les diga, me ha pillado el toro. Así, sin poderlo prever, me he encontrado que o echaba mano de sus Majestades de oriente o este año me quedaba sin ir a los toros a Madrid. Que no se crean que ha sido culpa mía, ¡qué va! Si yo tenía hechas mis cuentas como todos los años, pedía primero para los niños, luego para el resto de la familia y luego ya hacía mi apartado para ir a los toros a Madrid, que siempre he sido yo muy de ir a los toros por San Isidro. Que me gustaría ir para toda la feria, pero claro, para eso le tengo que decir a mi jefe que en mayo teletrabajo, pero claro, tampoco sé cómo se lo tomaría él, que él es muy suyo y siempre dice que las cañas hay que ponerlas en el bar y que las comidas, pues idem de lienzo, que no acaba de ver eso de que yo como camarero trabaje desde casa. No sé, a mí no me parece tan mal, total, bastaría con una cámara de esas modernas en la barra y yo gritaría así: ¡una gambas plancha! ¡Marchando! ¡Dos con leche, un manchao y un colacado caliente en vaso! Pero nada, que el señor Juan dice que no, que si no lo ve, que si quién barre el bar cuando se cierra; toma, pues que ponga la rumba. Pero nada, cuando no hay voluntad, no hay voluntad, es como pelear contra un muro.

Que a ver, que la verdad es que los carteles no son nada del otro mundo, más bien son una basura, con perdón, Sus Majestades. Pero hombre, siempre gusta darse un garbeo por la capital y ya, de paso, echar un ratito con la Reme, que entre pandemias y lo de mi cuñada, nada. Que ella sí que va a los toros, porque tiene abono. Que andaba a ver si le regalaban uno, pero no ha habido suerte, el abono que regalan en su empresa este año se lo ha llevado el señor Tomás, por no sé qué favor le hizo al jefe, y ya se sabe. Que ya tenía visto el hotel, un NH, que no era barato, pero miren, estaba cerquita de la plaza y además es muy cómodo y con categoría, que allí van muchos toreros y gente importante de la tauromaquia. Si una vez hasta vi al señor de Fuente Ymbro. Que dicen que a él le hacen precio, porque va mucho por allí. Si hasta dicen que se ha llevado la colcha de su casa, una mesita camilla, su sillón con mando a distancia y el aparato para ver pelis, el fútbol y los toros. Si hasta le han puesto una pared llena de platito de porcelana, que los colecciona de todos los toros que lidia en Madrid. Aunque el año pasado tuvieron que ampliarle la pared, porque ya no le quedaba hueco de todos los toros que trajo.

El viaje ya lo tenía apalabrado en avión y todo, que aunque Cuenca esté cerca, pues siempre se tardará menos que en coche. Pero claro, uno va a sacar las entradas para los días que pensaba acercarme y… ¡jodo petaca! Que de primeras pensaba que se me había cruzado la DGT pidiéndome lo que debo de multas de toda la vida, desde que tenía el 850 rectificado. Que no era posible. Pero si otros años iba a sombra y era mucho más barato que ir este año a sol. Pero, ¿es que han acolchado los asientos y te entra una consumición gratis de güisqui gran reserva? Que lo volví a mirar, porque igual la cosa era que me había confundido y en lugar de mirar para sacar una entrada, me había metido para comprarme una parcelita en la plaza para pasar allí el verano con toda la familia. Pero no señor, no, era para estar a la solanera toda la tarde. Pero yo no me resignaba, miré a ver si es que eran ganaderías de postín, de esas que ves salir el toro y allí tiembla todo el mundo al ver esa estampa, al ver a esos animales que cazan moscas con los pitones. Pero, ¡qué va! Si eran los de siempre, con los de siempre. Que yo pensé: pues voy a ver la semana torista, pero nada, que no había forma de encontrarla, vendrá en un anexo o algo parecido, pero que sigo buscando y no hay ni anexos, ni anexas. ¡Ah! Esta va a ser, la In Memorian, ¡Jooooodd…! Pero si esta es todavía más cara. Que me llegué a plantear incluso que este año no tuviéramos vacaciones por sacarme tres días de toros en Madrid, pero cualquiera aguanta luego en casa. En casa y en un banco del parque, porque mi santa me pone el petate en la puerta, con lo que me complicaría eso, sobre todo por eso de teletrabajar desde casa, porque seguro que en los bancos del parque no hay “güifi” y a ver cómo le explico yo al jefe que…

Nada, que lo de ir a San Isidro este año era misión imposible y entonces me dije, pues nada, aprovecho y voy fuera de feria, pero claro, que esto no es tan fácil, porque resulta que si quiero ir un día, tengo que sacar entradas para otros dos más, a los que de momento no tenía intención de ir. Pero ¡ojo! Que esos días son más baratos, pero tampoco mucho más. Pero la cosa era, ¿y qué sé yo dónde estaré dentro de tres meses para sacar ahora las entradas para los toros? Que hombre, bien mirado, lo mismo me toca una primitiva y mando al jefe, a la familia y a todo quisque un mes a Marina D’ Or y yo me voy a los toros a todo lo que dé, que para eso se tiene el dinero. Pero de momento la cosa pinta en bastos y o ustedes me hacen un anticipo o no hay tu tía. Que ya sé yo que no es el momento, que ustedes tendrán sus planes ya hechos, que tendrán al personal fijo discontinuo de vacaciones, si yo lo entiendo, pero entiéndanme ustedes a mí. Y claro al gordito de barba blanca no se lo pido, porque ese igual entiende de jalogüin, de calabazas, de la época de apareamiento de los renos, de la ITV del trineo, pero de los toros en Madrid y de que cuesten el dineral que ya cuestan… Y por eso me he dicho: a grandes precios, grandes préstamos. A echar la pata pa’lante y a escribir la Carta a los Reyes Magos en… marzo.

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martes, 7 de marzo de 2023

Hay que remar todos a la vez… hacia el precipicio

El único que puede conseguir la unidad de verdad, desinteresada y sin que nadie quiera aprovecharse, es el toro.


Cansan tantos llamamientos a la unidad, que si la unidad por aquí, que si la unidad por allá, que si a remar todos juntos, pero, ¿es esto posible? ¿Es esto saludable? Que está muy bien sumar esfuerzos, pero no me vengan con imponer lo que a unos les viene bien y a partir de ahí, todos a callar, a agachar la cerviz y transitar cuan borregos al matadero; que ni balar te dejan. Pues hay que balar, ¡oiga! Y a veces hasta berrear y a veces… Dejémoslo ahí, que igual hay quien no lo interpreta bien del todo. Pero en esto de los toros, ¿es posible esa unidad de la que hablan? Evidentemente, no, ni de lejos. Porque unos quieren mangonear, adecuar la fiesta única y exclusiva a sus intereses y a los demás solo nos conceden el derecho a pagar y callar. Que por otro lado, esto también lo pretenden manejar ellos. Lo de pagar, evidentemente se escapa al control del consumidor. Ponen los precios que se les pasan por la cabeza; en el caso de Madrid por una cabeza demencial, alejadísima de la realidad de la mayoría de los que pagan y que no tienen el dinero por castigo, sino que tienen el castigo de no tener dinero. Y el otro derecho que pretenden controlar es el de callar, que aquí sí que podemos al menos rebelarnos y demostrar nuestro descontento dónde consideremos y si es en la plaza, aunque a los señoritos y cierto público “señoritófilo” les moleste. Que molesto es que unos te revienten tu tarde de toros del año, pero ya les digo yo que es más molesto que te reviente tui año de tardes de toros.

En esto de los toros vivimos en un mundo partido por el eje. Y no es que lo diga yo, simplemente miremos y escuchemos a los que regentan todo esto. El aficionado les sobra, porque quizá el aficionado ha desarrollado un quinto sentido que hace que las fechorías, la corruptela, las trampas, el fraude le penetre en el sistema nervioso central y le provoque un estado de cabreo monumental, casi hasta la convulsión, que no puede controlar. Que igual no le da la gana controlar, ¡faltaría más! Pero nada, ellos siguen erre que erre con la unidad. Esa unidad que no sé cómo estará descrita en los diccionarios al uso, pero que en el de los taurinos significa más que unidad, adhesión incondicional a los designios marcados por esa clase manejante de todo esto. Que si al menos escucharan una vez, solo una vez, quizá otro gallo nos cantaría. Que solo tendrían que atender una petición, que vuelva el toro y aparezca el medio toro, porque con el toro, no me pregunten ustedes por qué, todo se pone en orden en un abrir y cerrar de ojos. Pero díganle a los señores empresarios que pongan el toro para sus pupilos o los pupilos de otros y que prescindan de los borregos propios o de otros. Que tampoco serían muchos los afectados, porque esto se lo guisan y se lo comen entre cuatro, esos que con tanto fervor abogan por la unidad, perdón, por sumarse a ciegas a sus barbaridades, por permitir caprichos de incompetentes y por cumplir a pies juntillas con los derechos que tienen a bien concedernos, pagar, mucho, demasiado, cada vez más, y callar.

Pero lo que son las cosas, ni se les pasa por la cabeza eso de unirse al aficionado. ¡No! Eso jamás. Porque resulta que si se les pide simplemente que asome el toro, te empiezan que si ciertas ganaderías son imposibles, esa falacia de que no embisten, los del contraestilo, que si solo se busca la tragedia, que si con eso no se pueden expresar los toreros, por no seguir que se anuncia el toro y el público no va. ¡Hombre! Es que si esos festejos se dan prácticamente de forma clandestina, sin casi anunciarlo, para que se enteren solo los muy interesados, pues lo mismo el público ni se entera y si no se entera, pues tampoco se puede sumar a esa unidad encabezada por el toro. Entonces, si unos no quieren adherirse a los de la fiesta del arte con el medio toro, del fraude y del toreo amanerado y los otros ni por asomo se piensan en la integridad de la fiesta, ¿qué gaitas de unidad podemos esperar o pretender? Pero no se preocupen que estos seguirán con su cantinela, esa que suena tan bien, tan bonito, a veces hasta con cierto toque victimista, que hay que unirse contra ese enemigo externo que acecha los Toros, sin pararse un segundo a pensar que para el aficionado, ellos son los mayores y más peligrosos enemigos, precisamente los que no paran de repetir eso que ya cansa, vaya si cansa, de que hay que remar todos a la vez… hacia el precipicio.

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miércoles, 1 de marzo de 2023

Para Madrid, preparen la chequera

Hubo una vez una mente privilegiada del toreo que ideó una plaza monumental en Madrid, para que pudiera tener cabida para todo el mundo y que nadie se quedara fuera, que todo el mundo pudiera ir a los toros. No progresó la Monumental de Sevilla, pero sí la de Las Ventas y ahora...


Bueno, ya sabemos casi todo lo que teníamos que saber para ir a los toros a Madrid esta temporada, carteles, corridas con nombres rimbombantes, desafíos, presentaciones – muchas-, pero ya les digo que o tienen un abono, o tienen una cuenta envidiable. Lo de tener un abono, de momento cuela y aunque también los han subido, comparando, hasta tenemos que dar gracias a los capataces de Las Ventas y decir eso que le dijo un tuerto a un amigo: “tú por lo menos tienes dos ojos por los que llorar”. Y es que los que no tengan abono y mucho menos los que vengan de fuera de Madrid, como quieran ir a una, dos o… ¿les da para ir más de dos tardes? Pues eso, que estos, igual tienen que empeñar un ojo para poder ejercer un año más de isidro. Que al viaje, algunos al hotel, a los desayunos, comidas, meriendas y cenas, hay que sumar el precio de las entradas. Que si nos fijamos en la corrida “In memorian”, a uno se le quitan las ganas de todo, sobre todo de desayunar, comer, merendar, cenar, porque todo se lo llevan los de Plaza 1. Que uno no se ha atrevido a mirar precios de la grada para abajo, porque el médico me ha recomendado que evite las sensaciones fuertes, pero una grada de sol que pase los 30 euros y una andanada los 20, eso ya no es que sea caro, eso es otra cosa y hasta puede que sea algo que figure en el código penal.

Que ya aviso el señor Casas, don Simón, que esto de los toros es un artículo de lujo, pero tanto, no lo imaginábamos, o quizá sí, no todos, pero muchos sí. Que había a quién los Reyes magos le echaban una excursioncita a Madrid por mayo para ir a los toros, pero es que ahora van a tener que ponerse de acuerdo los Magos, Papá Noel, el Deustch Bank y los de Nescafé con el sueldo ese para toda la vida. ¿Se imaginan? Que ahora Nescafé te regalara una entrada en San Isidro para toda la vida. Que al paso que vamos, igual les renta más lo del sueldo, porque cómo se está poniendo la cosa, ya me dirán. Que habrá quién me diga que si te pones a sumar los gastos del viaje viniendo de Murcia, Albacete, Sevilla o Tafalla, pues que no es tanto. ¿Qué no es tanto? Caramba con los capitalistas. Que va a haber que pensar en enamorar a uno de estos y pedirle que te ponga un piso, que siempre les será más barato que venir a los toros de fuera o un sueldo para toda la vida, como lo de Nescafé.

Que vaya con la liberalización. Que si alguien no lo había entendido, la cosa está muy clara, es abrir una puerta en el zoo y dejar que salgan los leones a pasear. Que lo mismo algún ingenuo pensaría que solo se comerían a los que se llamaran Ramón o mercedes o Segismundo, pero no, los leones, cuando salen de caza, devoran todo lo que se les pone por delante y estos señores de Plaza 1 no son leones, son hienas que rapiñan o quieren rapiñar hasta el último céntimo de los incautos que no piden otra cosa que poder ir a los toros. Que quizá quién estaba de acuerdo con esto de la liberalización, con que se aplicara eso tan justo y democrático de que le peguen el palo al de fuera y no a mí, quizá es que no se han enterado y nadie les ha contado lo que siempre ha sido la plaza de Madrid. Que te contaban la mentira de que era la más barata del mundo, pero no, solo tenían que comparar entrada por entrada con otras plazas de cualquier sitio del orbe taurino. Lo que ocurría, algo muy propio de Madrid, es que era una plaza popular y si no tenías para pagar 3000 euros por una entrada, tenías otras de menos de diez o de alrededor los 5 y pico. Pero caras las había como en todas partes o más. Pero Madrid debe ser tan complicada de entender, que ni algunos de los habituales, ni los que ahora la gobiernan, ni los puestos en el cargo por la propietaria, ni la misma propietaria la entienden. Y que algunos pensábamos que era muy sencillito saber cómo respira esta plaza. Pues igual no o igual es que no la quieren entender. Que lo mismo con estos precios consiguen unas recaudaciones estratosféricas, que seguro que vayan tres o tres mil, los de Plaza 1 lo van a calificar de un éxito rotundo, pero no, esto no puede ser un éxito si en Madrid ya no puede ir a los toros el que quiera ir a los toros, venga de dónde venga. Que no entiendo, ni lo quiero entender, el que se penalice a los de fuera porque son de fuera. Que igual es algo muy lógico para algunos, pero yo prefiero vivir en mi demencia de que se trate a todos por igual. Y lo que no sé es cómo estaremos los abonados en los toros, porque vamos a destacar por debajo de los demás, porque claro, a ver si ahora va pasar como decía Lennon, que el chocar de las joyas de las señoras, el humo de los cohíbas, los vapores del güisqui gran reserva o los destellos de los anillacos de oro, los relojes de oro y los dientes de oro nos van a señalar como los pobretones que hasta nos llevamos la almohadilla de casa y el agua de casa y el bocata de casa para no gastar y sobre todo, la vergüenza de casa, la vergüenza de ver como las gentes que con tanta ilusión han venido a los toros de todas partes ahora les dicen que para Madrid, preparen la chequera.

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