martes, 19 de febrero de 2019

Juan Pedro Domeeecq, miiiil euuuros


¿Se lo imaginan en el bombo? Yo no.

Señoras y señores, damas y caballeros, niños y niñas, que va a haber bombo. Que esperemos que con más garbo y salero que en otoño, que esta vez llamen a los niños de San Ildefonso y con un bombo enorme, como el de Navidad, sorteen toreros y ganaderías. Que no acudirán esos pintorescos personajes que siempre aderezan el sorteo, pero, ¡qué caramba! Como si en los toros no tuviéramos elementos de una vez. Que ya me imagino yo a los señores todos repinaos, engominados hasta los pelos de orejas y narices, con su sahariana beige salpicada de lamparones, discretos, pero lamparones de las bravas que se han tomado un ratito antes de acudir al acto. O ese con la parpusa bien cubierta de pines con divisas, torerillos de zinc, banderitas patrias y algún que otro “orgulloso de ser taurino”, dando sombra a una camisa con los puños rosa capote de brega, que para el tráfico para cruzar la calle de Alcalá, pensando los coches que son un aviso de “peligro, obras”. Y esas señoras y señores, con una edad y hasta dos y tres edades cada uno, que no se pierden una y menos si es gratis. Los afisionaos con su libreta para apuntar y ser los primeros en twittear el resultado, los que te saludan con el “me alegro verte” y por supuesto, el capo taurinieri, el señor Casas, don Simón, que ese día y especialmente por la trascendencia del acto, tampoco fue a la peluquería. Que en lugar de hacer el sorteo en el patio del desolladero o en el de caballos, van a tener que hacerlo en la Puerta del Sol, y aún faltará sitio.

Ya se conocen las ganaderías, nada que se pueda salir de carril habitual de lo que están dispuestas a torear las figuras. Que es como si a un golosón le dan a elegir entre un Miguelito de la Roda, un bombón, un tocinillo de cielo o una miloja de merengue; no hace ascos a nada y si no fuera por lo de la línea, probaba de todo, si lo pagan bien. Que habrá ganaderías que buscando, buscando, puedan montar una corrida que le amargue la cena al más pintado, pero si los acartelados son los que todos imaginamos, no esperemos sorpresas. Que sí, que igual en otro momento algún que otro hierro podían poner de los nervios a las figuras y a los gladiadores de siempre, pero en esta ocasión no vamos a poner en apuros a los espadas, ¿no creen?

Y ahora hay que llenar de bolas el otro bombo, el de los premios, perdón, el de los toreros y resulta que en un ataque de locura, los primeros que se apuntan son los que están bajo en manto simoniaco del señor Casas, don Simón. Que lo estoy viendo, que en un arranque de vaya usted a saber qué, sin decirle nada a su apoderado, se han apuntado al bombo Ureña y Castella. Que está muy bien, no vayamos ahora a decir lo contrario, pero que igual también algo ayudan a su representante, que si no, lo mismo se quedaba demasiado al descubierto. Luego fue Ginés Marín e incluso ya suena algún nombre más que se apuntan al rasca y gana del francés, pero lo que ha acabado de quitar credibilidad, si es que le quedaba algo, a esto del bombo, es que el señor Ponce se ha apuntado al numerito. Si Ponce se adhiere, es que la cosa está mucho más amarrada de lo que podíamos pensar. Esta es la prueba del algodón de que esto no hay por dónde cogerlo.

Que me consta que esto de la rifa de Las Ventas despierta no sé si más expectación que morbo o más morbo que expectación, pero la fórmula sigue sin convencerme. Que en el deporte está muy bien, que el sorteo te puede emparejar a los dos máximos rivales en semifinales y si no, igual se encuentran en la final, en un duelo por todo lo alto, pero es que en esto de los toros, si los señores empresarios actúan como tales y no como niños de San Ildefonso, pueden ofrecernos todas las finales que quieran y puedan pagar. Y si son espabilados y no les importa que se quiebre el  compadreo con los toreros, hasta pueden enfrentar a los figurones entre sí o lo que resulta más estimulante, hacerles alternar con los que quieren abrirse camino y con ganado no habitual. Y si no, díganme ustedes con cuál se quedan, con la de Garcigrande con Juli, que se ha borrado, Perera, que también se ha apuntado, y Castella, que entra por el bombo o la de Fuente Ymbro para el Juli, Urdiales y Chacón, por la gracia del señor del empresario. Yo sin dudarlo, le pego una patada al bombo que le hago rodar del desolladero a la M-30 en un abrir y cerrar de ojos. Que luego, si me quiero dormir con el soniquete, ya le pediré a los niños de San Ildefonso, los de la Lotería, que me canten lo de Juan Pedro Domeeecq, miiiil euuuros.

Enlace programa Tendido de Sol del 17 de febrero de 2019:

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