martes, 2 de abril de 2019

San Isidro, perdónalos que no saben lo que hacen


Que decían que en agosto volvía el genio, pero como broma, hasta resulta gracioso. Pues no será

Hubo un tiempo en el que el tiempo caminaba a pasitos cortos y despaciosos en los que los madrileños disfrutaban honrando al santo labrador dedicando su tiempo al toro, recibiendo con los brazos abiertos a los valerosos y clarividentes toreros que con decisión se ponían delante, precisamente para eso, para de la mejor forma que sabían, honrar al santo de la capital. Luego esos tiempos se aceleraron, pero tampoco como para perder la cabeza y despeinarse con la velocidad, tiempos en los que la fiestas primaverales de mayo casi eran exclusivamente los toros y una kermesse grandiosa que se montaba a orillas del Manzanares. Los hijos del foro, nativos y asimilados, se entregaban al deleite del arte de birlibirloque. Hasta se pensó y se montó una feria taurina. Que de primeras no contaba con el agrado de muchos, pues decían que eso era cosa de los pueblos; pero la idea prosperó y se engrandeció, justamente al ritmo en se aceleraban el tiempo de aquellos tiempos. Hasta un mes de toros se pretendía en honor de San Isidro Labrador, pájaro que nunca anida. Pero claro, como dice el refrán, días de mucho, vísperas de nada. Y en estas andamos, acelerados, supersónicos, zambullidos en la nada.

Resulta que en este Madrid, nuestro Madrid, el de los nativos y asimilados, aquello que un día fue la seña más sobresaliente de las fiestas del 15 de mayo se ha convertido en una oda al vacío taurino, a la vulgaridad más excelsa y también más aclamada, porque eso hay que reconocerlo, no creo que haya habido nada tan vulgar y tan aclamado como esta fiesta de los toros liderada por un señor de pelos desordenados y carácter destemplado, que defiende su mediocridad con vehemente desvergüenza. Que uno se podría poner a analizar esta cercana feria de San Isidro del 2019 con detalle, sacando el bisturí para escrutar lo que nos traen toros, toreros y hasta públicos, presidentes, empresarios y medios mediáticos de comunicación, que por desgracia, cada vez son menos los que nos hablan de toros.

¿Qué quieren que les diga? No sé qué esperan que les diga, aunque así, resumiendo, lo primero que se me ocurre es que en esta feria que viene vamos a tener lo que nos traen estos tiempos, salvo excepciones, toreros de estos tiempos, acelerados y sin sustancia, ídolos de los que idolatran los vaivenes y vendavales provocados por telones rosas y rojos, pero con muy poco toro. Treinta y algo de tardes y si acaso cinco hierros en los que, buenos o malos, al menos se puede suponer que aparecerá el toro. El resto se divide entre los hierros que andan ahí entre Pinto y Valdemoro, que igual les sale un torillo zampamuletas, que se les derrumban el resto con estrépito. Luego están las de relleno, que lo raro es que los animales se mantengan en pie y los exigidos por las figuras, ideales para su destoreo imperante. Pero claro, estos o vienen con el equipo completo o no vienen. Pues ya podían no venir. Que seguro que en esas tardes habrá despojos, salidas a cuestas y a ver si no hay algo más, pero de toreo, lo que es toreo, nada de nada de nada, entre otras cosas, porque no saben, ni han oído lo que es eso. Es lo que tiene el vivir rodeado de un coro de niños cantores de bieeenes y loas interesadas de negociantes sin afición y no sé si también sin escrúpulos.

De los de las medias rosas, pues no llega a media docena los que han dicho algo en su momento y que se han ganado el estar en Madrid. Luego los que están siempre, hagan lo que hagan, pero que vienen muy bien para rellenar. Después los que despojaron a algún toro con esas orejas autobuseras y paisanas, pero que le vienen muy bien al señor Casas, don Simón, para justificar presencias apoyado en estadísticas, viciadas, pero estadísticas. Y luego los súper figurones, que igual pueden que estar que no, que el aficionado no se aflige con sus ausencias y hasta se incomoda con sus presencias. Que hubo bombo, ¿se acuerdan? Pero si ustedes pretenden que las tardes de bombo les den un sopapo a la vista, olvídense. Que ahora, a toro pasado, más parece que esas ganaderías del bombo han sido la excusa ideal para evitar la presencia de otras que podían ser una bomba. Que parece que contagiados por los tiempos, de prisas, acelerada vulgaridad y ausencia de afición y reflexión, se ha montado una feria a la “me cago en diez”. En fin, una más y una menos, que no se sabe si para honrar u ofender al santo patrón. San Isidro, perdónalos que no saben lo que hacen.

Enlace programa Tendido de Sol del 31 de marzo de 2019:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, muy certero tu análisis. En los últimos años, cada empresa que regenta la plaza viene a hacer buena a la anterior. Sin duda, es la feria más barata de la historia. De los nombres, o figuras, que tienen el caché más alto sólo veo dos nombres. Sin duda, a Don Simón le van a salir las cuentas aunque baje el número de abonados.

Las fechas también las han atrasado, el año anterior hizo buen tiempo, pero recuerda hace dos años el calor que pasamos, y eso que la Feria acabó la primera semana de Junio. Este San Isidro finaliza el día 16!!!

Sacando de la criba a Valdellán, en el aspecto ganadero hay una apuesta por las ganaderías colaboracionistas y por ganaderías de corte torista descafeinado. Las dos comparecencias el año pasado de Escolar constataron que sus toros se parecen más a una ganadería del monoencaste que a sus orígenes. Adolfo sólo echó un toro potable, el resto tuvo tanto picante como sosería, algo que no calaba en el tendido. Y Victorino exhibió una alarmante falta de fuerzas. Aun así, celebro su inclusión en el ciclo isidril pero las ganaderías que dieron problemas el año pasado: Miura, Dolores Aguirre y Saltillo no han venido este año. Así que disfrutemos del monoencaste y el monotoreo!!!

Un abrazo
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Escucho mucho eso de que el empresario ha hecho por ahorrarse dinero y no acabo de estar convencido de ello. Creo que se lo habría ahorrado de cualquier manera, porque a los que no han venido simplemente les han puesto en bandeja la excusa para ausentarse. Que igual no iban a venir de ninguna forma. De los toros, pues eso, muy poco. Yo al contrario que tú, de Victorino y Adolfo espero entre nada y menso, porque si no, ¿crees que los de luces habrían admitido su inclusión en el famoso bombo? Esto está más controlado de lo que imaginamos.
Un abrazo