martes, 22 de junio de 2021

Madrid, abonados, no abonados y el 50%

El toro va viniendo, va viniendo, pero para esta gente nuca llega


Lo que son las cosas, que la empresa de Madrid, o quién sea, se lían la manta a la cabeza y deciden abrir las puertas de las Ventas. Así, a lo loco, a tumba abierta y que sea lo que la providencia decida. Con una de Victorino, ni más, ni menos. El mayor atractivo posible para claveleros, autodenominados grandes aficionados y público en general. Y de segundas, una de don Victoriano del Río, hierro de garantías muy garantizables. Que no es que servidor esté en contra, ¡Dios me libre! Pero después de año y medio sin toros, uno, llámenme ingenuo, pensaba en Rehuelga, Valdellán, Escolar, Montealto, hasta Ibán, Peñajara, Murteira, Pallarés, Cuadri y tantos y tantos que nos despertaron la ilusión hace tiempo. Que nos valía con hierros que al menos aguantaran puyazo y medio entre toda la corrida. Pero bueno, igual ya estamos pidiendo demasiado, ¿no?

Si se habrán esmerado, que hasta dieron cuatro días de cortesía para que los señores abonados sacaran su entrada. No me digan que no es pa comérselos. Pero cuidado, que las cosas no son como algunos han pretendido hacer ver. Que esto no es un privilegio de esos abonados, es un derecho. Que si fuera un privilegio, igual cabría eso de que los abonados no han respondido ante la magnanimidad de la empresa, o quién sea. Pero es un derecho y los derechos se ejercen o no, que para eso también tienen libertad los abonados. Y toda censura a estos por no haber retirado las 6.000 entradas, suena a querer arrimar el ascua a su sardina por parte de los taurinos, empezando por las sucesivas empresas que han llevado la explotación de la plaza de Madrid, siguiendo por una Comunidad de Madrid que no solo no desmiente los rumores, sino que los incentiva y se apunta a eso de que en las Ventas deje de existir una temporada como hasta el momento. Continuando por los taurinos que manejan el sistema y que quieren copar todo el panorama del toro, sin importarles ni ganaderías que pudieran desaparecer, ni toreros a los que si ya les cuesta tener una oportunidad, sin Madrid sería pura utopía. Y concluyendo por esos verbeneros que solo van a las ferias y no tanto por ver, sino por dejarse ver. Pero claro, si el mundo del toro se hunde, será porque los abonados no han agotado las 6.000 entradas.

Pero esa obligatoriedad de asistir a lo que den, sea lo que sea, no es solo cosa de los taurinos, que hay “aficionaos”, que piensan lo mismo. Esos “aficionaos” que creen que el aficionado o abonado, está obligado a levantarse por la mañana y enterarse de la última ocurrencia de los taurinos en cuestión. Que todo el mundo tiene que desenvolverse en las redes más y mejor que mr. Zuckelberg, el de facebook, y estar al día, al segundo, del último twit, del último post en facebook, de instagram, telegram, tiktok, taktik, tikitaka o tokitoki. Que a ver si nos damos cuenta, a ver si nos enteramos, de que hay mucho abonado de Madrid que, aunque parezca increíble, tienen móvil para hablar con los hijos, los nietos o los del club del mayor o simplemente no tienen necesidad, porque su red social la tienen en torno a ellos, en el parque, en el mercado, en la consulta del médico y como ahora no pueden ir al médico, pues no se enteran de que se abre de nuevo la plaza de Madrid. Porque igual ellos miraban en las marquesinas, en los carteles del metro, de los autobuses de la EMT, en los periódicos o en la tele de la región, esa que también manejan los mismos que deberían gestionar las Ventas. ¡Qué cosas!

Eso sí, también deberíamos reflexionar un poquito y ponernos a echar cuentas, a ver qué conclusiones somos capaces de sacar por nosotros mismos. Porque pensemos, así a vuela pluma, que eran 6.000 entradas, aunque ahora parece, ¡oh, sorpresa! Que el aforo se va a ampliar hasta llegar al 50% del aforo total de la plaza. Pero bueno, a lo que íbamos, sean las 6.000, 12.000 o el 100%, que son unas 23.000 localidades. Que no se llena ni poniendo muchas ganas. Que no hay cristiano que llene la plaza. Que serán las crisis, que serán los gobiernos socialcomunisssstas, que será que los asientos son muy duros, que serán que amanece y el sol sale por el oeste, pero la cuestión es que Madrid, con 4.000.000 de almas y unos 2.000.000 más en el resto de la Comunidad, no es capaz de cubrir ni un cuarto, ni la mitad, ni mucho menos la totalidad del aforo de la plaza de Madrid. Y esto después de meses y meses de abstinencia taurina obligada.

Es para hacérnoslo mirar un poquito. El hecho es que al aficionado y al público de Madrid se la quitado la costumbre de ir a los toros desde hace ya muchos años. Tantos, que los más jóvenes tienen la firme creencia de que en verano nunca ha ido nadie a los toros. Que es verdad que no era lo de San Isidro, por supuesto, pero ni de lejos esta pobreza de asistentes que padecemos hace ya demasiado tiempo. ¿Recuerdan lo de Barcelona? ¿No? Pues hagan memoria y lo mismo les resultan familiares más de dos detallitos. Se empieza devaluando los carteles, quitamos fundamento a la temporada, seguimos solo con “carteles de expectación” pretendemos que la fiesta la sustentes los barcos o autobuses de turistas y acabamos viendo como, entre la indignación sobre todo de los profesionales y taurinos, se echa el cerrojo a una plaza. Que igual tengo que reprochar algo a los aficionados y que me perdonen, pero lo mismo no han hecho llegar sus protestas lo suficientemente alto. ¿Se dan cuenta? Que fácil es echarle la culpa al maestro armero. Que me perdonen por esta broma de mal gusto. Pero no seré yo quién culpe al que paga religiosamente, al que zarandean sin medida y al que además piden, ¡qué digo! Exigen que calle. Punto en boca. Que cuando van las cosas medio regular, a por el público y a despreciar al aficionado, pero cuando se nos tuercen, corriendo a que ese aficionado les eche una mano. Pero igual lo que quieren es esto, que unos tengan mala conciencia por no poder hacer todavía más de lo que hacen y que mientras ellos urden, traman y planean acabar con lo que sea para mantener su bolsa a salvo, los demás nos entretengamos con largas conversaciones sobre Madrid, abonados, no abonados y el 50%.

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