martes, 28 de marzo de 2023

Más toro y menos negocio

La grandeza llegó con el toro, con el eje del toro y sin él, quizá harán negocio, pero a saber por cuánto tiempo

Si hablamos de deportes de riesgo, en este caso riesgo para la afición a los toros, no hay otro como el “escuching”; dicho en román paladino, el ponerse a escuchar entrevistas o retransmisiones taurinas. Que te pones a ver una bonita y amistosa charla de un señor que se supone que fue un torero a caballo señero en su momento, ahí confiado, que si este caballo era así, que si el otro era asá, que este era valiente y torero, que si en tales plazas le echaron unas broncas de impresión, que si en aquel país eran muy cariñosos y de repente te suelta que si hay que cambiar esto de los toros y dejar de matar los animales, pues oiga, se cambia. Que no pasa nada, que lo importante es que el carrusel no pare. Vamos, como si lo que se hace es tirar de velcro y friegas de romero por si el jinete aprieta mucho con el rejón. Bueno, rejón, ¿qué digo yo? Que si cambiamos de canal y nos ponemos a ver una impresionante vergüenza taurina como lo que la televisión pública, de momento, de la Comunidad de Madrid retransmitió desde Navalcarnero. Que va un señor exmatador de toros, e insisto en lo del ex, ahora gestor de una ganadería, y ante las circunstancias de un toro para rejones, resulta que no se le pone ningún rejón de castigo. En esto va otro conocido narrador, o cuentista taurino, y dice que si el toro no lo admite, que se puede prescindir de esta suerte y pasar directamente a las farpas o a las banderillas, que así es. Y además, que hay diferentes tipos de rejones para aliviar el castigo más o menos, lo que ya… Pues ante tan rotundo argumento, el exmatador, insisto, te salta que eso mismo se podría poner en práctica en festejos de a pie, en depende que plazas, si el toro así lo requiere. ¿Entonces? ¿De qué estamos hablando? ¿De tauromaquia o de taurodanza? Que si los animalitos con cuernos que salen por toriles no se aguantan pie, pues no se sacan los caballos y arreando, que total, nos evitamos ese penoso simulacro y vamos a la muleta, que es lo que interesa.

Que te dicen que cada toro tiene su lidia, pero, si ya no hay lidia, si los toros salen lidiados, con perdón. Que no digamos nada de los puños que tienen por cuernos, que será porque todos esos animales viven en fincas con granito u hormigón armado por todas partes y ya se sabe, de despuntan casi hasta quedar mogones. Pero que nadie se ofenda, que nadie se haga el ofendido, porque dicen que si queremos que esto siga, hay que pasar por todo esto y por mucho más, quizá por cosas que ahora mismo ni imaginamos, pero que sea lo que sea si es por el negocio, todo vale ¡Vaya que si vale! Que parece que los que viven de esto están dispuestos a vender su alma taurina al diablo de la corrida sin sangre, al diablo del toro desmochado, al diablo de una lidia cercenada, al diablo de la mentira en el toreo y hasta al diablo de echar de las plazas a los que tanto sienten esto, a los que tanto llevan aguantando, pero que ya poco más pueden aguantar, porque ven tarde a tarde como esto ha transitado de rito, de pasión, a show, a festival, que no fiesta.

En este espectáculo de ahora sobra el aficionado y los que viven de esto tratan de atraer a los que nunca sintieron atracción por esto, engendrando algo a lo que se le roba la sustancia, la verdad y sobre todo, el motivo de su existencia, el toro de lidia, la pelea con este, la lidia, el poderle, el vencerle, pero siempre dándole la oportunidad de que tiña sus pitones del rojo de la vida de los que se ponen delante. Pero ya nada vale sino el negocio. Que siempre ha tenido que haber negocio, cómo no, porque el negocio es absolutamente necesario para que todo esto se retroalimente, pero no solo el negocio en exclusiva. Porque el público, el aficio0nado, estará siempre dispuesto a pagar su entrada si lo que va a recibir es algo lleno de verdad, pleno de sustancia, de esos valores que contaban nuestros mayores y que ahora solo recuerdan algunos para recitarlos como el que recita la retahíla de un rezo en latín, que le suena bien, pero que no sabe lo que está diciendo. Pero que en cuanto que dicen amén, ya empiezan a ver cómo y de qué manera pueden engañar a aquel que nunca se interesó para sacarle las perras, pero que no se engañen, porque ellos son los primeros engañados, porque con la mentira no ilusionarán a nadie, porque lo que ofrezcan será algo vacío; y a los que ya están cansados de que les engañen… Que uno no sabe si esto tiene remedio, aunque para los del negocio por supuesto, que para esto también tienen su repertorio para convencerse de ello, pero si existe algún remedio de verdad no es otro que el que haya más toro y menos negocio.

 

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo es planificado para convertir la fiesta en algo divertido.Falta que instauren sorteos,gin tonic gratis y cosas propias de Las Vegas.Tienen de consejero al mexicano Haces al que su gente lo denomina "Heces" ? El objetivo es acabar de una vez con el aficionado que cuestiona el abuso y arbitrariedades de estos trileros.A Hermoso de Mendoza lo llaman "Machete" por los rejones que usa.Ahora es predicador de el abundante sangrado.J.P.Domecq habla de mercadeo e industrializar la fiesta ?
Con la retransmisiones empieza el vender esta estratagema a los nuevos y los fijos del postureo.No es pesimismo pero todo apunta a lo peor.
D.Jax.