domingo, 10 de diciembre de 2023

Cariño, estas Navidades, ni langostinos, ni lambrusco

Pues al final va a ser verdad que los toros se ponen por las nubes o que para pagar un abono íbamos a tener que ponernos a mirar a la Luna.


Te pasas todo el año esperando estas fechas tan entrañables, tan familiares, tan navideñas, fechas de reencuentros de buen rollo y de tirar la casa por la ventana, todo sea dicho. Pero, ¡qué caray! Son una vez al año y si uno no puede darse un capricho, ¡qué vida es esta! Pues este año las Navidades van a ser muy distintas. Ya tenía apalabrados los langostinos con Justo, el de la pescadería, nada menos que dos cajas dos. Y al del súper ya le había encargado que me guardara una botella de lambrusco, del mismo del año pasado, que si para ello tenía que comprar dos cajas de cereales para que me entrara en la oferta, pues se compraban, que ya lo he dicho, ¡la casa por la ventana! Pero al final… Que qué poco dura la alegría en casa del pobre. Que a ver cómo le digo a mi santa que de lo dicho, nada, que este año hay que sacar el abono de los toros en diciembre. Que yo lo entiendo, porque seguro que los señores García Garrido y Casas están achuchados y necesitan las perras para pagar las angulas y el Moet Chandon, o lo que es peor, para pagar las angulas y el Moet Chandon del año pasado y si no aflojan, este año no les fían; aunque la verdad, si no es bajo amenazas, no entiendo cómo alguien puede aún fiarles. O a ver si la cosa va a ser que como ya tendrán cerrados los carteles de la feria del año que viene, lo mismo los figuras han pedido una señal, no fuera a ser que luego los de Plaza 1 se echaran atrás y les dejaran con Palmo y medio de narices. Que también la cosa puede ser que la señal se la tengan que dar a los ganaderos, pero… No, a los ganaderos no creo, porque a estos les aprietan que si no me traes seis y te devuelvo cuatro para que me traigas otros cinco y te echo para atrás seis, para que me vengas con otros cuatro y al final no te cojo ninguno, y así de marzo a octubre, mareando la perdiz, pero eso sí, aguantándose las risas, no vaya a ser que algún empleado de la ganadería les parta la crisma de un cantazo donde se encuentran las cejas.

Pero claro, habrá quién diga que no hace falta sacar ahora mismo el abono, que sí, que han avisado con menos de una semana de antelación y que habrá quien además de tener apalabrados los langostinos y el lambrusco, además hubieran aflojado la mosca y además, que ya se sabe que ahora es cosa de tirar la casa por la ventana, se hubieran tirado a por el turrón de Alicante y una bolsita de peladillas, por aquello de acompañar el plato principal. Pero tranquilos, que todo tiene solución, que la misma mañana que te decían que a sacar el abono de temporada a la voz de ya, llegando la tarde te daban un respiro y te daban dos días más, el 30 y 31 de enero. Que será por no agobiar, pero… ¿Hay fechas más duras en el calendario? Que llegas a final del maldito mes de la cuesta, contando los días para volver a cobrar y te llegan los pagos de la tarjeta de los Reyes, la Navidad, la lotería, las cenas con los amigos y a poquito que te acompañe la suerte, el seguro del coche y el aparato de los dientes del mayor. Pero todo sea por salvar a los señores García Garrido y Casas. Que uno aún pensaba que desde la propiedad de la plaza de Madrid alguien les diría que adónde van con el “cabash”. Pero tranquilos, no esperen tal cosa, porque tampoco se van a poner ellos a pensar en el aficionado, que si no lo han hecho nunca, lo van a hacer ahora. Que igual están tan convencidos como el señor Casas que esto de ir a los toros es un artículo de lujo y el que pueda, que lo pague y el que no… el que no, pues que se dedique a la cría del geranio. Que ustedes me vendrán con eso de que la plaza de Madrid es bien barata, baratísima, pero díganme, un poner, cómo se articula eso de soltar más de 400 bolos para una localidad de las no caras, o casi 900 para otra más cara, pero al sol, porque ya les digo yo que a estos de estos abonos, al sol, por supuesto, les resulta más doloroso soltar estas cantidades que a otros tirar de chequera para largar casi 3.000, 5.000, más de 6.000 o los 7.000 de los abonados más caros de sol, sol y sombra y sombra. Paradojas de la vida. Que con ese desembolso seguro que no tendrán que deshacer los acuerdos por las angulas, el cordero del Atlas, el reserva del 68 del siglo XIX o las huevas tricerraptor cuasi fosilizadas en esferificaciones de ámbar del Himalaya, pero yo a ver cómo lo hago, cómo me infundo el valor y fuerza necesarios para plantarme en casa delante de mi santa, los niños y luego la familia y allegados, para soltar de sopetón, sin que nadie lo viera venir, eso de Cariño, estas Navidades, ni langostinos, ni lambrusco.

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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