domingo, 30 de marzo de 2025

Pero, si lo he hecho muy bien, ¿a que sí?

De los novilleros siempre se esperaba al menos, actitud, que la aptitud se puede ganar con el tiempo, pero parece que eso era... hace tanto.


Está tan extendido eso del buenismo en los toros, que cuando los chavales llegan a una plaza en la que se les protesta, pierden el norte, no entienden nada de nada. Que en Villaporras del Chocolate Espeso se ponen a posturear, a mover el palmito, a sacudir las telas como si hubiera una plaga de polillas y el personal delira de la locura, pero oiga, es llegar a Madrid y los hay que empiezan a echar sapos y culebras con que si el pico, con el hay que picar, que dejes de correr a cada trapazo, si cada trapazo es un trallazo inmisericorde, si el ponte aquí, colócate allí y aunque la espada entre entera en lo negro, aún protestan porque dicen que menudo bajonazo, que si estás fuera... Pero, ¿es que esta gente no tiene descanso? Con lo bien que lo pasamos todos por esas plazas de Dios, aquí llegan esta grey y es que no les gusta nada, no vienen con ganas de divertirse. Pero si ya es grave el que los de luces y los suyos no lleguen a entender qué se les protesta, cuándo ellos consideran que lo están bordando, no se pierdan a los de los tendidos. Ellos que se habían puesto sus mejores galas, del brazo del chuti o la chuti, o la pandilla de colegas del insti, esos que van a demostrar su... no sé que van a demostrar, pero que cuando se creen que todo va sobre ruedas, ¡hala! Que resulta que hay unos señores que dicen que nanay, que no es que no sea perfecto, es que resulta que es un desastre. Que entra la espada hasta la mano y se echan las manos a la cabeza porque la punta asoma por la panza del novillo o porque la estocada se ha caído, y se convierte en eso que llaman bajonazo infame. Esto es de locos. Que no se explica nadie cómo dejan entrar a esa gente. Que a nada que vayas, te das cuenta de que están allí perpetuos, como las cadenas, que van y van y van y siguen yendo una tarde y otra y otra y un año y otro. Y que no se cansan oiga. Pero nadie parece explicarles a los de los tendidos y mucho menos a los de luces, qué es lo que protestan, que protestan porque no admiten las trampas, el engaño, los atajos.

Pues eso ha sido la tarde de los novillos de Fuente Ymbro, un encierro de esos que junto con los de luces, se convierte en una de esas novilladas que hacen afición... afición al ajedrez. Un ganado insulso, aparte de habérsele lidiado penosamente, permitiendo que corrieran y corrieran por el ruedo, sin que nadie con las medias rosas fuera capaz de fijarlos. En el caballo han tenido que sufrir al nula puntería de los acorazados en esas tanquetas con peto. En algunos casos, pretendían pasar el trámite con un amago de picotazo y que el tercio se cambiara. Hasta en el segundo el señor presidente ha tenido que obligar a que el de Fuente Ymbro fuera una tercera vez al caballo. Blandeando y alguno manseando indecorosamente, pero todos con una preocupante falta de casta. Que si les preguntan a algunos, la corrida fue complicada y de ahí el que los novilleros resultaran prendidos, pero más bien puede ser por carencias suyas, que por acierto de los astados. Solo el sexto pareció querer pelear algo, que tampoco fue gran cosa. Y a la retirada de la montada, pues gritos por aquí y por allá, gritos que no extrañaban a nadie, porque a los picadores sí que se les puede vociferar. Será que no deben tener parientes, ni paisanos, ni nada parecido, son solo señores a caballo, nada que ver con los de las medias rosas. La magia de las medias rosas.

Medias rosas como las que calzaban Diego Bastos, Mariscal Ruiz y Emiliano Osornio. Aspirantes a figuras, aunque alguno ya crea serlo, pero... que están más cerca de que ya después del verano no recordemos si los hemos visto por Madrid o si ese día teníamos una boda y no fuimos a los toros. Lo del manejo del capote es ya una plaga tan extendida, que a muchos ya ni les sorprende, lo que no quiere decir que no moleste el ver como pegan tirones, mantazos sacudiendo las telas y después de mil capotazos, la conclusión es que nada han hecho, si acaso, solo cumplir con el expediente de coger el mantón y zarandearlo al aire. Diego Bastos con la pañosa nos hizo creer a algunos que podíamos ver toreo. Citaba en las primeras tandas con la muleta plana , pero inmediatamente al segundo encuentro ya la atravesaba, ¡Dita sea! Y venta trallazos, tirones, pico y dejando que se la tocara en exceso. Y en una de esas, mal colocado, llegó el arreón con una cornada en la pantorrilla.. En su segundo, mil capotazos para nada, después de irse a portagayola y un farol de rodillas. El animal, ya aquerenciado en tablas desde el segundo tercio, no admitía más que dos trapazos y a la salida del segundo se marchaba buscando el refugio de las tablas. Poco había que hacer allí, pero quizá lo menos recomendable era empeñarse en dar derechazos y naturales. Empezó con cierto criterio sacándoselo a los medios, quizá para ver si ahí se olvidaba un poco de su tendencia de manso, pero desde el primer muletazo dejó claro el de Fuente Ymbro su condición y ¿hala! A los derechazos y naturales en un aquí te pillo, aquí te lo largo. Y el toro era un regalo, pero tampoco era cuestión de largarle el bajonazo con que le despenó Bastos.

Mariscal Ruiz quizá necesitaba que antes le hubieran contado un poco cómo funcionan las cosas por estas latitudes; que me dirán otro, pero a este no creo que le falten consejeros que le puedan guiar. Nulo con el capote, como todos, en el último tercio se hartó de dar trapazos, mucha carrera y muy acelerado. Venga manivolazos, venga carreras, venga precipitación. Y por si faltara algo, hasta manoletinas. Si le preguntan por su actuación en su segundo, igual creen descubrir al nuevo Gallito, pero mejor que pregunten a otra persona, que igual les cuenta que dio un solemne concierto de vulgaridad, trallazo por aquí, trallazo con el pico por allí, carreras y más carreras, para culminar tirando los trastos, ¡dejadme solo! ¡Fuera cachivaches! Que ya les digo que esto puede ser el gesto más honesto de la tarde, que si no sabes para qué te valen, para qué sujetarlos en la mano.

Emiliano Osornio no desentonó del grado de vulgaridad de sus compañeros, centrado en el último tercio, aunque estuviera bastante descentrado. Muletazos en los que parecía pegar un ventanazo, le llegaba el novillo y ¡pum! Manivolazo al aire. Insulso, sin gracia ninguna, que imagínense, lo más notorio fueron unos naturales con la derecha, no por su calidad, ni mucho menos, sino por no tirar lejos de si el palo y sujetarlo con la zurda. Ya ven a qué se reduce lo más destacable. Y así llegamos al final de la tarde, cuya mayor novedad fue el que ya en la calle aún lucía el sol. Y unos echando para casa pensando que una tarde más avanzando hacia la nada de la nada y otros, sin dar crédito por el comportamiento del respetable que no se les echó de hinojos esperando alzarles en triunfo entregados a su vulgaridad y comentándole en el coche al que llevaban al lado eso que sonaba a rogar aunque fuera un halago... pero, si lo he hecho muy bien, ¿a que sí?


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

lunes, 24 de marzo de 2025

Toros muy fotogénicos, pero...

 

Que no se me enfaden los adolfistas, pero es para enfadarse con los de Adolfo. Que bonita estampa pero si se les agita, suenan a hueco.


La primera de temporada bien podía haber sido un homenaje a la fotografía, un reconocimiento al señor Daguerre, Eastman ya a todos los pioneros del arte de la imagen detenida en un instante. Que a más de uno se le pusieron ojitos al ver la fotos de los de Adolfo en el campo; unos torazos, torazos cinqueños, torazos para esculpir, torazos como no se habían visto jamás, pero...Que nadie puede decir que la corrida estuviera mal presentada, ni mucho menos, pero de aquellos torazos de la foto... que igual es verdad eso que se decía que las fotos engordan. Engordan y hacen parecer torazos lo que luego en vivo son una corrida bien presentada, pero sin estridencias. Que los aplaudieron de salida, desde luego, aunque igual a lo que algunos aplaudían era a la foto. Pero ya digo, no hay que fiarse de las fotos, porque lo mismo sucede si haces una foto a los tendidos de sol, andanadas aparte, y parece que la plaza está de bote en bote, pero el señor de la cámara se daba la vuelta y apuntaba a la sombra... Esa foto no era recomendable, se veían más calvas que en un vuelo de Turkish Airlines aterrizando en Estambul. Pero los habrá que les hablan de gran entrada, cuando quizá mejor se podría hablar de media entrada.

Y si hablamos de fotos, a Rafael de Julia se le acabó la fotogenia en el momento en que se lio el capote de paseo, porque a partir de ahí, todas las instantáneas han debido salir movidas y desenfocadas y la foto que muchos habrían pensado como la más honrosa, no se dio, no hubo un corte de coleta que podría haber dado dignidad a una tarde nefasta, un petardo de esos que se recordarán como paradigma de petardo. De salida ya se vio apurado con el capote en sus dos toros, viéndose rebasado por los de Adolfo, que le acorralaron contra las tablas en ambos recibos de capote. A su primero, que ya se paró prácticamente en los primeros compases, le trasteo con mucha desconfianza, la misma que exhibió con la espada. Que quizá debería contar las veces que pinchó en los tres toros que hubo que estoquear, pero me van a perdonar, pero a estas alturas no sé dónde habré dejado el ábaco. En su segundo, un animal que flojeaba, aunque hasta parecía que metía la cara, no lo quiso ni ver, como en su primero, durante la lidia y llegados al último tercio, tras verse desarmado al segundo trapazo, optó por tomar la espada y empezar su particular vía crucis con la espada... otra vez un rosario de pinchazos, la mayoría en los bajos y ninguno en las agujas, saliéndose descaradamente y no llegando casi ni a pinchazo hondo. Poco hay que contar, que está fuera, sin facultades, sin sitio, desconfiado y en estas, ya me dirán qué es lo que se puede esperar. Pues nada, de momento, volver a verle en mayo, aunque lo más sensato y torero fuera hacer trabajar a las tijeras y que estas se llevaran el añadido por delante.

Seguro que Damián Castaño podrá elegir fotos de su trasteo en las que este y el mismo saldrán muy favorecidos, pero claro, esto del toreo no es cosa de instantáneas, igual la tauromaquia de ahora sí, pero el toreo, lo de torear es otra cosa. Y es otra cosa, porque en las fotos no salen las carreras a todo correr después de cada trallazo, igual que tampoco se aprecia si el muletero va cazando muletazos allá adónde pille toro. Trapazos abusando del pico y sin rematar en ningún caso y la vez en que más se enroscó a un pupilo de Adolfo lo hizo bailando y sin parar quieto. Ausencia de temple y mucho más de mando, pero quizá por esa emoción del que no manda, del que está a lo que diga el toro, el personal se enciende. En su segundo, como en el primero, le manteó con el capote como un peón, dándose la vuelta para perderle terreno hacia los medios. Bueno, en este que hizo quinto lo mismo perdía terreno para afuera, que para las tablas, a lo que el Adolfo decidiera. Este pudo ser al que menos se picó en toda la tarde, para llegar al último tercio con la misma tónica, trapazos corridos, aperreado con el animal, pretendiendo hacerlo ver como un toro intratable. E intratable era si no había ni asomo de toreo, que ahora te quito el engaño de repente, que te dejo el telón para que derrotes y así, después de basar todo el trasteo sobre el pitón derecho, la tomó con la zurda y en una de estas de quitar el engaño, fue volteado de mala manera, teniendo que pasar a la enfermería con dos cornadas. Salió a pasaportarlo Rafael de Julia y... creo que no merece la pena abundar sobre la forma de quitárselo del medio.

Y cerraba la terna Adrián de Torres, al que me cuesta calificar si resulta fotogénico o no. En cuanto a la lidia, pocas fotos eran posibles, si acaso en su recibo al sexto, con cierto garbo, pero que no va más allá de posar para una posible instantánea. A su primero se empeñaba en levantarle la mano y ahí el animal decía que nanay, pero si la bajaba, la cosa cambiaba de color, pero nada, pico, más pico, aire al mundo y algún que otro enganchón que los entusiastas aún jaleaban. Que igual pensaban que eso surtiría el mismo efecto que si decían patata, que el trapazo se vería bien, pero ya les digo que eso no funciona. Con cuidado de que no se le viniera abajo el toro, terminó acortando en exceso las distancias, recurso muy valorado por los entusiastas partidarios y por otros lares... aunque ahora eso también gusta y mucho en Madrid. Si no es por un bajonazo infame, igual los más leales le habrían pedido algo agitando los pañuelos. El sexto, que se vencía por el izquierdo, bastante tenía con aguantarse en pie; trapazos con el pico y el animalito entrando al engaño como un burro. Soso, pegando banderazos y otra a meterse entre los cuernos, para acabar pinchando una y otra vez, que algunos ya le investían como alumno adelantado del otro as de espadas, pero afortunadamente, no fue tan poco hábil y tan pesado como quién abría plaza. Y así acabó la primera del año, con unos preguntándose por qué tal no se había cortado la coleta, por qué cual se quedó al descubierto con tan mala pata que resultó cogido, por qué se insiste en un torero que dicen que hace, pero que en realidad no dice nada y por qué siguen anunciando un hierro, que alguno habitual no protestó ni por disimular, que no tenían nada dentro y que todo se quedaba en que eran toros muy fotogénicos, pero...


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

martes, 18 de marzo de 2025

Cuidado con atender lo que proponen los antis

Si esto molesta a antis y taurinos, pues nada, se quita y punto, aunque la verdad es que ya llevamos bastante adelantado en este plan.


Constantemente escuchamos la amenaza que suponen los antis para los Toros, ellos son aparentemente el único peligro que nos acecha. Que sí, que luego vemos las concentraciones en contra de la “tauromaquia” en que no juntan gente casi ni para sostener la pancarta y nos reímos y hacemos burlas, pero luego resulta que son la fiera corrupia que nos va a devorar, son lo único. Pues no son lo único, pero sí que son un peligro para esto que nos apasiona, por supuesto. Que peligroso es lo que dicen, casi siempre barbaridades paridas por la ignorancia, por un profundo desconocimiento de lo que son los Toros, de lo que es el toro, el rito, la afición. Que lo ven como que unos señores van a disfrutar viendo sangre, viendo morir a un animal, a un señor pinchándole cosas. Que cómo dice un amigo, si esto fuera así, en los mataderos habrían puesto gradas y cobrarían entrada. Que habría que preguntar a más de uno que afirma tal memez, si nos considera un bárbaro, un sanguinario, un ser sin sentimientos, ni humanidad, después de a lo mejor haber compartido con nosotros horas y horas de amistad. Pero esto es capítulo aparte, que los antis van cómo van y transitan por dónde les da la gana. La cuestión ahora es que desde hace un tiempo los propios taurinos, los que viven, los que se lucran de esto, se han lanzado en brazos de estas barbaridades y empiezan a ver con buenos ojos lo que a los aficionados les resultaría inadmisible de todo punto y, por supuesto, el fin de los Toros, el fin de este animal.

Que a nada que uno piense, el no ver con malos ojos ciertas cosas, como las corridas sin sangre, es porque piensan que esa sería una vía para mantener su negocio durante diez minutos más. Que ahora nos cuentan desde México eso de las corridas solo de capote y muleta, que cada capítulo, porque no me atrevo a llamarlo lidia, dure un máximo de diez minutos y que pasado ese tiempo, el toro se devuelva a a finca. Señor ganadero, ¿que usted ha vendido una corrida? Pues tranquilo, que ahí va de vuelta. Y haga usted con ella lo que considere. Que igual el propio ganadero opta por el matadero, pero eso no creo que les importe a los antis, porque dentro de su propia ignorancia, estos no serían capaces de llegar más allá.

Pero a aquellas voces de toreadores profesionales, porque parece ser que lo de ser matadores de toros igual les ofende, aquellos que decían sentir pena al tener que matar un toro, véase el señor Castella, ahora tenemos al señor Haces, don Pedro, don Bull para los colegas, quién suelta que o se implantan las corridas sin sangre o que esto desaparecerá. Vaya con el visionario, el mismo que ya ha hecho ensayos en el que el velcro era el gran protagonista del show. Pero la cosa no para ahí, porque resulta que este señor, don Toro, es parte activa en la plaza de Madrid. No me dirán que la cosa no pinta de lujo. Un panorama como para darse a los ansiolíticos, como para hacerse empanadas de lorazepan. El señor de los cruceros por un lado, el señor de la taugomaquia y los tascurrios por otro y el del velcro por otro, todo ello controlado desde la administración por el caballero que igual es un tipo estupendo, pero que de momento no da ni para leer la lista de la compra sin trastabillarse. Que ya me le veo pidiendo sod cabanalices, una zahonaria y treses likos de rajanas.

Y a todo esto, rezando para que el cielo no se nos venga encima, como temía el bueno de Obelix. Que parece algo de tebeo, pero si uno entra en la plaza de las Ventas, el cielo no, pero démonos con un cantito en los dientes si no se nos cae el techo antes de sentarnos en los tendidos, o que estos no se nos desmoronan a nuestros pies, que lo de esquivar baldosines desprendidos, rodapiés en el suelo o jóvenes ansioso en busca del alcohol botellonero al acabar un festejo, eso ya lo tenemos bien trabajado. Y así pensando en todo esto, ¿ustedes creen que los antis no tienen para celebrar? Que ya es lo último de lo último, que los que supuestamente son sus enemigos, ahora resulta que son los mayores defensores de tus reivindicaciones ignorantes y sin fundamento, más allá del pretender un mundo, una naturaleza enmoquetada en la que los seres humanos si piensan en comer, que es algo que deberían desterrar de sus costumbres, lo harían recogiendo bayas del monte. Que no quiero ni pensar en cómo se pondría la sierra de Madrid a eso de las dos de la tarde, con todos los madrileños buscando bayas ¡La locura! Que habrá quién diga que lo que sea, con tal de que puedan seguir yendo a merendar a una plaza o hacerlo frente a la tele, porque si no, ¿qué vamos a hacer por las tardes? Que no sé qué pensarán ustedes, pero cuidado con atender lo que proponen los antis.


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

jueves, 6 de marzo de 2025

Fuego amigo, cuerpo a tierra, que vienen los nuestros

¿Dónde están los que dicen defenderme? Pues que no me defiendan más, que me hunden.


ya no se está seguro en ninguna parte. Que uno empieza refugiándose allí dónde mejor puede para que no le lleguen los embates de los antis y cuando más a gustito estás, calentito, bien pertrechado de todo lo necesario, sin que se vislumbren amenazas en el horizonte, ¡catapum chimpún ratatatapum! Resulta que los taurinos lanzan una andanada que haría tambalearse las tauromaquias de Pepe Hillo, Paquiro y toda la teorización sobre el toreo de Domingo Ortega, Joselito y el mismísimo Licenciado de Falces. Que dirán que no es para tanto, pero, ¿ustedes han escuchado leer a Miguel Martín en la Asamblea de Madrid? Y digo leer, porque llamar a eso comparecencia sería faltar al respeto a la dignidad de la institución. Que el caballero, recién investido máximo responsable de los Toros en la Comunidad de Madrid, se presentó a... no me pregunten a qué, pero sí les puede responder a lo que fue ese debut, como él mismo llama a su presencia ¡Válgame el cielo! Vestido como para servir una boda, impoluto, más elegante que el maitre del Savoy, esperó a portagayola la pregunta del representante de la oposición. Que algunos esperarían algo de vigor en la formulación, pero no, como buenos taurinos, salió su señoría con una embestida pastueña, rebosando nobleza, metiendo la cabeza sin un amago de derrote. Que tanto entusiasmo solo es comparable al recibimiento a la suegra un domingo a la hora de comer. Pero ya lanzada la primera pregunta, allí que sacó el señor Martín un legajo y empezó a leer lo que no sabemos quién escribió. Que le preguntaron por la teoría de la relatividad, pues él soltó la receta del arroz con almejas; que si la conquista del Perú, pues ahí iba cómo quitar las manchas que más resisten en el lavado en frío. Un despropósito absoluto. Eso sí, leyendo con un convencimiento, que solo le faltaba silabear como los niños al hacer sus primeras letras ¿Y este es el mejor candidato para defender y representar los Toros en una Comunidad en la que se encuentra la que llaman la primera plaza del mundo? Que no sé si podría habérsele ocurrido a un anti un ataque mejor. Que da para reírse, pero risas de esas histéricas como cuando te mueres de miedo, cuando te ves acorralado por una jauría de lobos o si en un callejón sin salida te rodean los ultras del equipo enemigo mientras luces tus colores del alma.

Pero, ¡quién ha decidido nombrar a este señor? ¿El enemigo? Que no sé si alguien se habrá entrevistado con él, pero si lo han hecho, sobran el entrevistado y el entrevistador. Que tanto que se habla de meritocracia, que digan que es lo que ha hecho que este caballero alcanza semejante púlpito del Toreo. De verdad, ¿no había nadie más? Aunque igual si empieza alguien a recitar méritos, lo mismo nos íbamos a sorprender, o más bien a escandalizarnos, porque sorprender, ya no nos sorprende nada. Que en todo un partido con miles de afiliados, seguro que con muy buenos aficionados a los Toros, con cabeza, sensatos y sobre todo con conocimientos y con verbo más que fluido para defender este legado, ¿solo han encontrado a este señor? A mí no me digan, pero no han buscado bien. Que es que parece que han puesto al primero que pasaba por allí, quizá porque los que le han puesto son los primeros que no le dan importancia ni al cargo, ni a lo que este representa, ni valoran la labor que tiene por delante, que va a ser mucho más exigente que lo que fue el preguntador de la oposición en la Asamblea de Madrid. Y luego me dicen que si los de tal tendencia o tales siglas van en contra de la Fiesta. Pero, de verdad, ¿creen que esos pueden superar al señor Martín? Que se lo ha puesto muy difícil, que esto no se supera así de cualquier modo. Que visto lo visto, ya me veo la feria del bricolaje en el Batán, Expo Mueble en las Ventas... ¡Ah! Perdón, perdón, que lo del mueble ya está. Si es que va a ser verdad que cuando estos se ponen a dinamitar la Tauromaquia, cómo ellos dicen ampulosamente, no hay quién les siga el paso.

Pero lo peor es que esta mediocridad, esta vulgaridad está instalada en todos los ámbitos, en los de los despachos, como queda evidenciado, en los que crían toros, los que se visten de luces, la prensa, los públicos que van a hacer botellón en las plazas, en las peñas en las que lo que más preocupa es que vaya el figura para tenerle cerquita y que les firme... porque firmar sí saben, ¿no? Que lo que llevamos diciendo hace tiempo, que dejen de defender esto, porque está que ya no sabemos si va a aguantar una defensa más o si ya reventará de una vez por todas. Que sí, que mucha pose, muchas palabras repetidas como mantras, aunque no sepan lo que significa, que me recuerdan a las señoras que rezaban el rosario en latín y no sabían que Stella matutina nada tenía que ver con “tela pa cortinas” Y les digan lo que les digan, aunque les cuenten que es fuego amigo, cuerpo a tierra, que vienen los nuestros.

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html