domingo, 15 de noviembre de 2009

El triunfador del año

Todos los números y todas las estadísticas nos dicen que el triunfador del año 2009 ha sido Sebastián Castella, pero esto no quiere decir que tengamos que caer rendidos a lo que nos dicen los números. Los números son muy útiles para medir distancias, contar unidades o medir el tiempo, pero ¿el arte puede valorarse en números? ¿es mejor artista el que pinta cuadros más grandes? ¿es mejor artista el que vende sus cuadros por más dinero? Yo creo que. Y la siguiente pregunta que se me viene a la cabeza es si los toros son un arte o no, o simplemente como consideran los turistas, un deporte. Yo soy de los que aún creen que el toreo es arte y de los que se espantan cuando alguien intenta hacer el más mínimo paralelismo con la actividad deportiva.

No sé si será justo o no, pero yo voy a recordar lo que Castella hizo en la plaza de Madrid, de donde salió dos tardes a hombros, una el 12 de mayo y otra el 3 de octubre. Y en ambas fue aclamado como el gran maestro del toreo de hoy, de ayer y de siempre. Pues bien, en mayo se limitó a arañar una orejita a cada uno de sus toros a los que despachó con un bajonazo y una estocada entera desprendida y trasera. Menudo bagaje. En octubre la cosa fue parecida o peor, porque una faena pródiga en trapazos con el pico de la muleta y escondiendo exageradamente la pierna contraria, fue merecedora de las dos orejas, no se si para premiar al francés o para agraviar a Morante, quien o bien repetía la sinfonía de capote de San Isidro o se le castigaba por haberse atrevido a molestar a la “figuronería torera imperante”.

Dos tardes de triunfo más que cuestionado, pero que sirvieron para engrosar la particular numerología de Castella y para ser utilizadas de coartada para justificar la supuesta de grandeza de un torero que no lo es. Quizás muchos estarán de acuerdo en el hecho de que no acaba de zambullirse en la vulgaridad en que se mueven otros colegas suyos, incluso por momentos parece que va a despreciar el “lado oscuro del toreo” y que se va a inclinar por la verdad de este arte, que no deporte. Pero no se puede vivir eternamente de las faenas iniciadas con el pase por detrás, la quietud y un tedioso toreo con el pico de la muleta y la pierna contraria atrasada, ni con matar de cualquier manera con tal de no soltar las orejas. Quizás si Sebastián Castella se olvidara de los números y decidiera beber en las fuentes clásicas de la tauromaquia, llegaría a ser un gran torero. No sería considerado el triunfador de la temporada, seguro, pero si como un gran torero. A lo mejor debe romper con su entorno actual y pensarse también en irse con Curro Vázquez y si muchos tomaran esta iniciativa, el torero de Linares podría montar una escuela homologada y organizarse sus propias ferias en el salón de su casa.

2 comentarios:

Izu dijo...

"Todo el mundo de acuerdo" dice la prensa taurina al referirse a Castella. Lo del francés a mi me parece una regularidad más propia del balompie que del arte del torero. Y precisamente digo Arte porque yo todavia lo considero así, aun cuando muchos le busquen la "regularidad". Regularidad la que deben tener la selección de fútbol, Fernando Alonso o Contador. El toreo está unos cuantos pasos más allá de la pura estadistica.
¿Que hubiera pasado si Picasso se hubiera dedicado toda la vida a hacer copias exactas de "Las damiselas de Avignon"? Seguramente no hubiera entrado a la historia como uno de los grandes de la pintura universal Verdad? Haciendo un simil con Castella, ¿Puede un torero entrar en la categoria de los grandes Maestros de la Fiesta (y por lógica tener la categoria de Artista) cuando sus faenas son un conjunto de copias de una faena "standar"? Y no lo digo de loco ni porque le tenga animadversión a Castella. Sencillamente su toreo no me llega, me aburre con la misma rotundidad de su estadistica. Lo digo porque en todas las cronicas de prensa me encuentro con que sus faenas son todas iguales, encasilladas en un solo patrón. Esto lo dice desde el periodista forofo hasta el critico serio. Soy Morantista, no podré nunca negarlo, y me pareció una necedad la constante repetición del mano a mano con el francés. No podrá haber nunca competencia entre la inspiración y la copia, sistematica y regular, de obras menores.
Ahora que Morante no viene a América, la empresa de Quito lo ha reemplazado con Luis Bolivar, para la corrida del 4 de diciembre y con Castella para el festival del 2... de la solera, torería y elegancia de un Morante de la Puebla vestido de corto pasaré a ver a un Castella vestido a la usanza parisina, tanguera, arrabalera o yo no se que, pues a este señor le disgusta el traje corto. ay Maestro!!! si recordamos que ese era el traje de gala para los toreros de antes! Pero como para el gran público resulta pintoresco el sombrerito de medio lado y el trajecito de calle del francés! ¿Bien valen los suspiros de sus seguidoras, señor Castella, para mandar al tarro de la basura la tradición taurina junto con el vestido campero y toda su carga simbolica de toreria, elegancia y virilidad? Torero hay que ser pero tambien parecer. Y la tradición es donde se sustenta el caracter artistico y ritual del Toreo. ¿Qué vendrá mañana? ¿Usar, en lugar de zapatillas unos nike air jordan porque son más cómodos? Nunca, "el número uno del toreo" podrá serlo lejos de lo que es el Toreo.
Un cordial saludo desde Quito

Enrique Martín dijo...

No puedo añadir ni quitar nada de su comentario. Coincido absolutamente con usted, incluso con la admiración a Morante. Y es que el toreo es sentimiento, que no números. Podía haberlo escrito con letras más grandes, pero claro, claro ha sido usted muy claro, respetuoso y rotundo, lo que hace que su reflexión tenga aún más valor. Gracias por enriquecer de esta forma mi blog, del que tiene abiertas las puertas siempre que lo desee. Un saludo desde España.