jueves, 4 de agosto de 2011

Los choto- novillos, mejor a puerta cerrada

¿Volverá el José Tomás que esperamos?


No había acabado la casi corrida del 3 de agosto cuando ya estaba hablando por teléfono con un correligionario de la fe tomasista, pero que antes de adorar a ídolos paganos es ferviente creyente de la tauromaquia clásica y eterna. Uno de esos que es fiel a un torero, mientras éste se mantenga fiel al toreo de siempre en el que el toro es el ser supremo y el único que justifica todo esto.

Sus palabras no dejaban lugar a dudas, José Tomás inmenso, pero… ¿has visto los novillos? Y volvía a insistir en que el madrileño se seguía pisando los terrenos de siempre, pero… los novillos, que pena. Y créanme si digo que pocas personas habrá que respeten más la labor de los que se enfundan la taleguilla, pero de la misma forma, pocos habrá que sepan el esfuerzo que hay que hacer para calzársela y para irse a la plaza a ponerse delante del de negro.

Yo entiendo a la perfección que José Tomás necesite irse encontrado consigo mismo, entiendo que no se le pueda pedir ahora, después de la segunda actuación, que se anuncie con los de Adolfo, como ya hizo en su día en Madrid y no con demasiada fortuna, pero de ahí a que le echen una corrida más menguada que casi cualquiera de las novilladas de julio en las Ventas, va un abismo. Está bien que se placee con novillos, vacas, becerros, chotos, jatos, churros, erales, añojos, pizcas o moruchas, pero si eso conlleva que la gente pague una entrada, la cosa es muy diferente. Y que conste que no entro en que unos hayan pagado fortunas por un boleto, allá ellos, pero simplemente el precio de la localidad ya tiene que ser suficiente garantía para que el espectáculo sea íntegro.

El otro día yo pedía paciencia y que se le juzgara simplemente como a un torero y no como a un mito. Pues bien, como torero que es, no va por buen camino si falla en lo fundamental, en el toro. No creo que esto beneficie a nadie, ni a él como torero y como máxima figura, uno de los últimos clavos ardiendo que le queda al aficionado que huye de tanto “G”, de tanto indultador pegapases tramposo y de tanto toreo periférico. Pero a quien más daño hace es a la fiesta, a esa fe que está por encima de todo. Aplico el mismo argumento que utilizo cuando hablo de los Juli, Perera, Manzanares, Castella y demás, si un espectador va a la plaza un día de esos de cartel de tronío, en el que le cuentan que va a ver a los números uno del momento, a la cúspide de la tauromaquia universal de todos los tiempos ante el ganado más bravo y encastado de la historia y se encuentra con la pantomima habitual, el que ha pagado su entrada con tanto esfuerzo como ilusión, después de aburrirse como una mona dirá: ¿y esto es la fiesta de los toros? pues vaya porquería. Y puede que no vuelva más, pero seguro que tampoco volverá su cuñado, su vecino o el hermano de su jefe, a los que les habrá contado el fracaso que para él ha supuesto aquella gran corrida de toros.

Habrá quien pueda decir que no he hablado nada de cómo toreó, si dibujó naturales de ensueño, si se ajustó cómo nadie a la verónica, por gaoneras o chicuelinas o si sacudió dos estocadas hasta las péndolas en todo lo alto, pues el que lo diga tiene razón. Incluso se me puede argumentar que es la segunda actuación y que el juicio puede ser precipitado, pero si a la segunda de cambio falla el toro, nada tiene valor y si éste va a ser el camino a recorrer, pues apaga y vámonos.

Y que conste que de momento, me sigo declarando tomasista, pero antes que nada pretendo llegar a ser un buen aficionado a los toros, e incluso siéndolo a los toreros, estos solo adquieren su verdadera dimensión cuando se enfrentan y pueden con el toro. También fui declarado seguidor de Roberto Domínguez, de Emilio Oliva, incluso de Óscar Higares, de Ponce, hasta de Perera y un poco de Castella, de Cayetano cuando se presentó en Madrid, de Paquirrín allá en la noche de los tiempos, pero de la misma forma dejé de serlo en el momento en que creí que se apartaban de lo que yo entendía que era el toreo, porque lo primero es ser firme creyente de la tauromaquia clásica y luego, si se tercia, meapilas del que lo haga de verdad ante el toro, no ante choto- novillos para matar a puerta cerrada.

12 comentarios:

un admirador dijo...

INMENSO, SEÑOR MARTIN.
GENIAL.
Aunque algun dia puede que los mafiosos de los taurinos llamen a su puerta y le llamen de todo menos guapo.

Enrique Martín dijo...

Admirador:
No creo yo que nadie se detenga a hacer caso a un simple blog. Será que no tienen cosas más importantes a las que prestarle atención.
Muchas gracias y un saludo

MARIN dijo...

Pues mira Enrique, yo ayer dia 3, cuando casi todavia no habia acabado lo que deberia ser el dia grande de Colombinas, hablaba con un buen amigo y gran aficionado de Madrid y le decia lo mucho que me habia decepcionado la corrida de toros de ayer. Que sigo siendo Tomasista en toda regla, que ayer se volvio a empeñar en torear con la pata pa´lante, que se vio cogido y no se inmuto, que vuelve a templar que da gusto, que esta extremadamente delgado y falto de fuerzas... que sigue siendo un tio.
Pero tambien le comentaba a este amigo de Madrid, de la grada del 6, que esto no me llena.
Que da mucha pena ver una corrida de toros escurriditos de carnes, con poca cara de toro y además para colmo... sin echar gusto a nada.
Soy Tomasista si, y además quiero esperarlo. Recuperarse de estar a las mismas puertas del infierno no es un huevo que se echa a freir, pero tampoco lo voy a esperar toda la vida.
Quizás lo que me alegró la tarde-noche de verdad fue esa llamada de este tio de Madrid, que me hizo ver que por lo menos no soy el único bicho raro que veo los toros así.
Un saludo y ya sabes, cuando te aburras llamas o me haces una perdida y yo te llamo.

Anónimo dijo...

El invento del siglo lo de este ¿torero? o lo que sea.
Felicidades al autor del artículo,lo has clavao, macho.JT es lo peor de lo peor y solo le siguen histéric@s.
No ha pegado un muletazo limpio a un toro de verdad en su vida, que se vaya a su casa de una p--- vez,
VAYA CUENTO!!!

Enrique Martín dijo...

Marín:
Pues eso, que no hay que dejar de ser tomasista por una tarde, pero que no espere que esta fidelidad sea incondicional. Que curioso, que ayer yo también charlé con un amigo que me hace pensar que no soy un marciano. Y quizás puede que nos la estemos envainando con papel de fumar, pero han sido tantos los que parecía que nunca iban a coger el mal camino, que uno ya se espera cualquier cosa. Y si se trata de que te pierdas, pues te pierdes... y yo contigo y... ¿con José Tomás?
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Ayer en Huelva no se puede decir que José Tomás estuviera hecho un tío, pero de ahí a decir que nunca ha dado un natural, creo que hay un trecho muy grande. Yo solo le remito al 5 de junio en Madrid. A la siguiente semana ya estuvo más atropellado, pero ese día no. Pero sea cual sea su opinión, la recibiré con muchísimo agrado, no vamos a coincidir todos en todo, hasta ahí podíamos llegar.
Un saludo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Llevo viendo toros desde muy temprana edad,he visto toreros que han engañado,toreros honrados,toreros que han sido una nube de verano,figurines del momento, pero yo sabía que esta vuelta a los ruedos de José Tomás iba a ser de todo menos torear, llamémosle show, llamémosle como no dé la gana, pero torear, rotundamente NO.
Punto y aparte, en mi pueblo soy muy conocido por la revista en la que escribo, también por pertenecer a una peña taurina, y si tú supieses los comentarios que me llegan de que José Tomás está tirando la tauromaquia por los suelos pues es impresionante, y es tan cierto como que me llamo Diego Cervera García.
Para mí, con todo lo mediático de alrededor,y con el ganado que está matando, está degradando la imagen de los toros una barbaridad.
Por cierto, a mí no me vale eso de que “torea poco” o “hasta que le coja el sitio” porque si es con otro torero la opinión seria “si no está preparado pues que no valla” ¿los toros a puerta cerrada no vale?
Y me voy siempre a mi opinión personal,- no me hace falta ver torear a José Tomás para disfrutar del toreo…-
Si es que me enciendo cuando se insulta y se menos precia la tauromaquia, y para mí todo esto es un insulto (no tu entrada Enrique, qué sabes que tienes mi más profunda admiración)

Enrique Martín dijo...

Diego:
Ya habrás podido deducir cual es mi opinión a través de la entrada y por otros canales, que no me parece ni medio regular lo de Huelva, pero aunque tú no estés muy por la labor, esperemos a ver qué pasa. Y el problema no es que haga las cosas peor que los demás, que incluso tal y como estamos todavía hay alguna diferencia, el mal está en lo que todos esperamos de este torero y en que es uno de los escasos clavos ardiendo que nos quedan para reivindicar el toreo clásico. Pero esto tampoco quiere decir que debamos ser condescendientes. Una cosa es no ser extremista y otra comulgar con ruedas de molino. Y seguro que ni José Tomás, ni nunguna figura, ni ningún torero probablemnte, se digne leernos, pero al menos ahí dejamos lo que pensamos.
Un saludo

Unknown dijo...

Exactamente debe ser así. Como dijo Joaquín Vidal yo soy de quien lo hace, y evidentemente ante un toro. No es de recibo que, por ejemplo en Madrid, los novilleros se enfrenten a novillos cuajados, mucho más toros que los que lidian log G10 en cualquier plaza, salvo en algunas de Francia donde no la pisan estos señores ni por asomo. Saludos y enhorabuena por contarlo y de la forma en que lo haces.

Enrique Martín dijo...

Pepe.
Has traido la cita perfectamente, "yo soy del que lo hace" y no hay más que hablar. Y el día que lo vuelva a hacer ante el toro, pues fenomenal.
Un saludo

Anónimo dijo...

Vete JT que solo vienews a contaminar,
tu y los enfermos y ENFERMAS que te siguen,
gentes que no pintan nada aquí.

Enhorabuena por el blog.

AFICIONADO DE LEY

Enrique Martín dijo...

Aficionado de Ley:
Esta es tu opinión, que seguramente tendrás muy bien fundamentada. Otros de momento preferimos esperar y ver el camino que toman las cosas y si esto son solo unos borrones o una situación permanente.
Un saludo