lunes, 20 de agosto de 2012

400 entradas y ninguna salida




Uno que esperaba celebrar mi entrada número 400 con los fastos que merece el caso, con un corrida goyesca, con presentación del cartel a los medios de comunicación, con asistencia de las máximas figuras luciendo sus excéntricos ternos de calle que a veces llevan en el ruedo, luego en la plaza con todo el bullicio de los “importantes” de la fiesta, Carmen Lomana, Miguel Bosé, los políticos que tanto hacen por ella, Vittorio & Luchino, la de Alba, Carlos Herrera, vamos, el sustento de todo esto. Pero de esa idea, nada de nada.

Incluso se me pasó por la cabeza lo de intentar hacernos pasar todos por jovencitos y acudir a una de las plazas en las que actúe el Juli. Después solo nos queda lo de la merienda en un pan de dos metros de lardo, una bota de 50 litros con el logo de la peña santiaguesa de Tobarra y una camiseta verde puñeta para cada uno. Lo del pañuelito y sombrero de paja ya es opcional, como el cubata o cerveza, por si la bota no da para todos o cuando uno quiere pasar esa barrera que separa a los festivaleros de los claveleros. Ojo, que eso ya son palabras mayores.

También tuve la tentación de organizar algo que limpiara la imagen de los buenos aficionados, esos que reciben los dardos, tomatazos y hasta escupitajos, dependiendo del lanzador, de antitaurinos de taurinos, de palmeros de las figuras, de feligreses de la iglesia del padre Molés y demás pancistas que no perdonan su dosis de toros, una vez al año. Mira que resulta difícil convencer a todos estos señores que no somos tan malages como ellos nos ven. Que cada uno decida de quién es la autoría de cada una de estas ideas; unos están convencidos de que nos frotamos las manos viendo como se le clavan al toro pinchos y puyas, hasta convertirle en un monigote sangrante que nos provoca el delirio, la carcajada y el desenfreno orgiástico en los tendidos, mientras corre el alcohol y la pitanza, al tiempo que los asistentes dan suelta a sus más bajos instintos, sean del tipo que sean. ¡Mi madre! Eso no lo he visto yo ni en una película de Buñuel. Y uno sin enterarse, creyendo que ya era bastante lujo el llevar la almohadilla de casa y una botellita de agua fresca. Será que uno no es muy de ir de un lado a otro para ver toros y que en la plaza de Madrid somos unos sosos incorregibles.

Pero ojo, que por el contrario, también corre el rumor de que algunos aficionados, de los que muchos son habituales de Las Ventas, exigimos toros descomunales, fuera de toda razón, más próximos al uro primitivo, con un cruce del Minotauro, que a poco listo que ande el torero, acabará devorado por semejante criatura. Y no conformes con ello, nos pasamos la tarde, que digo la tarde, la vida entera, empujando y achuchando al pobre coletudo a ser engullido por este monstruo de las cavernas. Incluso, los que aún conservan su condición de sensibles seres humanos, cuando un torero es volteado y llevado a la enfermería, no paran de gritar a esos talibanes de corazón de piedra eso de: “¿Ya estaréis a gusto, no? Ya lo habéis conseguido”. Que mala entraña tiene que tener uno para desear que un toro empitone a nadie ¿no? Casi tan mala como los que piensan que esos deseos puedan caber en el corazón de otras personas. Y todo, porque unos quieren volver a ver aquello con lo que otrora se emocionaron y otros porque quieren saber que era eso que a esos raritos les impulsa a seguir yendo a la plaza a pesar de lo que ahora se ve los días de corrida.

Ya ven, me ponga como me ponga, no voy a ser capaz de agasajar a todos esos que tienen el vicio de pasarse por esta Grada del 6. Aunque si hacemos caso de lo que dicen esas malas lenguas, taurinos y locutores de la tele incluidos, me parece que no se merecen muchos homenajes. Que estoy por inflingirles el más duro castigo que una mente cruel y retorcida pueda imaginar. No sé ¿Una semana seguida viendo a los geses sin parar con toda la camada de Cuvillitos, Zalduendillos o Garcichicos? Mañana, tarde y noche. Solo pensarlo hace que me salga esa carcajada cavernosa de las películas de terror, cuando se ríe el malo. Pero quizás es demasiada crueldad la mía. Pido perdón; no solo no les ofrezco la celebración que merecen, sino que encima les castigo de esta forma. Ya me gustaría poder contarles tardes de gloria, como aquella de Juan Mora, como la de las verónicas de Morante o la de las cuatro orejas de José Tomás. Seguro que ahí sí que disfrutábamos.

Siento no poder estar a la altura de los visitantes, de esos que lo mismo quieren curar aquí su demencia, viniendo desde México, otros tienen la santa paciencia de ver lo que pasa en la plaza y luego leerme, otros por la tele desde toda España, los hay que incluso se pegaron una buena tunda de kilómetros para acompañarme en Linares, los amigos de siempre de la grada que hasta leen lo que escribes, como si no fuera bastante soportarte dos horas cada día. Los que te visitan en tu localidad, los que viajan desde sitios como Sevilla, Logroño o Estremera. Cuanta gente, maestros que saben de verdad de que va esto, familias a las que no puedes agradecer todo el cariño que te dan. Todo esto es lo mejor que he sacado de este Toros Grada Seis. Aficionadas ejemplares que luchan contra la adversidad de la incomprensión, los que viajan en Tartanillas, los que les acompañan, los del otro lado del mundo, del otro lado del Atlántico, de la grada del 7, del 8, de los tendidos y andanadas, desde la Malagueta, la plaza de Pignatelli, el Bocho, Iruña, el Mediterraneo, los artistas, el maestro de Pontevedra, del Cabaco, de toda la Andalucía taurina, la Rioja, Aragón, Portugal, Castilla y hasta de Madrid. Por el blog he conocido verdaderos sabios del toreo, he hecho amigos, muy buenos amigos, he disfrutado con las opiniones de los demás, con sus respuestas, he sentido su respeto, su cariño. Me han mantenido vivo en momentos muy malos, he podido compartir también las alegrías y hasta me han regalado sus críticas para hacerme más fuerte, menos soberbio y engreído y para darme cuenta que de esto, del toro, no sabe nadie y servidor menos que nadie.

Pues nada, damas y caballeros, ya que lo del homenaje no parece estar a mi alcance, me tendré que conformar con el agradecimiento, aunque si veo la más mínima posibilidad de hacer algo grande, no duden que les avisaré. Igual no le importa a la Comunidad de Madrid cederme las Ventas para organizar un evento lúdico taurino; para que se hagan a la idea, algo parecido a la Beneficencia o la corrida de la Prensa. Ya les avisaría yo en caso de que la cosa progrese. Habrá más entradas, espero que superen otras 400, aunque eso sí, de estas próximas 400 entradas, espero que al menos veamos una salida. 

13 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Don Enrique: Mi felicitación... no hay mejor resumen de una bitácora bien llevada que el que nos has puesto aquí el día de hoy. Y no necesitas ni Bosés ni geses para que los que buscamos un reducto de afición te demos un sincero homenaje este día y todos los que salgas "al éter" con tus aportaciones.

Que vengan cuatrocientas... mil entradas más y si encontramos la salida, a lo mejor nos echan del cotolengo.

Un abrazo.

fabad dijo...

Enrique, menudos ARTÍCULOS son tus cuatrocientas entradas. Gracias a ellos aguantamos en esto. ¡Enhorabuena! Y no pares.

franmmartin dijo...

Estoy viendo lo de Bilbao.Ayer apagué al tercer toro y hoy estoy en otras cosas y de cuando en cuando, entro y prefiero no ver lo que hay.
Enhorabuena Enrique por estas 400 entradas, que estan haciendo mas por los toros que esas que regala El July a los infantes.Te deseo otras 400 más y que las podamos seguir toda la buena gente que por aquí pasa.
Un abrazo.

David Campos dijo...

Querido Enrique:

Ante todo pido disculpas por mi retraso en la lectura y mi contestación a tu entrada, pero como habrás podido observar, hace tiempo que no publico por que estoy liado con la mudanza de piso.
Enhorabuena!, no sólo por tu entrada 400, sino por las 400 entradas juntas. Cuando he llegado al párrafo de agradecimientos, ne pareció estar viendo un anunció que Coca Cola usó para una de sus excelentes campañas. También he leído una alusión al maestro de Pontevedra, que, me gustaría saber quien es.
Pero lo que más me ha emocionado, ha sido, tu recuerdo a la imborrable tarde de Juan Mora, aquel 12 de octubre, porque eso es de muy buen aficionado, además, el recordarlo me vuelve a poner los pelos de punta.

GRACIAS A TI, AMIGO. SIEMPRE! Reapareceré un día de estos. No os vais a librar. UN FUERTE ABRAZO!!

MARIN dijo...

Tarde Enrique, pero llego. Sabes que la semana pasada la tenia guardada para "mis Rocíos".

Gracias por las 400 entradas y por aguantarnos en cada una de ellas. Por enseñarnos aquello que tu padre te transmitió un dia y por aguantar a un "loco bohemio" cuando te contaba como se escuchan los resoplidos y las pisadas de bravo en los tobillos.

Gracias por darnos la oportunidad de escucharte en directo en Linares, con las ganas puestas en volvernos a pegar otra vez otros 600 kilometros o 1.200... ¿quien sabe?.

Aqui estamos todos por lo mismo Enrique, como tu dices, por ese veneno que nos une a todos: EL TORO. Y aguantaremos durante 400 ratos mas los tomatazos mientras el toro nos lo permita. Y algunos nos seguiremos acordando de ti cuando el Juli este cumbre o salgan cuatro toros encastados en un tercio de varas en un pueblo perdido en Huelva. Y todo eso gracias a las 400 y mas de una por telefono...

Gracias Enrique de tu amigo (el t.....).

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Ya sabes lo que aprecio tu seguimiento y hasta tus aportaciones que tan oportunamente me haces, continuando en ese empeño tuyo de querer que al final aprenda algo de todo esto. De momento seguiremos ahí buscando esa salida, no sin antes abastecernos de suficientes pastillas.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Pues si estas cosas que yo escribo te hacen aguantar más, no sé si esto me causa cargo de conciencia o no. No quisiera yo ser el culpable de hacer pasar por este via crucis, aunque creo que entre todos nos confabulamos para no abandonar esto del toro. Al final resulta que no podemos vivir sin él.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Franmartín:
Tú lo has dicho, que buena gente os pasáis por aquí y todo lo que generosamente me dais, y que yo disfruto a fondo. Siempre lo he creído y lo sigo creyendo, sois lo mejor de aquí.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

David:
Yo pensaba que antes de coger el pincel de nuevo, ibas a convertirte en un artista mucho más serio para ver si los políticos contra los que te toca pelear se enteran de lo que es una obra bien hecha. Nunca llegas tarde, aquí siempre llegáis en el momento preciso. Quizás a lo de maestro de Pontevedra tenía que haber añadido lo de atlético hasta el límite, maestro del lápiz y la acuarela y aficionado como pocos, que todavía se emociona con aquella tarde en que hablamos por teléfono sin poder articular palabra, pero que sin poder disimular que aquello nos enloquecía.
Un abrazo maestro de Pontevedra.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Ya sabes tú el papel de todos los que estáis ahí para leer cada letra que aquí sale. Cosas que como bien dices me enseñó mi padre y otras como aquella mañana en que aprendí cosas que jamás podría haber sabido. Qué buena charla al solecito ¿eh? Ya que te pegaste el paseo con la familia por delante y los compañeros de "El Paseíllo", como para no aprovecharlo. Y mira si estaremos enfermos, que cuando vemos algo que nos rompe por dentro, encima nos acordamos de los otros pacientes del hospital del toro.
Un abrazo para mi amigo el torero.

J. Cisneros dijo...

Enrique ¡claro que habrá una salida!, de hecho ya la hay, TOROS GRADA SEIS. Los que seguimos tu Blog y tuvimos el privilegio de escuchar tus palabras en la Tercio de Varas junto a otro de los grandes como tú, Pepe Olid, ese día comprendimos muchas cosas. Y no solo quedó ahí la cosa, pues conseguisteis enlazar amistades como la mía con José María del Retoñal ¿Qué gran aficionado!
¡Claro que hay salida! Y como tú mismo dices, nos mantenemos vivos en momentos muy, pero que muy malos.
Gracias Enrique, maestro, por esas 400 entradas que a buen seguro llegarán a ser muchas más y todas de verdadera categoría.

Enrique Martín dijo...

Pepe:
Muchas gracias y gracias por recordar aquel día. Que buen rato echamos en tu tierra, pero bueno, bueno. Tango que reconocerte que aquel día tenía mis temores por el público que iba a escucharme, me habían dicho que era entendido, exigente y justo, pero lo que no me contaron es la acogida que da a sus invitados. Yo me sentí muy a gusto y días como ese son los que te empujan a seguir y te muestran que en esto hay muchas cosas buenas. Vamos, que yo me apuntaba una vez al año a darme un paseo por allí. De Marín, ¿qué te voy a decir? Es una debilidad que tengo y sabiéndolo, igual por no pasarme, no sería justo con él, pero que grande es, que humilde, que sabio y que amigo. Al día siguiente los dos, sentaditos al sol nos pusimos a charlar y me contó vivencias suyas delante del toro, que no se me olvidarán jamás. Incluso igual me atrevo y las plasmo en una entrada. Eso sí, lo que no revelaré son las cosas íntimas, como que es un bético y recreativista a muerte, pero eso no lo sabrá nadie por mi boca, eso que lo revele él.
Un abrazo y ya sabes que aquí en Madrid se te espera.

Anónimo dijo...

Te felicito Enrique por tu aniversario y por la magnífica labor que estás realizando en pro de una fiesta digna.
Y espero que durante este mes los de Taurodelta te den motivos suficientes para hablar bien con el ciclo de encastes minoritarios a pesar de no haber incluido a mi ganadería favorita, jeje.

Saludos
J.Carlos