miércoles, 29 de agosto de 2012

Con la “L” se suben a un Ferrari

El pase de las flores, esas que con tanto cariño arrojan a los de las medias rosas



Se está implantando una nueva vía de acceso de nuevos pilotos a la Formula 1; Los aspirantes solo tienen que pilotar un coche en un gran premio y si hacen podium, pues entonces pasan a iniciar su aprendizaje desde las categorías inferiores. Algo parecida es la nueva política de fichajes en el Atlético de Madrid, el que quiera jugar al fútbol de rojiblanco basta con que juegue de titular el primer domingo posible y si marca un gol, pues entonces le mandan a jugar en los equipos alevines, infantiles o juveniles del club. Pero esta corriente innovadora también ha arraigado en el mundo de la política; incluso se dice que los aspirantes empiezan de ministro para probar y aprender, pero de esto no hay pruebas, aunque sí más de una evidencia de la visones de estos señores.

Y ahora que alguien se atreva a decirme que esto es un disparate. Porque si pensamos un poquito y comparamos circunstancias, en el mundo de los toros esa es la fórmula de empezar a funcionar en esto, vamos por lo gordo y luego a por lo demás; y me explico, pocos son los que se echan las manos a la cabeza al ver como a unos chavales muy poco rodados  son acartelados en la plaza de Madrid, con el único propósito del “a ver si hay suerte”. Lo mismo novilleros, que matadores de toros. Eso sí, luego nos lamentamos y nos compadecemos de esos pobrecitos que tienen que ponerse delante de unos pavos de cuidado, que no siempre tienen buenas intenciones, ni son la Pelos en el Barrio Gótico.

Los argumentos son concluyentes, es un crimen echar ese ganado a unos chicos que están empezando y que apenas han toreado un par de veces con caballos; o que no hay derecho que a matadores con uno o dos paseíllos, en el mejor de los casos, tienen que pechar con unos perlas encastados y con una lámina para rilarse por las calicatras. Pocas afirmaciones podrán estar cargadas de tanta razón, pero, y aquí viene la segunda parte de la parte contratante, ¿qué pinta tanta visones en Madrid, en la palaza de Las Ventas? Quizás esa condescendencia se podía tener en las becerradas sin caballos, en las que a los actuantes se les supone tener múltiples carencias y alguna que otra virtud, de esas que no se aprenden. Y como decían los viejos aficionados, se veían en la obligación de enseñar e ir formando al aspirante a matador de toros. Pero de ahí para arriba, el que se pase por Madrid se supone que tiene que acreditar un cierto bagaje y haber demostrado méritos suficientes para ocupar uno de los tres puestos en primera línea tras los alguacilillos.

Vale que esto está montado con los pies y boca abajo, empezando la casa por el tejado y que haya pasado a ser algo habitual, pero lo que no puede ser es aceptado, porque no es aceptable, ni lógico. Baste con pensar en otros campos y en otras actividades para darse cuenta del grado de insensatez que hay en todo esto. Y las figuras, esas que siempre miran para adentro, esos que parece que viven ajenos a todo lo que no sea su bolsillo y su comodidad, en un arranque de humanidad y compañerismo se lanzan a la piscina cuando no tiene agua y claro, el trompazo es tremendo; y mientras se levantan tambaleándose y sacudiéndose la ropa, hacen como si nada hubiera pasado y como si antes del salto ya supieran que iban a chapotear contra los azulejos del fondo. Si es que se meten en unos charcos, con perdón.

¿Y qué piensa unos cuando El Juli saca la cara por los novilleros poco rodados? Qué hay gato encerrado, que de alguna forma se está cubriendo las espaldas y puede que hasta se le conceda algo de razón. Pero claro, como además de tener el don de la oportunidad, también cuentan con la desaprobación de los dioses taurinos, el domingo siguiente salen unos novillitos de juguete, pero con un puntito de casta suficiente para descolocar a una legión de aspirantes a figuras del toreo. ¿En qué quedamos entonces? ¿El problema es el tamaño, las intenciones del toro o la falta de pericia y conocimientos de la torería de hoy? Pues hombre, con un poco de lo último, igual lo otro, ese volumen aterrador y esas dificultades para darle pases al negrillo, no se verían como si fuera un monstruo de siete cabezas.

Uno contempla domingo tras domingo como los que quieren ser figuras no saben llevar el toro al caballo, lo que les supone un esfuerzo extremo y sin conseguir el fin deseado. ¿Cómo no se les va a hacer cuesta arriba, si algo tan básico como fijar al toro es un imposible? No lo fijan, se hace el amo del ruedo, no miden el castigo en el caballo, pidiendo el cambio de tercio mecánicamente al segundo encuentro, haya sido picado poco, mucho o nada, no tienen en cuenta los terrenos y actúan como autómatas, sin pararse a echar cuentas de las condiciones del animal, vamos que aquello de la lidia es un concepto utópico, más propio de la mitología taúrica, que del cotidiano discurrir de la corrida. Lo de la colocación sería de risa, si no fuera por el peligro que esto provoca. Con el toro en el peto, lo mismo se colocan a la grupa del caballo, que a dos metros del estribo derecho, que a ocho y ante las voces que atruenan con el “a tu sitioooo”, los mocetones rodeados del paisanaje parecen interrogar con la mirada para ver si alguien les sopla cuál es el sitio ese. Tres cuartos de lo mismo ocurre en el segundo tercio, sin pararse a pensar en que los de los palos pueden necesitar auxilio antes y después de entrar a clavar y que aquello no es una simple pose para la foto, ni una pantomima ¿o sí?

Con estos mimbres no resulta difícil echar cuentas de los toros que se marchan al desolladero sin haber recibido ni un pase, ni un lance en el que hayan sentido el dominio de un capote o muleta que les hayan obligado solo un poquito. Y luego nos dicen que ahora se torea mejor que nunca. ¡Ay! Señor, señor, a cualquier cosa llaman torear. Pero que no cunda el pánico y que nadie se crea que una figura va a enarbolar la bandera de la verdad, la autenticidad y el toreo eterno, mientras con un pecho fuera guía a los taurinos ciegos por el destello que esto produce en los ojos de los pecadores. Sería mucho esperar de quien nadie ofrece a favor de la fiesta. Seguirán bramando por los tamaños tan exagerados de los animales con aquella coartada tan recurrente de que los toros grandes no valen, aquello del sacarlos fuera de tipo, lo de los kilos, lo de caber en la muleta y no sé cuántas… ocurrencias más. Atacarán a todo lo que no se corresponda con el borreguillo corretón tan necesario para enaltecer el toreo de zanahoria, el de la Tauromaquia 2.0. Y mientras todavía habrá algún insensato que pretenderá correr en Monza con la “L” colgada del alerón trasero.

10 comentarios:

Luis Cordón Albalá dijo...

El mundo al revés Enrique: los novilleros matando lo que deberían matar las figuras; y las figuras matando lo que les corresponde a los novilleros (con y sin picadores, ojo). Pero vamos que con la intercensión del "Todopoderoso Don Julián" vía twitter hace un mes, seguro que a partir de ahora todo se homogeneizará y ya no habrá mas injusticias, ni para los chavales que empiezan ni para los figurines, claro. ¿A estas alturas se van a meter Manzanilla, Julianín o Poncín en algún fregado cárdeno o miureño, que ya no tienen nada que demostrar? Vamos hombre, la mayor injusticia que se podría hacer, mayor incluso que echar a los leones a los pobrecitos principiantes...

Xavier González Fisher dijo...

Enrique: En tiempos que parecen ya idos, para ir a Madrid o a México se requería algún "kilometraje recorrido", hoy, esas plazas parecen ser el auténtico, único y original "kilómetro cero" del aprendiz de torero y así, así nada más no se puede... por eso hoy nada parece servir.

MARIN dijo...

Creo que has tocado algunas teclas Enrique. Yo la culpa no se la echo a los novilleros, mas que a ellos a los cuatro zampabollos que los llevan. Cogen a un chaval que a despuntado en una novillada en cualquier plaza de talanqueras y enseguida se les nubla la vista de billetes y ala! a Madrid con dos cojones. Y es que todo el mundo sabe el tipo de novillo que sale en Madrid o el tipo de toros que sale en Cenicientos. Aquí no valen las quejas de el Juli.

De vez en cuando, me gusta tomarme un refrigerio con los aficionados antiguos a esto, esos que segun los creadores de la tauromaquia 2.0 se quedan anticuados. Y siempre les he escuchado que han visto a un chaval u otro y expresaban la famosa frase de "este está para Madrid". Joder, lo que significa esa frase. Y es que todo el que se monta en un Ferrari no es Fernando Alonso.

A los chavales que les vas a decir. Si la persona que te esta llevando es un autentico inepto y no mira por ti, te viene y te dice que estas puesto en Madrid que vas a hacer ¿decirle que no?, ¿que no te ves para ir a Madrid?. A los cinco minutos eres el tío mas malo del escalafón de novilleros y la noticia vuela en mundochoto y otros sitios. Y a los diez minutos estas solicitando un puesto de peon de albañil, que ya ni eso. Ayy Enrique!, que si uno hablase de lo que se conoce de dentro... Pero mi mujer dice que estoy mas guapo callado.

¿Que culpas crees que se le pueden echar a los novilleros que hace unos años se dejaron ir vivos a los de Moreno Silva en pleno San Isidro?. Si a lo mejor algunos de ellos no sabían ni el encaste que iban a lidiar. Lo que pasa es que están acostumbrados a ver que los mayores, las figuras, solo dan dos picotazos y cambian de tercio.

Yo no culpo a los chavales de nada. Cuando empiezas en esto, lo que quieres es torear, y tal y como está montado esto, si no vienes de la mano de un buen zampabollos o vienes por libre no te dicen ni hola. Y ese es el problema, que los zampabollos les da igual si un tío está toreado o no, lo que quieren es ver lo que pueden trincar.

Buah, vaya tostón que te acabo de soltar chaval. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que antes de venir a Las Ventas tienen que tener un rodaje previo. Tiene la culpa quien los contrata y también ellos mismos tienen su parte de culpa porque, aunque sean jóvenes, son perfectamente conscientes de lo que se pide aquí y muchas veces nos quieren hacer pasar por tontos dándose importancia haciendo cosas que son todo lo contrario de lo que pide el aficionado.

Saludos
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

Luis:
Ya ves, la supuesta defensa parece más para proteger la comodidad de los poderosos, que para ayudar a los chavales. En eso que apuntas de que cada uno mata lo que debería corresponderle al otro pueden encontrarse los orígenes de otros problemas, como la desaparición del Batán, donde las comparaciones no eran odiosas, eran sangrantes.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Son como bengalas que se queman antes de tiempo, cuando no es de noche, ni hay tormenta, ni se está perdido en el mar. Entonces la conclusión es clara, no valen para nada, se han quemado a destiempo.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Tú sí que has tocado teclas, has dado todo un concierto. Qué frase esa de "está para Madrid", cuanto contenido en tres palabras. Y además, lo poquito que había que aclarar, no hacía falta más.
Esos zampabollos son los que empujan a los chavales al patíbulo y si resulta que hay uno con las ideas claras y dice que nanay, primero se las tendrá que ver con ese aprovechado y luego puede que haya cerrado una puerta para siempre. Es como si a todos los taurinos se les hubiera olvidado lo complicado y lento que es esto. Y los que sabéis de qué va esto, pues eso, si hablarais, igual no os creían.
Te hago una propuesta en serio, no es broma, si quieres, aquí tienes un espacio que se llamarían "Palabra de Marín". Piénsatelo.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Ya ves, los chavales tienen lo suyo, principalmente que se creen solo los halagos, pero los que les meten en estos líos son los que mal conducen esas carreras, que en muchos casos no llegan ni a precalentamiento.
Un saludo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique;
Ya lo comentábamos anoche en el programa y lo hemos comentado en infinidad de ocasiones, qué todo esto es una injusticia, y todo apuntando a las empresas gestoras...claro, los chavales no tienen otra opción que tirar "pa" lante como sea...

Por poner un ejemplo, ahora en el ciclo de encastes minoritarios, va a torear el día 16 Iván Abásolo la novillada de Concha y Sierra, y quizás de los novilleros que componen ese ciclo, sea el mas preparado tanto a nivel técnico, como fisica y psicologicamente, a parte de tener un valor fuera de lo normal dado a qué es un novillero qué anda sin prisas pero sin pausas y se esta forjando en el valle del terror y en casa de Fernando Palha.

Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Pues habrá que echarle un ojo y a ver si nos roba el corazón de aficionados:
Un saludo