El toro se vuelve para buscar algo positivo, pero el principal tiene que ser él, si no, no hay nada que rascar. |
No sé si habrá alguien que no esté harto, cansado y aburrido de esta corriente de negativismo que azota el mundo de los toros y de la que tanto se duelen los taurinos. Todo esta mal, el presente mal, el futuro mal, lo que podría ilusionar a todo lo más despierta recelos, todo se pasa bajo la lupa de la desconfianza, ya vengan Joselito y Belmonte y se vistan de luces otra vez, los aficionados siempre pensarán que aquí hay gato encerrado. Hay que buscar lo bueno, como que por ejemplo ya ha empezado la temporada, que la torería estará estrenando los ternos que encargó para este nuevo año de Toros. El Toreo es una de la disciplinas que más belleza pueden ofrecer al espectador, en emoción no sé si puede existir algo que pueda superarlo, un caudal de sensaciones imposibles de canalizar, una fiera que no se puede domesticar, porque te puede arrollar. El toro, símbolo de la bravura, la casta, la nobleza, la fiereza, la fuerza, que la inteligencia del torero transforma en arte efímero y supremo. ¿Cómo que no hay nada positivo en los Toros? Pero a pesar de todo, somos muchos los que no sabemos salirnos de esa senda de lo negativo. Me recuerda aquel entrenador de fútbol que se quejaba “Siemprrre negativo, nada positivo”. Ahora le entiendo.
Pero, ¿qué nos empuja a dejarnos envolver por esta atmósfera de negros presagios, negro presente y negros horizontes? Quizá hay cierto paralelismo entre el Toro y otras parcelas de la vida. Ustedes me dirán en casos como el de Siria, ¿es que no hay nada bueno? ¿No ha y allí nada más que la guerra? ¿Verdad que sí? Tiene que ser un país maravilloso: Damasco, la ciudad que ha sido poblada durante más tiempo ininterrumpidamente en el mundo; Alepo, la más antigua de la actualidad, los castillos de los tiempos de los Cruzados. Pero no, nos centramos en las bombas, los millones de niños que pasan hambre y sufren la enfermedad sin posibilidad de recibir asistencia médica, los millones de refugiados, las crecientes cifras de muertos, las casi nulas posibilidades de encontrar una solución al conflicto. Con tantas cosas bonitas que habrá en aquellas tierras. ¿Y qué me dicen de nuestro país? España es una belleza en sí misma, no creo que nadie vaya a contradecirme, con una cultura, una historia, una riqueza monumental, sus tradiciones, el clima y tantas cosas más que son la envidia en todo el mundo. Pero no, ahí dale que dale con que hay seis millones de parados, con que la pobreza se extiende a marchas forzadas, con la pérdida de derechos, la corrupción presente más presente que el sol y más dañina que la peste, el desmantelamiento de la Sanidad y la Educación Públicas, una Justicia al alcance del que pueda pagarla, gobiernos inoperantes, etc… Sólo se quiere ver lo negativo. Y no hablemos de Venezuela, un país que es el paradigma del Edén, con una naturaleza apabullante, riquezas inagotables, una cantera de bellezas y triunfadoras en los certámenes de Miss Universo, Boris Izaguirre y el país con mayor variedad de aves en el mundo. Pero como lo que nos interesa es lo malo, nos paramos en que el pueblo está partido en dos, que el poder oprime a toda la población, aplasta a los opositores y si se hace necesario, se elimina al que molesta. Crece la cifra de muertos en los enfrentamientos entre partidarios de uno y otro lado. Ya se lo digo yo a mi amigo Haroldo, chico, olvídate de tantos problemas y disfruta de la vegetación exuberante, de los cielos azules y de ese clima tropical envidiable. Fuera penas.
Y qué me dicen ustedes, que ahora resulta que el señor Urdangarín es un delincuente. ¿No tiene otras virtudes? Claro que sí, porque aparte de ser una persona culta, educada, bien parecida, fue medallista olímpico defendiendo la camiseta de España. Pero no, eso no cuenta, lo único que vale es que dicen que un juez dice que ha hecho cosas poco honorables. Como el señor Bárcenas, antes amigo de todos, un señor amable, bien peinado, que sabía disfrutar de la vida y ahora todo eso era malo. Una injusticia, él que tanta felicidad y alegrías repartió, y mira el pago que ha recibido. O Julián Muñoz, con los buenos ratos que hizo pasar a los fans de los programas de periodismo de investigación en las sobremesas de Tele Cinco, con sus chascarrillos, sus pantalones de cuello vuelto, ese bigote que parecía querer esconder esos colmillos que asomaban por debajo. Siempre lo negativo, nuca lo positivo.
Pues lo mismo que en los Toros, nos quedamos con la parte fea y obviamos la luminosidad y la pasión que se desborda en una tarde de toros. Hala, mejor nos quedamos en que el toro imperante es un animalucho bobón de presencia infame, que algunos hasta le llaman el medio toro. El fraude se ha instalado como si fuera a quedarse para siempre y los taurinos no paran de dar pasos para institucionalizar una vergüenza que quieren vestirnos de grandeza. Unos toreros incapaces que sólo se ponen delante del toro que ellos y sus mentores han impuesto, mandando al matadero o al ostracismo a ganaderías alas que no saben por dónde meterles mano. Una prensa sumisa y servil, que se pliega a los deseos de los poderosos, queriendo hacer ver una realidad mentirosa y satanizando a los que no están de acuerdo con esta fantasía infame. Que si los toros con fundas se desmochan con que les venga una brisa del mar; que si la suerte de varas está desaparecida de facto, aunque todavía salgan unos señores subidos en un penco con faldas; ese toreo desnaturalizado, adocenado y de una monotonía desesperante; unas figuras engreídas y endiosadas que exigen respeto como el que exige una tapa con una cerveza, con la salvedad de que estos ni piden la cerveza. Así estamos, por estos y otros muchos motivos, hay gente que lo ve todo negro y aparte de no disfrutar ni una gota de ilusión, hay que aguantar al típico “Encantado de haberse conocido” que te suelta eso de la evolución, de que es lo que el público demanda, que si el arte que harta, la técnica y la madre que parió a Panete, que te quites los cristales de la negatividad, aunque a veces uno no sabe si con tanto buenismo y tanta pretensión de darle la vuelta a las cosas y convertir lo malo en bueno, ¿no parecemos idiotas? Pero nada siempre aparecerá quien te aconseje… “Quedémonos con lo positivo”.
PD.: De momento estoy queriendo digerir los carteles de San Isidro 2014, a ver qué encuentro de positivo.
14 comentarios:
Hola Enrique:
En cuanto a lo de San Isidro estoy de acuerdo contigo, pero aún estoy intentado digerir los de Sevilla... Enhorabuena por tu artículo.
Un abrazo,
David Zamora
Enrique cada día veo esto mas negro (zaino). No estoy seguro de seguir siendo aficionado...
Un abrazo de esperanza.
Gracias Enrique por acordarte de Venezuela mi país, es que aun tiene cosas mas bellas y únicas como la Gran Sabana etc, pero luego de 34 muertos en un mes de protestas,53 casos de tortura y mil y tantos detenidos, fuera de la destrucción de lo público y viviendas privadas mi estado de ánimo está como mi afición al Toro viendo lo que impera y nadie puede parar, a veces triste,ansioso otras,impotente o furioso, y aquí en mi país ademas de 25.000 en el año por causa de una delincuencia desbordada, escasez de alimentos, repuestos, medicinas que tienen al borde a cardiópatas, renales, diabéticos,cancerosos, VIH y varios etc, quieren imponer el miserable modelo cubano, no es para menos, si pudiese estar en España, seguro viendo los carteles y ¨ganaderías¨domé al 98% de los mismos, las ¨figuras¨sin verguenza ni torería y los periolistos sobreros, además de un publico palmero de eso y de paso ignaro en materia Tauromaca, casi seguro me llevan a la casa de los turulos.' Un fuerte abrazo y espero que hasta pronto en Soy de Vicente Pastor.HIR
Algunos, aunque sea desde la distancia, ya hemos conseguido digerir los carteles de San Isidro 2014.
En la misma tónica de años anteriores, vuelven a repetirse nombres de la mayor parte de toreros y ganaderos, a pesar de que muchos de ellos no sean merecedores de volver al coso venteño.
Los discípulos del anticristo (o mal llamadas "figuras") vuelven a anunciarse con el mal llamado "toro" y los más modestos se enfrentarán al toro que supuestamente exige el aficionado serio de Madrid.
En el apartado ganadero, destacar la presencia de ganaderías como Cuadri, José Escolar, Adolfo Martín y Miura.
A Victorinín Martín y sus albaserradas aguados ya mejor no esperarlos.
Saludos cordiales.
Enrique agradecido y emocionado por recordar la difícil situación que vivimos en Venezuela y si, mi país tiene Recursos y paisajes naturales increíbles inclusive el único en su tipo mundial como la Gran Sabana, gente amigable, profesionales excelentes reconocidos a nivel global que es mucho mas que el Izguirre que vive allá y esos bichos faranduleros rosas los hay en todas partes, tu post me encantó a pesar de ser muy en serio y no tener nada de tu fina ironía, y ya trataré de ver lo positivo cuando dejen de Matar,Torturar, Detener y abusar de los que resistimos a que de manera inconstitucional,ilegal e ilegítima nos quieran imponer el modelo cubano de miseria,fracaso y sin libertades estos miserables, Narco-rruptos y entreguistas del Régimen imperante hasta dentro de poco, luego volveré de nuevo a mis venenosos Toros, aunque ahí la guerra está dura para lograr la integridad y emoción necesaria para que el disfrute sea menor a las ARRECHERAS como aquí decimos, un fuerte abrazo.
David:
Muchas gracias y tienes razón, empecemos por el primer plato, segundo y postre. Lo que pasa es que si de primero hay coles de Bruselas y de segundo pez, uno no quiere pensar en las coles, y teme hacerlo en el pez.
Un saludo
Fabad:
Al final seremos aficionados a charlar, leer cosas y ver películas, pero lo del toro en la plaza se está acabando.
Un saludo
Encastao:
No debemos olvidar a los que están pasándolo mal, es cuestión de justicia. No se me va de la cabeza esas desgracias y me encantaría conocer esas maravillas. Pero como en el toro, lo malo esconde lo bueno.
Un abrazo
Joyerito:
En tres líneas has clavado la situación actual de la Fiesta. Creo que poco más se puede decir.
Un saludo
Encastao:
Se me hacía difícil montarme en la ironía en este caso. Como decías, si hablamos de muertes, torturas, tiranía, no dan ganas ni de sonreír. Sólo reiremos a carcajadas cuando se implante la libertad, la justicia y la paz.
Un abrazo
Encastao, me solidarizo contigo por lo que sucede en tu país. Acá en Perú la década del los 90 también vivimos algo parecido, un dictadura encubierta con un tirano que se sentó en la Constitución y en la Institucionalidad, y que estaba podrido de corrupción por dentro.
Este tipo de autarquías se terminan cayendo pronto, tu pueblo ya lo advirtió, y los pueblos sudamericanos los apoyamos y nos solidarizamos.
Enrique, discúlpame por explayarme, pero sentía la necesidad de expresarme respecto de lo que pasa con nuestros amigos venezolanos, con quienes nos une una tradición bolivariana.
En cuanto a lo que comentas de volvernos aficionados de pláticas, videos, revistas de la historia , creo que es la única y feliz salida.
Saludos,
POCHO PACCINI
Pocho Paccini:
Por favor, gracias por esa muestra de apoyo a los venezolanos. Al menos que sepan que les tenemos en mente y que padecemos con su sufrimiento. Hay veces que se pueden apartar los Toros a un lado y hablar de lo que es la vida.
Un saludo y gracias de nuevo
Enrique:
No se si ya te lo he contado pero después de contarle a un aficionado de esos apasionados (porque a mi la pasión se me fue hace tiempo) mi visión de la Fiesta (incluida explicaciones de porque no me gustan las figuras, de la poca diversidad ganadera que vemos etc etc) me llegó a decir: "Prefiero vivir en la ignorancia y no saber nada de eso que me estás contando. Si supiese todo eso que me cuentas me dejarían de gustar los toros. Yo voy a los toros con ilusión, ilusión de ver el capote de ese Morante, el poderío del Juli y a esas ganaderías que cada día son más bravas como Cuvillo o Garcigrande. Se que seguramente llevas razón en todo lo que me has contado pero prefiero ver los toros como los veo y no como los ves tu, porque entonces estaría amargado" Ese día me despedí de aquel aficionado cordialmente y no le di mucha importancia, pero después he recapacitado y quizás ese hombre sea más inteligente que nosotros. Es feliz en la ignorancia porque no sabe ver lo negativo.
Un abrazo amigo Enrique y espero que, aunque duela, sigas viendo lo negativo del toreo. Viendo los fallos es la única forma de avanzar, si solo ves lo positivo te vas hundiendo. Hay que salvar esto como sea.
Alberto:
Yo eso tampoco lo entiendo, porque desde esa ignorancia que dicen nos echan encima panegíricos modernistas que pretenden dejarnos a la altura del betún. Tú no valdrías para eso, ya te lo digo yo, ni aunque te empeñaras muchos, que no, que no y que no. Creo que a los dos nos invade la pasión cuando hay algo bueno, que no podemos controlar el saltar del asiento, el enloquecer con un toro y un torero. Eso, o te llega o no te llega, y a ti, sé que te llega, vaya si lo sé; no hay nada más que darse un paseo contigo por el campo y te das cuenta en seguida.
Un abrazo
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