miércoles, 13 de enero de 2010

Recordemos a Julio Robles



No voy a negar mi admiración por Julio Robles, el torero salmantino de Fontiveros, Ávila. Son muchos los recuerdos que tengo de él. El primero el día en que en un mano a mano se despedía el Capea de novillero, del público de Madrid para doctorarse en Bilbao tres días después. Una tarde en que mi padre nos llevó a toda la familia a los toros y desde la última fila del tendido alto, unas veces mirábamos al ruedo y otras buscábamos la forma de protegernos de la lluvia. El cartel era la repetición del domingo anterior, con la exclusión de Angelete, con novillos portugueses de Cunhal Patricio. Aquella tarde mi padre sentenció: El Capea va a ganar más dinero, pero Robles es mejor torero. Habrá quien no esté de acuerdo, pero seguro que también los hay que confirmarían esta opinión.

Eran otros tiempos en los que un novillero salía como absoluto triunfador después de dar tres vueltas al ruedo, como lo hizo Robles el domingo anterior, sin necesidad de cortar orejas; al contrario de lo que ocurre hoy en día, que si no hay orejas es la decepción y si las hay es la sensación. En Julio de ese mismo año también tomó la alternativa como su paisano el Capea y a partir de ahí los dos siguieron caminos muy diferentes en cuanto al concepto del toreo y número de actuaciones de cada uno.

El toreo de Robles no era un toreo de batalla, lo cual no quiere decir que en ocasiones rehusara la pelea, no. Y de ahí sale otro de los recuerdos de este torero, la época en que se quiso montar, a mi parecer, una falsa competencia entre él y Ortega Cano. Este se revolvía en el ruedo dando réplicas a los quites de capote del salmantino queriendo, pero no pudiendo igualar uno de los mejores toreos de capote de los últimos años. Robles se limitaba a repetir el mismo quite que su compañero, pero a su manera. Una manera que dejaba en evidencia las carencias del cartagenero. ¡Cosas del toreo! Eso si era competencia. Tú vas por aquí y toreas tal que así, pues yo lo hago así y se acabó. Ahora la competencia se traduce en “yo no toreo con ese” o “tiene envidia de que a él no le han dado la medallita”.

Pero como muchas veces se ha repetido, por culpa del capote, a veces puede que no se le hiciera justicia con su toreo de muleta. Interpretaba un toreo muy puro, muy próximo al ideal de la tauromaquia y con una gran facilidad y naturalidad, templando la embestida y rematando atrás rompiéndose ligeramente la cadera, pero sin retorcimientos.

Yo he apuntado tan solo estos dos recuerdos, pero fueron muchas las tardes en las que enamoró al público de Madrid, ya fuera en San Isidro, en el verano venteño, antes de la feria o en otoño. Para hacer el toreo no necesitaba mirar al calendario. Nosotros si lo hacemos y por eso hoy hemos echado de menos a Julio Robles, el que iba a ganar menos dinero, pero iba a ser mejor torero.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

pasaba por aquí y he visto esto, un tema tan poco interesante, glosa a un señor que aparte de dedicarse a un arte inexistente era un maltratador doméstico...

te iba a dejar un comentario,por lo penoso ue es eso de ver 0 comentarios, ¿será que no le interesa a nadie?, pero tengo por costumbre no hacerlo en páginas de gente que aplica la censura, como es tu caso.

ciao!

Enrique Martín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Enrique Martín dijo...

Amigo "Anónimo" veo que tienes opiniones muy sólidas sobre temas como éste. Realmente no interesa a demasiada gente esto de la tauromaquia, pero no es extraño, ya que saber de toros y entender el expectáculo no es fácil con todas las caras y matices que posee. Es más, nadie sabe ni entiende realmente de toros. Muchas gracias por tu comentario, ya que siempre enriquece, sobre todo si es desde un punto de vista diferente. Ahora con el tuyo y el mío, ya aparecerán 2 comentarios. Muchas gracias.

Qamar dijo...

Un dibujo precioso. Se merece el homenaje. Es una delicia leerte.

Lola MU dijo...

Cuando a una persona razonable y ecuánime no le agrada algo, no suele ir en su busca. Ese "anónimo" - que parece espiar al vecino "a ver qué hace o dice" -también parece no saber nada ni lengua ni de arte.
No se debe ir por la vida buscando bronca ni faltando al respeto. Vaya por delante que yo no soy muy aficionada ni entiendo nada de toros, pero sé que la tauromaquia es milenaria y que ha interesado, e interesa, a muchísima gente. Muy bonito y loable es defender la naturaleza y los animales, pero, por favor, basta de hipocresías. Por cierto, debería el anónimo investigar lo que ocurriría con esos toros de lidia si no se lidiasen. Claro, a lo mejor esos animales son de segunda categoría y no importa que se extingan.
Sobre este mismo tema escribía Javier Marías hace un par de domingos en la prensa. Seguro que él resulta mucho mas convincente que yo. Ánimo Enrique... y un saludo afectuoso.

Enrique Martín dijo...

LolaMu: Gracias por tu apoyo, que valoro mucho, y como tú mismo demuestras, no hace falta ser aficionado a los toros para entender que no es algo superficial y bárbaro y que hay algo más detrás de ello, algo que a unos cuantos tarados nos hace vivir un poco más felices. Y como decía el mismo Marcial Lalanda, que Dios guarde muchos años a los antitaurinos, porque hacen mucho por el bien de la fiesta.

Anónimo dijo...

Mal ejemplo ha escogido el Anónimo cuando el "maltratador" quedó inválido en una silla de ruedas por su "maltratado".
Robles fue, sencillamente, "TORERO", algo de lo que no pueden presumir muchas de las ¿figuras? actuales.
Lupimon

Enrique Martín dijo...

Lo que siento es que es muy probable que "Anónimo" no vuelva a pasarse por este blog, lo cual estaría muy bien para que pudiera leer las opiniones de taurinos y no taurinos y así poder tener más argumentos bien para reforzar sus opiniones actuales o no. Muchas gracias a todos, incluido el maestro Julio Robles, quien fue capaz de hacernos felices más de una tarde con su arte y especial sensibilidad.

Anónimo dijo...

Pues si. Si que vuelvo a pasar por este blog, para contemplar estupefacto como alguien con una educación insuficiente es capaz de comparar que Robles quedara tetrapléjico por causa de su malhadado 'oficio' con que fuera un maltratador de mujeres que día sí día también apalizaba a su esposa, reconocido por ella misma en un programa de tv. Es más que evidente que una cosa no tiene ninguna relación con la otra, pero en un mundillo de obnibulados como es el vuestro es normal que alguien sea capaz de decir una aberración semejante. A ver, si... déjame adivinar. Vaya, lo que se comentaba por el pueblo era que ella se gastaba los dineros que él ganaba jugándose la vida. Guauuu! es sencillamente patético. ¿Por qué Robles no estudió ingeniería y se dedicó a ganar unos milloncejos, en lugar de andar vestido de fallera, de circo en circo, jugándose la vida? ¿Alguien le pidió que se jugara la vida? ¿Quién? ¿Vosotros? ¿Vosotros le vais pidiendo a la gente que se juegue la vida, sólo para fumaros un puro y pasar un buen rato entre trago y trago?

Me callo lo que opino de vosotros.

Esa es quizás la 'cultura' que se tiene en eso del toreo, con ridículos clowns como el Cid diciendo que un toro nervioso es como una mujer "que la que se deja, se deja, y la que no comete un error" o con "refranes" como que la mujer es como un melón, etc etc etc.

Tengo la gratificante sensación de que el futuro os contemplará como la gente más baja y miserable que jamás haya existido.

No hay salvación posible para el "arte" de Cuchares.