lunes, 15 de agosto de 2011

Indignados, que no estúpidos

Aquel trincherazo de Frascuelo.


Ya lo dijo Ortega y Gasset, que la historia de España y la del toreo viajaban firmemente unidas y que era imprescindible conocer a la una para comprender a la otra. Pues bien, parece que este matrimonio no se ha roto a pesar del tiempo, ni habrá sinuosidades femeninas o músculos masculinos que lo quiebren.

Así nos encontramos según unos con panorama social camino de lo envidiable, con unos aferrados al poder y otros salivando pensando en que se van a apoderar de él, respaldados por una gran maquinaria preparada casi exclusivamente para ganar elecciones, pero que con toda desfachatez se permiten “unirse” al movimiento del 15 M, como si ellos fueran unos perjudicados más de los mercados. O no se enteran de la misa la media, o se creen que los que no nos enteramos somos nosotros. Expertos en el tancredismo y en el “donde dije digo, digo Diego”, ahora con la visita del Papa unos miran a China y otros nos venden que lo que se supone que es la visita de un líder espiritual, el que debería ser un referente del bien, del amor, de la caridad y de la paz, ahora resulta que es un estupendo negocio; ¿y lo espiritual?, ¿qué dicen los creyentes de esto?

Y entre medias de todo esto hay una escandalosa cifra de parados, de gente que no puede llevar un duro a casa, de gente que ve peligrar su forma de vida, su proyecto de vida que dirían los ridículos seguidistas de este modelo de sociedad; Una legión de trabajadores que casa día ven más mermados sus derechos en virtud de la crisis a la que se apela para todo; se deteriora la educación, la sanidad, las condiciones laborales, los servicios que prestan las empresas privadas, los derechos de los consumidores a exigir por lo que pagan y por si fuera poco, todavía hay que esperar a ver qué deciden los mercados. Los mercados y la crisis, que pareja y lo bien que les están viniendo a los estafadores que como si fueran tahúres del Mississippi, se están aplicando en desplumarnos a los tontos que solo pretendemos vivir con tranquilidad, para después de levantarnos toda la pasta, seguir ellos con sus cosas. ¡Ay los mercados! Yo no acabo de saber a quien nos referimos al hablar de los mercados, pero lo que tengo muy claro es que son unos estafadores, unos desalmados y que merecen arder eternamente en las calderas de Pedro Botero.

Pero ¿qué tiene que ver esto con nuestra querida “fiesta brava”? Pues en mi opinión, todo. Quizás no estén tan identificados todos los que manejan y dirigen los destinos del toreo, aunque salvo excepciones, creo que todos nos hacemos una idea muy clara. No forman ningún partido, no tienen un carné, ni sale si cara en los carteles electorales, pero les tenemos localizados. Por un lado nos meten el sapo del magnífico momento de la fiesta y, como los mercados, se ven obligados a hacernos tragar con un toro infame, fofo y bobón, generalmente con sangre del nunca suficientemente vilipendiado monoencaste; y como número fuerte esa “estupenda baraja de toreros”, esas figuras a las que hay que anunciar, porque es lo que pide el público. Pero lo que son las cosas, las plazas rara vez se llenan. Ya pueden acautelares los tres delfines de Lagartijo el Grande, que el cemento se asoma gris y oscuro como una tormenta de pedrisco.

Los hay que protestan, que no están de acuerdo con esta situación, pero da igual, los grupos empresariales taurinos solo se preocupan, primero de hacerse con las plazas realmente rentables, que las hay, luego de colocar sus cromos en sus álbumes y en los de los demás, a cambio de tragar con los de los otros, y por último van buscando como abaratar los costes hasta límites inadmisibles. Habrá quien diga ¿cómo va a ser inadmisible eso de abaratar? Pues lo es. Si para ello se contratan ganaderías y toreros a precio de saldo, si el criterio de contratación no es otro que el económico y si en virtud de la crisis se desprecia y se deja fuera a todo aquello que desea ver el aficionado.

Para nada cuentan los indignados, los aficionados que después de muchos años, se están dando a la fuga y abandonando las plazas, y como esto no es algo que se cure de hoy para mañana, ahogan su afición en la lectura de sus libros de toros, revisando recortes de prensa de mejores días, viendo películas de los maestros de siempre o charlando de toros con otros indignados. Mientras los taurinos de pasean por el Ministerio del Interior, el de Cultura, las Comunidades Autónomas, el Consejo de Europa, la ONU, la OIT, la FAO, la UNESCO, la OCDE, el G-7 -aunque solo como invitados- , el FMI, Standard and Poors (Normales y Pobres), la ONE, el Orfeón Donostiarra, la Tuna de Farmacia o la SGAE, mendigando el cambio de ministerio o celebrando que los toros ya se reconocen como un fenómeno cultural, sin importarles la alarmante exclusión social que sufre la fiesta, que solo aparece en los medios de comunicación en caso de cornada grave o de escándalos de prensa rosa o para asombrar al mundo del precio que alcanzan en la reventa las entradas de los días en que torea José Tomás. Para ellos la prima de riesgo taurina ya no supone ningún problema, ya se piensan haber asegurado sus lentejas de aquí a la jubilación, lo que no quiere decir que lo estén las de la siguiente generación y ni tan siquiera las de los menos favorecidos en el presente.

Y remedando a los grandes partidos, estos taurinos se apuntan a lo que claman los indignados, que el toro es lo primero, que si el toreo puro, el de siempre, que si galgos, que si podencos, pero una cosa es predicar u otra dar trigo. Pero a mí aún me queda un granito de esperanza y si no, echemos cuentas y veamos como se van haciendo hueco algunas ideas, como la de acabar con la dictadura del monoesncaste, censurar lo del pico y paso atrás, no ofrecer adhesión incondicional a cualquiera, fuera como fuera su pasado. Y eso lo van consiguiendo los indignados. Unos escriben en blogs, otros se manifiestan en la plaza, otros en libros, en efímeras apariciones en los medios o simplemente charlando de toros con sus amigos del alma. Lo que está más que claro es que se podrá ser uno de los indignados, pero no de los estúpidos.

PD: Sería bueno que los indignados del 15-M, también echaran una miradita a lo que son los toros y que no prejuzgaran este fenómeno a priori, ni que tampoco se dejaran comer la merienda por los antis, que los habrá, como también los habrá que disfruten con el toro en la plaza.

12 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

En efecto Enrique, cada quién habla de la feria según le va en ella y generalmente el que tiene la sartén por el mango, hablará maravillas del asunto, todo le irá bien... ¿pero el que recibe los sartenazos? Siempre habrá al menos otra versión que escuchar y valorar, pero como en todo, se tiene en cuenta la del que puede hablar más fuerte o por más canales. ¿Y la otra? Bien, gracias...

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Lo curioso, o irritante, es que en casos como el 15 M aquí en España, después de toda la que está cayendo, van los partidos y dicen que están de acuerdo con ellos, o sea que están en desacuerdo con lo que ellos mismos hacen desde las instituciones. Vamos, que es un lío.
Muchas gracias por regalarme estas reflexiones.
Un saludo

Pacomartínez dijo...

Alguien tiene que empezar a girar en sentido contrario pues la Fiesta de los toros actual está prácticamente extinguida en España. Dicen que la reserva está en Francia. Puede ser, pero alguien tiene que hacer algo, lo primero recuperando el toro y después escuchando a los aficionados. Ah, y que instauren las incompatibilidades de manera que el empresario no pueda ser apoderado, ni el ganadero empresario, etc, etc
Saludos

Enrique Martín dijo...

Paco:
Coincido en todo, pero en el párrafo final has destrozado la diana, que verdad más grande. Ójala se plantearan esas incompatibilidades, de las que hablamos, sí que es verdad, pero que no siempre le damos la importancia que tiene en este monumental desbarajuste. Si cada uno solo pudiera tener unos intereses, quizás los ganaderos se defenderían como leones cada vez que les exigen bajar el listón, los empresarios contratarían a quien echa la pata pa'lante y los toreros tendrían que dejarse el pellejo para poder firmar contratos. Lo has clavado.
Un saludo

franmmartin dijo...

Enrique ,me da la impresión de que ya mismo vamos a tener otra tropa más jaraneando por nuestras ciudades:Los indignados con los indignados,como parece que ha sucedido en Londón.
Es despitorrante ver a éstos tristes y desahogados políticos, estar de acuerdo (todo sea por seguir en el marchito) con los que les dicen que son unos granujas.
Esto parece "la cuadratura del dísculo"que diría La Codorniz si estuviese desgüevándose (o sea poniendo huevos) en éstos tiempos.
Eres más optimista que yo en cuanto al futuro de la Fiesta y eso es bueno.Es bueno que haya gente que no se deje vencer por el pesimismo y siga viendo el vaso medio lleno.
Reconozco que yo lo veo medio vacío,si no casi vacío.
Hoy he tenido la oportunidad de ir a la corrida de Málaga pero he preferido ,como tu dices,enfrascarme en la lectura de periódicos y Revistas antiguas y he disfrutado con las aventuras amorosas contadas por ellos mismos, de Machaquito,Antonio Fuentes,Manolo Bienvenida y otros.
No sé Enrique,a lo mejor me tienes que dar un cursillo de reciclaje para despertar de nuevo la ilusión.Yo quiero ver esa Fiesta que dicen está mejor que nunca,con mejores toreros que nunca (de Epoca dicen),con toros más bravos que nunca,con competencias más bizarras que nunca.
Remedando el cante por Rondeñas de Jacinto Almadén,me gustaría que me pasara lo mismo:

Navegando me perdí
por esos mares de Dios,
navegando me perdí
y con la luz de otros ojos
a puerto de mar salí.

Enhorabuena por tus artículos.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Franmartin:
Me ha sorprendido al leer que me veías con cierto optimismo. En cuanto a darte clases, pues sería el mundo al revés, aunque tú me lo niegues. La cosa no es que no esté bien, está muy, pero que muy mal. Mi optimismo, si lo tengo, es que últimamente veo como se oyen cosas que hace un tiempo era impensable, y parece como si la gente empezara a darse cuenta de cosas que a otros les horroriza de siempre. Pero claro, aún qyeda cruzar todo el desierto y todavía no hemos ni empezado a caminar. De momento yo espero no desfallecer y a ello colaboran muchas personas. ¿Qué quieres que tediga? Hay ratos en que uno se refugia en leer tranquilamente muchas de las cosas que la buena gente me envía y eso me hace recobrar la ilusión y las ganas de intentar recuperar esos momentos de que me hablan en los papeles. Y de esto creo que tú sabes mucho. Incluso estoy empezando a convencerme de que es posible esa idea que un muy buen aficionado ha reivindicado por aquí en varias ocasiones y es la creación de un circuito paralelo, basado en el toreo de siempre, frente a esta Tauromaquia 2.0. Espero poder haberte transmitido ese "optimismo", aunque yo no sea consciente de ello. Quizás si cambian algunas cosas en la sociedad, puede que también cambien ne el toreo.
Un abrazo

franmmartin dijo...

Enrique, tu esfuerzo manteniendo vivo éste Cuaderno,tu cruzada frente a esa tauromaquia 2.0 que hace estragos,tu amor y tu entrega por ésta Fiesta de nuestros amores,son para mí signos de optimismo y fé en su futuro.Si no, no se entenderían.
Te aseguro que leer tus comentarios ,así como los de algún que otro Cuaderno, son el alimento que ayuda a mantener la afición viva y a no sentirse perdido en el desierto.
Por eso te repito esa frase mexicana (cuya anécdota le conté un día a Xabier):¡Enrique,no me cambies!.
Un abrazo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Por desgracia vivimos en una sociedad donde todo importa un pimiento, donde da igual 8 que 80, donde es lo mismo una negra en bolas que 2 bolas negras, donde digo Diego digo Rodrigo, y así nos luce el pelo....
Referente al pico, monoencaste y otras cosas que desmerecen esta fiesta tan bonita he de decir una cosa, ayer... a mí me surgio un hilo de esperanza bastante grande con el Señor David Mora en Madrid, un hilo de verdad, pureza, y pienso que si les dan paso a estos toreros aun que sea fuera de feria, podemos tener la fiesta fiada en buenas manos, y cada uno que piense lo que quiera.... sobre el monoencaste Domecq, que realmente es Parladé, y de Parladé tenemos muchas ramas, pues es como todo, hay domecq con emoción y domecq sin emoción, no todo lo de domecq es malo, pero tampoco bueno...
Quzas mucha culpa del monoencaste este en los despachos o en las empresas gestoras como Taurodelta, y esto no viene de ahora, viene de años a tras....

Enrique Martín dijo...

Franmartin:
Pues después de loque me dices que te producen mis cosas ¿qué más puedo pedir? Solo darte las gracias por tus palabras y sobre todo por seguir visitando esta bitácora, como le gusta decir a Xavier, al que tú nombras; un fenómeno.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Yo no veo el problema en que sea Domecq o no, que en otros tiempos era una ganadería con la que había que apretarse los machos, igual que con otras con la misma sangre. Lo malo llega cuando se consigue un Domecq bobón y se le convierte en el prototipo de toro para las figuritas. Todo tiene sus antecedentes hace años, pero ahora se está llegando a unos niveles de corrupción y de falta de respeto a la fiesta, que da miedo.
Un saludo

Anónimo dijo...

Muy buen articulo Enrique y muy buenas entradas, enhorabuena a todos.

De estas opiniones entresaco yo ilusión, pero como ademas el toro forma parte de nuestras vidas, seguiremos en la brecha y moriremos con las botas puestas.

Un saludo

Paco Diaz

Enrique Martín dijo...

Paco:
Muchas gracias por pasarte por aquí y por tus ánimos. Que razón tienes que esta es nuestra enfermedad incurable. Si entre todos nos transmitimos un poquito de optimismo, tal y como están estos tiempos, ya es mucho.
Un saludo