lunes, 22 de agosto de 2011

JMJ, el acto final en las Ventas

Ni peones, ni matadores, ni los de los refrescos han cuidado la lidia de los Coquillas


Qué gran tarde de toros, todo alegría, todo buen humor, todo felicidad. Ya suele ser habitual que los clarines y timbales sean saludados con un clamor y una apasionada ovación a cargo de los foráneos, transeúntes y eventuales de Madrid. Y si ya salen los alguacilillos, pues para que más. Pero “cucha”, que también sale un toro. Esto sí que es despedirse a gusto de las jornadas, y encima sin tener que aguantar al sol estoicamente. Pero que nadie se crea, que también hubo aficionados de los habituales. Yo conté entre uno y dos. Uno fijo, porque tuve el privilegio de charlar un buen rato con él antes de lo de las palmas peregrinas. El otro lo imagino. Malo habría de ser ¿no?

Alguien se preguntará que que pintábamos esta tarde de agosto en los toros; pues lo de los Coquillas. Que nos tiramos todo el año con lo de lo de Domecq, que si no hay más encastes, que si la variedad, que si pim, pam, pum, así que si los señores empresarios de Madrid van y nos cambian la película, pues habrá que ir. Pues bien, los que hemos ido nos hemos perdido el “Que tiempo tan feliz”, “El Peliculón”, “Cine de Barrio”, los documentales de la 2, el café y la siesta sin prisas y sin achuchar a la familia con la hora de la corrida.

Si algo hay que decir es que sí, que son algo distintos a los demás, con un pelín de casta más de lo habitual y ya, lo que no quiere decir que fueran encastados, para eso les falta mucho, pero mucho. Incluso el cuarto no ocultaba su aspiración a mulo. Entraban al caballo corneando el peto como unos desesperados, ¡Madre mía! cómo les picaba el palo. Y como hacían sonar el estribo; quizás eso era lo que animaba a los peregrinos a dar palmas acompasadas, para acompañar más que nada. Luego en banderillas esperaban, pegaban algún arreón, pero muy contado, uno o dos. Es que ni mansos peligrosos tan siquiera, por aquello de la emoción.

En la muleta supieron estar a la altura de sus matadores, mal, pero aún así han sido capaces de torear a sus lidiadores. Y perdón por utilizar este término, el de lidiador, que no es el correcto, de acuerdo, pero para entendernos creo que vale ¿no? Pedro Carrero estuvo por allí, trapazo va, trapazo viene y para postre, bajonazo haciendo guardia. En el cuarto, el mejor candidato a tirar de un carro, pues más de lo mismo, me pego un paseo por aquí, voy por allá y entre medias abanico al animalito negro.

Manuel Fernández, pues más de lo mismo. No sé si será que en la escuela no le enseñaron nada o que él se distraía en la última fila. Igual hasta soñaba con ser torero. Y para colmo en el quinto, un viento pretormentoso de lo más incómodo. Pero como no hay mal que por bien no venga, seguro que nos vale como excusa. Que alguien le recuerda lo del bajonazo, pues ya está, la culpa es que hacía mucho aire; que se perfila desde el metro de Ventas, pues el viento, que es de un incómodo.

Jesús Fernández ha sido el triunfador de la tarde, con permiso de los de la JMJ. En su primero se gustó, sacaba el culo, metía el pico, no sabía por donde se andaba, se quedaba descolocado y al descubierto y obligaba al novillo a toparle, trapazos, banderazos y todo el repertorio del novillero que quiere llegar, aunque no se sabe a donde quiere llegar; al hotel para darle a la play, a su casa para tomarse un Cola Cao calentito antes de acostarse, no está muy claro, pero quiere llegar. Y si no, solo hay que ver que por su cuenta y riesgo se puso a dar una vuelta al ruedo venteño. Él quería ir y tanto afán tenía, que era capaz de que le llamaran cara dura, con tal de ir a alguna parte. O igual buscaba a algún paisano de los que estaban por el 9 bajo. En el sexto pido perdón, pero después del sablazo que propino al Coquilla, me di media vuelta y eché a correr para que no me pillara la tormenta. ¿Mal aficionado? Pues sí, lo reconozco, pero no saben ustedes lo negro que estaba el cielo, casi tan negro como el porvenir de los tres chavales y del ganado que hoy han echado en Madrid. Antes se hablaba del picante de estos toros, pero el tabasco parece que se les ha disipado y se ha quedado en una suave salsa barbacoa, una de esas que no pican y saben dulces. Si yo tuviera que elegir entre esto lo de Domecq, creo que no tendría dudas, elegiría a María Teresa Campos, o a Carmen Sevilla, o a la momia de Tutmosis.

12 comentarios:

Unknown dijo...

Eso si que es estar en torero, Enrique!
Que gustazo leer de alguien que te puedas fiar plenamente.
Y yo que después de leer algunos portales de toros(cómics taurinos) me había ilusionado...
Pues es una pena, pero si te sirve de consuelo te diré que yo estaba en la playa y me he dejado el sol y una tarde estupenda para encerrarme con seis Miuras (entiéndase en el comedor de mi casa)que más bien parecían bueyes del Rocío.
Espero que empiecen a probar la casta en ratones de laboratorio, a ver si así consiguen algo en claro.
De momento dicen que ya hay alguna que otra cobaya con genes de Fuente Ymbro. De momento le han salido fundas en las orejas.

Xavier González Fisher dijo...

Ah, pero te pregunto lo mismo que a una conocencia tuya y mía: ¿a que te entretuviste?... Con lo bodeguil, ni siquiera hubieras tenido ánimos de escribir esto. Un abrazo coquillero.

Tragabuches dijo...

Te tragaste, 3 coquillas y otros 3 cruzados con Buendia, o vaya usted a saber con que.
Y en Encina Hermosa hay 300 vacas puras de COQUILLA esperando a que alguien torree a sus hijos, pero esos si tienen picante, pero no son amigas del Gerente ABELLA

Enrique Martín dijo...

Iván:
Gracias por fiarte de mí, aunque ya sabes que nadie es infalible y algunos mucho menos que nadie. Lo de Bilobao parece ser otro mito que se desmorona, gracias a la vergüenza que nos tiraniza.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Por supuesto que no tuvo nada que ver con lo bodeguero, aunque se acercó bastante más de lo que se podía imaginar. Habrá incluso quien vea un derroche de casta y bravura, quizás influido por ese sentimiento de exigir variedad y casta, pero sería engañarnos. Los novillos tuvieron algo más de lo que les hicieron los novilleros, pero ya digo, de picante hemos pasado a salsa barbacoa de la dulce, no de la que pica. A ver el domingo con Juan Diego.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Tragabuches:
Bien dices al afirmar que nos tragamos. Pues sí me gustaría ver a los "niños" de don Mariano, pero no solo para quitarnos este mal sabor de boca, sino porque también se merece una oportunidad.
Un saludo

Xavier González Fisher dijo...

Pero lo principal no me lo dices: ¿Te entretuviste?

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
hasta donde hemos llagao con la tauromaquia....
Piensa que dentro de lo malo siempre se puede ver el lado bueno, como salir a dar un paseo y meterse en los toros, luego tomar una cerveza a la salida, ver el ambiente... etc.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Creo que has hecho méritos suficientes para el premio a la tenacidad. Bueno sí, pasé la tarde. Eso sí, no se puede comparar con las tardes bodegueras. La tarde se me fue pasando y no me dio sueño, pero espero que las siguientes sean mejores.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Lo malo es que salías a lo de la cerveza y te encontrabas los bares llenos de peregrinos y así en uno y otro y otro. Ni la cerveza nos dejaron. Afortunadamente, me la tomé antes de la corrida y charlando de toros, que no de toreadores y pegapases.
Un saludo

Scotty dijo...

Vaya, que sorpresa, no pude acudir por un cumpleaños y me fastidio al leer en los portales de informacion? taurina las cronicas de los 3 primeros.

Menos mal que ha hablado alguien que sabemos(ivan y yo al menos) que sabe de esto.

Una pregunta, te fijaste en las tardes que habian toreado la temporada 2010???es que creo recordar de verlo en la web que sumaban 5 o 6!!

Gracias taurodelta!!

Enrique Martín dijo...

Scotty:
Parece ser que son 5 tardes entre los tres. Y no sé que dirán otros, pero si a algunos tanto les gustó la tarde y el ganado, que se lo pongan quince días seguidos, a ver qué les parece.
Un saludo y gracias por la confianza