lunes, 8 de agosto de 2011

La corrida más triunfal de Frascuelo no ha sido la mejor

El toreo de otra época, del que ya quedan muy pocos testimonios


De los que la calurosa tarde de este domingo de julio se han pasado por la plaza de Las Ventas, muchos de los nacidos de los Pirineos para abajo iban a ver a Carlos Escolar Frascuelo, aparte de los paisanos de los dos chavales que completaban el cartel. Y algunos incluso pensábamos que podía ser la última vez que el madrileño saliera de luces a la arena de la calle de Alcalá. Puede que no haya nadie que no sepa de la debilidad de la afición de Madrid por este torero. Como es ya tradición, una vez acabado el paseíllo se le hace salir a saludar arropado por el calor de una cerrada ovación. Todo lo que venga después ya es un añadido; con la garantía de que lo que sea rebosará arte, torería y verdad. Y todos saldremos encantados camino de casa, saboreando el toreo añejo del maestro.

Nadie podía pedir más, Frascuelo ha cortado una oreja a un remiendo de la Dehesilla, en una tarde de toros que aunque no para tirar cohetes, sí que han permitido hacerles cosas y al tercero de la tarde casi se le podía invitar a ir a la piscina, siempre y cuando se le pusiese una muleta para seguirla. Bien es cierto que han manseado en diversas fases de la lidia, incluso alguno presentó ciertas complicaciones, pero nada que no curara una buena lidia, que es lo que sí se ha echado en falta en algunos momentos.

Como se ha dicho a Frascuelo no le faltó el cariño del respetable en ningún momento de la tarde, ya podía estar desconfiado con el capote y sin conseguir acoplarse con ninguno de sus dos oponentes, que si de repente forzaba la postura en una media, el público se le entregaba. Igual no estaba bien colocado en el primer tercio, quedándose junto al estribo derecho mientras el toro se encaraba dirección al peto o que el banderillero de turno encontraba alguna dificultad con los palos y no el apoyo del maestro, que todavía no había llegado a su sitio, que se le perdonaba y no se le afeaba esta circunstancia. A su primero se le lidió mal, mucho capotazo y el toro por el ruedo sin que nadie lo fijara. Con la muleta lo recogió con la torería de siempre por bajo, aunque no tan asentado como otras tardes. Algún derechazo estimable, mientras el toro no daba ninguna facilidad para salir de la querencia de las tablas. Le andaba por aquí, se dejaba ver, recogía la montera del suelo y con ella en la zurda, un saltito para alegrar al toro, le lanza el tocado y consigue que el de la Dehesilla se le venga al trapo. Pases más acompañando que mandando, otros dos con cierta calidad y siempre sin perder ese saber estar de los toreros que han alcanzado la madurez. Una única tanda de naturales, trincherazo y a matar con media estocada trasera. Una orejita, el alborozo de los más fieles, pero no era a lo que estábamos acostumbrados. El aficionado mandaba más el corazón que la cabeza, porque en caso contrario, seguro que no se habrían sacado los pañuelos. Será una tarde no tan afortunada como se esperaba, será que el tiempo pasa y ni los grandes maestros lo pueden detener, pues no lo sé. Lo que sí sé es que no me gustaría que don Carlos Escolar Frascuelo emborrone la imagen que algunos guardamos de él, un tesoro como si fuera el reloj con leontina del abuelo. En su segundo el toro ayudo aún menos y con un pinchazo y una media acabó la tarde en que al maestro le dejan venir a Madrid a encontrarse con su público. Al término de la corrida algunos esperábamos, no fuera a ser que alguien le saliera por detrás con unas tijeras, pero no, se confirmaba eso que dicen algunos de que el madrileño ha afirmado que nunca se cortará la coleta.

Acompañaban a Frascuelo, Andrés Palacios, que se encontró con la gran oportunidad de decir “aquí estoy”. A su primero, que ya escarbaba de salida, le recibió con unas verónicas aceptables al de Pereda, que se arrancaba al caballo con mucha prontitud, aunque bien es verdad que empujaba con la cara arriba, que solo recibió una vara y que se dolió en banderillas. Pero a pesar de todo esto y por ese misterio de la selección de los ganaderos de esta época, buscaba la muleta como un perrillo. El manchego le toreó por la derecha, templadito, pero sin mando, cambios de mano, pero sin acabar de meter al toro en el trapo, lento, pero alejado y sin acabar de ponerse en el sitio. Pinchazo, estocada y oreja ¡faltaría más! Aunque si alguien le quiere, seguro que le harán ver el verdadero valor de esa oreja, en una tarde “cariñosa” y de paisanaje. En el quinto la oportunidad ya ni la pintaban calva, ni era tan clara, el toro le echaba la cara arriba y Palacios no solo no intentó limar ese defecto, sino que se lo fomentó con solemnes banderazos. Y en el pecado llevó la penitencia, que llegó a la hora de matar. Tras seis arañazos con la espada, o pinchazos, no dudó en tomar el verduguillo, olvidando aquella máxima de que “se mata con la espada”. Pero eso eran cosas de los viejos, la tauromaquia moderna permite eso y lo que sea y si alguien no está de acuerdo, pues que baje él al ruedo. Es que ya no se a dónde vamos a llegar con estos indocumentados en las normas básicas de la tauromaquia 2.0.
El tercero, que salió el primero, fue Raúl Velasco, quien recibió rodilla en tierra a su primero. Luego anduvo un tanto desorientado sobre donde debía desarrollarse la lidia. Bien en los comienzos por abajo con la muleta, pero al erguirse le costaba no ponerse fuera en el cite. No es que descargara la suerte escandalosamente y haciendo alarde de ello, como las figuras más rutilantes, pero si que alargaba el brazo, se retorcía y se mantenía a prudencial distancia. Pasó un momento de peligro cierto al quedarse enganchado de los pitones del de la Dehesilla al entrar a matar, aunque afortunadamente todo quedó en un mal susto. En el sexto, de Pereda, quizás le pudieron las urgencias. El galleo para llevar el toro al caballo se le notó un pelín atropellado, no se le picó y con la muleta se limitó a repartir trapazos, poner posturas y cuando el toro se le quedó definitivamente, intentó aquello del arrimón y de las ratonerías efectistas.

Una tarde larga, con detalles de buen toreo a cargo de Frascuelo, pero sin la enjundia y el mando de otras fechas y aunque nadie le pidió que pusiera fin a una más que digna carrera torera, honesta y sincera como ninguna, más de uno lo esperaba, pero lo dicho, que según afirman algunos que lo han oído de boca del maestro, él nunca se cortará la coleta. Pues que sea para bien.

18 comentarios:

Paquiro dijo...

Baratas las orejas, ese embobamiento con Frascuelo no lo entiendo.NO TOREÓ , la toreria es aparte.
Madrid con un palco de risa se esta rebajando a limites de risa.

Enrique Martín dijo...

Paquiro:
El embobamiento con Frascuelo no es de hace un año, ni dos, es de hace mucho más tiempo. Este embobamiento viene principalmente de las muestras de torería con que nos ha deleitado otras tardes, con la injusticia que siempre se ha cometido con él y por el empecinamiento de no querer dejárnoslo ver por parte de las empresas, que nos hacían tragra con maulas pegapases que parecían de todo, menos toreros. Ayer no estuvo del todo bien, se vio favorecido por ese cariño que le reportó una oreja y quizás se le notara demasiado el estado físico y los años, seguro que sí, pero aún así, merece el respeto tanto o más que cualquier torero del escalafón. Sobre todo los que no han tenido que pasar por lo que él ha pasado y los que no han visto el toro con el que él se ha enfrentado, ni en pintura.
Un saludo

Anónimo dijo...

paquiro para mi desde luego prefiero ver andar por la plaza a frascuelo dar 3 muletazos buenos y dos o tres trincherazos como los de ayer que ya me vale lo que he visto.Quiza usted este mas acostumbrado a la cantidad en vez de la calidad...
Ayer frascuelo pego un trincherazo con un gusto y un empaque que con eso ya me doy por satisfecho!!no se le puede pedir mas!!no se le puede pedir y exigir que se cruze ESO SE LE PIDE A NIÑO MANZANARES Y A OTROS CUANTOS QUE YA LES VALE LA PAYASADA!!
Frascuelo tiene 63 años y lo unico que podemos pedirle son pequeños detalles que desde luego para mi valen mucho!muletazos sueltos con ese empaque que da gloria ver!empezar la faenas como dios manda en tablas y por abajo!y verlo andar por la plaza en torero!!ESTO VALE MUCHO

Xavier González Fisher dijo...

A riesgo de decir más de alguna tontería, pues desde aquí solo pude ver el resumen por vídeo del festejo, lo que hizo Frascuelo tuvo aroma, y a veces eso merece premio, sobre todo cuando se compara con todo lo que se gratifica hoy en día.

Podrá decirse que la oreja fue "sentilmental", pero, ¿cuántas "claveleras" no lo son también"?

En lo que sí voy a insistir es en que hay un momento en la vida en que hay que saber poner el punto y final. Y eso que dices Enrique, de que no estaba bien colocado, que no llegaba a auxiliar a los banderilleros y otras cosillas, me deja entrever que ya "administra" las facultades, que a estas alturas, por bien conservado que esté, deben ser escasas...

Mi enhorabuena al torero y al toreo, que allí hay una muestra patente de que las cosas se pueden hacer bien, que no son una entelequia, como luego se dice que es, cuando las reclamamos así.

Anónimo dijo...

Enrique, básicamente coincido con tu visión de lo acontecido, simplemente quiero dar algunos apuntes.

Es cierto que la oreja de Frascuelo es más fruto del corazón de la afición que de la cabeza pero, después de muchos premios injustos en los últimos años, ¿quién iba a protestarla? Es cierto que no hubo acople, que toreó despegado, que no solía estar bien colocado y que las tandas se componían de dos o tres muletazos y el de pecho porque no daba para más. Pero estamos hablando de un maestro con una avanzada edad que aún así dejó pinceladas que no solemos ver habitualmente. Recuerdo en el segundo (un toro que no era nada claro), tras el quite de Palacios, un quite de Frascuelo no demasiado vistoso pero que acabó con una media antológica y muy mandona para mostrar al toro que no iba a dejar que se le subiera a la chepa. Recuerdo el inicio de faena por bajo sometiendo mucho al toro y algo que casi nunca solemos ver en la plaza, exponer las femorales una barbaridad cuando vemos a las figuras escondiendo la pata (según ellos para alargar el muletazo y que sea más bonito, jeje).

Palacios estuvo por debajo de un tercero que le ofreció en bandeja la puerta grande. En el quinto, tras una desastrosa lidia de la que se inhibió por completo, hizo ver al toro peor de lo que era en realidad y, ¡como no!, retrasando siempre descaradamente la pierna en vez de cargar la suerte. Destoreo lo llaman, ¿no?

Velasco estuvo tan voluntarioso como falto de técnica y de rodaje. La generosa petición en el sexto, aún a pesar de una gran estocada, fue fruto de la simpatía de sus seguidores.

Al menos no nos aburrimos en la tarde de ayer, que todas sean como ésta.

Saludos,
J.Carlos

MARIN dijo...

No es malo que una plaza se encariñe con un torero que esta a punto de cumplir 63 años y siempre que lo dejan torear en Madrid venga con tantisima dignidad. Y digo lo de 63, porque algunos con 25 no sabe ni lo que significa la palabra dignidad.
Pero si es cierto Enrique que la ultima vez que vi a Frascuelo fue la vez que le dio ese toro de cardeno de San Martín el dia de Cuadri en el 2008, y ya entonces le noté que el tiempo no pasa en valde para nadie. Ojala Frascuelo fuese eterno.
Ayer, sinceramente, solo por estar ahí con esa edad y andar dignamente, como esta el toreo de hoy en dia, la oreja casi merecida y sino que se hubiesen venido aquí a Huelva el viernes de Colombinas y hubiesen comparado unas orejas y otras haber cuales hubiesen tenido mas merito.
Un saludo Enrique.

Paquiro dijo...

Nos quejamos de como esta Madrid y justificamos una oreja de saldo, me da igual de quien sea, del Frasco o de Julian, mal dada esta .Luego no podemos ponernos a lloriquear.
Tenemos lo que nos merecemos

Diego Cervera Garcia dijo...

yo no puedo judagar el peso de la oreja de ayer, puesto de que no fui a los toros.
Sea del peso que sea lo que esta claro es que frascuelo es diferente, tiene ese punto que yo no se definir que hace que sea tan grande, y sobre todo que con su presencia permanezca vivo el toreo añejo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Es que una cosa que no se nos puede olvidar es que Frascuelo es otra cosa y no es comparable con nadie, o casi nadie, de lo que ahora se viste de luces. Porque Frascuelo ya podrá ir con bastón, que esa clase no se le irá nunca. Y yo he intentado juzgarle de acuerdo a lo que es él, no a otros casos, porque entonces ya hemos acabado antes de mepezar.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Pues sí, si nos acordamos de las orejas claveleras, para lo que solo hubo que esperar al toro siguiente, pues era para que no se diera ningún trofeo. Tú ya sabes de mis contradicciones con este torero, por un lado no querría que se fuera nunca y por otro me da miedo. Miedo de que le pase una desgracia y miedo a que dé una mala imagen y que esto sea aprovechado por los entusiastas postmodernistas para echarle tierra encima.
Un saludo y es verdad, las cosas también pueden hacerse bien.

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Claro que no se podía protestar esa oreja. Me parecería muy injusto. Yo ya digo que le vi más flojo que en otras tardes, cada día le veo más limitado, pero esas medias, ese toreo por bajo y el trincherazo que pegó, ya merecen la tarde. Pero si esto del toreo son sensaciones, las mías no fueron del todo satisfactorias. Y hasta puede ser por ese deseo de verle triunfar como un trueno, precisamente por ser una de mis debilidades taurinas. Los otros dos chicos, pues bien, uno con los paisanos y el otro que a veces parecía que quería, pero que no le daba la ciencia para más.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Pues sí, ójala fuese eterno, pero como eso no es posible, ójala le saliera algún alumno aventajado que bebiera de su arte y de su torería, pero este torero ya no por edad, sino por concepto, está a años luz de los fenómenos que triunfan todas las tardes. Y también te digo algo que tú entenderás mejor que nadie, no fue tarde para pipas.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Paquiro:
No creo que nadie justifique esta oreja, y cuando hay que decir que no es merecida, pues se dice, pero claro si vamos a crucificar a Frascuelo por no estar a la altura de lo esperado y además nos olvidamos de sus circunstancias, de su fidelidad al toreo puro a pesar de todo, de las injusticias con él cometidas y del toro que siempre le ha tocado, pues entonces igual pecamos de una exigencia ilógica. Tomando el ejemplo de El Juli, en este caso nunca se le ha visto ni la intención de respetar las leyes del toreo clásico, torea mil tardes al año, siempre con su ganado bien escogido y además hay que tragarse el sapo de su maestría, torería, técnica y no sé que más cosas y aún estoy por verle cargar la suerte. Y ojo, si para ver semejante acontecimiento hay que irse a Medinaboba de Arriba, pues algo falla. Lleva años viniendo a Madrid y todavía no ha convencido a Madrid, porque el que haya cortado orejas y salido a cuestas, no quiere decir que haya entrado en Madrid.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Como ya le he comentado al Anónimo, Frascuelo no tiene comparación con nadie, es capítulo aparte. Un saludo

Antonio Díaz dijo...

No he podido ver ni el resumen del festejo así que no tengo una opinión clara, aunque me imagino que pasó. Sólo hacer dos incisos: uno, que estamos hablando de un tío con sesentaytantos años, que podría ser el abuelo petanquero del G-10, y que sigue toreando los marrajos que los "nietos" no quieren ni en pintura -y tampoco en Cultura, parece-. Sólo por eso, un respeto. Y segundo, J. Carlos, hazte un blog hombre, que es un placer leer tus comentarios...


Saludos

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Es que en el momento en que queramos compararlo con sus nietos, como tú dices, no hay color. Este además ni se justifica con que no se le entiende, ni cuenta milongas. Sobre lo de J. Carlos me sumo a la petición. Anda que no tiene que decir.
Un saludo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Sin duda alguna, y como ya has comentado en varias ocasiones, frascuelo es un torero que tiene esencia y detalles "toreros"
Es una pena la edad, que muchas veces no hace justicia a la afición y el cariño que demuestra Frascuelo por esta profesión.

Enrique Martín dijo...

Diego:
No se le ha hecho nunca justicia y la lástima es la edad y que no hay nadie que le pueda sustituir, igual que no hay nadie que haga lo que él hace y que le pueda echar de esto.
Un saludo