lunes, 25 de abril de 2016

Convulsión en “Las Tiesas”

Dicen que los abuelos de Albaserrada están que echan los dientes


Ya les di la exclusiva de que se había indultado un toro en la Plaza de Sevilla. No hace falta que me lo agradezcan, yo soy así de generoso. Seguro que si no es porque yo se lo digo, ni se habrían enterado, ¿verdad que sí? Pero yo siempre estoy ojo avizor. Que no se me escapa una, vamos. Pues ese instinto depredador de la noticia me ha llevado a visitar la casa de Cobradiezmos, aunque no para pasar un rato con él, sino con la familia, con sus padres, que imaginaba que no cabrían en sí de gozo. Los papás de la criatura tuvieron el detalle de recibirme y abrirme su corazón.

Servidor:    Buenas tardes, señores padres de Cobradiezmos. Muchas gracias por recibirme. Imagino que estarán aún disfrutando de la felicidad del indulto    de su hijo, ¿no?

Papá:         ¿Felicidad? Pero, ¿usted sabe lo que se nos ha venido encima a cuenta de la mala cabeza de mi hijo?

Mamá:       Esto no tiene nombre.

Servidor:    Sí, hombre, indulto.

Papá:         Calle, calle, haga el favor. Toda la vida queriendo un futuro para el niño y mire cómo nos paga

Mamá:       Pero, ¿qué hemos hecho mal dios mío? ¡Ayyyy, Jaquetón que estás en las dehesas del cielo!

Servidor:    Pero no les entiendo, no entiendo su queja y su desconsuelo.

Papá:         Pues yo se lo explico. Cuando el niño nació y vimos que era macho, durante el primer año, su madre, mi señora y yo, intentamos inculcarme unos principios como toro de lidia. No podíamos olvidar la casa. El linaje de nuestra familia, los legendarios Albaserradas, rama don Victorino.

Mamá:       Él sí qué sabía de cómo guiarnos a las madres y a los padres para que los hijos salieran unos toros de provecho

Servidor:    Pero si...

Mamá:       Pero nada, el amo se fue haciendo mayor y el hijo lo ha echado todo a perder, y es que, tanta libertad, ¡Libertinaje! diría yo, no podía ser bueno. Se empieza por no exigir en la tienta, por ceder a que valga más lo hecho en la muleta y ya ve usted

Servidor:    Pero, ¿qué me dice?

Papá:         ¿Que qué le digo? Yo no digo na’, yo me tengo que callar, porque si yo hablara...

Mamá:       A ver, habla, habla...

Papá:         Pues que al final todo sale. Porque todo esto viene de la familia de la madre, aquí mi señora, que no son muy de emplearse en el caballo y...

Mamá:       ¡Oooh sí! Hablo el rey del primer tercio, no te jo... Anda que tú sacaste un sobresaliente en tu tienta, que al segundo puyazo ya estabas con la lengua fuera y sin haber romaneado ni una vez

Papá:         Eso fue porque la noche anterior me sentó mal el pienso, que nunca he tolerado yo bien el maíz por las noches, pero en la muleta me salí, que bien que escuché yo al del trapo rojo aquello de mi “toreabilidad”.

Mamá:       Toreabilidad, toreabilidad; ¿y la picabilidad? Si es que en tu familia siempre habéis sido unos blandos.

Papá:         Fue el maíz.

Mamá:       Sí, y que no levantas ni a un potrillo cuando notas el palo en el lomo.

Servidor:    Pero, ¿no se alegran de que les hayan devuelto a su hijo a casa?

Mamá:       Huy sí, encantadita que estoy. Como ya le decíamos, toda la vida queriendo que se asegurara un futuro y ¡zas! Mire el pago que recibimos, que nos lo devuelven de la plaza y encima ahora rodeado de esa reata de lagartas que lo quieren para lo que lo quieren, para sacarle los cuartos y aprovecharse de él.

Papá:         Bueno, tampoco está eso tan mal...

Mamá:       Unas lagartas, pero es que todos los machos sois tontos y no os enteráis de nada. Yo que ya había desmontado la habitación del chico, que le habíamos quitado el comedero y todo y nos iban a traer los muebles para una dehesa comedor saloncito de estar y ¡hala! El niño se nos vuelve a casa para pasarse el día holgazaneando. Que no digo yo que no le quisiera de vuelta, pero al menos que hubiera metido los riñones en dos varas, ya no digo en las tres que le pedimos a todos los machos de la familia, valía con dos, pero no...

Papá:         Pero, ¿usted le vio allí echando la cara arriba? ¡Qué vergüenza! Y escarbando y venga a escarbar. Mira que se lo decía yo desde añojo: ¿quieres dejar de levantar polvo? Pero no, el a escarbar y venga a escarbar y a la hora de la pelea, anda que no se lo pensaba. Luego sí, luego no se cansaba yendo detrás de las otras criaturas, pero lo de escarbar y pensárselo mil veces

Mamá:       Es que él siempre ha sido muy reflexivo, de pensárselo mucho, pero eso es cosa de la familia de mi marido. Su madre ya se lo pensó en la tienta, en la retienta y en la retienta de la retienta, pero luego la muy zalamera no paraba de embestir en la muleta y engolosinaba a los maestros que venían y al hijo del amo, al amo hijo, ¿sabe usted?
Servidor:    Entonces, ¿no están nada contentos por lo que veo?

Papá:         Nada, pero nada, nada. Si hasta nos ha costado una disputa familiar. Mi suegro y mi padre, que no se podían ni ver, al final se han unido en su enfado con el crío. Y es que ellos están chapados a la antigua y no entienden eso de no meter los riñones en el caballo, dicen que eso es lo mínimo que se le puede pedir a un toro de la familia. Vamos, con decirle que no han venido a merendar a nuestros comederos desde que ha vuelto el niño...

Mamá.       Mi suegra y mi madre lo han intentado de todas formas, hasta les quisieron engañar diciéndoles que el amo quería retentarlos y ponerlos de nuevo al caballo, pero que no, ¡nanay! Decían que menuda vergüenza, que ellos no se exponían al resto de la manada para que les dijeran lo que no querían oír y ya ve, no han vuelto por casa. Si yo quiero ver a mi madre o mi suegra, tengo que ir yo a su encina.

Servidor:    Bueno, yo no quería molestarles, ya les dejo con lo suyo y lo siento en el alma, a ver si los que vienen detrás les dan una alegría.

Papá:         ¿Alegría? Esos peor aún, no ve que como han visto la fama que ha cogido el hermano mayor ahora todos quieren aprender solo lo de la muleta y se olvidan del resto de la lidia. Ya no les importa ni el capote, ni la suerte de varas, ni apretar en banderillas. Solo la muleta.

Mamá:       Pero, ¿en qué hemos fallado?


Y así me marché de “Las Tiesas”, pensando en todo lo que me contaron y con la sensación de que había demasiadas cosas que me resultaban demasiado familiares e intentando asimilar esa terrible Convulsión en “Las Tiesas”.


Enlace al programa Tendido de Sol del 25 de abril de 2016:

18 comentarios:

MARIN dijo...

Enrique:
Mi padre me decía que era el tio mas cabezón del mundo. Y en esas sigo. Cobradiezmos fue lo mas parecido al toro perfecto que ha visto muchos, que hemos visto muchos, y que veran muchos en mucho tiempo. ¿Que se lo pensó a la hora de ir al caballo?, pues si. Pero en ningún momento salio suelto del peto, ni manseo...al revés, se fué viniendo a mas.

Si alguien espera que a un toro se le den cuatro puyazos con estas puyas actuales, que se desangre en cinco minutos, y que encima tenga dos tandas (solo dos) en la muleta...vamos aviaos!!!!. Para mi fue de indulto y ya me podais traducir el quijote al latín, que del burro no me baja ni Dios. Yo tuve la suerte de ver la lidia de Cobradiezmos, y no fue de diez, no, pero de un 9,75 seguro.

Un abrazo y perdón por darle la razón a mi padre, pero sé que en esta casa estoy en la total libertad de decir lo que pienso.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Quizá cabezón, no le voy a quitar la razón a tu padre, pero honesto y fiel a ti mismo, al cien por cien. Ya hemos hablado y discutido sobre el toro y cada uno tenemos un parecer. Pues vale. Pero te digo una cosa, si te me echaras para atrás, si te quedaras sin palabras para defender lo que crees, si te rindieras, entonces, este no es mi Marín, que me lo han cambiao. ¿Que te dicen que blanco y tú ves negro? No te apea del burro nadie y además no es cabezonería, me dices los motivos. Y ante esto no puedo más que pedirte la vuelta al ruedo o el indulto, porque sé que tú no te enfadas por compararte con un toro, como no me enfadaría yo, todo lo contrario. Tú eres de 9,75, de 10 y de 11. Este es mi amigo Marín y así lo quiero yo.¿Equivocado? Y si el equivocado soy yo, que es lo más probable.
Un abrazo

Unknown dijo...

Enrique:

Yo tampoco comparto tanta crítica al indulto del Victorino de Sevilla. Desde luego que el primer tercio dejó mucho que desear o, al menos, no nos dejaron ver al toro. Lo que está claro es que hizo cosas de bravo desde la salida. La manera de repetir buscando, la alegría en el tranco. Desde luego no era un toro tonto. Me molestó muchísimo más la vuelta al ruedo al manso de libro de Alcurrucén el año pasado en Las Ventas que el indulto del otro día. Eso sí que fue un despropósito. Y, al hilo de esto, todavía estoy en shock con los premios del año pasado. El toro más bravo, un manso. La corrida más completa, no se lidió completa porque un toro fue devuelto... Así nos va.
Un abrazo
Jesús

Unknown dijo...

Enrique:

Permite que no haga uso de esta "sorprendente" última entrada tuya para volver a opinar a cerca del indulto a ese Cobradiezmos que sin duda, independientemente de sus extraordinarias características, ha llevado aparejado todo un huracán de pareceres, debates y juicios. Y esto, a estas alturas en que la desgana y hasta el abandono sacude cruelmente a muchos, buenos conocedores y apasionados de la fiesta de los toros, aporta viveza a esta devoción que por momentos, desfallece ante tanta canallada.


Así que, personalmente el "uso" que hago de esta escenificación teatral a modo de entremés, (me atrevo a señalar), va aparejado al deleite más grato por inteligente, curioso, original por el tratamiento del tan cacareado hecho y por ese dominio del que nos tienes acostumbrados por mirar desde un prisma dispar, ingenioso, lúcido, agudo y con esa exclusividad que nos lleva irremediable y muy gustosamente, a la admiración más profunda.

Muchas gracias por estos raticos de gozo.

Un abrazo.

Curro dijo...

El tema es peliagudo, aunque vaya por delante que a mí me emocionó la lidia de Cobradiezmos -y Escribano, que aunque no es de mis favoritos estuvo superior, dándole fiesta y aguantando y dándole lucimiento al vendaval de bravura que se le vino encima-. No soy un gran aficionado, pero vengo dándole vueltas desde hace tiempo a la pantomima en que se ha convertido la suerte de varas en los últimos tiempos.
Una de las patas del problema, sin duda alguna, es que se ha impuesto el perritoro toreable sin casta ni bravura -eso sí: con 600 kilos y dos catanas recién desenfundadas y superescobillables-, lo que imponen las figuras y a lo que se adaptan los ganaderos si quieren subsistir y que la reata no vaya para el matadero.
Dicho lo anterior, veo que el ganado de las mal llamadas "duras", salvo excepciones, tampoco resiste tres puyazos con el temible paquete que suponen esos caballos tan pesados y tan toreadísimos, esos petos con tecnología antiproyectiles blindados y esa puya que les abre tantos grifos de sangre como veces se la ponga en el lomo el del castoreño.
¿En el tentadero de machos para sementales se utiliza esa pica y luego se le exige al aspirante a vacas que tome 5 ó 6 tandas de muletazos por abajo? Creo que no, pero no estoy seguro.
Creo que habría que bajar el toro de peso, exigiéndole muchísma más casta, bravura y movilidad, así como bajar el peso y dimensiones de caballo, peto y pica, si no es así, creo que con estos toritos febles y regordíos seguiremos asistiendo al vergonzante espectáculo de cada tarde en varas, pero es que incluso el bravo y encastado tampoco resiste en plan exigente el tercio de varas tal y como está montado ahora mismo.
Mención aparte merece lo repajoleramente mal y torpemente que ponen al toro en suerte la mayoría de pegapases del escalafón: al relance, fuera de la jurisdicción del caballo, saliendo por el culo de este, etc... Mi padre suele decir cuando les ve: "Anda que esta gente iban a tentar en lo de D. Félix Moreno, a la primera vaca que pusieran en el caballo les mandaba a la cancela de la finca".
En fin, señoras y señores, ahí dejo mi humilde reflexión al aire.
Muchas gracias por su atención.

MARIN dijo...

Pues menos mal que no eres aficionado Curro. Totalmente de acuerdo contigo. En los tentaderos de machos no se pica con la misma puya que en el campo Curro, y entonces si se le puede exigir a el animal que vaya cinco o seis veces al caballo. Pero con esta puya que tenemos en plaza de hoy en día, al mas pintao y encastao le meten las cuerdas dos veces bien metias en el sitio y se desangran los animales. Así ya digo que no hay manera, y hasta que no nos demos cuenta de esto no podemos exigir los toros en el peto cuatro o cinco veces.

Un saludo.

franmmartin dijo...

Señor Curro.No se puede decir más ni más acertado en menos espacio.Ah! si se cumpliera eso sobrarían tantas organizaciones y vende patrias,moscones y moscas co...lorás que revolotean alrededor de esta fiesta podrida.Enhorabuena señor aficionado.
Referente al toro del indulto ,lo único que le puedo decir a Marín es que un toro con nombre de recaudador de Hacienda no puede ser indultado nunca.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Jesús:
Claro que daba gusto ver embestir al toro de Victorino, pero te voy a cambiar el paso, si me lo permites y abusando de la confianza que en esto de los toros tengo contigo, deseando no molestar, por supuesto, pero si llega un matador que da dos naturales a un toro y mata mal, después de tres pinchazos y un bajonazo, ¿le podríamos dar las dos orejas? Vale, vale, ya sé que cosas peores han pasado. Me callo. Pero yo sigo viendo un buen toro, con una embestida de ensueño, pero no para ser indultado, ni mucho menos.
¿Lo de aquel "bravísimo" Alcurrucén que hizo esperar a su matador a que empezara la faena por no poarar de retorcerse doliéndose de las banderillas? Pues eso, como tú dices y plagiándote, así nos va.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Gloria:
Pues no seré yo quién entre en lo del indulto otra vez, eppur si muove. Muchas gracias por tus palabras, por tu calificación y disección, que me da mucho ánimo y fuerzas, pero que no puedo evitar el sonrojarme, sentirme muy agradecido y que quizá sienta que ese traje me viene un poquito grande. Permíteme que así lo sienta, sin querer faltarte, nada más lejos, pero al menos, para rellenar ese hueco que creo que no lleno, déjame que os invite a todos los que estáis ahí a compartir ese traje tan elegante que me acabas de regalar.
Un abrazo y... un beso

Enrique Martín dijo...

Curro:
En el fondo estoy de acuerdo con usted en todo, pero hay algunas cosas que me gustaría comentar. Una de ellas es lo de la suerte de varas. Es evidente que una alarmante mayoría de los toros no es que no aguanten dos puyazos, es que no soportar ni dos refilonazos, aparte de los materiales con que se hace la suerte, con los que se visten a los caballos y esa nefasta forma de lidiar de la casi totalidad de los matadores, pero aunque parezca un contrasentido, creo que habría que volver a los tres puyazos. ¿Loco? Igual sí. Para aguantar tres entradas al caballo el toro debe contar con unos condicionantes favorables más propios del comportamiento, que de su constitución física. De acuerdo los ceporros regordíos, que curiosamente son más frecuentes en carteles de figuras, quizá para intentar tapar la falta de trapío y por consiguiente engañar al público. A partir de bajarse de tres a dos puyazos, en lugar de ver un toro que pusiera en mayores apuros a los toreros, hemos asistido a una degradación progresiva y mantenida, con un exilio casi absoluto de la casta, la aparición de la bobonería y la casi desaparición del toro íntegro. Y baste ver el espectáculo de un torillo de esos con un pelín de picante y como se vuelven locas las cabezas en el ruedo. Quizá la puya podría ser más pequeña, no lo sé, pero desde luego que no sea esa retráctil, quizá también ayudaría que se aligerara el caballo y yendo más allá, a lo mejor estaría bien volver a ilegalizar los manguitos, no lo sé. Eso sí de lo que estoy convencido es de que tanto picadores como toreros de a pie tendrían que hacer un curso intensivo de cómo se lidia un toro.
Muchas gracias por su aportación, que puede que sea humilde, por la forma de realizarse por su parte, pero que para los demás creo que ha sido muy valiosa y clarificadora. Un saludo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Digo lo mismo que le he comentado a Curro, igual habría que modificar las puyas, pero no creo que sea mayor que las de hace años y los toros aguantaban, quizá porque era otro toro y también porque aún existía aquello de medir el castigo. La casta de los toros lo permitía y lo hacía necesario. Luego ya podríamos entrar en otras cuestiones, que ya digo que por otro lado me parecerían muy oportunas.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Franmartín:
Pues esta última razón me parece suficiente para el no al indulto y además creo que debe ser concluyente para cerrar la cuestión. Y es que cuando habla un aficionado, los demás solo podemos callar... y aplaudir, por supuesto.
Un abrazo

fabad dijo...

En el tema de la suerte de varas, quiero manifestar que en algunos sitios SE PICA BIEN. Me estoy refiriendo a Vic Fezensac ( y otras plazas francesas). Y no se cambia nada, son Toros de los que se lidian también aquí (Escolar, Victorino, Dolores Aguirre, Cuadri,...). Los caballos son los de Bonijol (que también actúan en España). Hay una diferencia en los carteles, no van las figuras, aunque torean distros como Rafaelillo, Escribano, Ureña, Robleño... que tienen cartel en España. Los picadores son de los que actúan en España...
¿Dónde quiero llegar?. Es fácil: ¡EL PÚBLICO!. No consiente que el picador no esté de frente. No consiente que los subalternos ni el matador entorpezcan el tercio. No consienten puyazos traseros ni asesinos. No consiente que el matador se quede en el culo del caballo.
Cuando hablo del público no me refiero a mi, ni a mis amigos de Granada, ni de otros sitios de España. Allí vamos a aprender... y a disfrutar...
El primer año que fui a Céret, no me lo podía creer. Toda mi vida yendo a los Toros y tuve que ir a Francia (la Francia catalana, para mas inri) para ver como se hace la suerte de picar ¡¡¡y por los mismos picadores que aquí van de lado (o de culo)y con la caña puesta a ver si pescan un Toro!!!. Cada año me cuesta mas hacer tantos kilómetros, pero lo sigo haciendo. Es cierto que también influye lo bien que nos tratan allí los amigos, los vecinos de localidad, los caseros de la Casa Rural a la que asistimos y sobretodo ERIC "El Toulouseño"...
Habría que ir a la revolución...No quiero creer que influya el hecho de que cada día hay un premio al mejor picador.
Un abrazo a todo el que se deje.

Anónimo dijo...

Semblanza, resumen de lo dicho.

"... un cárdeno de 562 kilos y herrado con el numero 37,de la ganadería y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.
lidiado a la perfección ya desde que salió por la puerta de chiqueros
del viejo barrio lo vi pasar
con el "tumbao" que tienen los guapos al caminar.
De hechuras impecables, bonito por donde lo mirases. Un toro perfecto. Sin mas.Muy en tipo de la reata con las manos siempre en los bolsillos de su gabán
pa' que no sepan en cual de ellas lleva el puñal.
Manuel Escribano (berenjena y azabache,sombrero de ala ancha de medio lao
y zapatillas por si hay problemas salir "volao" ): Dos pinchazos y estocada baja tendida, palmas. Indultó al sexto que fue devuelto a los corrales con la ayuda de la parada de bueyes que saltaron al ruedo sin esperar a que el matador simulara la suerte de matar con una banderilla,un 38 Smith and Wilson del especial
que carga encima pa' que lo libre de todo mal.
dos orejas y vuelta de indescriptible clamor acompañado del ganadero, Victorino Martín hijo y del mayoral. Salió a hombros por la puerta de cuadrillas,el diente de oro iba alumbrando toda la avenida,el publico de la Maestranza, hastiado ya de tanto Juan Pedro navaja; Porque cuando los toros embisten como los dos de ayer y el toreo acontece con tanta grandeza como la mostrada y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió,
no hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró,
¿Un tercio de varas de ni fu ni fa? un toro con nombre de recaudador de Hacienda no puede ser indultado nunca.
Dos orejas simbólicas.
sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó,
cogió el revolver, el puñal, dos pesos y se marchó.
también te digo que ya me gustaría que en Madrid salieran cinco o seis como él, lo firmaba ya.¿qué es eso de favorecer la tauromaquia?
al final llegamos a lo que suponíamos, la domecqticación de Victorino Martín.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ay Dios.
Cuando lo manda el destino no lo cambia ni el más bravo,
si naciste pa' martillo del cielo te caen los clavos.

Saludos...todo lo que traigo es un sencillo ejercicio de corta y pega de las diversas opiniones escritas en el basto ámbito de la blogoesfera taurina, dado que me gusta escribir mientras escucho alguna emisora de radio musical el texto podria haberse "contaminado" y contener trazas de alguna canción de salsa, rogamos disculpen las molestias.

Ängel.

Pd. como podrán comprobar por mi firma; siento especial debilidad por los toros de Victorino.


Enrique Martín dijo...

Fabad:
Yo me dejo, claro que me dejo y si por un momento no es posible, será porque esté diciendo amén, amén y amén y porque me estén dando vueltas en la cabeza estas cuestiones que planteas. ¿Será que la frontera cambia las mentalidades? Puede ser, pero además de ese público exigente del que hablas, está el toro y ese lo puede casi todo.
Un abrazo

fabad dijo...

Enrique, esos Toros exigentes también se lidian aquí. Y especialmente en Madrid, Pamplona, Bilbao...

Enrique Martín dijo...

Ängel:
Admiro su ejercicio de aficionado al toro, a la música y de atención a lo que escriben los demás. Muchas gracias por este ramalazo de aire fresco para ventilar esta grada. Siempre es de agradecer y ya digo, que se agradece. ¿Esa devoción por la "A" coronada? Hombre, no es pecado, ni motivo de vergüenza, más bien todo lo contrario. Empiece a preocuparse cuando sienta especial devoción por lo de la estrella o por otras reatas parecidas.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Algunas veces sí que se ven, es cierto, cada vez menos, pero, ¿quién los lidia? ¿Quién los entiende? Algunos lo intentan, pero tú y yo sabemos a quiénes nunca les veremos delante. Si metiéramos en un sobre diez nombres cada uno, seguro que coincidíamos en 9 y en el que no, también lo habríamos incluido.
Un abrazo
PD.: Se te espera por Madrid