martes, 16 de enero de 2018

Sevilla y Madrid ya son amigos, Valencia y Simón han aceptado su amistad


El toreo siempre fue lo que mejor unió a Sevilla y Madrid, sin duda

Ahora sí que sí. El señor Valencia y el señor Casas ya son amigos de verdad, se han mandado una notificación por facebook y la han aceptado. No se sabe a ciencia cierta quién dio el primer paso, pero eso da igual, lo que cuenta es el hecho. Deberíamos felicitarnos por ello. A partir de ahora el uno podrá ver las publicaciones del otro y viceversa. El señor Valencia podrá ver los carteles de Madrid y sabrá que es un cartel económico, que no dará problemas y que le servirá para llenar una fecha en el calendario taurino hispalense. Y el señor Casas tendrá acceso a una puerta a ese mundo del toro de más allá de Despeñaperros.

Todo son ventajas, basta que el señor Casas lance los carteles de Valencia, que los postee en todos los grupos y de ahí ya irán tirando para otras ferias. Eso sí, no van a ser carteles cerrados para todo el año, que siempre hay que estar atento a que desde Sevilla pueda llegarte un mensaje que te diga que fulanito quiere torear, económico y sin molestar a las figuras, reenvíalo a 25 amigos o tendrás cinco años de desgracias o lo que es peor, que los aficionados espabilen y te hagan la cusqui tarde tras tarde. Aficionados de esos amargados y que van a vocear a la plaza, porque no les dejan ni chistar en casa. Esos que seguro que no tienen más de quince amigos en su perfil. ¿Quién les va a querer a estos? Y si llegan a quince, que desde que les echaron del grupo “los malotes de cuarto de primaria”, ha bajado mucho su popularidad.

Ahora todo serán facilidades, ya no hace falta reunirse tanto. Ahora basta engancharse al chat y pergeñar estrategias comunes para luchar contra los caprichos de algunos toreros que se creen con derecho  a tener derechos. “No sabes cómo se me ha puesto fulanito”, “¿qué me dices? Se está viniendo arriba”, “que no va y me dice que quiere cobrar por torear”, “¡Válgame! No sé dónde vamos a ir a parar, son unos enemigos del arte, la cultura y la tauromaquia”. Y con todos estos argumentos, Sevilla y Madrid, Madrid y Sevilla, deciden expulsar al díscolo del grupo y que dé gracias que no se le denuncia a facebook; eso sí, queda bloqueado pa’ los restos.

¿Y lo que se van a ahorrar en veedores? Tú te vas a las ganaderías de por allí y yo a las de por aquí, se hacen las fotitos pertinentes y luego se comparten, que cómo pasa en todos los grupos, siempre habrá quién sin falta dirá aquello de “¡Vaya pavos!” acompañando el comentario con el indispensable “Jajajajajajajaja”. Que no sé por qué será, pero el trapío se viene arriba en las fotos y se viene abajo en el ruedo, pero eso ya se sabe que es por el transporte. Aunque igual también influye el que en un caso posaban con fundas y en el otro… Hay que tener cuidado con estas cosas, que en las redes sociales cada uno saca la mejor cara, pero también la peor y una nadería puede convertirse en un drama monumental. Imaginemos que en un despiste de eso, al señor Casas se le olvida etiquetar al señor Valencia en la publicación de los carteles de San Isidro. ¡Huuuyyyy! ¿Para qué queremos más? Que en Sevilla no se le ocurrirá eso de llamar por teléfono y pedir una copia, más que nada, por tenerla, por elegir a ver qué días se cogerán el AVE para ir a los toros a Madrid, que una escapadita no viene mal. Pues no, el primer impulso es responder de aquella manera y cómo aquí no hay entonaciones que valgan, todo se malinterpreta. “¡Vaya! ¡Qué sorpresa! Ya están los carteles de Madrid en la calle”. Y la respuesta puede ser, un poner: “Pues sí, ya se ha publicado el ciclo de producciones artísticas más grandioso del mundo, en la plaza uno”. ¡Huy! Estamos pisando terreno pantanoso. “Pues tanta producción artística y, perdónenme, pero lamentablemente no llegan al nivel de la feria de abril de Sevilla, que esa sí que es una plaza grandiosa y respetuosa y no esa jaula de grillos de Madrid” Y ya la tenemos liada. El señor Casas sacando emoticonos con cortes de mangas, el otro con caritas con el hocico torcido, más caritas de asombro, otras tapándose la carita con las manos, hasta llegar al límite del civismo, cuándo asoman los mojones pestilentes. Entonces sí que sí, uno pide amparo al administrador del grupo, que resulta que es el otro, el otro dice que consultará su expulsión del grupo con el otro administrador, que casualmente es el otro. Así que uno bloquea al otro, el otro al uno y se sucederán una serie de mensajes en el limbo, pues se supone que la comunicación es imposible, con puyitas como: a veces uno se embarca en un sueño para ayudar a los demás, pero el mundo está lleno de desagradecidos que no saben apreciar la amistad verdadera. Y el otro saldrá con: a veces uno piensa que los sueños se hacen realidad, pero al final no era más que una pesadilla, por no dar con la persona ideal con quién compartir lecho. Yo solo me acuesto con personas que valen la pena. Y en estas es cuando entran en acción las parejas de esta pareja, pero eso ya nada tiene que ver ni con facebook, ni con los toros, ni con na’ de na’. Pero cómo esto va cómo va, dentro de un tiempo les saldrá una notificación que les invite a compartir un recuerdo que les diga: Sevilla y Madrid ya son amigos, Valencia y Simón han aceptado su amistad.


Enlace programa Tendido de Sol del 14 de enero de 2018:

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que le faltaba a Sevilla .

Enrique Martín dijo...

Anónimo, ¿y qué me dice de Madrid? Si es que tal para cuál.
Un saludo

Cárdeno dijo...

Que bien se lo van a pasar ... ELLOS !!!!

Enrique Martín dijo...

Cárdeno:
Ya sabes eso de reunión de pastores... Y lo que tengo claro es quiénes no somos los pastores.
Un abrazo

fabad dijo...

No somos los pastores...somos los primos.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

O la oveja, está claro.
Un abrazo