miércoles, 21 de febrero de 2018

La semana fantástica de la señora Carmena y su consistorio


Señora Carmena, que sin escuela, los chavales acabarán por esos caminos de Dios y eso no lo querrá usted, ¿verdad?


Hace unas semanas algunos agradecíamos la declaración del Excmo. Ayuntamiento de Madrid, cuándo manifestaba que la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid se mantendría en funcionamiento por ser un servicio público que había que prestar a los ciudadanos de la Villa y Corte; en esta ocasión contaría con la dirección de un exalumno, torero de máximo crédito, del gusto de Madrid, con un inigualable currículo y además, del barrio de Ventas, José Miguel Arroyo, “Joselito”, con la ayuda de José Luis Bote Romo, “El Bote”, también exalumno, bien visto en Madrid, pero sin tan prolija trayectoria y del barrio de Canillejas, además de la presencia de Enrique Martín Arranz. Bueno, pues ya se acabó la incertidumbre, se esfumaron las amenazas antitaurinas que manaban de la propia corporación, que convirtió en habitual esa coletilla de que no amparar prácticas en las que hubiera maltrato animal, ni permitirían ninguna práctica en la que pudiera tan siquiera adivinarse una gota de crueldad. Que ya resultaba ridículo; se inauguraba un comedor social, pero no nos gustan los toros; se encienden las luces de Navidad, pero no nos gustan los toros; se cierra la Gran Vía, porque no nos gustan los toros; no se mueve un dedo en los accesos al nuevo Metropolitano, porque es que no nos gustan los toros; amanece nublado, porque no queremos toros; asoma el sol, pero no nos gustan los toros. De verdad, que nos importa un enorme, jugoso y soberano bledo. Que con eso del servicio público ya era más que suficiente.

Pero era prometérselas muy felices, que hace cuatro días el Ayuntamiento de Madrid mandó a unos propios a cerrar las instalaciones del Batán. ¿Y lo del servicio público? Allí se concentraron aficionados y profesionales del toro para tratar de impedir el cierre definitivo, que nunca es tarde si la dicha es buena. Quizá tendrían remordimiento de conciencia por haberse inhibido durante tantos años del destino del Batán, hasta llegar al estado ruinoso en que se encuentra en estos días. Quizá les berreaba el alma por no haber empujado para que se volvieran a exponer allí las corridas de Madrid o para que los chavales de la escuela pudieran contar con reses para afirmar su aprendizaje teórico sobre el ruedo y con vacas de verdad y no carretones con cojines en el morrillo. Aquella mañana dio para ver algunas cosas, primero, que el señor portavoz del PP o es un descarado o un ignorante que no se entera del mundo en el que vive; que los señores del PSOE siguen en su sueño de los justos y que por no querer perder un voto pierden cien precisamente por esa inactividad insultante: que los amigos de Ciudadanos andan por allí y de vez en cuándo sueltan un “no estoy de acuerdo” y veinte “lo que usted mande, señorito”; y que los que ostentan el poder se creen en su derecho de imponer su moralidad que creen la única admisible, porque la razón la guardan ellos como el pueblo elegido el Arca de la Alianza. Y la segunda enseñanza fue la que impartió Joselito, moderado, asombrado, directo, duro, riguroso pero sin ofender a nadie. Aquello había echado para adelante y no había otro camino, pues allí, en el Batán, solo podía hablarse de toros, no cabía otra cosa que los Toros. 

Y, ¿ustedes creen que aquí se acaba todo? No sean ilusos, que ahora resulta que la escuela no se cierra. Que han descubierto los señores de Ahora Madrid o Ganemos Madrid o vaya usted a saber, que aquellos terrenos, por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento, solo pueden estar destinados a actividades relacionadas exclusivamente con la tauromaquia. Que uno entiende que los ediles del equipo de gobierno y demás asesores, quizá no cayeron en ese pequeño detalle. Parece ser que han tenido que ser los señores de otros grupos los que le han confirmado a la señora Carmena y a los suyos, que Joselito, el joven aquel de gesto serio y agraciado de cara, tenía razón. Igual no daban crédito, torero, taurino y que sabía más de acuerdos plenarios que aquellos que no se cansaban de repetir que no les gustan los toros. Y nada, que ahora resulta que la escuela no se cierra. Que ya estoy viendo al pobre chaval que sudó tinta para convencer a sus padres para que le dejaran apuntarse a la escuela, para que le compraran los trastos de quinta mano, que un día llegó a casa diciendo que le cerraban el Batán. Lo que tuvo que aguantar el pobre, sobre todo de su madre, a la que tampoco le gustan los toros, aunque no es por querer hacer carrera política, sino porque no. Que viendo cómo iban las cosas el chaval, que quería aplicarse en cualquier cosa que le permitiera estar más tiempo en la calle, les pidió que le compraran utensilios de jardinería, pues le había oído a un amigo del padre del primo de Miguelín el Chato, que allí iban a montar un vivero de geranios. Que al poco vuelve con que la vuelven a abrir, y esto con la madre con las tijeras de podar y el azadón en una y otra mano. Que el niño no podía haber esperado a que la mamá se desarmara, no, tuvo que ser en ese momento. Cómo diría cualquier periodista deportivo, aquello era una escena dantesca. Se calmaron los ánimos y que vuelve el zagalillo con que se cierre para siempre jamás y que se hablaba de un santuario de animales abandonados o rescatados del holocausto. La pobre madre ya no sabía si cortarse las venas con la ayuda de aluminio, si dejárselas largas, si hacerse un corte a lo garsón con las podaderas, si adoptar una pirña para el bidé o si ir al ayuntamiento a pedir el calendario laboral del personal de la escuela de… y yo qué sé ya de qué es aquello escuela. Que es más fácil adivinar las ofertas del Lidl, Día o Hipercor. Que a este paso, no se extrañen si un día ofrecen un dos por uno en la Marcial Lalanda, inscriba a su hijo y le regalamos su matrícula para convertirse en una modélica mamá o sesudo papá de torero. Apunte a us hijo en el método carmena de enseñanza del toreo y le mandamos gratis el capote y la esclavina, para que ustedes mismos lo cosan con el hilo rosa que aparecerá en nuevas entregas. Puede que esto les parezca un lío, pero no se dejen acobardar y estén muy atentos a las nuevas ocurrencias esos que dicen que no les gustan los toros, y no se pierdan la semana fantástica de la señora Carmena y su consistorio.

Enlace programa Tendido de Sol del 18 de febrero de 2018:
https://www.ivoox.com/tendido-sol-18-febrero-de-audios-mp3_rf_23857018_1.html

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