viernes, 24 de agosto de 2018

Lucía, toro pupa, no jugar


Los toros a veces son juguetones y les da por levantar a los caballos en vilo, para ver si el señor aguanta sin tromparse contra el suelo. Si es que son de un chisposo.

A veces los señores aficionados a los toros no demuestran el carácter cívico que se les debía suponer y eso no está bien, no señor. En días pasados apareció la escritora Lucía Echevarría jugando cariñosamente con lo que ella creía que era un toro de lidia y al que le suponía una bravura natural. ¡No, hombre, no! No se burlen de la escritora, no. Ahí tendrían que estar los aficionados a los toros e intentar enseñar a la buena de Lucía algunas diferencias entre vaca de carne y toro de lidia. Así sí. Bien, vale, de acuerdo, les permito que la risa no les deje poder articular palabra. Que no me parece bien del todo, pero les entiendo, a servidor le costó un buen rato parar de reír. Que no se lo tome doña Lucía Echevarría como una falta de respeto, ni nada parecido, simplemente es esa risa tonta que provoca un hecho insólito, inesperado.

Pero seamos serios y empecemos por el principio, busquemos las diferencias entre un toro de lidia y otra especie bovina, que no de lidia. El toro de lidia tiene cuernos, un rasgo importante u determinante, pero claro, también otras especies tienen cuernos. ¡Vaya! Va ser que los cuernos no son definitorios. Podría decirse que los del toro son más grandes que los del ganado manso para carne o leche, pero claro, que hay avileñas, que si te pones a tejerle unas funditas de lana, se te acaba el ovillo y aún queda cuerno al raso. Otro rasgo muy conocido por el público en general es que los toros son negros y a veces colorados, lo que hace que para ellos lo mismo esa avileña que otras razas, sean toros y vean toros hasta en la playa de Bolonia, compartiendo la tortilla y los filetes empanados con la Jessy, la Vane, su madre, la señá Remedios, el Pruden, el Ruben, la Pitu, la novia del Ruben y la abuela, doña Cloti, que se pone de buena leche cuándo ve arrimar el belfo al plato a una vaca.

Ya entrando en mayores profundidades, el toro de lidia es reconocible por esa mirada de querer comerte, de no perderte ojo y seguirte con la vista haya dónde vayas. Pero claro, si en un cercado te pones a ver si el animal te aguanta la mirada tiene sus riesgos. Si solo mira y mira y rumia y mira, no es un toro de lidia y si no te da tiempo a ver si mira o no, es que es toro de lidia y da leches, pero no de las de echarle cola cao. Que espero que me sepa explicar para que Lucía me entienda y que hasta no se aburra leyendo esto, pero bueno, que tampoco se ponga estupenda, que igual sus cosas puede que le resulten a alguien “poco atrayentes”, ¿no? O sea, que el criterio de tener que salir mangado con el animalito detrás, no sirve, bueno sí que sirve, pero no es aconsejable.¿Por qué? Muy fácil, porque cuatro patas corren más que dos y además vienen con dos pitones en todo lo alto y unas ideas que no te veas.

Que no es que uno sea un aguafiestas y que quiera romper el buen rollito amante de los animales/ toro de lidia, que no es eso, pero la verdad, Lucía, ¿te compensa tener que ir de prisa y corriendo a urgencias? Y esa es otra, ¿cómo explicar al señor doctor lo sucedido? Mire doctor, que iba yo por el campo, vi un toro/vaca/animal indefinido con cuernos que lo mismo podría ser un toro que una vaca/bicho malo y me acerqué a jugar con él o ella y no me dio ni tiempo a decirle que si cogíamos margaritas del campo, así como homenajeando a Ferdinand, cuándo el toro/vaca/animal indefinido con cuernos que lo mismo podría ser un toro que una vaca/bicho malo pego un bufido y se me vino encima, a por mí, sin avisar ni nada. Que yo he visto en las películas que los toros, antes de arrancarse escarban y bufan, pero este no. No, Lucía, no lo cuentes así, porque aparte de curarte las heridas darte alcohol de romero en las magulladuras y ponerte un par de tiritas, el facultativo en cuestión te manda al frenopático del tirón, si es que además no te presenta candidata al premio  “Memo de oro” del año en curso. Que vale, que igual los aficionados taurinos no se te han ofrecido para prestarte esa tan necesaria ayuda que te enseñe a distinguir entre un toro/vaca/animal indefinido con cuernos que lo mismo podría ser un toro que una vaca/bicho malo, pero entiéndelos, que no son tan malvados, que igual si no les das la brasa sobre lo lindo y amigable que es un toro de lidia al menos te regalarían un ¡correeee, que te coge! Pero de momento, mientras frenas tu verborrea indómita y los otros deciden si te aclaran si es un toro/vaca/animal indefinido con cuernos que lo mismo podría ser un toro que una vaca/bicho malo, quédate con este mensaje y grábatelo a fuego en tu iPhone, tablet o en el brazo, es muy fácil, breve y conciso, pero que seguro que te será de gran utilidad: Lucía, toro pupa, no jugar.

PD.: Mi apoyo absoluto y mi recuerdo al Club Taurino de Pamplona, a quienes tanto afecto tengo. Un abrazo para vosotros

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