jueves, 28 de mayo de 2020

Marginados


Los marginados solo queremos poder revivir sensaciones que nos hicieron saber que estábamos vivos.

Corren malos tiempos, malos tiempos para la sociedad que primero ha tenido que enfrentar una crisis nunca imaginada y que tendrá que padecer las consecuencias de esta; malos tiempos para la verdad, que unos buscan y buscan esperando que sea la solución para abatir a ese virus, a veces dando palos de ciego, pues ciegos están, con el agravante de los que se empecinan en embarrarla, que si echan falsedades sin pudor, que si tiran de datos inventados, sin otro fin que su propio beneficio. Malos tiempos para todo y por supuesto para el toreo, que está siendo un fiel reflejo de lo que nos está pasando. Pero lo malo no es solo eso, que ya bastante malo es, sino que hay un afán constante y creciente para marginar a todo aquel que no está conmigo. El conmigo o contra mí está viviendo sus días de mayor gloria, para tormento de los simples mortales.

Si empezamos desde lo general, transitando a lo particular, y visto lo que se dice y se lee, el toreo parece que está condenado, incomprensiblemente, por parte del gobierno de la nación. Marginación que niega en algún medio el ministro de Cultura. Está bien, si no es así, ¿por qué no se explica con absoluta claridad para que todo el mundo se entere? ¿Qué problema hay en decir quiénes sí y quiénes no y en qué condiciones van a llegar las ayudas que se anuncian y que parece que están llegando a trabajadores de otros sectores? Que el dar esta que sería una buena noticia, no tiene que ser muy complicado. Que tampoco hay que acomplejarse por auxiliar a ciudadanos a los que les ha caído un problemón sin comerlo, ni beberlo. Y si estas explicaciones no se dan por no ofender o no encender a ciertos sectores de la sociedad, o grupos políticos, que no ven con buenos ojos esto de los toros, pues entonces no solo tenemos un problema más, sino que se crea una circunstancia en la que la incertidumbre está servida sobre un campo sembrado de interpretaciones sesgadas y malintencionadas en beneficio de otros intereses completamente ajenos a los toros. Dirán que nos estamos liando; y de qué manera. Así, ¿cómo nos podemos sentir los aficionados a la tauromaquia? ¿Marginados? Pues quizá sí y con razón.

Y aquí podría acabar el relato y todos tan amigos, pero claro, quizá, involuntariamente, estaría marginando a muchos aficionados que tampoco se sienten cómodos con ciertas actitudes y ciertas campañas que han partido del mundo del toro y más concretamente de los taurinos que desde hace ya demasiado tiempo están manejando todo lo que tiene que ver con el toro. Que no creo que haya que recordar recientes acontecimientos, pero la verdad es que resultan chocantes ciertas posturas y por quiénes son protagonizadas. Ahora resulta que hay que estar a pie firme al lado de quiénes, utilizando su propia terminología, han censurado a compañeros, ganaderías, públicos, plazas, aficiones, medios. Que han manifestado sin pudor alguno que a aquellos que no tragaban y no cantaban con entusiasmo sus supuestas hazañas había que expulsarlos de la fiesta, e incluso, un reconocido nieto se atrevió a desear en público que se pusiera una bomba en cierta plaza. Ahora, arropados de ese victimismo tan falso como ofensivo, nos quieren hacer olvidar no solo su pasividad al contemplar la desaparición de hierros históricos, sino su activa participación en ello. Quieren que ignoremos ese desprecio al afirmar que tal o cuál ganadería no la matan, porque ya no están para eso. Que no es ser rencoroso, eso jamás, pero tontos, tontos del todo, tampoco.

Estas víctimas que ahora se quieren convertir en abanderados de los humildes son los mismos que unas veces se olvidaron de sus compañeros más modestos, los que menos toreaban, y otras directamente pidieron que se les apartara del cartel para ponerse ellos o que se les sustituyera por un torero que no les molestara para alternar con ellos. Estos son los que se pasan por el forro eso del “respetable” y el “distinguido público” encarándose con él arrogante y chulescamente, los que sin ocultar su incapacidad invitan a los de los tendidos a bajar al ruedo, los que se permiten recomendar el uso de un megáfono, los que generan los bailes de corrales, los que quieren echar abajo todo fundamento del toreo para mayor comodidad suya y para que no se les vean las costuras de su escasa torería y nula afición. Y pobre de ti como no olvides todo esto y no te hinques a sus pies. No sé cómo va a acabar todo esto. La sensación es que los cambios van a ser pronunciados y si algunos ya pensamos que nuestra fiesta se acabó hace tiempo, ahora da la sensación de que los que ya eran los dueños se van a fortalecer aún más, que los factores ajenos a la fiesta pueden quizá estar más presentes que nunca y que no habrá sitio ni para los disconformes, los críticos, los sin clasificar y todo aquel que no trague con los dictados del poder y las presiones de las masas, por mucho que nos pese y por muy necesarios que algunos creamos que son, irremediablemente solo tendrán una opción, lamentablemente, quedar marginados.

Enlace programas tendido de Sol del 17 y 24 de mayo de 2020:
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https://www.ivoox.com/tendido-sol-del-24-mayo-de-audios-mp3_rf_51369005_1.html

Enlace programa Especial Joselito, 16 de mayo de 1920:
https://www.ivoox.com/tendido-sol-especial-16-mayo-1920-audios-mp3_rf_51081461_1.html

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