lunes, 24 de enero de 2022

Poco se afeita para lo que hace falta

El afeitado no es solo emplear el serrucho, hay otra forma de hacerlo, es legal y no podemos esperar que los taurinos lo ilegalicen. Es su coartada.

Desde siempre se ha hablado del afeitado, del enfado, indignación que genera en unos, los aficionados, y de las excusas que ponen otros para justificarlo y ya hasta para casi defenderlo; no tanto en su versión de barbero que sierra la dignidad del toro vilmente, para después enmascarar con ruin maestría la fechoría. Que dicen unos que es para matar un poco el picante, pero que según parece, ese picante son cuatro dedos. Y la otra versión, generalizada y a la vista de todo el que se pase por el campo, que es el enfundado. Y diría que es algo hasta aceptado, pues hasta los que se consideran aficionados rigurosos y exigentes lo aplauden, que si no, los ganaderos pierden mucho dinero y eso no se lo pueden permitir. Si hasta en esas visitas de carricoche y foto a tutiplén se fotografían esas fundas con un toro detrás y luego las enseñamos ufanos, llenos de orgullo, para que se vea lo que hace mi súper cámara con un objetivo 50/200 con autofocus, automática, con sensor autodisparo que siempre te saca guapo y autofotógrafo, que ya no hace falta ni el fulano guiñando el ojito.

Que ya digo que ya no solo se enfrascan en justificar la tropelía, sino que nos lo quieren presentar como algo imprescindible que garantice la “integridad” del toro y en consecuencia, de la fiesta. Que uno escucha, hasta dónde su capacidad estomacal lo permita, a don Justo Hernández y lo que no entendemos es cómo no se publica la obligación de afeitar o enfundar a los toros antes de mandarlos a las plazas en el BOE, en los boletines de las Comunidades Autónomas, en los de los ayuntamientos y en los libros de actas de las comunidades de vecinos. Que nos cuenta el celebérrimo ganadero que lo del afeitado, eso de los análisis post morten, lo mismo de vísceras que de pitones, no es nada fiable, que a él mismo le sancionaron un toro por afeitado y resulta que solo era que no había dejado el pitón limpio de las fundas que él mismo puso y quitó. ¿Cabe mayor injusticia? Pero claro, no se le sancionó por el enfundado, práctica que él mismo reconoce, y con orgullo, pues nos garantiza a todos la integridad de los pitones, sino por un afeitado que él niega, ¡faltaría más!

Hombre, si nos ponemos exquisitos a más no poder, es verdad y tiene toda la razón quién quiera afirmar esto, que los pitones no se mutilan al ser enfundados. Supuestamente, siempre supuestamente, no se les resta ni una uña al pitón. Pero eso sí, no me negarán que lo que se mutila, entre otras cosas, son las sensaciones del toro, las medidas, el tacto. ¿O tampoco? Que es como si al lado del armario de las galletas ponemos un escalón al que se sube su hijo para alcanzar la caja y “jincharse” a tostarricas a escondidas y de repente, sin previo aviso, se lo quitamos y entonces, ni galletas, ni tostarricas, ni nada de nada. Pues eso, al toro le quitamos el escalón, perdón, la funda, con esos cuatro dedos que prolongan el pitón y en la plaza, cuando cree que llega a dónde quiere llegar, ni galletas, ni tostarricas, ni nada de nada. Eso sí, el señor Hernández, don Justo, como el señor Ymbro, don Fuente, el inventor, pueden pasearse huecos de orgullo por tertulias, teles y por dónde les salga de sus reales, afirmando que no han afeitado a sus toros. ¿Y qué se puede hacer ante esto? Pues como mucho, ya en un exceso de atrevimiento, intentar ponerles la cara colorada, pero… no pierdan ni tiempo, ni energías, ni categoría, porque no lo van a conseguir. Es más, lo más probable es que tengan que aguantar el chaparrón de impertinencias y exabruptos de estos y de otros caballeros que consideran que esto, lo de los toros, es su exclusivo negociado y en el que nadie tiene derecho a meterse. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Que esto es suyo para ellos y punto, que nadie sabe más de esto que ellos; que saben hasta de los gustos que los que pagamos podemos y debemos tener. ¿Quién es usted para que le gusten y exija toros íntegros? A usted le va a apetecer ver lo que yo le diga y hala, pásese por taquilla, pague religiosamente, a la entrada agénciese su yintonic y ya no abra el pico si no es para jalear la vulgaridad y el fraude que con tanto salero nos cuelan estos caballeros… y otros caballeros. Y siempre encontrarán a esos aficionados de pro, rebosantes de sabiduría y rigor que siempre se pondrán comprensivos porque cuesta mucho criar un toro, que si se inutiliza las pérdidas pueden conllevar la ruina total y absoluta y que no dudarán, subidos en el carricoche, mostrar su arte fotográfico con su súper cámara con un objetivo 50/200 con autofocus, automática, con sensor autodisparo que siempre te saca guapo y autofotógrafo, que ya no hace falta ni el fulano guiñando el ojito. Y es que, visto lo visto y escuchado lo escuchado, no me negarán que poco se afeita para lo que hace falta.

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

 

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