sábado, 6 de febrero de 2010

La afición de Madrid




Multitud de blogs se han hecho eco de la desaparición de Salva, Salvador Valverde, una de las voces más reconocibles de la plaza de Madrid. Tanto él, como sus compañeros de localidad, como sus compañeros de afición y sentimiento, han sido insultados, recriminados y hasta en ocasiones atacados, por negarse a tomarse los toros como una “diversión” Diversión es el tío vivo. Pero lo que Salva era, sin dudarlo, era parte de la afición de Madrid, a la que se ataca sin ningún pudor, a la que se pone en entredicho con toda la facilidad del mundo, pero a la que se echa mano sin dudarlo, cuando se quiere contrastar la categoría de cualquier torero, ganadero o vendedor de fantas que haya triunfado en Las Ventas. Entonces sí que tiramos de eso tan sobado de que “es la primera plaza del mundo”, aunque a veces cueste reconocerla como tal.

Según el vulgo del taurinismo, en Madrid se piden búfalos repletos de carne en lugar de toros, no se saben ver las grandes faenas “para el aficionao” de las figuras de nuestro tiempo y se pretende que se toree de una forma que no tiene mérito y de la que además tenemos que hacernos a la idea de que eso “se ha acabao”.

Que raros somos los de Madrid ¿no? Pues es verdad, somos muy raros, pero no por esas cosas de las que nos acusan los taurinos (permítanme incluirme dentro de la afición de Madrid). ¿Cuál es problema del público de las Ventas? Pues muy sencillo, la información o mejor dicho, la memoria. No discutiré si somos listos o tontos, pero de lo que no hay duda es de que tenemos memoria. Y me explico. La afición de Madrid tiene varios vicios encerrados en uno, su afición a todo lo que tenga que ver con el toro. Acude con regularidad a la plaza y entre San Isidro, Otoño, Verano y domingos y festivos varios, puede que se vea entre treinta y cuarenta, o más festejos por año. Así año tras año, temporada tras temporada y lo mismo se acuerda para lo bueno, como para lo malo. Y además es capaz de relacionar situaciones que se repiten. Un torero o una ganadería pueden tener un mal año, dos o incluso tres, pero si el “mal año” se convierte en la tendencia habitual, el público de Madrid se enfada. Hay algunos profesionales, matadores, ganaderos y hasta periodistas, que no entienden la predisposición en contra del público venteño. Y no entienden esta actitud porque analizan los hechos de forma aislada. Pero este gran elefante que es Madrid, no olvida; pero que no se entienda como rencor, simplemente que no quieren seguir aburriéndose otra tarde más. Es verdad que hay días que ya van cabreados a los toros, pero díganme si es con razón o sin ella. Cuando se exponían los toros en el Batán, se acercaban varias veces para ver lo que se les venía encima y ya podían asegurar que tal o cual corrida para tal o cual “figura” no iba a pasar el reconocimiento. Perenganito, Zutanito y el Niño el Pico se anunciaban con toros de Fulanito Flores, como los años anteriores. Y casualmente, como ocurrió en la última década, el ganado no es aprobado. Después se presenta en el apartado de los toros y ve que los suplentes que tanto ha costado reunir, pues que tampoco son nada del otro jueves. Llega la hora de la corrida y sale la infamia que nunca debió salir por la puerta de chiqueros. Algo contrariados, comienza su repertorio de protestas y en estas que el toro rueda por la arena. ¿Qué pasa entonces? Pues que se lía la marimorena. Y entonces ese figurón que se ha tirado años haciendo el ridículo en la plaza de Madrid dice aquello de: “Así es que no se puede” o eso de “aquí nunca sabes lo que vas a matar”. Y otro año más pasa el trago de Madrid y a seguir con su circuito de los “Coros y Danzas”.

Pero al contrario de lo que se cree, Madrid es la plaza más fácil del mundo. Que se me corrija si me equivoco, pero es el único sitio en el que el público se entrega sólo con ver que el matador intenta hacer las cosas como Dios manda. Con querer hacerlo nos vale. ¿Existe mayor facilidad? Eso sí, si la afición de Madrid percibe mínimamente que la quieren engañar, ¡ay amigo! Eso sí que no. Y por engaño se entiende que el toro no sea toro, que se arrastre como un despojo por el ruedo, que el torero base su tarea en la mentira y el ventajismo o que nos quieran meter gato por liebre.

Yo no digo que la afición de Madrid sea la más exigente, la más sabia, la más torista o la más analítica, eso que lo digan otros, pero lo que sí tiene claro Madrid es lo que le gusta y lo que quiere ver. Otra cosa es que unos o no lo entiendan o no lo quieran entender y se empeñen en hacer comulgar a toda una plaza con ruedas de molino. Esos que en multitud de ocasiones entraron de lleno en el mundo de los toros y que se subieron al éxito con el respaldo de esta plaza y que una vez que creen tener la carrera asegurada, reniegan de los que una tarde se le entregaron. Entonces empiezan los engaños, las medias verdades, el medio toro y entonces es cuando resuenan en los tendidos voces como: “¿A quién defiende la autoridad? No sé si se volverá a oír esta pregunta en la plaza de Madrid. Lo que sí estoy seguro es de que cambiará la persona que haga la pregunta. Y seguro que el creador de esta sentencia se sentirá orgulloso de tener continuador en la plaza de Madrid, y de que cualquier clavelero le llame ignorante o le mande callar para no molestar al maestro. Yo no conocí en persona a Salva, pero le oí muchas tardes y nunca estuve tentado de responderle, porque estaba seguro de que sabía muy bien a quién defendía la autoridad. D.E.P.

10 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Ciertamente Enrique, resulta sencillo saber a quién defiende "la autoridá" cuando de domingo a domingo se ve que las cosas están subidas en un tobogán y no tienen forma de ser frenadas.

Para muchos, la ausencia de Salva, por desgracia ya definitiva, será un alivio, pero para otros -que piensan como tu o como yo-, será un retroceso, porque cada vez habrá menos interesados en cantar las cuarenta a esa "autoridá" que, pretende convertir a esta fiesta en una mera diversión, en un juego de saltimbanquis.

Lo que no debemos permitir, es que el legado de Salva se pierda, todos, desde nuestra particular trinchera, debemos convertirnos en el eco de la voz de Salvador Valverde y recordarle a esa "autoridá" que es a nosotros, los que pagamos nuestra entrada, a los que nos tiene que responder y defender y a nadie más, aunque no esté Salva allí para hacerlo por todos nosotros.

Mi enhorabuena por la reflexión y mis saludos desde Aguascalientes, México.

Antonio Díaz dijo...

Has dicho una cosa que es una verdad como la copa de un pino, pero que muchos no quieren ver o entender. La plaza de Madrid puede ser la más fácil del mundo siempre que el matador venga dispuesto. Aquí no se exigen dos mil muletazos, cinco series de naturales ni nada de eso. Con venir con disposición, respeto y ganas es suficiente para agradar al aficionado.

Yo tampoco conocí a Salva, pero deja un legado del que estará orgulloso allá donde esté.

Saludos

Enrique Martín dijo...

Antonio:

Pues me gustaría que todos esos del los dos mil muletazos leyeran yu comentario, a ver si de una vez se enteran y nos dejan de aburrir con trapazo tras trapazo.

Un saludo y muchas gracias

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Como tú dices, desgraciadamente Salva ya no estará para poner en un compromiso a la "autoridá", pero es cierto que el resto debemos asumir el compromiso de seguir haciendo esta pregunta. Y aunque todos sabemos la respuesta, debemos exigir que nos la respondan, o que lo intenten al menos. Por lo que veo en la "blogosfera", que palabra más rara y poco taurina, somos muchos los que estamos dispuestos a mantenernos frente a las vergüenzas de nuestra fiesta.
Un saludo desde España para Aguascalientes y todo México.

Unknown dijo...

Bordao!!!
Me encanta la entrada D.Enrique.
Cuanta verdad hay en sus palabras!

Enrique Martín dijo...

Iván:
Muchas gracias por tu comentario. En este como en todos lo que intento es que mande la sinceridad.

Un saludo

entradas jose tomas santander dijo...

Toda la razón, la afición de Madrid es así, como la has descrito. Por otra parte, D.E.P. Salvador.

Enrique Martín dijo...

Alejandro:
Por unj error se me ha borrado el comentario que me enviaste: Me gustaría que si es posible me lo volvieras a enviar, pero que sepas que de ésto, donde más se aprende es en familia, sobre todo si todo el saber viene de un buen maestro y estoy seguro de que aunque habrá quien te enseñe bien, estos habrán aprendido de otro que sabría mucho más. ¿verdad?

Manolo Troya dijo...

Enrique simplemente gracias,por tu sensibilidad y tu gran afición.

Saludos.

Enrique Martín dijo...

Manolo:
Muchas gracias, esa afición es la que los buenos maestros me alimentáis.
Un abrazo