lunes, 29 de marzo de 2010

Con las ganas que teníamos


Nos hemos tenido que volver para casa con las orejas gachas. No quiero pecar de adivino de pacotilla y repetir eso de “ya lo decía yo”, pero es que ya hemos visto alguna que otra vez como se estrella a un torero contra un ganado infame. Y el ganado infame hoy ha sido el de San Miguel, que más bien parecía 0’0, sin alcohol, sin calorías, sin fuerzas, sin casta y sin na’ de na’ y de tapa los dos Carriquiris que se apuntaron sin desentonar a la decepción generalizada.

Muchos íbamos a la plaza para ver a Curro Díaz, para que negarlo. Un torero que cuando torea lo hace de verdad y que después de sus últimas lecciones nos había alimentado aún más la ilusión por verle. Pero es que no ha habido lugar para nada. Se ha venido a Madrid desde Linares para matar a dos animalitos y marcharse con la sensación de no haber podido decir ni esta boca es mía. Te anuncian para cantar en el Real, te presentan como el principal atractivo de la ópera y cuando te dispones a entonar el “Nessum Dorma” te das cuenta de que no han llegado los violines, ni el viento, ni el director y que los que hay allí sentados son figurantes de la orquesta. Entonces ni ópera, ni Verdi, ni nada.

Tampoco disgustaba la inclusión de Leandro y Morenito de Aranda. Pero tampoco. El vallisoletano fue el único que instrumentó algún pase limpio, pero no toreó, eso es otra cosa. Otra cosa distinta de ese toreo distante y tirando líneas de Leandro, más próximo a la modernidad imperante que al clasicismo contundente. Y si no sólo hay que pararse a pensar la cantidad de muletazos que soportaron sus dos novillotes, que no tenían ni medio gramo de fuerza. Estos, como toda la corrida, no habrían aguantado ni un muletazo si el espada les hubiera sometido mínimamente.

El tercero de la terna, Morenito de Aranda, un torero con buenos conceptos, que en la mayoría de los casos intenta ajustarse a la verdad, pero que ayer le cambiaron la tila por un café muy cargado. Estuvo toda la tarde demasiado acelerado, olvidando algo tan necesario como el temple, sobre todo cuando tienes delante unos inválidos sin fuerzas como los que fueron soltando por los toriles. Pero tampoco le reprocho este aceleramiento, que puede que venga motivado simplemente por el afán de aprovechar cualquier oportunidad que se le presente y poder seguir tirando para adelante, sobre todo si tenemos en cuenta que no acaba de estar en ese circo del cambio de cromos de las empresas poderosas. Lo cual no quiere decir que no deba redimirse y atemperar sus ánimos, al menos en la cara del toro. Como en otras tardes, nos regaló algunas verónicas de mérito, quedándose quieto y jugando bien los brazos y ofreciendo el capote al toro perpendicular, dejándole meter bien la cabeza en la tela.

Y poco más hay de una tarde en la que algunos nos pudimos quejar por no considerar suficiente el “esfuerzo” de la empresa para confeccionar los carteles de San Isidro, en los que aparte de ausencias y presencias, también se echa de menos que a algunos se les obligue a venir más tardes, con otras combinaciones ganaderas y con enfrentamientos directos entre unos y otros. Pero igual que en el paseíllo el alguacillillo quería tirar para un lado y el caballo para otro, la afición quiere que esto vaya por aquí y los taurinos van por allí. Eso sí, y aviso, yo no iré a ver al señor Luque despachar seis toros él solito. Para matar seis toros hay que tener un repertorio largo, una cabeza en la que entren muchos toros, aunque esta expresión no me guste nada, y además hay que tener atractivo para la afición; y el señor Luque de momento no lo tiene, al menos para mi, que no me llenan esos pasimisí pasimisá, sin toreo de enjundia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El ganado fue ganado moderno, descastado, mal presentado, cada uno de su padre y de su madre, medio inválido, o sea, ganado moderno, una mierda, de acuerdo, pero los toreros tampoco estuvieron a la altura de la plaza que da y quita. Me explico.
6 toros, 12 ¿varas? que podían significar 12 quites y si ordenasen a los picadores que picasen en el sitio y midiesen el castigo, podían haber sido algunos más ¿no? ¿cuántos hubo? ¡ni uno para muestra!
A cualquier toro hay que matarle bien ¿alguna estocada buena? ¡tampoco ni muestra!. No me sirve decir que no saben, que me lo creo, pero por lo menos entrar con ganas, se puede siempre.
Y ahora particularizo.
Curro Díaz: Su primer toro se acabó en la primera vara ¿por qué consintió tamaña masacre?. Empezó la faena con unos doblones ¿eran necesarios o quería acabar ya con lo poco que quedaba del toro o es que no sabe otra cosa?, eso queda muy bonito (y es necesario con TOROS), pero ¿ayer?. A su inválido segundo se le podía matar bien y, por lo menos descabellar, ¡ni lo uno ni lo otro!
Leandro: Su primero un toro colaborador de los que gustan a la torería actual: sin casta, noble hasta decir basta y sin saber para qué son los cuernos. Con la derecha, para mí, aseado y con cierto gusto pero al hilo del pitón, poco profundo y repetitivo y ¿con la izquierda? ¡no quiso verlo! Sólo el inicio de una tanda ventajista ¿por qué? ¡él sabrá!. Con su segundo, un bobo, sin peligro alguno con el que ni se centró, ni tuvo ambiciones, se limitó a dar pases al aire del toro y, con la espada como siempre y, con el descabello, un mitin.
Morenito: en el primero, otro que como se dice ahora se dejaba, aseado en las verónicas de recibo sacándole a los medios y ¡ahí se acabó todo!, con la muleta ni me acuerdo y bajonazo para terminar y, con el segundo, algo descompuesto (¡hay que picar delante!) estuvo pajareando todo el tiempo y con unas precauciones que no era para tanto y, para no desmerecer con la estocada anterior, más baja aún.
Lo dicho, el ganado una mierda, pero los toreros, si siguen así, poco futuro les veo.
Y ¡paciencia! que esto no ha hecho más que empezar y queda mucho y no digamos cuando venga el abono cautivo.
¡¡¡FUERA TAUROMIERDA Y SU COMPLICE EL CUENTO DE ARRGLOS TAURINOS!!!
¡¡¡PERO FUERA,YA!!!
Lupimon

Enrique Martín dijo...

En esto de los toros ya hay escuelas de pegapases, escuelas de ganaderos, de aficionados, del que venden coco colas, pero de picar ni hablar. Coincido en que no se puede picar en mitad del lomo.

Anónimo dijo...

Cuanta razón, Don Enrique!!
Y todos aprendiendo, cada uno en su escuela...qué pena de borregada

Precioso su blog
Enhorabuena

Enrique Martín dijo...

Anónimo: Muchas gracias por su comentario y por su apoyo.