jueves, 11 de marzo de 2010

Enrique Ponce, torero de otra galaxia


Foto: Tania Castro (El País)
Me atrevo a hacer esta afirmación con el absoluto convencimiento de que es verdad. Para mi Enrique Ponce ahora mismo es un torero que está en otro mundo y si no, sólo hay que leer las manifestaciones con que de vez en cuando nos deleita, mostrando hasta donde llega su magisterio. Según él, uno de los toreros más valorados de los últimos años, la fiesta se encuentra actualmente en uno de los mejores momentos de su historia reciente, menos reciente y muy, muy poco reciente, vamos la lejana, lejana. Ahora se torea mejor que nunca, siendo él una muestra evidente y en lo que no le cabe ninguna duda, los toros son más bravos y encastados que nunca, lo que también puede experimentar él en su persona; pero esta dulce situación tiene un inconveniente, esos aficionados que se creen que todo lo saben, pero que ignoran lo difícil que es estar delante de un toro y pegarle entre doscientos y trescientos muletazos, casi todos con la derecha, en unos quince o veinte minutos.

Pues por esto creo fervientemente que Enrique Ponce es un torero de otra galaxia, y si no, lo que nadie me va a contradecir, incluidos sus más leales corifeos, es que este señor vive en otro mundo. No voy a dudar de su capacidad de discernimiento, ni de su honestidad, pero un poco alejado de la realidad de esta galaxia y de otro mundo si que vive. En lo que el torero de Játiva ve virtud, otros ven mentira, engaño o simplemente trampa. Además, cuando hace estas afirmaciones está despreciando toda la tauromaquia clásica que a lo largo de los años ha ido evolucionando para conseguir un espectáculo más estético, construido a partir del fundamento del dominio del toro, sometiendo su bravura, su fiereza y acometividad. Pero siempre pensando en que el toro pudiera demostrar todo esto a lo largo de su lidia.

El toro hoy en día sólo muestra este empuje durante las primeras carreras por el ruedo, no siendo capaz de acometer al caballo como se espera que lo haga un toro bravo, motivo por el cual la suerte de varas se ha convertido en algo meramente simbólico, cuando no esperpéntico. Consecuencia de esto es que los añorados quites hayan quedado prácticamente desterrados de la corrida de toros actual. Y si el primer tercio es ya algo testimonial, las banderillas son un mero trámite con saltos y carreras, que casi ha perdido su función de ver como se ha quedado el toro para la muleta. Pero aquí viene el plato fuerte, la muleta. Hemos pasado de que sea una labor de poder, dominar y preparar al toro para la suerte suprema, a una tarea, a la que reconozco su dificultad, de conseguir que el toro no se derrumbe a los pies del “toreador”, mientras este gira una y otra vez sobre si mismo con un trapo en la mano, sin tener en cuenta si el animal lo sigue o si lo busca queriéndolo coger; ojo a la diferencia entre estos dos términos.

En contra de lo establecido en tauromaquias de antaño, hoy en día el momento culminante no es cuando el matador monta la espada y se va tras ella buscando el morrillo del toro, en la actualidad, de lo que se trata es de conseguir el indulto. El premio más deseado para un ganadero, en el que el mérito se ha trasladado al “toreador”. Tanto es así, que tengo mis dudas de que tanto toro indultado acabe con las vacas, como parecería lógico en estos mundos de Dios. Pero en esas galaxias en las que vive el taurinismo imperante y sus apóstoles de las medias rosas, eso da igual. Perdón, no da igual, porque el toro indultado debe aguantar el tipo y recuperarse de sus heridas, al menos el tiempo en que las diferentes televisiones le visiten en el campo para hacer esos estupendos reportajes titulados: “La vuelta a la dehesa” “El descanso del guerrero” o “El maestro tal le regaló la vida”.

Si nos paramos un segundo, podemos darnos cuenta de que en la corrida de toros actual, entre figuras, taurinos y otras gentes, nos hurtan más de las dos terceras partes de lo que es la tauromaquia clásica. No vemos al toro, no vemos la suerte de varas y las banderillas se han convertido en una muestra de poderío atlético, muy alejada de lo que debería ser.

Yo no sé cual de las dos opciones es mejor, o si lo sé, pero viendo tales demostraciones de euforia y de triunfalismo, llego a dudar de que lo que a mi me gusta sea lo que debe ser la fiesta. Aunque hay un dato objetivo que nadie me puede discutir. En el modelo galáctico y de otros mundos, si no hay bocata, bota, ni banda de música, la gente se aburre soberanamente, incluso llegando a dormirse en los tendidos. Y en el modelo terrenal, el de siempre, aparte de resultar impensable eso de la siesta en el tendido, no hay cristiano al que le siente bien el bocadillo entre los sobresaltos que provoca el toro bravo en el ruedo.

Otro día pasaremos a analizar esa forma de torear tan elegante, tan pinturera, tan despegada, tan falta de emoción y tan aburrida de los mandones del toreo actual. Yo sé que hay muchos que pretenden desmitificar el toreo de hace unos años, y para ello no dudan en echar mano de vídeos, fotos y lo que les venga bien para reforzar sus argumentos. Yo no voy a llegar a tanto, con mis recuerdos tengo más que suficiente. Y para el que quiera meditar sobre cómo es ese toreo de otros mundos y de otras galaxias, sólo hay que echar un vistazo a la foto en la que toro y torero se ponen de rodillas. ¿Será una muestra de respeto?

19 comentarios:

Oscar dijo...

Totalmente de acuerdo... solo un comentario:

Donde dice: "Tanto es así, que tengo mis dudas de que tanto toro indultado acabe con las vacas, como parecería lógico en estos mundos de Dios".

Yo diría que viendo qué tipo de toros se indultan y viendo lo que sale por toriles tarde tras tarde, mucho que temos que, por desgracia, esos toros indultados SI acaban padreando.

Enrique Martín dijo...

La verdad es que es una reflexión muy atinada, pero es que me cuesta tanto creer que los ganaderos anden tan despistados. Quizás peco de ingenuo, aunque como bien dices, viendo lo que nos echan, para qué más.

eltorodelajota dijo...

Enrique Martín, has definido perfectamente lo que es el Poncismo. Antes lo comentaba en el blog de Agustín Hervás.

A mi uno de los engaños que más me molesta del poncismo es la forma de "torear" al natural. Cuando de ciento en viento le da por coger la muleta con la mano izquierda, siempre echa el pico de la muleta perfilera al morrillo del toro para embarcarlo en el muletazo. Nunca se pone de verdad.

Xavier González Fisher dijo...

"...nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira..."

Y visto desde "su galaxia", todo ha de ser así bueno, buenísimo... "La vida en rosa", en suma.

Mas sin embargo, no todos vivimos en su rosado planeta. No todos somos sus escribas de cámara. No todos compartimos su manera de ver y de vivir un arte que en sus manos cada vez se convierte más en vulgar trampa, refinada y estética, pero trampa al fin.

El toreo está en constante evolución, pero, mientras el toro no sea fiero y de la sensación de que pueda coger al torero y el fin de la lidia no sea la muerte del toro, lo que se haga en la plaza será cualquier cosa, menos toreo.

Quizás lo de Ponce y su "procuración" de indultos, sea su próxima asociación a la "cruzada" del nefasto "Don Bull" y en realidad vaya a Las Vegas, a "torear corridas incruentas", "sin sangre y sin muerte", que tal parece que "es lo que le gusta".

Saludos desde Aguascalientes, México.

Xavier González Fisher dijo...

Post - Scriptum: Creo que a propósito de mi comentario anterior, viene a cuento el artículo de Leonardo Páez que se localiza en esta liga:

http://www.jornada.unam.mx/2009/02/15/index.php?section=opinion&article=a11o1dep

Saludos de nuevo.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Con la misma elegancia y finura que el señor Ponce, dices las verdades claras y sin que nadie pueda ofenderse por lo respetuoso que eres, lo que no quiere decir que si se es torero de verdad, no puedan afectarle a su amor propio. Y es que tienes más razón que un santo, la mentira, la vistas como la vistas, no deja de ser mentira. Muchos saludos para Aguascalientes y todo México.

Enrique Martín dijo...

Toro de la Jota:
Es que, como bien dices, lo del natural y Ponce es como la nieve y el calor, no casan.

Antonio Díaz dijo...

Vaya Enrique, has escogido mal día para hablar de galácticos. Aún algunos estamos con la sutura de los puntos de la cornada que nos dieron los franceses muy reciente. Totalmente de acuerdo con lo que se habla aquí de Ponce. Respecto al pequeño debate que se ha abierto sobre los toros indultados, tengo que decir que los ganaderos no son nada tontos, más bien al contrario, y estoy seguro de que son pocos los que padrean. Una cosa es que se aprovechen de las ventajas publicitarias del indulto,y otra muy diferente lo que hagan en su finca a puerta cerrada.


Saludos

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Aunque yo no siento los mismos colores que tú, nunca quise hacer sangre del hecho que me refieres. Bastante tengo yo con preocuparme de los míos que te dan una alegría entre catorce disgustos. En cuanto a lo de los indultos, aunque no puedo poner la mano en el fuego, en una ocasión me comentaron que esyos indultados suelen ser vendidos por sus propietarios. Quizás no sea verdad, pero el que pueda pensarse en esta posibilidad, ya dice bastante, porque si el toro ha pasado el examen de la lidia y ha demostrado que es bravo, no hay dinero que merezca su venta.

Anónimo dijo...

Enrique Ponce,torero de otra galaxia e felizmente desta tambem.
Ele é a simbiose entre a arte e o saber.
Deu-me faenas inolvidadeis que existem na memória colectiva que tenho de Caminho, Paquirri, Antonio Ordonhez,Dominguim,Pepe Luis Vasquez,Rafael Ortega,Arrusa, Manolo dos Santos e tantos outros que ninguem poderá fazer esquecer!

Enrique Martín dijo...

Fialho Barata:
Me encanta poder dar la bienvenida a un aficionado de Portugal, con el que me siento muy próximo en muchas cosas. Respeto muchísimo tu opinión, aunque personalmente no puedo sentir lo mismo por Enrique Ponce. En sus comienzos fue para mi una esperanza con muchísimos valores, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en una enorme decepción y se ha ido alejando cada vez más de mi idea del toreo. Espero poder contar con tu valiosa opinión en nuevas oportunidades, en unas coincideremos y en otras no, pero siempre nos pondrá de acuerdo esta pasión de las "touradas" o corridas de toros. Un saludo

Oscar dijo...

La verdad es que no pretendía abrir debates, mi comentario trataba de ser irónico.

El debate de los indultos es mucho más profundo.

Quizás lo primero que habría que explicar a mucha gente es que el indulto de un toro o un novillo NO ES un premio. El premio es la vuelta al ruedo del toro.

El indulto (el de verdad, el del toro bravo) es, en buena medida, la constatación de un fracaso del ganadero, que permite que un semental sea embarcado y lidiado, y en segundo lugar una última oportunidad de subsanar el error y conservar el legado genético del animal.

El problema de los indultos, como apunta Antonio Díaz, es que se trata de una figura que ha entrado en la vorágine circense que tanto mal le está haciendo a nuestra amada fiesta.

Creo haber leído en algún lugar que Mihura envió un toro suyo indultado al matadero, con el argumento de que a él nadie le decía como seleccionar sus reproductores.

Hoy día se engaña al público festivalero que puebla los tendidos y se presiona a presidentes poco preparados para que indulten auténticos mansos, con fines publicitarios. Una auténtica pena.

Enrique Martín dijo...

Ningún debate es malo si sirve para que todos nos podamos explicar. Creo que tu comentario era tan claro, como atinado. Siempre hay matices, pero si nos paramos un poco a pensar, casi todos, los aficionados, vamos por un camino muy parecido, que es lo suficientemente ancho como para que entren diferentes puntos de vista.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en casi todo. Y valoro y respeto la forma en que te expresas con claridad y educación. Ponce ha toreado muy bien. Ahora ya no, pero antes si. Y también creo que el nivel de maestros hoy en día es grandísimo. Podemos disfrutar de mucho arte y de muy diferentes estilos. Juli, Manzanares, Talavante, José Tomás, el Cid, Jiménez, Castella, Luque, Morante, Perera, etc. Pero falta toro, soy de Zaragoza y voy año tras año a la Misericordia a ver como se rajan y mansean uno tras otro el 90% de los animales. Mi padre siempre me dice que los iba a hartar de correr en las dehesas. Tan fácil no puede ser, no !?
Diego de Zaragoza.

Enrique Martín dijo...

Diego:
La falta de toro es evidente y si éste saliera al ruedo asiduamente, otro gallo nos cantaría. Pero yo particularmente también culpo a los toreros de este desastre ganadero, pues algunos, como el caso de Ponce, han metido la mano en algunas ganaderías y no han parado hasta destrozarlas. Son estas mismas figuras las que exigen un tipo determinado de toro, que no se parece a un toro, y los huyen y desprecian al toro toro.
Un saludo

EMILIO ROLDÁN HERNÁNDEZ dijo...

Otro vez te brindo unos aplausos. Creo que Ponce y el espectador clavelista que se acerca por la plaza venteña en la feria a homenajear a este circo, casan muy bien.
Un saludo y siento por darte tanto el coñazo comentándote cada entrada. Gracias por tu trabajo.

Enrique Martín dijo...

Emilio:
Hay algo que muchos saben y es que hubo un día en que Ponce era mi torero. Desde novillero, cada año se le veía ir progresando, hasta que llegó un momento en que dejó de lado el toreo fundamental y todo lo basaba en detallitos. Luego ya ni eso y aparte un manso al que pudo muy bien, luego nada más y nunca jamás.
De coñazo nada, la verdad es que me impresionas comprobando que eres capaz de irte leyendo tantas entradas pasadas. Eso sí que es trabajo. Pero ya imaginarás, que a cada comentario intentaré darte una respuesta y mi agradecimiento.
Un saludo

EMILIO ROLDÁN HERNÁNDEZ dijo...

Gracias Enrique.
He pasado mucho tiempo leyendo reseñas y artículos que distaban mucho de mi opinión y pensamientos acerca de este mundo y sus desmanes actuales. Y encontré el blog de mi amigo Luis el de "Torosenpuntas" y posteriormente el tuyo y estoy disfrutando como un niño chico. Leo reseñas antiguas porque por fin encuentro que por aquí, alguien es crítico y piensa las cosas que ocurren en la plaza a la que acudo tarde tras tarde y se dicen las cosas sin pelos en la lengua y con estilo y conocimiento de aficionado de verdad con muchos festejos y hechos de interés, a la espalda. Además, vivir leyéndote épocas pasadas incrementa nuestro conocimiento y como no, la afición de los que estamos empezando en esto.
Un saludo y gracias de nuevo.

Enrique Martín dijo...

Emilio:
Luis no tiene problemas para decir nada. Como todos, nos podemos equivocar, que seguro que lo hacemos a menudo, pero lo único que puedes hacer es escribir con sinceridad y queriendo contar lo que ves. Pero para aprender, aprovéchate de tu abuelo, que ese libro no lo tiene nadie más que él.
Un saludo