Hoy tenía preparada una entrada completamente diferente a ésta, que nunca habría querido escribir. En la radio del coche he oído la noticia de la corrida de Aguascalientes y los detalles de la grave cogida del torero de Galapagar. Diez centímetros en el muslo, por dónde se le iba la vida y aún tenemos que felicitarnos porque hayan logrado estabilizarlo, después de haberle puesto hasta seis litros de sangre. Según contaban, los momentos vividos en la plaza han debido resultar especialmente dramáticos, la sangre brotando como si se tratara de un manantial y por la megafonía de la plaza pidiendo donantes para ayudar a salvar al torero.
Quizás esté cometiendo un gran error al estar escribiendo esto ahora mismo, con la firme idea de sacarlo a la luz en cuanto ponga el punto y final, pero en cuestión de segundos se me han venido a la cabeza muchas cosas, la mayoría tonterías y estupideces con mala baba espetadas por aquellos a los que José Tomás no baila el agua o por los partidarios de otros fenómenos que ven tambalearse su gloria de cartón piedra.
Cuántas veces hemos tenido que escuchar que este torero está loco por decir que no le importaría morir en el ruedo, igual que lo hicieron otros muchos, entre ellos Juan Belmonte, pero que con toda lógica hacen todo lo posible para que no ver cumplida esta “ilusión”. Pero su forma de evitar que se cumpla el vaticinio no es pasarse el toro a metro y medio, ni citar con el pico de la muleta, ni echar el toro para afuera en cada mantazo.
También hemos oído que el torero que es cogido por el toro no es un buen torero. Pues hemos tenido que llegar a estos inicios del siglo XXI para ver la luz. Parece ser que la historia del toreo es la historia de una panda de ineptos a los que cogían los toros varias veces por temporada, llegando incluso a recibir varias veces en su vida la Extremaunción. Esos ineptos como Pepe Luís, Diego Puerta, Paco Camino, el Viti, Antonio Ordóñez, Domingo Ortega, Marcial, Manolo Vázquez, Curro Vázquez, Ándrés Vázquez y los que ya sobrepasaron el límite, no siendo capaces ni de salvar la vida, como los Joselito, Manolete, Granero, Sánchez Mejías o Antonio Bienvenida. Lo siento, pero confieso mi admiración hacia todos estos “ineptos” y mi repulsa ante esos “listos” a los que el toro no pilla a no ser que les tire un cuerno, y si por un despiste son cogidos, lo son por el culo, por la espalda o le rompen el menisco.
Esto de torear tiene esas cosas, que el torero se tiene que poner en un sitio en el que el toro coge y además debe tener el valor de cargar la suerte, que es sinónimo de “si te pilla no te escapas”. Pero para eso se inventó la técnica, la de verdad, no la hacer embestir a una máquina de coser, el dominio y el poder.
Estoy absolutamente convencido de que nadie se haya alegrado con este percance, es más, tengo la seguridad de que a cualquiera con un mínimo de sensibilidad se le habrá encogido el alma. Pero quizás esto les ayude a pensar un poco más sobre lo que es torear. Y estoy de acuerdo en que en ocasiones José Tomás pueda apuntarse a becerradas más que a corridas de toros, pero lo que nadie puede negar es que su forma de torear es poniéndose en unos terrenos muy complicados, esos terrenos en los que se metió Belmonte y todos sus seguidores. ¿Críticas a José Tomás? Por supuesto, como a todos, pero lo que no se puede negar son sus virtudes.
De nuevo repito que no sé si es el mejor momento para esta reflexión, pero no lo he podido evitar y tampoco he puesto mucho empeño en ello. Seguro que dentro de no mucho tiempo le volveremos a ver de luces, ojalá, pero, de momento, está en la cama, viendo como sale de ésta.
Quizás esté cometiendo un gran error al estar escribiendo esto ahora mismo, con la firme idea de sacarlo a la luz en cuanto ponga el punto y final, pero en cuestión de segundos se me han venido a la cabeza muchas cosas, la mayoría tonterías y estupideces con mala baba espetadas por aquellos a los que José Tomás no baila el agua o por los partidarios de otros fenómenos que ven tambalearse su gloria de cartón piedra.
Cuántas veces hemos tenido que escuchar que este torero está loco por decir que no le importaría morir en el ruedo, igual que lo hicieron otros muchos, entre ellos Juan Belmonte, pero que con toda lógica hacen todo lo posible para que no ver cumplida esta “ilusión”. Pero su forma de evitar que se cumpla el vaticinio no es pasarse el toro a metro y medio, ni citar con el pico de la muleta, ni echar el toro para afuera en cada mantazo.
También hemos oído que el torero que es cogido por el toro no es un buen torero. Pues hemos tenido que llegar a estos inicios del siglo XXI para ver la luz. Parece ser que la historia del toreo es la historia de una panda de ineptos a los que cogían los toros varias veces por temporada, llegando incluso a recibir varias veces en su vida la Extremaunción. Esos ineptos como Pepe Luís, Diego Puerta, Paco Camino, el Viti, Antonio Ordóñez, Domingo Ortega, Marcial, Manolo Vázquez, Curro Vázquez, Ándrés Vázquez y los que ya sobrepasaron el límite, no siendo capaces ni de salvar la vida, como los Joselito, Manolete, Granero, Sánchez Mejías o Antonio Bienvenida. Lo siento, pero confieso mi admiración hacia todos estos “ineptos” y mi repulsa ante esos “listos” a los que el toro no pilla a no ser que les tire un cuerno, y si por un despiste son cogidos, lo son por el culo, por la espalda o le rompen el menisco.
Esto de torear tiene esas cosas, que el torero se tiene que poner en un sitio en el que el toro coge y además debe tener el valor de cargar la suerte, que es sinónimo de “si te pilla no te escapas”. Pero para eso se inventó la técnica, la de verdad, no la hacer embestir a una máquina de coser, el dominio y el poder.
Estoy absolutamente convencido de que nadie se haya alegrado con este percance, es más, tengo la seguridad de que a cualquiera con un mínimo de sensibilidad se le habrá encogido el alma. Pero quizás esto les ayude a pensar un poco más sobre lo que es torear. Y estoy de acuerdo en que en ocasiones José Tomás pueda apuntarse a becerradas más que a corridas de toros, pero lo que nadie puede negar es que su forma de torear es poniéndose en unos terrenos muy complicados, esos terrenos en los que se metió Belmonte y todos sus seguidores. ¿Críticas a José Tomás? Por supuesto, como a todos, pero lo que no se puede negar son sus virtudes.
De nuevo repito que no sé si es el mejor momento para esta reflexión, pero no lo he podido evitar y tampoco he puesto mucho empeño en ello. Seguro que dentro de no mucho tiempo le volveremos a ver de luces, ojalá, pero, de momento, está en la cama, viendo como sale de ésta.
9 comentarios:
Por mucho que nos pese, ¡qué sería de la plaza sin esos esaboríos del siete!
Disculpe señor Martín, acabo de darme cuenta que puse mi comentario en otro artículo. Aclarado queda y, de paso, que el maestro Tomás mejore pronto.
No hay que disculparse de nada y me uno al deseo de mejoría del maestro.
A este torero se le pueden reprochar muchas cosas y de hecho yo le he criticado en bastantes ocasiones: ganaderías, compañeros de terna, ausencia de TV y alguna más, pero lo que no se le puede negar es su entrega en la plaza, independientemente de cual sea ésta, algo que también reconocí con motivo de sus dos últimas actuaciones en Madrid:
http://www.opinionytoros.com/tribuna.php?Id=450
Esta cornada es una prueba más de estar donde se ponen los toreros.
Afortunadamente parece que el peligro ya ha pasado, mi deseo es una pronta recuperación y que vuelva a los ruedos con la misma entrega que siempre ha demostrado.
Lupimon
Suscribo plenamente tus palabras, Enrique, y en absoluto fue un error publicarlas. Todo lo contrario. Más aun, después de leer tantas insidias y estupideces estos últimos días.
Y de la tauromaquia del maestro volveremos a disfrutar, como él de su vida.
Lupimon:
Hay veces que se le exige al que se piensa que más puede dar de si, lo que no quiere decir que no se valore lo bueno. José Tomás es criticble como todo el mundo, pero también tiene más que halagar que nadie. Todos deseamos verle pronto y recibirle como se merece.
Un saludo y será un gusto leer tu recomendación. Seguro que está a la altura de todas las demás.
Un saludo
Juan:
Muchas gracias por tu comprensión. De lo que si estoy seguro es de que lo escrito es lo que me salió de dentro.
Un saludo
Enrique se te ha olvidado que además es del “Atleti”, ¿a lo mejor por eso tantos halagos? –Es broma- Como siempre, genial escrito: educativo y ameno desde la ironía además de seccionador del toreo ventaja. Felicidades por tan acertado y oportuno artículo.
Pepe Luis como el torero, mi torero.
Pepe Luís:
Has descubierto el pastel. Pero ahora, hasta el miércoles que viene, podemos sacar pecho.Muchas gracias por el comentario. Y si hay que seguir con el bisturí, creo que ayuda no me va a faltar.
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