Que alegría más grande, acaba San Isidro, empieza la fiesta del cumpleaños de la plaza y podemos seguir disfrutando todas las tardes de estas basuras monumentales que nos ha preparado la empresa de Madrid, con el inestimable auspicio del Centro de Asuntos Taurinos, organismo encargado del sector de los cuernos y verbenas de la Comunidad de Madrid; esa misma comunidad que ha declarado la fiesta de los toros Bien de Interés Cultural, aunque no se sabe muy bien para qué.
De momento todos están a sus anchas, mientras que los memos que pagamos nuestra entrada nos enredamos en que si fulanito mete el pico o si éste es una birria de torero y aquel la reencarnación de Lagartijo el Grande. De si esta ganadería pasa el reconocimiento o no, de si a estos les falta casta o si aquellos son unas cabras. Nosotros en estas disputas y ellos entretenidos contando los billetes y diciendo eso de dame pan y llámame tonto.
Nos montan una feria infame y con decir que este año ha estado fatal, ya vale, nos cuelan la del Cumpleaños y como no es obligatorio sacar las entradas para los abonados, pues pueden hacer lo que quieran, ¿qué no te gusta? No lo saques; pero ellos saben por qué lo hemos sacado, por José Tomás y ahora van y nos cuelan al Juli, que no es de mi agrado, ni mucho menos, pero bueno, ahí va aguantando el tirón, pero ¿y lo Perera? Eso no hay por donde agarrarlo. Pero que no se crean en el derecho de hacer lo que les venga bien, sea en la feria, en julio, agosto o Pascua Florida, deben ofrecer un mínmo de calidad.
Como estreno la corrida de Valdefresno, a la que no voy a dedicar nada más que lo meramente imprescindible, pero parece que fue la corrida ideal para estrellar a uno de los escasísimos toreros que pueden azuzar con su torero a los pintamonas del momento. Si nos paramos a pensar, la corrida no tenía nada favorable para el riojano; torillos comerciales y compañeros más comerciales todavía. Probablemente nada de lo que hubiera hecho habría tenido el mérito de otras veces, precisamente por la falta de toro. Aunque esto tampoco debe servir de excusa para la actuación de Diego Urdiales, quien a parte de no estar bien, se puso pesado, muy pesado, intentando justificarse. Él ya se ha justificado muchas veces delante de señores toros, ya sabemos lo que da de sí, mucho, y no necesita estar ahí dando trapazos, porque ni él, ni nosotros nos lo creemos.
Los otros dos torerillos, Rubén Pinar y Miguel Tendero, al paso que van no van a tener contratos ni para la feria de su barrio. Pero lo que no deja de sorprenderme es que esos sesudos gerifaltes de la feria no se den cuenta de la que está liando. Lo que hacen es pan para hoy y hambre para mañana. Me decía mi amigo Antolín Castro a la vuelta a casa de la corrida, que quieren echar al aficionado para poder campar a sus anchas, pero si esto es así, que cuenten con que los advenedizos de turno son mucho menos fieles que el aficionado, que aquellos quieren satisfacción inmediata y que no saben esperar, ni ver todo lo que los toros pueden ofrecer. Que aquellos son unas novias mucho más guapas, más altas y más simpáticas que nosotros, pero al final el cariño no les va a venir de la guapa, al final, los grandes triunfos y los reconocimientos que les saben a gloria son los del aficionado, ese que valora hasta que el torero no dé pases, si no hay que darlos. Que se lo piensen muy bien, porque con estos estrambotes de ganado fofo, toreros filfas y esas ganas por estampar contra la vulgaridad aquellos que pueden hacer sombra a las figuras, puede que estén haciendo un pan como unas tortas.
De momento todos están a sus anchas, mientras que los memos que pagamos nuestra entrada nos enredamos en que si fulanito mete el pico o si éste es una birria de torero y aquel la reencarnación de Lagartijo el Grande. De si esta ganadería pasa el reconocimiento o no, de si a estos les falta casta o si aquellos son unas cabras. Nosotros en estas disputas y ellos entretenidos contando los billetes y diciendo eso de dame pan y llámame tonto.
Nos montan una feria infame y con decir que este año ha estado fatal, ya vale, nos cuelan la del Cumpleaños y como no es obligatorio sacar las entradas para los abonados, pues pueden hacer lo que quieran, ¿qué no te gusta? No lo saques; pero ellos saben por qué lo hemos sacado, por José Tomás y ahora van y nos cuelan al Juli, que no es de mi agrado, ni mucho menos, pero bueno, ahí va aguantando el tirón, pero ¿y lo Perera? Eso no hay por donde agarrarlo. Pero que no se crean en el derecho de hacer lo que les venga bien, sea en la feria, en julio, agosto o Pascua Florida, deben ofrecer un mínmo de calidad.
Como estreno la corrida de Valdefresno, a la que no voy a dedicar nada más que lo meramente imprescindible, pero parece que fue la corrida ideal para estrellar a uno de los escasísimos toreros que pueden azuzar con su torero a los pintamonas del momento. Si nos paramos a pensar, la corrida no tenía nada favorable para el riojano; torillos comerciales y compañeros más comerciales todavía. Probablemente nada de lo que hubiera hecho habría tenido el mérito de otras veces, precisamente por la falta de toro. Aunque esto tampoco debe servir de excusa para la actuación de Diego Urdiales, quien a parte de no estar bien, se puso pesado, muy pesado, intentando justificarse. Él ya se ha justificado muchas veces delante de señores toros, ya sabemos lo que da de sí, mucho, y no necesita estar ahí dando trapazos, porque ni él, ni nosotros nos lo creemos.
Los otros dos torerillos, Rubén Pinar y Miguel Tendero, al paso que van no van a tener contratos ni para la feria de su barrio. Pero lo que no deja de sorprenderme es que esos sesudos gerifaltes de la feria no se den cuenta de la que está liando. Lo que hacen es pan para hoy y hambre para mañana. Me decía mi amigo Antolín Castro a la vuelta a casa de la corrida, que quieren echar al aficionado para poder campar a sus anchas, pero si esto es así, que cuenten con que los advenedizos de turno son mucho menos fieles que el aficionado, que aquellos quieren satisfacción inmediata y que no saben esperar, ni ver todo lo que los toros pueden ofrecer. Que aquellos son unas novias mucho más guapas, más altas y más simpáticas que nosotros, pero al final el cariño no les va a venir de la guapa, al final, los grandes triunfos y los reconocimientos que les saben a gloria son los del aficionado, ese que valora hasta que el torero no dé pases, si no hay que darlos. Que se lo piensen muy bien, porque con estos estrambotes de ganado fofo, toreros filfas y esas ganas por estampar contra la vulgaridad aquellos que pueden hacer sombra a las figuras, puede que estén haciendo un pan como unas tortas.
8 comentarios:
No vi la corrida, así que no puedo opinar mucho, aunque me puedo hacer a la idea de lo que pasó, o mejor dicho, de lo que no pasó. En una feria dónde todos hemos perdido, la feria de los perdedores, hay dos tíos a los que les ha costado un monton de años, sustos y cornadas ganarse un sitio en el pensamiento del aficionado, y que por mala suerte, malos consejos o lo que sea han perdido mucho crédito. Son Fundi y Urdiales. A ver si se dan cuenta, Rafaelillo igual, que anunciándose con borregas tienen muchísimo más que perder que ganar. ¡Con lo que les ha costado entrar en ferias!
Saludos
Tiene usted toda la razón Don Enrique y también la tiene en que no son hierros para que brille alguien como Urdiales, pero yo entiendo la postura del torero y ese "resistirse" a tener que jugarse la vida cada tarde ante encastes duros. Visto lo visto, el tiempo ha quitado razones y habrá que replantearse el futuro.
Es una pena porque como bien sabe usted, el tío vale y sabe (como otros muchos, no lo olvido).
Saludos cordiales.
Antonio:
Yo también estoy convencido de que no tienen nada que ganar con esta panda. Ellos son toreros, en el caso de Urdiales muy bueno, y no deben permitir que les asimilen con los vugares y pegapases. Si se pasan a ese grupo sólo perderían, y por contra, las figuras de ahora no pueden pasar a ser toreros de la noche a la mañana, aunque estaría bien que lo intentaran, ¿no?
I.J. del Pino:
Claro que Urdiales es un torerazo, ¿quién puede decir lo contrario? pero que no lo olvide ni él ni los que tenga alrededor. Yo no suelo ser mal pensado pero siempre que veo que estrellan a un torero contra un ganado infame, me asaltan las dudas. AHora sólo nos queda animarle para que siga el camino recto que lleva desde hace tiempo.
Un saludo
Una vez más, totalmente de acuerdo con todo lo dicho.
Enrique las pinturas que ilustran tu blog me parecen estupendas.
Iván:
Muchas gracias por tu opinión sobre mis pinturas. No te voy a decir que no me guste, es más me anima para seguir pintando, lo único que no sé qué decir, pero a todos os lo agradezco mucho. Y como sigas estando de acuerdo conmigo en esto de los toros, seguramente que te pasarán dos cosas, te enfadarás muchas veces, que ya te leo y veo que te enfadas, y disfrutarás mucho más, que también veo que lo haces. Eres de esos raros que les gusta el toreo de verdad, ¿qué le vamos a hacer? Pues no desistir. Un saludo
Que dos ferias infumables. Suscribo todo lo dicho por ti. Y eso que yo todavía me puedo quejar más, porqué la tengo que ver desde Pontevedra, televisada, (este año no he podido ir) y por encima tengo que soportar al tricón de Molés, defendiendo a capa y espada a los toreros que le dan todo lo que tiene (está rico podrido a cuenta de estos incautos) y a Antoñete, que ha sido muy buen torero, pero como comentarista... ¡UN PETARDO! con flemas. Un saludo!
David:
Lo de Antoñete resulta inexplicable, defendiendo lo que él nunca pensó hacer ni de lejos. Toreaba justo al revés de lo que alaba en los pegapases. Cosas de la vida. Un saludo
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