sábado, 5 de junio de 2010

Y seguimos dando la matraca



Esta feria de San Isidro con el apósito del Cumpleaños, ya no interesa a nadie. Ya parece que está pensado todo para fastidiar al personal y ver si se consigue echar de la plaza a los más fieles con este hartazgo inhumano de vulgaridad, bazofia y basura integral. Los que ven el desastre por la tele están hartos, los que lo ven en la plaza están hartos, los que siguen los blogs, están hartos, todos estamos hartos. Pero no creo que sea por el extenso número de corridas, que influye bastante, sino por lo que nos ofrecen estas corridas.

Los Torrealtas y los Palmosillas no ofrecieron nada nuevo a lo que durante todos estos días se ha podido hablar de los toros, que parecen todos hijos del mismo padre y la misma madre. Quien diría que no son un adelanto a la clonación de que tanto se ha hablado hace poco. Llegan al caballo, notan el hierro y se dan el piro, empujan sin ninguna codicia, echan la cara arriba y algunos se duermen debajo del peto, sobre todo cuando el señor picador pone en práctica esa suerte tan en boga del gondolero, levantando el palo y apoyándose en el como si estuviera en Venecia. Toros a los que le pican las banderillas y que, en el mejor de los casos, puede que embistan con codicia en la muleta. Y un denominador común a todos, que andan muy justitos de fuerzas, pero como los señores picadores han decidido afiliarse a la asociación “Salvemos al mulo toro”, pues no se le aprieta, el toro se cae mucho menos, nos lo cuela el señor presidente y pa’lante, como los de Alicante.

Si hablamos de la torería, según los matices de cada uno, a casi todos les podemos aplicar la misma receta, no siguen la lidia, les da lo mismo mostrar el toro en el caballo, que no, no suelen ponerlo en suerte casi nunca, el capote es un instrumento molesto con el que se alivian constantemente echando el pasito atrás y con la muleta despliegan todo su repertorio de torear con el pico de muleta escupiendo el toro de la suerte, citan descaradamente fuera de cacho, se esconden en la pala del pitón, no conducen la embestida, sino que la acompañan, no rematan jamás atrás y después de cada lance se tienen que pegar una carrerita para recolocarse. Y ahora que cada uno añada las virtudes particulares según el maestro de que esté hablando.

Rafaelillo tiene unos tics de pseudogladiador que le hace moverse siempre como si estuviera delante de un marrajo o de una alimaña tobillera. Pero cuando delante tiene una bobona, el espectáculo resulta un tanto anacrónico.

El Fandi por su parte parece que bajó el ralentí de la moto, llevándola mucho menos revolucionada que antes, pero sigue yendo en moto. A otro matador banderillero se le podría recomendar que dejara de parear, pero si se le quita esto al granadino, qué le queda. Aunque hay que reconocerle su variedad con el capote y los intentos de torear con la muleta, pero aún le quedan tres cursos más en la academia de toreros del pelotón de los torpes. Pero insisto en que me sorprendieron sus buenas intenciones. Quizás si alguien le dijera que cuando media plaza pita y abuchea es recomendable taparse y no salir a saludar, pues le iría mejor en Madrid. Ojalá que encontrara alguien que le quisiera bien y le pusiera las peras al cuarto; a lo mejor nos encontrábamos con un torero muy diferente. Respecto a las banderillas, pues o aprende desde cero o no vuelve a coger los palos o decide no pegarse esas carreras, darle más ventaja al toro, cuadrar en la cara sin histrionismos y salir andando del embroque.

Matías Tejela parece un chaval majete, pero para ser torero no es suficiente. Yo personalmente creo que hasta podría hacer las cosas como Dios manda, pero está tan, tan viciado que parece complicado que en cada lance no eche la pierna contraria atrás, tan atrás que un día se va a descoyuntar. Luego como todos, incluido el Fandi, no puede buscarse la orejita metido entre los cuernos. Ese es un recurso de mal torero, que lo único que muestra es la incapacidad para haber hecho antes el toreo. ¿Se imagina alguien a Fernado Alonso, después de no haber ganado un gran premio, estampando el coche contra un muro para demostrar los congojos que tiene? ¿o plantándose al frente de la parrilla de salida cuando tiene que salir desde la última posición? De momento sólo nos queda una tarde para seguir dando la matraca a todo el mundo y después volveremos al mundo de los vivos y abandonaremos este mundo de muertos vivientes en que se ha convertido la plaza de Madrid.

6 comentarios:

Antonio Díaz dijo...

Tiene un mérito, o delito según se mire, enorme el que esté treinta dias yendo a las Ventas. Menuda tortura.


Ya lo hemos hablado antes, lo que vale para Fundi y Urdiales vale también para Rafaelillo. Como se acostumbre a torear en estas corridas sin toros se va a cargar su carrera en dos días. Ser figura con Toros es un orgullo, y no una peste, como piensan casi todos los profesionales. Y no creo que sea por una cuestión sólo de miedos. Va más allá, es como si menospreciaran al que se gana la vida con las corridas duras. Cómo si no fuera `honorable´. No se si me explico.


Me alegro de que por lo menos hayas disfrutado con Morante la otra tarde. Casi siempre estamos de acuerdo en todo, pero con Morante no es el caso. Le reconozco que tiene una capacidad estética fuera de lo común, pero que a mi, y a muchos más de los que pensaba, no me emociona. El caso, es que fuera la cosa mejor o peor, es de lo poco que te vas a llevar en el recuerdo junto con Rafaelillo y Dolores, Moreno Silva, Cuadri y la torería de los banderilleros maños.



Saludos. Piensa que ya te queda menos para descansar de Feria.

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Qué buenas son las opiniones de un aficionado. Y qué verdad eso de que torear toros hoy es una peste, qué error tan monumental. Referente a lo de Morante no te creas que me emocioné, como decía yo, es el embrujo que nos hace no ver el toro. A mí me gusta ver torear bien, pero sin toro no salto del asiento. Si te confieso que me levanté con una media, pero nada más. Te quedas conese runrun dentro de no quedar plenamente ssatisfecho. De toda la feria me quedo con los toros, los de Dolores, que me sorprendieron gratamente, los de Moreno Silva, que fieron como subirte en la montaña rusa, que mientras dura lo pasas mal por el susto tan grande y que luego te deja aplanado, los de Cuadri, que esperaba unos mulos de 600 kilos y me encontré unos señores toros, y me da igual el peso y los del Puerto de San Lorenzo, aunue si tuvieran un pelín más de fuerza. A mí con el toro ya me valdría, pero es que creo que no sólo no va a cundir el ejemplo de la ganadería encastada, sino que las figuritas se ocuparán de que no se les vea el pelo en ninguna plaza. Y como ahora el más desarrapado ya tiene un apoderado con poder, pues apaga y vámonos. Me gustaría mucho que Morante me volviera loco, pero tiene sus cosas y puede que un día le dedique una entrada. Creo que ahora él es uno de los tuertos en elpaís de los ciegos. Como ejemplo el inicio de faena a su primero el último día. Un inicio precioso, por bajo y haciéndo retorecerse al animal, pero me faltaba el toro. Eso tan bonito parecía una cosa rara, y no quiero utilizar el término pantomima, dejémoslo en una cosa rara. Muchas gracias por dedicar tu tiempo a pasarte por aquí y a dejarme tu opinión, que valoro de verdad. Un saludo

Anónimo dijo...

En cuanto a los toros, con toda su sosería y mansedumbre, al menos alguno se ha dejado pero la terna ha sido incapaz de sacar partido. ¡Así está el patio!

Coincido en tu apreciación sobre Rafaelillo, ha devuelto la oreja que ganó a ley. Pienso que uno cuando está acostumbrado a encastes más duros, adquiere unas maneras que luego es muy difícil desprenderse de ellas cuando cambia el enemigo. Fundi lo consiguió durante dos dulces años pero el cuento de la Cenicienta también acabó.

Fandi, si no fuera quien es, igual incluso se le hubiera tenido “un poquito” en cuenta. Pero ese espectáculo talanqueril y efectista para las peñas del calimocho, a base de poner banderillas a toro pasado o ese tirar del rabo del toro para sacar al toro del caballo, le resta puntos, demasiados. Si quieres entrar en Madrid, al menos debe haber seriedad en tu toreo y, a partir de ahí, empezaremos a hablar de tauromaquia. Suerte tiene de torear mucho y eso le hace estar cómodo delante de la cara del toro y le proporciona una experiencia que vendría de perlas a toreros más capaces que el granadino.

Tejela ha entrado en un movimiento curvilíneo uniformemente desacelerado que le está haciendo perder enteros y que, de seguir así, va a tocar fondo a no tardar mucho.

¡Menos mal que esto se está acabando! Gracias a Dios dentro de muy poquito veremos la novillada deRehuelga.

J.Carlos

Enrique Martín dijo...

j. Carlos:
A los toreros de ahora yo les veo un problema que aun que no lo parezca, es muy gordo, y es el no vivir en torero. Eso de colear, de correr y correr en banderillas, si vives en torero, no te sale, te chirría. Y eso se puede aplicar al Fandi y a muchísimos otros. Aunque este tendrá que aprender que cada plaza tiene su personalidad. Madrid es Madrid, Sevilla es Sevilla y a cada plaza hay que ofrecerle lo que le gusta.
Aunque te parezca mentira, por uno de los motivos que quiero que acabe esto es para poder ir los domingos a los toros tranquilamente, sin isidros y sin peñas que deciden ir una vez al año a los toros y te tocan en la fila delante de ti.
Un saludo

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Enrique. Siguen dando la matraca, y son de traca.

Enrique Martín dijo...

Kolkod:
Me parece muy bien que estés de acuerdo, pero me extraña que me llames Enrique, sobre todo cuando estoy acostumbrado a que lo hagas de otra forma más familiar. Será que te me estás haciendo mayor.
Un beso