viernes, 8 de octubre de 2010

La que nos están liando


Desde hace tiempo se ven unos oscuros movimientos entre el taurineo, que tienen su reflejo en la visita que los siete magníficos cursaron a la señora Ministra de Cultura, aficionada a los toros según ella misma reconoce, pero que no dudó en cuanto pudo en ponerlos en el felpudo de su despacho mirando a las cámaras, mientras ella iba a atender a un pato que tenía en el horno. Como desplante después de una faena de aliño, ¿no se me negará que no estuvo cumbre la señora Ministra? Aunque viendo la poca boyantía y falta de casta de los susodichos, tampoco es para tirar cohetes.

Pero otra cosa no tendrán estos jóvenes maestros, pero a poco sentido de la realidad, poca personalidad y descaro no hay quien les gane. Ellos salieron más feliz que una perdiz y se plantaron delante de la prensa encantados de haberse conocido, sin dar mi un argumento del motivo de su visita, ni del resultado de ésta, sólo tenían una cantinela que iban repitiendo como una salmodia que atornillaba las sienes del aficionado: ¡Qué nos pasen a Cultura, qué nos pasen a Cultura, qué nos pasen a Cultura, qué…! Esa era toda su preocupación. Les importa un pito eso de que parezcan abusones de barrio con el toro que les echan cada tarde, les importa un pito que el aficionado esté harto, que no aguante más y que cada vez acuda menos a las plazas, les importa un pito que el aficionado no quiera verlos ni en pintura, a pesar de ser las figuras del momento, que la media de edad de los asistentes a las plazas empiece a superar el medio siglo, que se haya convertido en un espectáculo que no atrae a los jóvenes, que sea un espectáculo arrinconado por los medios de comunicación públicos y privados y que cuando se ocupen de él sea para decir que a los toros se les droga, que los toreros organizan excursiones multitudinarias por los clubes de carretera, que hay no sé cuántos matadores que son homosexuales o que un empresario apoderado abusa sexualmente de los jóvenes que se quieren abrir camino, todo les importa un pito, sólo les preocupa una cosa ¡Qué nos pasen a Cultura! Y todo lo que son capaces de argumentar, es que les ponen muchas multas y que las tienen que pagar.

Y ahora, tan animados como andan ellos y tan crecidos después del éxito de la visita a la señora Ministra, piden ver al Ministro de Interior, ¿para qué? ¿Para decirle que les tiene esclavizados y que les dejen marchar a ellos y a su pueblo bajo pena de siete plagas sobre la fiesta? ¿Pero qué más plagas nos esperan? Perdón, esta pregunta sobra, porque seguro que si no las encuentran, se las inventarán en contra del aficionado. Ellos siguen por su carril, llevándose por delante lo que haga falta, con el único fin de poder hacer lo que les dé la gana y seguir con el fraude y la corrupción con la coartada de favorecer su arte; cómo si algunos supieran lo que es eso del arte.

Miren si les creo incapaces, que tengo la sensación de que no tienen ni idea ni de lo quieren, ni mucho menos de lo que piden: Viven en una ceguera muy bien tejida por el mundillo que les rodea, por los ineptos que no pudieron vivir de los toros y pretenden vivir de ellos, por los que dilapidaron su crédito su fortuna y quieren seguir viajando en primera, por la prensa afín que si hace falta cambian hasta la historia y les convierten en los semidioses que se creen que son.

¿Alguien cree que estos señores sean capaces de convencer a alguien de algo? Y mucho menos ¿alguien cree que sean capaces de defender la fiesta y olvidarse de sus propios e inmediatos intereses? Pero como si algo puede ir a peor, no tengas ninguna duda de que empeorará, da la sensación de que las autoridades competentes no tendrían demasiados inconvenientes en ceder a sus pretensiones, básicamente porque a parte de las autoridades competentes la fiesta les importa un pito y si sus protagonistas la quieren sacrificar, pues allá penas, ellos sólo se limitaron a hacer caso a los profesionales.

Puede que haya quien me diga que no soy justo y que trato por igual a los siete autoproclamados portavoces del mundo de los toros, pero si se han prestado a esta farsa, son tan responsables como el primero, porque si están ahí es porque están de acuerdo con esta petición de institucionalización del fraude. Bien fácil lo habrían tenido para declinar la invitación y aguantar la posible censura de sus compañeros y las posibles consecuencias que podrían ocasionarse con su postura. Pero entonces nos enteraríamos de muchas cosas que ahora sólo sospechamos, pero que nadie se atreve a denunciar. A lo mejor sería oportuno un cisma para ver quien se coloca a cada lado de la línea de la honestidad.


Cada una va a lo suyo y a sacar tajada en su propio beneficio. ¿Quién espera que esa comisión de expertos sirva para algo bueno? ¿Qué expertos van a constituir esa comisión? Será llamado algún aficionado para hacer oír su voz, pues no evidentemente. Los llamados serán prestigiosos ganaderos muy del gusto de la prensa del movimiento y nada del gusto del que paga, apoderados/empresarios/ valgo para todo con una idea muy clara del negocio, algún aficionado insigne que sepa como nadie alabar a los semidoses de turno, a los “punzantes” miembros de la prensa especializada y al sector de los matadores, activos y retirados, afines al movimiento taurino postmodernista. Si hay opción entre elegir a Manuel Caballero y Andrés Vázquez, lógicamente se nombrará a Caballero, y entre Antoñete y Pepe Luis, pues Antoñete, y si tragan con alguno será con el díscolo Esplá, para que nos vamos a engañar. O incluso lo más probable es que los más espabilados se autoproclamen expertos y se presentarán ante la Corte Celestial si hace falta, para reivindicar sus peticiones, de la misma forma que ya lo han hecho los “Siete Magníficos”. De lo que no creo que haya duda es de que el tufo que da todo esto es de que nos la están liando y bien liada.

PD: No quería dejar pasar la ocasión de reproducir las opiniones de Simón Casas, prócer y adalid del taurinismo, sobre don Joaquín Vidal. En otro momento habría dedicado un comentario propio a estas palabras, pero ese ya llegará, de momento monsieur Casas se retrata él solo:

"El aficionado tiene derecho a criticar. Pero amando siempre a la Fiesta de los toros. No destruyéndola. Y voy a hablar claro. Hay un periodista que tiene una placa en la plaza de toros de Madrid que ha dedicado toda su vida en El País a decir mentiras para destruir la fiesta de los toros. Que Dios tenga su alma en el cielo. Que como aficionado fue nefasto".

Y ni tan siquiera se ruborizó. Don Joaquín, perdónalos, porque no saben lo que hacen, ¿o sí?

8 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Juan Hus, uno que fue quemado por la "Santa Inquisición" a causa de ser, creo que hugonote, dijo, cuando una viejecita que rezumaba ignorancia hasta por los poros, echó unas ramas verdes a su hoguera (lógicamente sin saber por qué lo hacía) lo siguiente:

"sancta simplicitas..."

Lo mismo diría yo a Monsieur Casas respecto de sus desprópositos sobre don Joaquín: "sancta simplicitas...".

No cabe duda de que acusar a un difunto (que por lo mismo, ya no se puede defender), de los males que uno mismo ha causado, es la forma más fácil y cobarde de eludir las propias responsabilidades.

Los políticos de aquí, cuando juran (aquí se dice "protestan") un cargo, concluyen diciendo "que el pueblo me lo demande", pues algún día, a Monsieur Casas, "la afición se lo demandará", seguramente.

Un abrazo.

Juan Medina dijo...

Enrique:
El papelín de la ministra habla de expertos, pero no especifica en qué. Igual eligen expertos en desmontaje y demolición de todo lo auténtico que reside en el toreo. Al final, para quedarlo reducido a un esperpento cursi que enseñarán a los turistas extranjeros.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Lo de Casas dice mucho de su personalidad, de su formación y de las entrañas que tiene. Seguro que don Joaquín se estará riendo a sus anchas allá arriba, al ver como años después de no mandarnos sus crónicas, aún le temen, no vaya a ser que les ponga las vergüenzas al aire.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Juan:
Yo tengo la sensación de que lo ven tan fácil los políticos, que con solo hacer lo que les piden los taurinos, ya les vale para arrinconar y vaciar de contenido a este espectáculo.
Un saludo

Anónimo dijo...

Las figuras se reunieron con la ministra para nada. De entrada, Zapatero es un confeso antitaurino. Ya vimos lo que hizo el PSOE en el Senado con la votación sobre declarar la Fiesta bien de interés cultural. Puede que no sirviera para nada, pero se les ha visto el plumero y la doble moral que utilizan según convenga, bien sea en Cataluña (bous o corridas) o en el Senado.

La Ministra les ninguneó por mucho que quieran maquillarlo. No les dejó la sala de prensa del Ministerio para hacer declaraciones y tampoco se hizo la foto de rigor con ellos. Sería que no interesa en esta ocasión, lo cual contrasta cuando se le ha oído en varias ocasiones al presidente decir eso de "lo importante es la foto".

Sobre lo de Casas, ni opino. Se ha retratado él solito. Sólo espero que éste no sea el sucesor de Taurodelta en Las Ventas.

Saludos, J.Carlos.

David Campos dijo...

Enrique:

El grupo de expertos estará encabezado por Carod Rovira, porqué tal como se están haciendo las cosas será lo más probable.

Un saludo!

Enrique Martín dijo...

J.Carlos:
A mí no me importaría que el PSOE hubiera votado en contra, si luego sus hechos me confirmaran su preocupación por la fiesta, que es lo que al final vale para algo, pero este voto negativo creo que es la expresión de una voluntad y del ánimo que tienen en todo lo referente a los toros. Me habría gustado que como en otras ocasiones hubieran permitido el voto en conciencia. Pero lo mejor en estos casos es apartarse y mostrar una cínica imparcialidad que oculta una contraria parcialidad en detrimento de la fiesta.

Enrique Martín dijo...

David:
Tú lo de Carod lo dices en broma, pero me juego yo mis haciendas en Brasil que si se forma esa comisión, al menos habrá tres que nos hará repetir aquella frase célebre del filósofo que con la vista fija en el infinito y rascándose la perilla exclamó: ¿Y qué coño pinta ese ahí? Ójala nos tuviéramos que tragar nuestrar palabras.
Un saludo