Perdón por lo enigmático e incomprensible del titular, pero no he podido evitar encabezar así esta entrada, recordando una expresión que se repetía con relativa frecuencia años ha. Esta es una de esas frases que un día tuvo su significado, que todo el mundo conocía, pero que ahora a las jóvenes generaciones les suena a chino. Y a las venideras hasta les puede sonar a insulto.
Yo no voy a ser de los que censuren a los directivos de la televisión pública estatal por expulsar y prohibir las corridas de toros en su parrilla de programación. Están en su derecho y seguro que se han guiado por sus mejores intenciones y sentimientos democráticos y de libertad, y en las que todo el pueblo español disfruta de igualdad de oportunidades para acceder a la enseñanza, a la sanidad y al ocio que más le satisfaga.
Quizás ha habido algo de gusto personal, no digo y que no, o quizás también un deseo de no saturar las limitadas mentes de los habitantes de la piel de toro ¡uy! perdón, quise decir bovino no maltratado y que vivía en libertad antes de que desapareciera la dehesa, su medio natural, donde vivía en libertad. Pero a lo que iba; será por esa escasa capacidad mental que solo saturan nuestras mentes con el Madrid y el Barcelona, Pep y Mourinho y, para los más espabilados, Cristiano y Messi. Ya hasta para darnos el tiempo nos ponen fotos de la lluvia, la niebla, un día soleado o la Cibeles nevada. Es que si no, no hay quien se entere.
Como parece que no es cosa menor eso de los gustos de cada uno, yo reclamo mi derecho a que se escuchen los míos, sobre todo si tenemos en cuanta mi contribución al mantenimiento del Ente Público, especialmente allá por el mes de mayo, cuando Hacienda somos todos. Pues bien, a mí las motos no me gustan, me dan miedo y vértigo y no soporto ver a críos que no han alcanzado la mayoría de edad rodando a velocidades de vértigo. Tampoco me gusta que me hablen de comida, cuando lo que estoy intentando desde hace meses es quitarme esos kilitos de más, que no quiero decir que esté gordo, quizás algo fuerte. No soporto las telenovelas, no soy capaz de aguantar toda mi vida esperando a ver qué pasa tarde tras tarde. Tampoco estoy preparado para ver desgracias, catástrofes e infortunio, así que nada de informativos en los que solo se cuentan cosas desagradables y cuando son agradables me corroe la envidia y me doy cuenta de que soy un “jodido envidioso” y eso no me gusta. Tampoco me interesan los programas culturales o los reportajes de la dos, porque me recuerdan lo ignorante que soy y yo siempre me había tenido por un tío listo y no por un tuercebotas cultural. Y, ¿qué me dicen de los concursos? Esos que parecen hechos única y exclusivamente para que unas ratas de biblioteca nos soben el papo con sus conocimientos enciclopédicos y conozcan la obra completa de “Sopenjagüer”, “Volter”, “Quirquegar” o “Sespir”.
Y es que uno ya está harto de sentirse discriminado, minimizado, ninguneado, pisado y humillado por tanto listo, hábil, ágil, inteligente o ecuánime que sale por la tele. No voy a pedir que retransmitan corridas de toros porque entiendo que pueda herir la sensibilidad de algunos, especialmente si se les ata delante de la pantalla y se les obliga a contemplar esa barbarie desde el paseíllo, hasta el arrastre del último toro, que para eso es la tele. Quizás si desde la mañana a la noche pusieran la carta de ajuste todos nos pondríamos de acuerdo, eso sería inaguantable.
Podríamos ponernos a pedir que algún torero de verdad se decidiera a ser televisado por el Ente Público; no sé a lo mejor ¿José Tomás con toros de Cuadri? Pero quita, quita, semejante barbarie no podría ser aceptada por los capitostes de la TE- UVE- E, la UNO, la DOS, y TELEDEPORTE. Además el locutor tendría que ser un periodista ecuánime y equilibrado que no contara milongas a la audiencia, y no esos halagadores profesionales que hablan de toros en ese programa que es el último vestigio de la fiesta de los toros en la tele de todos.
No digo yo que fuera una buena idea, pero a lo mejor si se ofrece un espectáculo íntegro y lleno de emoción, a lo mejor, solo a lo mejor, estos señoritos se replantearían su sabia y acertada decisión de mandar los toros al exilio hertziano. Así todos podríamos ver una corrida de toros sin tener que bajarnos a alguno de los escasos bares que ponen los toros por la tele de pago, la que es más, o sin tener que hacer horas extras para abonarse, que aunque en ella hable el señor Molés, eso de abonarse no es cubrirse de estiércol hasta las cejas; lo del olor pestilente es por otras causas.
Quizás los toros se ven excluidos de la programación de televisión porque es una fiesta y una tradición ajena a este medio, como les pasa en alguna Comunidad Autónoma. ¿Quién es capaz de recordar una corrida televisada por la tele de todos? Pues nadie, por supuesto. Y habrá quien me diga que la primera retransmisión que se hizo en la historia del Ente Público fue una corrida de toros desde las Ventas, o que la tarde del toro blanco de Antoñete era una corrida televisada o la retransmisión por parte de Matías Prats de la Corrida del Siglo, con los Victorinos, Ruiz Miguel, José Luis Palomar y Esplá, o que la oportunidad de Vistalegre de la que salió Palomo, también se vio en la tele y otras muchas tardes más, las tardes de los Guardiolas en Sevilla cerrando la feria, la Beneficiencia de todos los años en Madrid, la de Asprona en Albacete y muchas tardes más, que nunca se televisaron en un medio tan serio y preocupado de la divulgación cultural, el entretenimiento y la información como lo es RTVE, la tele de todos, menos de los aficionados a los toros. Pero yo no desespero y todavía creo que algún día podré volver a decir que: hoy hay toros por la tele.
PD: A propósito, ¿se imaginan que una de las televisiones que emiten en abierto contrataran a un director de programación francés, aficionado a los toros, y que con su consabido chauvinismo se decidiera a mostrarnos uno de los espectáculos que más tirón tiene en el mediodía francés: la “corridá”?
Yo no voy a ser de los que censuren a los directivos de la televisión pública estatal por expulsar y prohibir las corridas de toros en su parrilla de programación. Están en su derecho y seguro que se han guiado por sus mejores intenciones y sentimientos democráticos y de libertad, y en las que todo el pueblo español disfruta de igualdad de oportunidades para acceder a la enseñanza, a la sanidad y al ocio que más le satisfaga.
Quizás ha habido algo de gusto personal, no digo y que no, o quizás también un deseo de no saturar las limitadas mentes de los habitantes de la piel de toro ¡uy! perdón, quise decir bovino no maltratado y que vivía en libertad antes de que desapareciera la dehesa, su medio natural, donde vivía en libertad. Pero a lo que iba; será por esa escasa capacidad mental que solo saturan nuestras mentes con el Madrid y el Barcelona, Pep y Mourinho y, para los más espabilados, Cristiano y Messi. Ya hasta para darnos el tiempo nos ponen fotos de la lluvia, la niebla, un día soleado o la Cibeles nevada. Es que si no, no hay quien se entere.
Como parece que no es cosa menor eso de los gustos de cada uno, yo reclamo mi derecho a que se escuchen los míos, sobre todo si tenemos en cuanta mi contribución al mantenimiento del Ente Público, especialmente allá por el mes de mayo, cuando Hacienda somos todos. Pues bien, a mí las motos no me gustan, me dan miedo y vértigo y no soporto ver a críos que no han alcanzado la mayoría de edad rodando a velocidades de vértigo. Tampoco me gusta que me hablen de comida, cuando lo que estoy intentando desde hace meses es quitarme esos kilitos de más, que no quiero decir que esté gordo, quizás algo fuerte. No soporto las telenovelas, no soy capaz de aguantar toda mi vida esperando a ver qué pasa tarde tras tarde. Tampoco estoy preparado para ver desgracias, catástrofes e infortunio, así que nada de informativos en los que solo se cuentan cosas desagradables y cuando son agradables me corroe la envidia y me doy cuenta de que soy un “jodido envidioso” y eso no me gusta. Tampoco me interesan los programas culturales o los reportajes de la dos, porque me recuerdan lo ignorante que soy y yo siempre me había tenido por un tío listo y no por un tuercebotas cultural. Y, ¿qué me dicen de los concursos? Esos que parecen hechos única y exclusivamente para que unas ratas de biblioteca nos soben el papo con sus conocimientos enciclopédicos y conozcan la obra completa de “Sopenjagüer”, “Volter”, “Quirquegar” o “Sespir”.
Y es que uno ya está harto de sentirse discriminado, minimizado, ninguneado, pisado y humillado por tanto listo, hábil, ágil, inteligente o ecuánime que sale por la tele. No voy a pedir que retransmitan corridas de toros porque entiendo que pueda herir la sensibilidad de algunos, especialmente si se les ata delante de la pantalla y se les obliga a contemplar esa barbarie desde el paseíllo, hasta el arrastre del último toro, que para eso es la tele. Quizás si desde la mañana a la noche pusieran la carta de ajuste todos nos pondríamos de acuerdo, eso sería inaguantable.
Podríamos ponernos a pedir que algún torero de verdad se decidiera a ser televisado por el Ente Público; no sé a lo mejor ¿José Tomás con toros de Cuadri? Pero quita, quita, semejante barbarie no podría ser aceptada por los capitostes de la TE- UVE- E, la UNO, la DOS, y TELEDEPORTE. Además el locutor tendría que ser un periodista ecuánime y equilibrado que no contara milongas a la audiencia, y no esos halagadores profesionales que hablan de toros en ese programa que es el último vestigio de la fiesta de los toros en la tele de todos.
No digo yo que fuera una buena idea, pero a lo mejor si se ofrece un espectáculo íntegro y lleno de emoción, a lo mejor, solo a lo mejor, estos señoritos se replantearían su sabia y acertada decisión de mandar los toros al exilio hertziano. Así todos podríamos ver una corrida de toros sin tener que bajarnos a alguno de los escasos bares que ponen los toros por la tele de pago, la que es más, o sin tener que hacer horas extras para abonarse, que aunque en ella hable el señor Molés, eso de abonarse no es cubrirse de estiércol hasta las cejas; lo del olor pestilente es por otras causas.
Quizás los toros se ven excluidos de la programación de televisión porque es una fiesta y una tradición ajena a este medio, como les pasa en alguna Comunidad Autónoma. ¿Quién es capaz de recordar una corrida televisada por la tele de todos? Pues nadie, por supuesto. Y habrá quien me diga que la primera retransmisión que se hizo en la historia del Ente Público fue una corrida de toros desde las Ventas, o que la tarde del toro blanco de Antoñete era una corrida televisada o la retransmisión por parte de Matías Prats de la Corrida del Siglo, con los Victorinos, Ruiz Miguel, José Luis Palomar y Esplá, o que la oportunidad de Vistalegre de la que salió Palomo, también se vio en la tele y otras muchas tardes más, las tardes de los Guardiolas en Sevilla cerrando la feria, la Beneficiencia de todos los años en Madrid, la de Asprona en Albacete y muchas tardes más, que nunca se televisaron en un medio tan serio y preocupado de la divulgación cultural, el entretenimiento y la información como lo es RTVE, la tele de todos, menos de los aficionados a los toros. Pero yo no desespero y todavía creo que algún día podré volver a decir que: hoy hay toros por la tele.
PD: A propósito, ¿se imaginan que una de las televisiones que emiten en abierto contrataran a un director de programación francés, aficionado a los toros, y que con su consabido chauvinismo se decidiera a mostrarnos uno de los espectáculos que más tirón tiene en el mediodía francés: la “corridá”?
18 comentarios:
Me parece que no nos quieren escuchar, y a lo mejor tendremos que hacer lo que antes se hacia para poder torear, a los que no escuchaban, sentarse en la puerta de la plaza con el hatillo y pedir una OPORTUNIDAD.
¿Se figuran ustedes a mil o dos mil "maletillas pidiendo una OPORTUNIDAD en el Pirulin?
¿tanto a cambiao la vida p´a que tengamos que pedir los aficiona os lo que hacían los que querían ser figuras del arte de Cuchares?.
Suerte y a echar p,asencia.
Juanito:
Todo es proponérselo, basta con considerar la entrada del Pirulí como un cómodo lugar de acampada y establecernos allí a montar animadas tertulias de toros. Es más, si algún directivo de RTVE se quiere animar, le hacemos sitio.
Un saludo
El problema, amigo mío, es que no "están en su derecho". No pueden imponerte ni a tí, ni a mí ni a nadie el criterio de otros.
Si alguien cree que las corridas de toros no le gustan o "dañan" el desarrollo de sus hijos o dependientes menores de edad, tiene la opción o de apagar el aparato o de cambiar el canal.
Pero la autoridad, ente público, o lo que sea, no tiene "derecho" o "facultad" de imponernos el modo de entretenernos o de educar a nuestros hijos o dependientes.
Lo que hace RTVE es un abuso, porque solamente "da por buena" e impone la versión de una de las partes y desecha sin más la de la otra.
Eso solamente sucede en los regímenes totalitarios, no es propio de la democracia, aunque los que se dicen "progresistas" crean que actuar así es serlo.
Saludos.
Enrique:
He visto en las tv’s públicas de Andalucía y Extremadura (infames) corridas de toros que, según luego nos cuentan, tienen más audiencia que la media de su programación. Y en horario infantil, desde luego.
La tropa del plus sigue cobrando una pasta por los toros... y el pressing catch y el kickboxing y nuestro castizo boxeo. De todos ellos obtiene una jugosa rentabilidad (como alguna vez ha contado El País), que les hace olvidar todos sus reparos morales con esos "degradantes" espectáculos.
Por cierto, la idea de echar por tv en abierto toros desde Francia me ha parecido realmente original.
Un saludo.
Xavier:
No pides tu nada. Pero es mucho más fácil soltar a los niños y que vean en la tele lo que les venga en gana, que vigilar los programas que ven. Es mucho más fácil prohibir. Y te digo una cosa, si tan malos y perniciosos son los toros, que los prohiban, que nos lleven a la cárcel y que destruyan cualquier rastro taurino de la faz de la tierra. Es la libertad y la democracia de no sé qué. Quizás sea más efectiva esta estrategia de desgaste, acompañada de declaraciones en las que se supone que no se está contra los toros.
Un saludo
Juan:
Hay un dato curioso, basado solo en la observación, sin ningún rigor estadístico, y es que a los niños les atraen las corridas de toros cuando las ven por la tele. Luego son los padres, a los que no les gustan, los que cambian de canal o apagan el aparato. Y pienso que los toros pueden ofrecer muchas enseñanzas para la educación de los niños, otra cosa es que se quieran o se sepan ver. Lo de Francia ¿no crees que pronto se producirá en Cataluña y que empezarán a orientarse algunas antenas hacia los Pirineos?
Un saludo
Enrique:
Son unos sinvergüenzas.
¿Qué es más cruel, televisar una corrida de toros o aguantar una estúpida serie, que realmente hace daño a la vista, de lo malos que son los actores que viven de nuestro dinero, como es ese bodrio de tele-serie: "Amar con los huevos revueltos". Cada vez que hago zapping y me encuentro con esa mierda, me dan ganas de romper la tele.
Pero, que podemos esperar de una televisión en manos de un gobierno, cuya única aportación a nuestra querida Fiesta ha sido, el puteo, el desprecio, el desaire y la puntilla. Por si fuera poco, ahora nos sale zapatero (sí, con minúscula) con sus declaraciones, donde pretende engañarnos una vez más (vive de eso) diciendo que él no hubiese prohibido los toros en Cataluña. ¿A que coño viene esa estupidez, ahora, a toro pasado?, ¿porqué no dió la cara en su día, diciendo lo mismo?
Una vez más... ¡¡QUE ASCO11, ¡¡QUE ASCO!!
Un saludo
David:
Estoy contigo en que a qué viene ahora decir que habría votado que no con una mano y con la otra permitió que cada uno votara lo que le saliera de ahí mismo, según gustos y pareceres personales. Quizás deberían hacer o mismo con otras votaciones. Decir lo que vas a votar es arriesgado, pero decir lo que habrías votado es estúpido e improductivo y además, cabrea.
Un saludo y no hablamos de nada más ¿no? y creo que el viernes tampoco hablaremos de nada más. ¡Qué vida más dura la del colchonero! Pero que grandes las alegrías ¿eh?
Enrique:
Sabes que somos capaces de lo peor y de lo mejor, o sea que... el viernes ya veremos de lo que hablamos.
Un saludo!
David:
Yo no quiero ni hacerme ilusiones. Y a partir de ahora vamos a tener que hablar en clave, no nos vaya a pillar el merengue de Granada, que le estoy esperando. Ayer ya me dejó un mensaje en su blog. No era para menos.
Un abrazo
Pues yo me apunto a ser "el preso numero nueve"...
http://www.coveralia.com/letras/el-preso-numero-nueve-joan-baez.php
(La canción es un viejo "corrido", quizás de nuestra Revolución, que después fue cantado por Joan Báez).
Saludos.
Aquí el merengue. Si no pasa nada raro en la vuelta estaré en el Calderón, infiltrado con un bidón de gasolina y una caja de cerillas bajo el abrigo. No creo que me haga falta, pues si esto sigue así ese estadio se encenderá sólo, es cuestión de días.
Saludos
Xavier:
¿Te imaginas que nos llevaran al penal por nuestra afición y que para matar el rato alli dentro montáramos unas tertulias taurinas? ¿Y si con las mantas nos confeccionáramos capotes y muletas para torear de salón? ¿Y si en los talleres construyéramos un carretón, banderillas y estoques de madera? Sería para que los carceleros enloquecieran. Suena a broma, pero estoy convencido de que sería así.
Un saludo y hazme sitio en la celda.
David:
¿Has visto como el merengue se entera de todo lo que hablamos? Creo que nos tiene el blog pinchado.
Antonio:
Si al final decides quemar el Manzanares, alguno te lo agradeceráimos, a ver si de una vez me traen al Aleti a la Peineta y me puedo ir al fútbol andando, saliendo 10 minutos antes de la hora.
Un saludo
Enrique he de decirte que si tu acentuado espiritu crítico es elogiable, tu humor y sobre todo cunado lo enmarcas en negro, es de "pedrícola" (película) como dicen en mi pueblo.
Desde que pusiste el articulo, le vengo dando vueltas a lo de Quirquegar. Buen acoplamiento le has "buscao". Ese no se va de la radio ni a tiros, y pronto pedirá para él y para sus iguales un sillón en la Academia.
Que "jodío" eres. Un abrazo sumándome a todos vuestros criterios. Cuando sea lo del pirulí, me avisais para llevarme "el ataíllo" y torear de salón con "tos" vosotros.
Gil de O.
TVE no puede imponer opiniones personales, en la tele pública tienen que dar espacio a todos los gustos de las personas, que para eso luego pagamos todos. El dichoso manual es una cortina de humo, porque hay muchos programas en horario infantil que no debería ver un niño.
En Barrera:
Pero lo que pongan en horario infantil y que por la buena salud mental de los niños es mejor que no vean, da igual. Lo que importa es que no haya toros. Y quizás estoy demasiado mediatizado, que lo estaré, pero creo que los toros tienen valores muy apreciables para la educación de un niño y que yo mismo aplico a los míos, como en su día hizo mi padre conmigo. Aquí están el amor por la naturaleza, por el toro, el respeto a unas personas a las que se puede exigir en la plaza, pero que fuera ya no. El amor a una afición y el afán por querer saber más y más y sobre todo la lealtad y la fidelidad a unos principios.
Un saludo
Gil de O.:
Muchas gracias por tus palabras y me encanta la filisofía de tu pueblo. Sobre lo del Pirulí no creas que no le estoy dando vueltas a eso de ponernos en la acera de enfrente a tomar el sol y a charlar de toros y si nos da ganas, nos acrcamos caminando hasta la plaza de toros.
Un saludo
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