Este remate de Pepín Martín Vázquez me acompañará con otros tantos a Tamames, un pueblo de Salamanca. |
Alguna que otra vez, tirando de descaro, he traído por aquí
a Tamames, un pueblo de la provincia de Salamanca en el que el toro es el dios
de las dehesas, algo que se mantiene en el día a día de la vida del pueblo y de
donde un día partió quién me envenenó con esto del toro, y al que años después
volvió para siempre, para poder disfrutar de su tierra, del toro, del campo y
de lo que le acercaba definitivamente a los suyos. Uno no nació allí, pero
bueno, eso es lo de menos; incluso la gente de una edad ya ni ha oído hablar de
mi familia. Ya no debe quedar nadie que al verme por la calle me identificara
con mi abuelo o con mi padre por el aspecto, incluso hasta me tomarán por un
forastero, uno de tantos que acuden a las fiestas, el último martes de
septiembre y el fin de semana que le precede. Pero bueno, para mí seguirá
siendo mi pueblo.
Como si fuera un regalo del cielo, un amigo me comentó hace
mucho que si yo querría exponer allí mis toros y toreros, ¿cómo no? que
orgullo; y meses después recibí una llamada del alcalde del pueblo, haciéndome
el ofrecimiento de una sala en el ayuntamiento, en la plaza mayor del pueblo.
No es que no me pudiera negar, es que no quería negarme. Se me vinieron muchas
cosas a la cabeza, ideas que no se las lleva ni un huracán, imágenes de mi
padre, yo jugando al toro en la plaza que ponían antes en la misma plaza mayor,
la gente jaleando a los torerillos, la feria del ganado en la que uno ponía
poses de torero, como si las vacas de carne le fueran a entrar a la muleta, mis
abuelos escuchando la retransmisión por la radio de las corridas de Salamanca y
algo que repetía mi abuelo una mañana de sol, sentado en una ventana, mientras
me vigilaba en mis juegos: “Salamaaanca laaaa blancaaaa”.
Pues allí me iré a colgar mis toreros, mis ilusiones, mis
recuerdos y mis dos aficiones, el toro y la pintura. No sé cuanta gente pasará,
de familia nadie, pues nadie queda allí, pero seguro que lo harán algunos que
son más que familia y con los que recordaremos al que ya no está, pero eso
tampoco es novedad, porque su amigo desde niño y yo, todos los años en San
Isidro, bien un día u otro, o bien varios días, nos ponemos a hablar de su
infancia y ya empezamos la tarde más tiernos que el pan Bimbo. Pero bueno,
aunque uno se enternezca, son recuerdos que gustan.
Yo invito a todo el mundo a que se pase por allí este fin de
semana y estoy seguro que de una manera u otra, estaréis todos, los de México,
Venezuela, Galicia, Levante, Andalucía, Francia, Madrid y tantos sitios,
incluidos los lectores silenciosos de Estados Unidos u Oriente. Yo así lo
sentiré, porque de una manera u otra, todos me habéis ido pegando empujoncitos
para seguir para adelante. Eso sí, a los que vayáis en persona, recomiendo que
se provean de embutidos bendecidos por la gracia divina, que se detengan a ver
la filigrana charra de los descendientes de un señor con el que yo me quedaba
embobado viendo enroscar la plata, el castillo que solo se ve desde fuera, y si
hay tiempo, aparte de ver los encierros a caballo, pues comer un buen cocido o
cabrito, que nunca vienen mal. El que escribe esto, además se pasará por la
iglesia para rendir visita al Cristo del Amparo, el que cuida a todo hijo de
Tamames, haya o no nacido en sus contornos, y a los que de vez en cuando nos
llama para que volvamos por unas horas a la tierra de nuestros mayores. Allí os
espero.
22 comentarios:
Pues vaya a Tamames, que seguramente allá no habrá quien le mande callar... Y que "haiga" mucha suerte...
Un abrazo desde Aguascalientes, México.
Enrique, ¡enhorabuena!. Imagino tu ilusión y tu emoción. Me he identificado contigo a medida que te leía. Yo tampoco soy de "mi pueblo", pero cada año aparezco por allí, aunque solo sea un rato, allí respiro mejor y visito a la Santa Cruz, que mis hermanos y yo llevamos en nuestro nombre en último lugar. Te entiendo perfectamente y te envidio. Yo no tendría nada que exponer pero imagino tu sentimiento. Y por supuesto, que, aunque no sea fisicamente, alli voy a estar.
Un abrazo.
(Ahora viene lo de acertar el maquiavelico acertijo)
No sabes... bueno, si sabes el coraje que me da el no poder estar en Tamames y disfrutar no solo de tus toros y toreros, sino de todo el pueblo, que ya sabes que a mi todo lo que huela a pueblo y tradiciones me engancha.
Espero que disfrutéis este fin de semana todo lo que podáis, que al siguiente ya lo haremos en Madrid.
Por cierto, no hace falta haber nacido en ningún sitio para ser de donde uno quiera. Las raíces tiran mucho.
Un abrazo.
Amigo Enrique, bien sabes que soy de pueblo, y además lo llevo con orgullo. Disfruta del tuyo con esa exposición, en la que sin duda, habrás puesto el corazón; aunque tu obra ya lo lleva por delante. Por otra parte, como te acaba de decir José María, "las raíces tiran mucho"
Saludos de Gil de O.
Seguro que habrá puerta grande de las de verdad, enhorabuena Enrique.
Magnifica noticia.
Felicidades y suerte ¡Torero!
Saludos
Xavier:
Muchas gracias y seguro que no nos mandan callar, otra cosa es que haya valor para hacerlo, aunque la inconsciencia también ayuda a soltar la lengua.
Un saludo
Fabad:
Pues sí, hay cosas que se llevan dentro y que además uno tampoco quiere renunciar a ellas. Se me juntarán muchas cosas en la cabeza y por supuesto que sentiré la presencia de todo el mundo, que para eso no hace falta viajar.
Un abrazo y yo pensé que había quitado el acertijo. Tendré que probar de nuevo. A mí tampoco me gusta
Marín:
Estaría bien que te enseñara yo el campo de mi pueblo, antes que tú a mí el del tuyo, ¡qué grande! Tranquilo que ya te hartarás cuando te cuente como ha ido todo. Aquí esperamos.
Un abrazo
Enrique, si has quitado el acertijo. Es quea me cae tan mal que me he puesto el parche antes de que salga el grano.
Triunfaras seguro. (Como dice Gil de O, ya has triunfado).
Gil de O.:
Pues sí que tiran y si alguien visitara este pueblo, inmediatamente entendería el origen de esta afición que compartimos. El toro bravo siempre presente, en el campo, donde es el rey y en la vida diaria de la gente, algo que sería deseable en todas partes.
Un abrazo
Manolo:
Muchas gracias, solo espero no quedar por debajo del ganado.
Un abrazo
José:
Muchas gracias, se hará lo que se pueda
Un abrazo
Enrique, me he preparado la ruta,443 Km desde mi puerta a la Plaza Mayor ,sé que en El Soportal de la Plaza se come un fantástico cocido y me sobran ganas para meterme en carretera.
Pero,ya salió el pero, tu sabes que tengo obligaciones familiares que me ocupan cada fin de semana y me quedo con las ganas ,lo mismo que de asistir con el amigo Marín a la novillada de Las Ventas.
Como estoy seguro de tu éxito,solamente desearte que lo disfrutes a tope y que recargues bien las pilas con la nostalgia.
Fabad:
Yo no soporto el acertijo, es un castigo que creo que no merecemos, jajajajaja
Un saludo
Franmartín:
Hay varios sitios en el pueblo donde se come un estupendo cocido, no apto para malos comedores, y después hay donde comprar un embutido para morirse. Y encima el sábado por la tarde, encierro de vacas y hasta visita a alguna ganadería. Menudo plan ¿eh? Ya sé yo que si no te pones de viaje es porque hay algo que te lo impide irremediablemente, me consta de sobra y te lo agradezco muchísimo. Muchas gracias por tus deseos y espero poder contaros muchas cosas buenas.
Un abrazo
Suerte Enrique, espero que todo salga bien.
Un saludo
J.Carlos
J. Carlos:
Muchas gracias.
Un saludo
Mucha suerte Enrique.
Seguro que sales por la puerta grande.
Un saludo.
Enrique:
Estoy seguro de que todo saldrá muy bien. Tamames o cualquier sitio donde haya una pared que deje colgar tu obra, siempre será un buen lugar para mostrar el trabajo.
Muchísima suerte y un fuerte abrazo, apoderado!!
Miguelito:
No he salido por la puerta grande, no he hecho méritos para ello, ójala. Pero me he pegado un baño de gente muy querida, de un trato increíble y de recuerdos, que se me van a tardar en pasar los efectos. Muchas gracias y un saludo
David:
Un día me dijiste unas sabias palabras sobre las exposiciones y no se me han borrado de la mente. Eso sí, también te digo que gracias a ellas, solo disfruto, mucho, y no pienso en nada más.
Un abrazo fuerte.
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