¡Eh, toro! Oui çe moi? |
Me ha costado abrir la temporada taurina, pero después de no
pensarlo ni un minuto, porque igual era peor pensárselo, me fui a la corrida
del Domingo de Resurección. Una fecha marcada en el calendario por muchos aficionados
como propicia para hacerse un viaje a Madrid para ir a los toros, lo que a
algunos nos ha venido de perlas para encontrarse con amigos de otros punto de
la geografía. Siempre son agradables estos encuentros, muy agradables, igual
que lo es acordarse de otros que están lejos en kilómetros, pero muy cercanos,
tanto que los hay que te escriben un texto en su blog y te dejan sin palabras,
más los comentarios de otros o los que se te presentan en la grada para
saludarte y animarte a seguir en el lío y que te dejan con los ojos como
platos, pero con el ánimo por las nubes. Perdón por este pasaje personal, pero
tenía que decirlo.
Si es que no hay como tener amigos, ya lo decía aquel. Que
se lo digan al señor ganadero de Los Bayones, que le contratan una corrida y
todo parece indicar que por no tener amigos en Taurodelta, o igual por tener
algún enemigo en el triunvirato, vio como le echaban la corrida para atrás. Que
ya resulta chocante que a alguien se le ocurra traer a este hierro a Madrid con
los antecedentes de esta vacada en esta plaza, pero eso no justifica que se
atropellen sus derechos, una vez cerrado el trato; tanto que hasta se anunció
como cierta su presencia. Incluso hasta parece ser que se echaron para atrás
algunas reses ya aprobadas en el pasado. Uno no acaba de entender lo
acontecido, pero igual es que el señor Matilla no estaba muy dispuesto a ver
eso de “Toros de la ganadería de los Bayones” en las paredes de las Ventas.
Pero no es este ganadero el único que necesita un amigo en
Taurodelta y si no, que se lo pregunten al ganadero Gerardo Ortega, siempre tan
leal al poder taurino, pero que en esta ocasión se le coló por la derecha un
encierro de Gavira. Aunque no parece que fuera que uno es más amigo que el
otro, más bien parece que la cuestión fue cuestión de dineros, ya se sabe. Uno
que según comentaba en el apartado podía ser la última vez que viniera a Madrid
con una corrida de toros y el otro que vio como volvían para Huelva sus toros,
sin que tan siquiera se hubieran bajado del camión para estirar las patas.
Total que al final saltaron al ruedo seis ejemplares más dispares que una
orquesta de sordos, que evidenciaban el origen de aquella corrida, la limpia de
cercados de la Ganadería de Gavira. Una espléndida mansada, descastada y que
pretendían esconder su flojera y tipo de vaca de Milka detrás de unas encornaduras
escandalosas, como si fueran los renos de Papá Noel. Habrá quién quiera ver en
eso trapío, pero para mí, el trapío es otra cosa; igual que no lo es un buey de
600 o 700 kilos si no tienen más que peso, tampoco lo es un ciervo con cuerpo
de vaya usted a saber qué. El primero y el último es verdad que eran otra cosa,
pero que tampoco nos creamos que fueran para esculpirlos en mármol.
Los tres espadas también contarán con amigos en Taurodelta,
sobre todo el bueno de Antonio Nazare, del que se empeñan algunos en decir que
es artista y que él mismo pelea por contradecirlos. No me voy a extender sobre
lo ocurrido durante esta corrida del Domingo de Resurección, porque para ser la
primera de mi temporada, con los motores aún sin afinar y la vista sin tenerla
adaptada a las contorsiones y lejanías, uno ya ha hecho su esfuerzo intentando
recordar lo que pasó en el ruedo. Allí donde Curro Díaz iba a deleitarnos con
sus chispazos de arte y gracia que tienen los elegidos, pero que él parece
haberse dejado olvidado en un taxi, para parecer uno más. Uno más que da pases
insustanciales, despegados, abusando del pico de la muleta y descargando la
suerte, uno más que no manda jamás en las embestidas de sus toros, uno más que
se desentiende de la lidia y no es capaz de fijar al animal en los capotes, uno
más que empieza a no merecer que sus seguidores recorran una montonada de kilómetros
para verle en Madrid. Eso sí, el sablazo que pegó a su primero envainando la
espada por el pellejo fue para contarlo, pero para pensarse otra vez eso de
coger el coche para apoyar a Curro.
Morenito de Aranda tiene ese toque de artista, sin ser
excesivamente pinturero, y ese halo de torero castellano que hace años ayudaba
a identificarlos solo con verles coger el capote, pero le falta el acabar de
convencer y el convencerse a si mismo. Igual es un punto de vista demasiado
optimista y benévolo con el burgalés, pero esa es mi sensación. La misma que se
diluye cuando se le ve deambular por el ruedo al son que le marca el toro. Pases
sueltos de uno en uno, acompañando, que no dominando, con eso que dicen ahora
de “componiendo”, pero no toreando. Bien es verdad que aparte de tener que
pechar con los mulos de Gavira, también tuvo que pelearse con el viento de
Madrid, que aparte de continuado, era frío como la m… Echemos la culpa de los
enganchones al aire, que puede ser excusa, pero no sirve como tal. Igual que no
debe consagrar a Antonio Nazare una faena con dos tandas de naturales
retorcidos en los que toro y torero iban cada uno a su ritmo. Un prodigio del
toreo moderno, sin saber cuál era su sitio durante la lidia, sin preocuparse de
lo que ocurría hasta el momento de coger la muleta y con una disposición bárbara
a llegar a los mil muletazos en una tarde. Y si esto no es posible, pues a
pegarse el arrimón, eso tan eficaz para que uno se arranque a dar palmas él
solito, como si fuera el único al que le ha iluminado la gracia del torero,
para acabar siendo secundado por los demás al que el pionero de los aplausos ha
abierto los ojos. Es lo que hay y puede que sea una muestra de lo que se nos
viene encima, que luego uno escucha las conversaciones de algunos y le entra un
ataque de depresión profunda, creyendo que no se ha enterado de nada, que ha
tenido delante a la reencarnación de Chicuelo, Domingo Ortega y Manolo Vázquez
y no se ha enterado. Y no digo de Belmonte y Gallito, porque esa reencarnación
ya tiene dueño. Ese que tiene amigos por doquier y que pasado el tiempo, igual
hasta los tiene también en Taurodelta, pero de esto de las reencarnaciones ya
hablaremos otro día, que la cosa requiere que se reflexione sobre ello.
8 comentarios:
Enrique, estoy preparando alguna entrada en el blog sobre el inicio de la temporada. Para colmo acabo de llegar de una conferencia sobre Pepe Luis Vazquez, que se dice pronto pero uno no tiene boca donde quepa el nombre de semejante torero. Y comparas con lo que nos ofrecen hoy y caes en una depresión con tintes de incurable.
Lo del baile de corrales en tu plaza es ya casi indignante. No sé como serian los de los Bayones, pero si le rechazan toros que el año pasado le había aprobado...chungo. A Gerardo Ortega le mandan a embarcar una corrida que luego ni se la reconocen, y al final se cuela una de Gavira...penoso y sospechoso.
Ya veo lo próximo de tu plaza, que se sume a la moda de los mano a mano con los torillos debajo del brazo y eliminando el sorteo. Al tiempo.
Un abrazo.
ja,ja,ja,ja, Enrique ,eres Genio y Figura, me has hecho sonreír de nuevo al igual que por Tlf y es de agradecer dado que sabes como nos va por estos lares,pues siempre en tu inimitable linea que es mejor que verlas por Molés Plus....HIR
Enrique, da igual que te incorpores tarde, aquí nada cambia y, si lo hace, es para mal. Por cierto, ¿y eso de "coger el coche"? ¿Tú también te has pirado a Senegal?
Un abrazo.
Para ser la primera de la temporada te ha salido una faena muy aseada,con un buen remate final , media en buen sitio que es suficiente para desenmascarar al listillo especialista en asesinar toros a salto...de mata.
Un abrazo.
Marín:
Pues todo tiene su explicación, imagínate cuál. No puedo afirmarlo rotundamente aquí, pero cuando quieras te cuento la historia que a mí me han contado.
Un abrazo
HIR:
Muchas gracias, aunque no sé yo si estamos siendo observados, pues esos cortes en la comunicación resultan sospechosos, jejeje.
Un abrazo
Luis:
Nooo, no me he pirado a Senegal, pero chico, uno ve el panorama y le dan ganas, jejeje. No te creas que te vas a librar tan fácil, jejeje.
Un abrazo
Franmartín:
Yo te recomendaría que te des un paseo por otros lugares taurinos y me digas si estoy muy mal de la cabeza, de la vista o del sentido común, pues a veces tengo la sensación de vivir otra realidad. Te lo pido a ti porque te tengo fe y confianza. Si el resultado me es muy adverso, solo te pido tacto y que me digas cuánto me queda.
Un abrazo
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