sábado, 4 de octubre de 2014

Fandiño, usted tiene razón, Madrid ha perdido la cabeza

Antes Fandiño tomaba la espada y echaba a volar, ahora parece que las esperanzas en él depositadas, también.


Me gusta coincidir con los maestros, es algo que me anima y me hace pensar que ya estoy a punto de rozar la excelencia y que cuando lo consiga podré mirar de soslayo a todos los mortales, así con ese desprecio que solo podemos manifestar los elegidos. ¡Qué bendición! Hablar de tú a tú con estos privilegiados del toreo. ¿No me envidian? Pero una envidia de esa corrosiva que hace que los que la sufren se ganen el infierno en dos pensamientos y medio. Pues ya ven, uno está completamente de acuerdo con Iván Fandiño, el torero que ha dicho que Madrid no sabe lo que quiere o algo parecido, algo así como que no tiene ni idea, vamos, que esta plaza se ha vuelto majareta, y eso es una verdad absoluta que nadie puede discutir. Ahora bien, en lo que no coincido del todo es que en que esto haya sido cosa de una tarde, ¡nooooooo! Esto viene ya de atrás, si hombre, desde hace ya varias temporadas. Es la misma locura que de forma mecánica les hacía sacar los pañuelos y pedir las orejas cuando usted se liaba a trapazos, sin arte, sin temple y sin mando; pero puede que fuera porque usted tenía la costumbre de enfrentarse al toro, por lo que la emoción les hacía flamear los moqueros. Que la diferencia es grande, no se crea. Esa misma afición que le jaleó lo de matar sin espada, no, perdón, sin muleta, que la verdad, para el uso que le daba, casi mejor lo del número de la cabra, eso de encunarse y apoyarse en el testuz para aprovechando el impulso salir por la culata del animal. En otro tiempo despertó la ilusión de la afición y quizá más por lo que esta esperaba que pudiera ser, que por lo que realmente era en aquellos presentes de cada momento, se le apoyaba; pero si usted decide encaramarse a lo alto del taurinismo y de la vulgaridad, con ganado infame, de ese de la figuritas, pues la gente se enfada y con razón. ¿No cree que el público pueda tener motivos de mosqueo cuando ve su nombre junto al de Núñez del Cuvillo y echando por delante a Finito de Córdoba y por detrás a Daniel Luque? Al menos, no me negará que la cosa no da el pego de estar demasiado preparada.

Pero vamos a lo general, a lo ocurrido en la corrida de Núñez del Cuvillo/ Juan Pedro Domecq/ Fermín Bohórquez/ El Torero/ El Risco; ya saben ustedes eso de que en la variedad está el gusto, ¿no? Pues en Madrid en la segunda de Otoño se han sobrado con lo del gusto. La de matrimonios y relaciones premaritales que se habrán roto en tan nefasto día. Porque no hay quién se trague que tu pareja salga por la puerta de casa a las cuatro y media para ir a los toros y que te diga camino de las nueve que acaba de salir de la plaza. Eso huele a infidelidad, de lejos. Pero no novias, novios, esposas, maridos, amantes y “amantas”, que la cosa ha sido así. Cuatro sobreros, que podrían haber sido otros cuatro más, para remendar la floja, flojísima corrida que mandó don Álvaro, el de los toros colaboradores. Descastados, mansotes, sosos, flojos, bobos y justitos de todo, algunos con mucha cuerna, lo que no es sinónimo de trapío, eso es mucho más que unos pitones medio aparentes. Lo que no puedo confirmarles es si la corrida era picada o sin picar. Si nos atenemos a lo expuesto en el cartel del festejo, era una corrida picada, pero si nos atenemos a lo visto, más bien parecía sin picar. Que el de don Juan Pedro iba y venía, pero, ¿y lo de picar? Fue el del Torero  al que más se picó, pero ¡calma! que eso tampoco quiere decir que se le castigara en el caballo, todo va en comparación a los demás. También fue el más potable de la tarde, pero siempre teniendo como modelo el desastre, la vergüenza y la falta del toro de verdad.

Finito de Córdoba estuvo... ¿Cómo estuvo el diestro de Sabadell? Pues pregúntenselo a él, un diestro siempre crítico y medido en sus actuaciones. Crítico con quien no le jalea todas sus vulgaridades y abulia taurina y medido cuando tiene que valorar su tarea. Que se dedica a mantear a sus toros con el capote, a echarle la tela al suelo a su segundo para ver si se lo echaban para atrás, a desinhibirse completamente de la lidia, sin poner el toro en suerte ni por accidente, con faenas de muleta insultantemente prolongadas como si buscara escuchar voces de desaprobación, saliéndose de la suerte al tomar la espada, pero que cuando le ponen el micrófono de la tele del más, no duda en mostrarse satisfecho como el que más e incrédulo cuando comprueba que hay gente que cuestiona su torería, su capacidad como matador de toros y su afición. Las cosas de don Juan. Y ahora que me digan que se ha ganado figurar en el abono del año próximo.

De lo hecho por Iván Fandiño ya he adelantado algo, pero detengámonos unos instantes. Dejó sin picar al de Juan Pedro, se mantuvo ausente durante su lidia, abusando de capotazos innecesarios. Con la pañosa, aparte de abusar del pico de la muleta y de echar al toro hacia afuera, no aplicó nunca eso del temple, algo bastante habitual en el quehacer de este matador. Mucho pase, de aquí para allá, sin orden ni concierto, apelotonando los trapazos sin lógica. Un bajonazo soltando la muleta y a echar la culpa al respetable. En su segundo, el sobrero, del sobrero, le administró la misma medicina. Se arrancó al caballo con ciertas ganas, aunque luego se liara a pegar cornadas en el peto. En banderillas empezó a dejar ver su condición, lo que aprovechó Miguel Martín para dejar un par más que aceptable, destacando los muy oportunos quites de Neiro a la salida de los pares. A esto siguieron trapazos y más trapazos sin temple de Iván Fandiño, estirando el brazo y entre retorcimientos, lo mismo con la derecha, que al natural. Bernadinas y bajonazo otra vez. Eso sí, el torero no entendía el por qué del disgusto de gran parte de los que se acercaron a la plaza de la calle de Alcalá.

Con Daniel Luque creo que hay que tener paciencia y simplemente esperar el número de toros necesario para convertirse en figura del toreo. No tenemos por qué dudar de la palabra del sevillano. Recibió a su primero con verónicas lentas, tan lentas como el animal se desplazaba con grandes esfuerzos, exprimiendo sus escasas fuerzas ya en el primer encuentro con los engaños. Si alguien piensa que a este tercero de la tarde se le picó, pues que no lo piense más, ni se le arañó con el palo; cosas de la tauromaquia moderna. Este, como otros de los picadores de la tarde practicó la suerte del Moisés, esa en la que el de arriba levanta el palo y lo apoya en el suelo, como si esperara que se abrieran las aguas del Mar Rojo. Escena para un cartel de toros... de los antitaurinos. Quizá el animalito habría hasta embestido a la muleta, pero no le quedaba ni un gramo de fuerza. Imaginen qué pasaría si se le intentara picar medianamente. Ante semejante fiera solo cupo un espadazo caído, total, ¿qué más da? Al sobrero de El Risco le dejó deambular por el ruedo, si sentía el palo y salía a la carrera con dirección a los toriles, pues que saliera, si a la que pasaba le pegaban otro refilonazo y salía de najas, pues venga. Eso sí, no vean con que ceremoniosidad se destocó y pidió el cambio. En el último tercio trapazos, caídas del toro, sosería, aburrimiento y un intentar justificarse que más parecía que pretendieran ofender a los de los tendidos que obtener algo positivo de aquel moribundo.


Pero que nadie se preocupe, ni tenga pena, porque tal y como se desenvuelve la empresa de Madrid, auspiciada por el gobierno de la Comunidad, en mayo volverán los de Núñez del Cuvillo, no sabemos si hasta con dos corridas, puede que salgan tan bochornosamente vergonzantes como en los últimos años, el señor ganadero se quejará, pero seguirá trayendo sus “productos” bien pagados. A Finito le darán una tarde, dos o tres a Luque y otras tantas a Fandiño; y quiera la Providencia que me equivoque y que no vuelvan ni toros, ni toreros, al menos en una buena temporada. Eso sí, a mí nadie me quita esta satisfacción, este buen sabor de boca al poder decir: Fandiño, usted tiene razón, Madrid ha perdido la cabeza

3 comentarios:

franmmartin dijo...

Enrique,lo repito con pena, al paso que esto va,no le va a dar tiempo a Luque a matar los toros suficientes para llegar a figura.
Por desavisado que esté el personal que asiste a los toros y no se percaten que las ganaderías que crían el toro están proscritas,que los picadores ya mismo van a hacer el paseíllo andando,o montados en caballos de cartón ,que mientras que toreros dignos de tal nombre están en sus casas y no se les perdona una en sus contadas actuaciones,tenemos todos los días a Finitos,Luques,Ucedas y demás compañía,incluído el Gordito de la Puebla.Llegará el momento,desgraciadamente más cercano de lo que parece,en todo este tinglado desaparezca.
Los antitaurinos, liderados por esos cantamañanas corruptos metidos a políticos,se han dado cuenta que dejar al taurino campar a sus anchas,es lo más eficaz para acabar con la Fiesta en tiempo récord,sin ellos despeinarse.
Tiempo (breve) al tiempo.
Un abrazo.

MARIN dijo...

Me miro al espejo Enrique y no me conozco. Mis mas allegados me preguntan si me encuentro bien de salud cuando me paso la tarde en el campo con el perro y no veo las corridas de toros por la tele. Y yo que pienso que estoy bien de la chota, pero bueno, tampoco me niego a decir que esté cuerdo del toro.

No voy a entrar a juzgar la Cuvillada de esta tarde porque no la he visto, pero si de uno de los toreros, de Fandiño en concreto. Que pena de torero... Un tío que empece viéndolo matar en Sevilla los del Conde de la Maza, luego en otras plazas de primera Victorinos y Adolfos, y hasta en tu pueblo un par de años mis queridos Cuadris. Uno de esos años incluso tuvo la suerte de toparse con Podador, un toro que en el campo era de lo mas tonto y que a la postre resultó ser el mas bravo de ese año 2011 en tu pueblo. Y mira en lo que se ha convertido desde que se paso al lado oscuro. Solo falta que Darth Vader aparezca un día en el callejón y le diga eso de "Ivan, yo soy tu padre".

El año que viene otra vez Cuvillada, no lo dudes. Los tres de hoy volveran sin duda. Lamelas, Pepe Moral, Ureña, Urdiales y demás se pelearan por ir una tarde (si van). Juan Mora, Luis Vilches y otros muchos buenos toreros seguro que ni irán...y así sucesivamente para que yo me siga quedando en el campo con el perro.

Otra chapa que te acabo de soltar. Perdona. Un abrazo Enrique.

Enrique Martín dijo...

Franmartín:
Has hecho una radiografía perfecta, que podría resultar absurda, pero que se acerca demasiado a la realidad. Ellos están felices de que aún tengan negocio y cuando se acabe, pues se dedicarán a otra cosa y mientras nosotros nos quedaremos con dos palmos de narices, viendo como se desvanece este amor al que tanto hemos dedicado.
Un abrazo