Si el toro romanea, la balance de la Fiesta se equilibra |
Sí es, no es, lo que está claro es que los señores
empresarios que se dedican a publicar manifiestos no son los que pueden sacar
adelante la Fiesta de los Toros; no puede ser que una parte importante de los
que han hundido todo esto, responsables, pero no los únicos, que sean a la vez
los salvadores y los regeneradores. Pero a pesar de todo, ahí siguen, no se
resignan a no llevarse un duro que ande vagando por el mundo. Lo quieren todo,
quieren exprimir a la vaca hasta que esta ya no dé ni una gota. Solo se han
ocupado de estrujar las ubres de este espectáculo, sin tan siquiera llegar a
pensar en darle hierba y pienso a la nodriza de la que han mamado durante tanto
tiempo.
Ya digo que no son los únicos responsables, miremos también
a toreros, ganaduros, taurinos, prensa y demás criaturas parásitas que se han
aprovechado de esto, pero tampoco son las únicas víctimas. Me sorprende que
pongan la fecha del comienzo del fin hace cinco años, que es más o menos cuando
el número de abonos empieza a decrecer, una cuesta abajo que continúa en el
momento presente y que de momento no parece que vaya a alcanzar el llano y
mucho menos el repunte. Pero ahora empiezan a dar importancia a lo que en su
momento menospreciaron. Habrá quien me acuse de ombliguista y de pensar que
solo existe la plaza de Madrid, es posible, pero si atamos cabos, resulta que
el triunvirato que desgobierna las Ventas puede que sea el que mayor poder
ostente en el toro y precisamente de boca del señor Choperita padre, es de
quien más veces se ha oído eso de que a esto le quedan dos días. ¡Caramba! Lo
negro que lo ve, pero él sigue que sigue queriendo arramplar con el último
céntimo que quede en el toro.
Hablan, creo recordar, de imaginación o medidas
imaginativas, ellos que a lo más que han llegado es a darle al botón de la
fotocopiadora año tras año a la hora de ensamblar los carteles de San Isidro.
Que la creatividad no les llega para más que para andar montando tascuzos en
las inmediaciones de la plaza, hasta llegar a ese... ese engendro al que se
puede acudir después de la corrida a tomar una copa entre luces de guateque de
quinceañeros horteras y música estridente, consiguiendo hacer creer que la
plaza se convierte por unas horas en una barra americana. Y como el summum del
ingenio, antes de la corrida hacen que la banda de música se pasee por las
galerías del tendido alto interpretando alegres pasodobles, atronando los oídos
del personal; será para que la afición no puede comentar el muladar en que han
convertido la primera plaza del mundo, pero tranquilos, que después del festejo
también se pueden intercambiar opiniones. Sin olvidar los ciclos, ¡benditos
ciclos! Que si de novilleros, que es una magnífica forma de abaratar costes;
con lo de los encastes minoritarios, que callan la boca a los que supuestamente
son más protestones, pero que no deja de ser un engaño más al aficionado. Aquí
se agotan las ideas de estos señores, estos que ven como se les hunde el
negocio y no saben cómo reaccionar. ¿Y cuándo se quejan? Cuando les tirita el
bolsillo.
Unos señores empresarios que se echan a temblar cuando las
figuras amenazan o deciden que no van a una feria. Se rilan por las calicatras,
eso de tener que pensar en hacer carteles y combinar toros y toreros no
habituales les hace sentir el fuego del averno. “¿Qué hacemos? Que como las
cosas sigan así, igual tenemos que trabajar un ratito”. Además, si a esto
unimos el que un supuesto don nadie se ponga en su sitio y le dé por torear de
verdad, lo mismo hasta se pone a pedir lo que le corresponde y los señores
aficionados se ponen a exigir que se le contrate. Que lo mismo, hasta el
aficionado empieza a entusiasmarse, empieza a acudir de nuevo a la plaza y se
jod... se chafó lo del hundimiento. A ver si por una tontería renace esto del
toreo y se nos van al garete los planes de convertir las Ventas en una
macrodiscoteca o sala de conciertos, salón de baile, teatro monumental, un
cabaret a lo bestia, un pabellón deportivo o un gran tascuzo en el que corra la
cerveza como el Nilo en época de crecidas.
¿No será que nos están preparando el cuerpo para echar el
cierre? Que nos apañan con una feria en la que tengan casi todo vendido, lo
cual ya no es tan probable, nos mangan la temporada, que es algo que persiguen
desde hace mucho tiempo y visto lo catastrófico del momento, hasta esperan que
les dediquemos una ovación cerrada el último día de la última temporada. Eso
sí, luego podremos culpar con toda tranquilidad a los antitaurinos que son unos
demonios, a los políticos que son unos golfos, a los aficionados que se
hartaron de pagar y se fueron y al suegro del Marqués de Bradomín, pero los
culpables los tendremos en nuestra casa, llámense Anoet, Asiet, Unión de
taurinos venidos a menos o como cada uno quiera. Son estos que tanto se ofuscan
con las protestas, que nos llaman maleducados, irrespetuosos y lo que surja,
que nos hacen peinetas, nos ofrecen bajar al ruedo y puede que hasta nos
clavarían en un tablón como mariposas disecadas, lo que sea, no vaya a ser que
les descubramos la trampa y que se corra la voz entre aficionados, taurinos de
merienda, público en general, niños, niñas y militares sin graduación. Entonces
lo iban a tener más difícil. Igual en ese momento tendrían que cumplir con el
destino que tienen marcado desde hace tiempo y que se niegan a cumplir, que no
es otro que el que se marchen, que se vayan, que tengan al menos un mínimo
gesto de honestidad con la Fiesta y que se vayan de una vez. Igual entonces se
podría plantear si es posible que los toros renazcan o si pasarán a ser solamente
el más bello recuerdo que seguiría viviendo en nuestro corazón. ANOET, ¡Váyanse
ya!
6 comentarios:
Enrique, enhorabuena por tu análisis,
TOTALMENTE DE ACUERDO.....
Antonio:
Muchas gracias.
Un saludo
Para muchos es ya el más bello recuerdo que vive en nuestro corazón.Todos estos ,no son más que los enterradores de una Fiesta que,al parecer,no tiene cabida en un mundo que quiere tapar su crueldad y avaricia de siempre con golpes de pecho y buenísimo ,tan falso como esta tropa de mercaderes que viven de sus despojos.
Un abrazo.
Enrique:
Que se pongan las pilas. Que apuesten por el toro, que repitan al que triunfe el año anterior, que persigan y denuncien a esos empresarios que no pagan a los profesionales, a los que hacen pagarse a los chavales los gastos por torear, a los que no firman los boletines, a los que salen corriendo con los dineros de las taquillas...
A estos les importa la fiesta un carajo, a estos los que les importa es ganar los diez que ganaban antes a no tener que ganar cinco. Para mi hace tiempo que no puedo ir a un festejo, a menos que aparezca una Gloria Cantero de turno con un alma caritativa como Murcia de grande. Así que si a esta gente se les acaba el chollo, pues que se jodan. Lo único que me da realmente pena de todo esto es por el toro y la tauromaquia. Por lo demás...
Un abrazo.
franmartin:
Recuerdo ya es lo que siempre entendimos como el toro, el torero y el toreo. Pero con lo que quizá no contábamos era con tener que soportar a esta gente y su cinismo, además de sufrir la decadencia de todo esto.
Un abrazo
Marín:
La cosa no tiene más que lo que tú dices, así, en dos palabras. El toro, el torero que se aguanta delante de él y al que esté bien que toree y el que no, pues a casa. Es sangrante el ver como echan a aficionados a prueba de terremotos, pero no de golfos y ladrones. Cada vez hay menos festejos y el poder asistir a una corrida es un artículo de lujo. ¿Así lo quieren? Pues que así sea, lo que ocurre es que igual la vuelta atrás les cuesta muchísimo más. Han desacostumbrado a la gente a ir a los toros y eso no es bueno. Ese alma caritativa es como su nombre dice, la gloria.
Un abrazo
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