viernes, 2 de enero de 2015

A los Reyes Magos... que pasan de mí


Uno se empieza a plantear a quién pedir ayuda

Queridos Reyes Magos:

Llevo años escribiendo mi carta con todas las cosas que quería en ese momento, y en otros momentos, que si toros, toros, toreros de los güenos, casta, bravura y todas esas cosas que se espera uno encontrar en sus zapatos el 6 de enero por la mañana. Pero un año tras año, cuando me levanto en tan señalado día no encuentro más que los calcetines que me regala mi suegra y el cartón de tabaco de parte de mi cuñado. Yo no fumo, así que siempre acabo regalándoselo a él, que sí que fuma, justo la marca que sus majestades me dejan junto a mis calcos. Que no diga yo que me sienta ignorado por sus regias personas, no, quizá sea yo demasiado susceptible, aunque empiezo a pensar que si pidiera el Scalextric, sí, ese mismo que quería desde los cinco años, hasta los... hasta hace poco, me lo traerían sin pensárselos dos veces, antes de cumplir mis deseos en esto de los Toros. ¿No serán ustedes taurinos?

Veo que a quien pide autobuses bien bonitos, se los traéis, a los que quieren una gira, también, a los que suspiran por torillos, se encuentran con torillos, pero a los que pedimos otras cosas, que hasta podrían parecer más lógicas, no nos traen ni carbón. No me negaréis que no es para estar un poco amoscado. Que uno va a los toros y se le queda cara de pasmao y sensación de estúpido, cuando ve como disfruta la gente de tantas cosas, mientras que uno casi solo tiene derecho a oír, ver, callar y pagar. Si acaso, solo se permite palmear, bien una mano contra otra, bien en la espalda de un taurino afablemente o para pedir disculpas por estar en desacuerdo. Que yo no creo que haya sido tan malo durante el año, como para no poder merecer un poquito, aunque sean las migajas que dejan otros, de lo que pido cada año. Ya digo que yo me pensaba que no había un regalo más próximo a lo imposible que el Scalextric, pero ya veo que hay cosas peores. Que hasta estoy empezando a pensar que los Reyes son Taurodelta. Perdónenme sus majestades, pero es que la cosa ya pasa de castaño oscuro.

Pero uno es paciente, tampoco voy a perder la compostura porque lleven años haciéndome mobing navideño, dejándome ahí apartado en un rincón de sus obligaciones. Que igual el error está en mí, que no digo yo que no, y por eso he decidido cambiar mi actitud y mis peticiones para este año. Fuera eso de pedir toros toros, toreros, casta y esas cosas que parece que son difíciles de encontrar. Este año igual pueden cubrir mis expectativas con algo comprado en la tienda de los chinos, taurinos, pero chinos. Así que, queridos Reyes Magos, este año he sido un aficionado muy bueno, dependiendo del punto de vista de cada uno, que ha intentado no faltar ninguna tarde a los Toros, aunque algunas no fui. Eso sí, siempre acudí con ilusión, esperando ver algo interesante, dejando en casa cualquier prejuicio molesto y pesado y afrontando cada tarde a cuerpo limpio, con la cara lavada y sin mejunjes extraños. Bien es verdad que las más de las veces me llevé unos sopapos de campeonato, de esos que te dejan marcados los cinco dedos entre la oreja y la nariz. Pero el desánimo no podrá conmigo. Es por eso que les pido que este año me traigan una caja de conformismo grande, de las más grandes que haya, para que me dure hasta octubre o noviembre. Una sonrisa de estúpido, de esas que hacen que estés riendo permanentemente, sin saber por qué,  aunque te estén levantando la cartera colándote borreguillos por toros. También quiero una almohadilla de esas de diseño, de esas que es cogerla y ya te sientes feliz, ya puede dejarte la novia, ya pueden meterte el índice en el ojo, que tú, feliz; y si es posible, que venga acompañada del pañuelo orejero, uno de esos blancos como la virtud y la pureza, que cuando se agita desde el tendido parece que echas a volar directo a la gloria. Y si no es mucho pedir, por favor, unos prismáticos. Estos igual se salen de presupuesto, así que si no os importa, me los dejáis en casa los taurinos, que ya me pasaré a recogerlos. Unos prismáticos de esos que te los echas a la cara y sin saber cómo, ni de que manera, empiezas a soltar un ¡bieeeeejjjnnnn! tras otro. Así los vecinos de localidad se morirán de la envidia, porque verán que allí hay un verdadero “afisionao”, uno de esos que, no comerán durante todo el año, pero que a los toros llevan manjares de reyes.

Espero que no les parezca que he excedido e cupo de peticiones, pero háganse cargo, el pasar de “amargao” torista a “entregao” torerista requiere mucho esfuerzo. y eso que no he pedido el manual de “Cómo justificar la vulgaridad y la mentira en el toreo”, sus seis volúmenes, porque quizá sea abusar demasiado; si acaso para otro año, de momento iré haciendo la oreja poniendo atención a los comentarios de los que ya campan por estos caminos del conformismo entusiasta desde hace tiempo. Me entregaré sin reservas a ver los vídeos de las retrasmisiones taurinas de la tele del más, devoraré la prensa especializada, escucharé los amables programas de radio, de esos en los que las preguntas más comprometidas a los maestros es preguntarles la hora o el tiempo que hace en Isla Cristina o Tielmes.

Ya sé que no es el mejor momento para dispendios, que hay recortes en todo lo imaginable y hasta en lo inimaginable, pero entiéndanme, uno también pone su esfuerzo, o no me negarán que no son recortes eso de rebajar el nivel de exigencia a niveles inferiores al cero. Que no puede ser que siempre carguemos con lo malo los mismos. y encima nos ponen pegas, todo parece poco y todavía se nos exige mucho más. Pues anda, que como todos actuáramos de la misma forma, quizá no seríamos tan comprensivos a la hora de asimilar el motivo de haber pedido un Scalextric durante veintisiete años seguidos y na’ de na’. Anda que no habrán tenido oportunidad de satisfacer un pequeño capricho. Que además pedía el pequeñito, no el de los puentes y pistas cruzadas, no, el más básico de los básicos. Ya está uno cansado de... de... ¿Saben qué les digo, Sus Majestades? Que este año no quiero nada, que me quedo con los calcetines de mi suegra, sí señor, que al menos tendré la cabeza fría y los pies calientes, y no al revés. Así que guárdense su manual de “afisionao” feliz y divertido, que no me da la gana, que voy a seguir esperando a que salga el toro toro, el encastado, el de siempre, con toreros capaces, y que no me divertiré, pero al menos sentiré lo que es la emoción y admiraré a los que hagan el toreo de verdad y no a los vulgares pegapases. Tráiganme lo que quieran y si no me quieren traer nada, pues vale, para el año que viene ya cambiaré de proveedor, ya hablaré con el gordito de rojo y si tampoco responde, pues ya me compraré yo lo que me apetezca, y sin tener que dar cuentas a nadie. Lo que no sé es si volveré a pedir nada de nada “A los Reyes Magos... que pasan de mí”.


10 comentarios:

MARIN dijo...

Enrique:
Tengo mi carta de reyes programada para pasado mañana en el Retoñal. No difiere mucho de la tuya la verdad, será porque somos compañeros de tendido.
Yo eso de los prismaticos no lo veo. Es que de repente el toro se ve mas grande, tanto que a veces parece que estas delante, y eso tiene que acojonar tela del telón.
Lo de pedir toros encastados...puff, no sé. Sinceramente creo que salen muchos, los que pasa es que no se ven. Suelen salir en carteles donde los toreros ya tienen todo su merito por estar ahí, y donde están los que deberían mandar en esto, o no salen o salen muy pocos.

Yo les he pedido un buen puro, de esos que te los pones en la boca y le quemas el cogote al de delante, un bonito clavel para la solapa, y varias cajas de JB y coca cola para las tardes de toros. Mas que nada para no desentonar en las tardes de toros en el tendido. Lo de la morena guapa no porque afortunadamente ya la tengo. También le he pedido volver a la grada del seis alguna que otra tarde (con mi puro claro está), y una vueltecita por la huerta murciana. Con eso ya voy sobrao. Lo demás, ni me lo van a traer los reyes magos ni el gordito de rojo, así que me lo ahorro.

Un abrazo.

fabad dijo...

Amigo Enrique, me temo que nos van a traer carbón. O sea, mas de lo mismo. Torillos y torerillos...

Unknown dijo...

Enrique:
Demasiado indiferentes estos consignatarios por muy "magos" que se hagan llamar.
Debe ser pedir un imposible cuando, ni aún sufriendo tantos sinsabores son tenidos en cuenta ni siquiera como justo pago para conceder, al menos, una pieza para recuperar el engraje del motor gripado y casi irrecuperable.

No creo que nos hayamos portado tan mal, ni siquiera admito esa acusación gratuita de que estamos o vivimos en una época donde ni siquiera esos caballeros de Oriente existían...

Va a ser verdad, querido amigo, eso que dices tan acertadamente sobre que estos barbudos ni son tan sabios ni tan generosos y sí un trío selecto de amiguetes de los verdaderos y tahúres tratantes.

Al igual que tú, busco año tras año mi scalextric que pedí hace ya mucho tiempo, cuando un día, pude sentir aquella agitación tan única como irremplazabe. Ya ves, una elección harto extraña, viviendo en mitad de bancales recónditos y además, siendo niña escuálida. Pero eso es otra historia...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo que soy monarquico por los cuatro costados si creo en los Reyes Magos.Y creo más desde que un vecino mio le pidio a sus majestades
que trajeran a la fiesta nacional toros con grandes cuernos, se ve que por error los cuernos se lo mandaron a el, y hoy va tan humillado por el barrio que hasta los más pequños se atreven a torearlo.
Mientras tanto los amigos le decimos que esto es como la gripe, que lo mismo que llega se va, que todo es cuestion de resignación.
Pero el dice que nanai, que cuando se mira al espejo se ve tan toro y tan favorecido que por nada del mundo se cambiaria por alguno de nosotros, y sabe que nos dice el tio cabron, que para cuernos los sullos y no lo de la mierda de toros que sale por los chiqueros.

El otro dia nos imbitamos en el bar establo, con motivo de la Navidad y me dijo el muy cabron que le gustaria morir en Las Ventas y que su cabeza se pusiera en el patio del desoyadero de la plaza de Madrid.

Este año le va a pedir a los Reyes Magos solamente pienso y un poquito de verde para mezclarlo, y espera que su petición sea atendida, pues ha sido muy bueno y pastueño, no ha dado ninguna cornada a nadie, cosa muy de agradecer con la cantidad de "cornadas" que nos pega los señores del Gobierno.

Por tanto D. Enrique, no desespere y siga crellendo en los Reyes Magos.

Saludos y muchas felicidades en 2015
Francisco Cisneos

Antonio Fernández Box dijo...

Buenas noches, Yo solamente quiero hacer una corrección en el comentario de Marin,
lo de una vueltecita por la huerta de Murcia, aqui decimos una "vueltecica" porque este es el lenguaje "panocho"empleado en la Huerta Murciana.
Un Abrazo.

Enrique Martín dijo...

MArín:
La morena es la más guapa y salada del mundo, y además, rojiblanca, si es que no te la mereces, jajaja.
De lo demás, pues ya ves, poco nos traen y lo que consigamos es por nosotros mismos. Eso de la grada me gusta y mucho, incluso con puro, JB y demás. Menuda tarde podríamos pasar. Y luego nos vamos a la huerta murciana, aunque para ir allí hay que ir pronto, porque se merienda a las seis, que eso lo sé yo, y si no estás a esa hora, pues te quedas sin oler la merienda.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Ya podían plantarse los Reyes y decir que no hay carbón para tanta mandanga.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Gloria:
Sigue pidiendo el Scalextric, o mejor dicho, sigue pidiendo sueños, ilusiones, que seguro que habrá algún momento en el que se te plante delante y se te haga realidad o lo que es mejor, que la vida se te convierta en sueño por unas horas; que eso también está bien.
Luego ya llegarán los ratos de protestas y exigencias para que los toros sean lo que deben ser y para que así tengan que callarse muchos que dicen que los Reyes Magos no existen. Yo te puedo decir que creo que cada 6 de Enero vuelven por mi casa para satisfacer tanta ilusión que no me cabe dentro. Si será grande, que ni los zapatos me entran y los tengo que poner junto a la ventana.
Un beso, Gloria.

Enrique Martín dijo...

Don Francisco:
Con lo que me he reído con su historia, creo que tengo que creer que los Reyes Magos seguirán viniendo cada año y que habrá más historias como esta de los cuernos de su amigo, perdón, de su amigo de los cuernos. Vaya, creo que no hay forma de salir del lío. Eso sí, el día que lidien a los cuernos de su amigo, o a su amigo de los cuernos, por favor, avise, no me lo perdería por nada del mundo.
Un abrazo, muchas gracias por ese humor y muchas felicidades para este 2015 y todos los que tienen que venir después.

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Apuntado queda. Y si no lo aprendemos, que el castigo sea dar muchas vueltecicas por ese rincón. Yo me apuntaba a una no, a miles, porque allí he encontrado mucho más de lo que pensaba que había por el mundo. Quién me lo iba a decir a mí, pero ahora oigo Murcia y huerta y se me dibuja una sonrisa socarrona, solo con pensar en la gente que tengo allí.
Un abrazo