lunes, 4 de junio de 2018

Para que no te confíes


Lo de Miura a veces sale feo, sin fachada, otras sale complicado, otras imposible y otras, todo mezclado

Ya empiezan a asomar esas ganaderías de la última semana que esperaban muchos aficionados, ya llegó de nuevo Miura y podrá hablarse de que ha sido buena, mala o regular y entablarse un debate de alta graduación, pero lo que no ofrece dudas es que es distinta y en especial si la comparamos con cualquiera de las ganaderías comerciales, las que admiten viajar debajo del brazo de toreros que se allanan el camino hasta la exageración. Que los habrá que entienden esto como algo ñoño y abarcable, que se queden con ese toro dulzón hasta el empalago y que ni entiendan, ni les cabrá en la cabeza el toro fiero que presenta dificultades y al que o le ganas o te come. Y eso ha pasado con la de Miura, que cómo no le ganaras, ¡Ojo! Con este toro, todo lo que sea haga tiene mérito, excepto el quedarse a merced, sin más recursos que el quedarse ahí, a ver por dónde sale el toro. Pero admitido eso de que este hierro es diferente, no puede serlo, ni se debe pasar por alto el que eche una corrida demasiado escurrida. Que si miramos la tablilla, igual no había discusión, pero esta es una muestra de que el peso importa lo justo y que nada tiene que ver con el trapío. Que a demasiados daban ganas de prepararlo un Cola Cao con magdalenas, pero muchas magdalenas. Ni tampoco seríamos justos si decimos que ha sido un encierro parejo, que no lo era. Eso sí, el comportamiento, con complicaciones, nada tenía que ver con la presencia.

Si hablamos de un especialista en esto del “a ver qué pasa”, el “quedarse a merced del toro”, pocos hay que superen a Rafaelillo, que se encontró con primero que renqueaba de los cuartos traseros. Apenas se le castigó en el caballo, dónde no presentó pelea, se dejó y hasta se fue suelto. El murciano comenzó por abajo, pero en su estilo habitual, sin torear y queriendo dar la sensación de estar realizando una heroicidad y a todo esto, el viento. Aperreado con el Miura, que no valía un duro, pero su además nos empeñamos en hacerle peor, imagínense. Entera haciendo guardia y un mitin penoso con el descabello. Su segundo, demasiado anovillado, amagaba con saltar, mientras Rafaelillo tiraba capotazos sin eficacia. Se fue suelto al caballo, le taparon la salida, mientras tiraba algún derrote que otro al peto, recibiendo leña a base de bien. Entró tres veces al peto y recibió lo que corridas enteras de esas que tanto gustan al personal, de esas que no van al caballo, pero que algún adelantado pide la vuelta al ruedo en el arrastre. ¡Qué cosas! El animal se quedaba con todo lo que le hacían y por supuesto, también con los trapazos del matador, que lo mismo se la ponía, que se la quitaba de un tirón. Muy aperreado con el de Miura, al que hizo bastante peor de lo que venía del campo. Este es el toreo de siempre de este hombre, que año tras año vuelve, para demostrar lo que es quedarse a merced del toro, sea del hierro que sea.

A Pepe Moral le salió un grandullón mal parecido, sin chichas, sin rematar, con muy poca presencia, a pesar de ese volumen. Comienzo incierto, mirando a las tablas, sin meter la cara, fijo en el caballo, pero con la cara alta y peleando solo con el pitón izquierdo, para después dejarse sin oponer resistencia en la siguiente vara. Buen comienzo del trasteo por abajo por parte de Moral, en el que por momentos llevó toreado al equino con cuernos. Prosiguió con una tanda arrancando muletazos, pero haciendo que el toro se parara al tercer muletazo, quizá más para respirar el torero, que el toro. Hay que reconocerle que no metiera el pico, algo más con la zurda, destacó un buen natural, había que dejarle la muleta para evitar lo antes dicho, que el Miura se parara. Por momentos las tandas no pasaban de aseadas, pero hay todo lo tuvo que poner el matador, que allí nadie le iba a regalar nada. Quizá habría podido obtener recompensa al esfuerzo realizado, pero la espada se lo llevó al viento. El que hizo quinto, ya perdía las manos de salida, hizo sonar el estribo en el primer tercio, con la cara muy alta; ya en la muleta presentaba un molesto calamocheo ante el empeño de Pepe Moral de liarse a dar derechazos. Quizá no estaba para eso y lo que pedía era un macheteo. Lo intentó por el izquierdo y peor, tirando derrotes, hasta que llegó el punto en que tras el gañafón se quedaba parado. Ahora solo queda ver qué pepe Moral será el de la próxima tarde, un torero que es una montaña rusa, hoy sí, mañana no, al otro te ilusiona, después… De momento, apetece verle otra vez.

A Román hay que agradecerle que además de ponerse con lo cómodo, también lo haga con Miuras, otra cosa son los resultados y el que parezca que está demasiado adaptado a las mañas del torillo bonancible y nada hecho para otro tipo de ganado. Y para más inri, tuvo la mala suerte de tener suerte en el sorteo. Su primero de salida se estampó contra las tablas, dejándolas hechas añicos. Mantazos a un animal que cazaba moscas, muy pendiente de todo lo que allí sucedía. Castigo justito en el caballo, sin humillar y oponiendo pelea. Se arrancó alegre en la segunda vara, pero no se le picó lo que necesitaba. Román intentaba hacer lo que le hace a todos, metiendo el pico, pero en este caso, esa trampa podía hasta ser una temeridad, había que taparse. Se limitó a rondar por allí, a ver qué pasaba, sin saber para dónde tirar. Cambió a la mano izquierda y peor, más pico y el toro tiraba el derrote al verlo descubierto. Decidió acortar las distancias y peor, porque ahogaba al de Miura. Le quedaba redimir sus penas con la espada, pero entrando de esa manera, saliéndose descaradamente, solo hizo que la cosa empeorara. Y salió el sexto, como un trueno, que haciendo por un banderillero, hasta salto la barrera para ir en su busca, se comía los capotes y en nada, sin que hubiera quién le pusiera las cosas en su sitio, se hizo el amo del ruedo. Peleó en el caballo, pero tirando derrotes, en especial por el lado izquierdo. Román incapaz tan siquiera de ponerlo en suerte. Siguió derrotando y al final quedó sin picar. En el último tercio era para que acusara todas las perrerías que le habían hecho. Comienzo con banderazos por ambos pitones, mucho enganchón, el toro se quedaba con todo lo que le hacía el valenciano, pedía toreo y le administraban trapaceo. Muleta atravesada, brazo estirado, el toro tomando el engaño como un tren y Román solo atinaba a dejar que se la enganchara una y otra vez, mientras la sensación era que se le estaba yendo una gran oportunidad, que cerró con un bajonazo insultante. Esta pede ser la imagen de cómo está todo esto, la de los toreros acostumbrados al medio toro, pero que no pueden con la más mínima complicación, aunque esta venga de toros escuálidos, mal presentados, con kilo y medio de carne, pero con unas ideas que para qué y es que estos, en este caso los de Miura, son para que no te confíes.

Enlace programa Tendido de Sol del 3 de junio de 2018:

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La deficiente presentación de un hierro legendario en Madrid,decepciona al aficionado y hiere a la fiesta cuando más vulnerable se encuentra.La ausencia de lidia adecuada fue notoria.
E.A.V.

Anónimo dijo...

Pues otra tarde entretenida en la que todo el mundo estaba atento a lo que pasaba en el ruedo, incluso los aduladores cuvillos y palmosillas, los que miden la bravura únicamente en el último tercio.

Me gustó la corrida de Miura, nada que ver con la del año pasado, ésta vez exhibieron un alarde de fuerza y acometividad, no esa “bravura sumisa” que tanto gusta al público isidril. Aguantaron en varas lo que no han visto en su vida los del monoencaste. Me da pena ver picar con saña a Esquivel en el cuarto de la tarde cuando el año pasado recibió el premio en la feria de… ¡por picar bien! a la corrida de Dolores Aguirre. Y es que, cuando en el tendido no hay protesta, hacen lo que quieren. Los franceses no toleran eso.

Respeto a Rafaelillo por ponerse delante de lo que se pone pero siempre empeora la condición del toro. Y estos toros, que saben latín, aprenden rápido.

Pepe Moral pegó muletazos de buen trazo al segundo de la tarde pero se movía demasiado y así no se puede ligar, con lo cual no conectó con los tendidos. El quinto fue el peor de la corrida, no tenía un pase.

Román estuvo valiente pero quiso recetar la faena de siempre a unos toros que no la admiten. Le tocaron dos toros muy encastados, que llevaban orejas para cortar pero estuvieron por encima del matador.

No sé si te fijaste pero los toros desparramaban mucho la vista, parece que en el ruedo nadie se percataba de tal condición. Los peones, y matadores, no hacían más que moverse. En el callejón, más de lo mismo. Con estos toros, hasta el más mínimo detalle cuenta.

Un abrazo
J.Carlos

Administrador dijo...

El sexto de Roman era un Miura de los que te consagran en Madrid. Si le puedes claro, pero con las piernas flojas de miedo y con el panico que tenia en su cuerpo, se le fue. Totalmente de acuerdo con usted.

Jose Angel dijo...

Enrique. Los saltillos de Moreno Silva otra mierda. Hace años oí al ganadero en una charla hacer chanzas sobre si estaban o no preparados para venir a Madrid, de dos hermanos toreros. No dio nombres pero yo supongo que son dos hermanos muy rubios. Ahora, cualquiera que se acuerde de sus chanzas las puede hacer en dirección opuesta. ¿Está preparada la ganadería de Moreno Silva para venir a Madrid?. Cien años de supuesta selección en las manos de la misma familia y unos veinte en las manos de este ganadero y nos trae esta mierda. No está preparado para venir a Madrid. ¿ Por qué ha venido?
Los Miura no están preparados para venir a Madrid. Dolores Aguirre no está preparada para venir a Madrid, aunque ahora la ganadería está en manos de Isabel Lipperheide y no debe ser lo mismo. La Quinta no está preparada para venir a Madrid. Victoriano del Río no está preparado para venir a Madrid y me temo que en los días venideros vamos a ver muchas ganaderías que no están preparadas para venir a Madrid, a menos que Madrid se haya convertido en una verbena que es lo que creo que ha sucedido. Son malas las ganaderías que he citado y no deberían de venir a Madrid al año que viene si hubiera justicia taurina. En cuanto a la vuelta al ruedo de hoy es posible que el presidente lo haya hecho con ironía. Es lo que pasa cuando los dramas se convierten en sainetes. La forma más chusca de resaltar es la ironía. Y menos mal que no ha dado la vuelta al ruedo al sexto. En la memoria del ganadero quedará seguramente que se vieron cosas buenas y que hubo un toro al que dieron la vuelta al ruedo.
Saludos

albaserrada dijo...

Mas allá de la corrida (que siendo diferente tampoco tuvo mucha historia), yo siempre la recordaré como -"el día en que por un selfie, me confundieron con un segurata de Simón" jajajaja Como anécdota de la feria, no está mal. Saludos.