lunes, 10 de diciembre de 2018

Ciudadanos ejemplares


Pocos son los que pueden haber presumido de ejemplaridad, dentro o fuera del ruedo

Vaya cómo está el patio, que uno no da abasto, que te sueltan un sopapo por la derecha y cuando no has reaccionado, te enderezan con otro por la izquierda, y que nadie vea en esto sesgos políticos, aunque no sería nada complicado verlos. Que si ya es complicado lo de ser ciudadano, sin más, el serlo ejemplar ya queda solo para los elegidos. Que lo de ser ciudadano más bien parece que es serlo, sin más, opinando, ejerciendo los derechos que vienen con el cargo. Pero lo de ejemplar ya es otro cantar, porque para ello hay que contentar a los demás, a todos los demás y eso más bien parece más un imposible, que una lejana utopía.

Complicado tiene hoy en día el ser ciudadano ejemplar un aficionado a los toros, porque ya de salida te echan encima una serie de consideraciones que es difícil quitarse de las espaldas. Eso sí, a los otros aficionados a esto del toro aún les puede caber esa ejemplaridad en sus esquemas, basta con seguir unas pautas muy simples: callar y tragar. A partir de ahí, dispóngase a recoger elogios allá por dónde vaya. El ciudadano ejemplar para muchos de estos taurinos es el que no es capaz de levantar la voz ni para toser, el que todo lo ve bonito, el que sigue a la mayoría y ni tan siquiera amaga con poseer un criterio propio que pueda contradecir a esa masa y los mandatos de los que manejan esa masa. La crítica es mala, no se ve jamás como un aliciente para progresar, quizá, porque pretenden un inmovilismo imposible y solo se admiten los cambios, la evolución que llaman ellos, según dictan los que mandan.

Pero no se crean que esto de la opinión unánime y monolítica solo va en un sentido, ni mucho menos. Esto también se da en el bando opuesto, en el que se posiciona antisistema y exige que se ensalcen sus propios ídolos, en virtud a un casi único mandato, el no estar dentro de ese poder. Pero al final, también pretenden conducir las opiniones y se sienten incómodos con las críticas a su modelo de ver esto de los toros. Parece como si los blancos y los negros acabaran uniéndose en un mismo camino, pero queriendo que su color predomine sobre el otro. Y esto, ambos lo aplican lo mismo en el toreo, que en la vida. Los modelos están muy marcados, los marcan ellos y deciden que nadie puede apartarse de esa línea, so pena de destierro en la isla del Hierro.

Luego está otra opción de ciudadano ejemplar. Tomemos esa intolerancia a la crítica, esa negación a otra escala de valores o a otra concepción de la vida. Curiosamente, un elemento común a todos es el enarbolar la bandera de la libertad, que no tiene porque referirse a la libertad del prójimo y salvo excepciones, solo tiene en cuenta la libertad propia. Bueno sí y la tuya, siempre y cuando te sometas a la mía, así de sencillo. Eso sí, en este caso, dispóngase a poner cara de bueno, esa cara que se les queda a los que están en plena armonía con la naturaleza, el mundo, el universo, siempre que todo esto tenga cobertura de móvil, güifi o admita que se pueda ir en bici. Si opta por esta idea del mundo, su ideal debe aspirar a que el planeta vuelta a su estado natural antes del cuaternario, sin seres humanos, sin coches, sin prisas, sin dinero, sin propiedades, pero con bicis. Estos se declaran fervientes amantes de los animales, piden que estos vuelvan a la naturaleza y para ello están dispuestos a sacar a sus mascotas al campo todos los fines de semana, si no llueve, claro y si en ese campo se puede ir en bici, por supuesto. No se les ocurra decir que es aficionado a los toros, porque entonces son capaces de mandarte a las mazmorras del castillo de If, de tenerte cinco décadas a pan y agua, incomunicado y sacarte solo para enfilar el camino de la guillotina. Y lo peor es que te llevarían andando, ni bici, ni leches.

Quizá caiga usted en la tentación apartarles de ese estado de ciudadanía ejemplarizante e intente explicarles que cosas como los toros y la caza no son malos para la naturaleza ¡Vade retroooo! Ni lo intenten. Que ya, hasta lo dice la señora ministra, que se supone que algo de formación tiene y más si ostenta la cartera de: Transición Ecológica. Que si es para que nos alumbremos y calentemos con placas solares, bienvenida sea, abrimos los brazos para acogerla entre nosotros. Pero claro, con estas ideas, lo del Medio Ambiente ya empieza a cojear. Evidentemente, entre tanto cargo aquí o en París, no se ha detenido ni dos segundos en intentar entender lo de la caza. Que puede ser que no le guste, porque hay quien no puede con un animal sacrificado, eso es más que comprensible, pero no por ello hay que quitárselo de en medio. Pero cuidado, que aún hay más, que para eso de apoyar con estas ideas de bonachón en bici, nos salen más ciudadanos ejemplares con eso de que hay que eliminar del castellano expresiones como matar dos pájaros de un tiro o coger el toro por los cuernos. ¡Silencio por favor! Mantengamos la calma y no nos riamos de ocurrencias ajenas. ¿Ya? Bien. Concluyendo: vemos que no se puede ser ciudadano ejemplar siendo un ejemplo para todo el mundo, que unos u otros no le votarán; elija si quiere ser un aficionado a los toros silente, amable y sin opinión manifiesta, ni mucho menos contraria a lo que mandan las buenas maneras de toda la vida de Dios, o también puede optar por ser una persona silente, amable y sin opinión manifiesta, ni mucho menos contraria a lo que mandan las buenas maneras, pero eso sí, subido en una bici y evitando expresiones como coger el rábano por las hojas o entre col y col, lechuga. Y si se encuentra en mitad de estos dos mundos que la verdad, a veces no parecen de este mundo, no se extrañe que le echen del grupo de güasap y facebook de los “Ciudadanos Ejemplares”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al que alza la voz el "Señor" Zabala de la Serna le llama "LACRA" como algo a quien exterminar, quita de enmedio que molestas, como si no pasáramos por taquilla....porque me incluyo, si Sr Zabala, soy lacra, si para dejar de serlo tengo que empezar a lamer culos como el estoy tardando en apuntarme al PACMA.
Una ventana.