jueves, 15 de octubre de 2020

Lo que iba a ser y no fue

 

Tantas cosas que iban a a ser y no fueron, como el Centenario de Joselito el Gallo

Ya se nos cortaron las alas taurinas en Madrid, ya concluyó la temporada que no llegó a empezar. Las circunstancias mandan y de que manera, a base de garrotazo y tente tieso, que es lo que es este maldito mal. Que no da opciones ni para ilusionarte ni un poquito. Es como pretender echarte un balde de agua hirviendo por todo lo alto y esperar solo entrar en calor sin abrasarte el alma y todo lo que rodea al alma. Y si no, que pregunten a sanitarios, gente de la hostelería, de los hoteles, del ocio, en definitiva, de todo lo que nos alimenta la vida, el estómago y el espíritu.

 La temporada se ha dividido en dos partes, que bien podría ser que lo de una se aplicara a la otra y viceversa. Íbamos del “a ver si”, al “a ver cuándo”. A ver si esto se pasa para San Isidro, a ver si al menos se puede dar algo de la feria en junio, al a ver cuándo se da la feria, para continuar por el a ver si se dan toros en verano y continuar con el a ver cuándo se dan toros en verano, para concluir con el a ver si se dan toros y el a ver cuándo se va a poder volver a dar toros. Y entre tanto, siempre han aparecido los oportunistas que culpaban a unos pero no a otros de esta carencia de festejos, aludiendo a extrañas manos negras, pero sin querer ver la verdadera causa del por qué no se habrían las puertas de la plaza de Madrid. No creo que haya habido muchos que no hayan pensado que se podía dar algún festejo en un momento determinado, pues nadie imaginaba que esta situación se fuera a prolongar tanto.

 Pero todo esto se enredaba más y más con las explicaciones y la ausencia de ellas de los responsables de dar algún festejo y los que debían autorizarlos. Que empezaron a buscar excusas, más que para no dar toros en ese momento, por si se daba el caso de que tuvieran que darlos. Un motivo tan potente para no abrir la plaza de Madrid en verano como el que no iba a haber turistas. ¡No hay japos, no hay toros! Las especulaciones se empezaban a disparar, que si lo que se buscaba era no tener que abonar el canon a la Comunidad de Madrid, que si uno de los empresarios estaba a dos velas, que si… En fin. La gente se puso de manos con aquello de los nueve metros cuadrados, ¿para qué más? Se escuchó de todo, que si eso era entre espectador y espectador, que si era una forma de atacar a la fiesta, cuando quizá el mayor ataque lo sufrían con esos argumentos las matemáticas, la geometría, los profesores de matemáticas y muy especialmente el sentido común. Y con tanto embrollo, al final hasta no parecía posible que los responsables de dar o no dar toros pudieran dar la única explicación válida y creíble: no se pueden dar toros, porque la situación sanitaria lo impide. Que no querría jugar a lo del capitán a posteriori, pero al final ha quedado claro, más que evidente, que abrir las puertas de las Ventas era una temeridad. Y ojo, que esto lo digo ahora, porque un servidor, como otra mucha gente, pensó que se podría dar algo de San Isidro, algo en verano, la Paloma, una miniferia, Otoño y hasta esa prometida del 12 de octubre, pero…

 Que las latas esferas de la Comunidad aseguraron que para la Hispanidad habría una corrida extraordinaria, lo cuál no censuro, no se me ocurriría, pues creo que hasta podría pecar de injusto, precisamente por lo anteriormente dicho, porque casi todos creíamos que llegaría el día en que se abrirían las puertas de Madrid. Luego ya nos fuimos cayendo del burro, cada uno a nuestro ritmo, pero la realidad era tan abrumadora, que no quedaba otra, eran lentejas. Se tachó de mil cosas, ninguna bonita al flamante director del Centro de Asuntos Taurinos por no forzar para que se celebrara algún festejo. Honestamente creo que en todo esto el señor Abellán pintaba menos que un salmón en la feria de Zafra. Eso sí, el susodicho se dedicó a pasear el palmito por aquí y por allá, más desafiante que eficiente y aunque ya digo que lo más probable era que su capacidad de movimientos fuera casi nula, en lugar de mostrarse arrogante y altanero también podía haber dado un paso adelante. Llegar al despacho de quién le nombró y dadas las circunstancias en las que no parecía necesaria ni su presencia, ni su actuación, presentar su dimisión. Pero eso ni pasó, ni a nadie creo que se le pasara por la imaginación. Todo un embrollo que podría haberse aclarado explicando las causas reales para que no hubiera toros este año en Madrid, y que todo el mundo conocía. Pero no, aparte de que lo más probable era que esas causas no las pudieran contar, o que no se atrevieran a ello, había que mantener la bronca. Eso sí, mientras andaban tirándose los toros a la cara sobre si tu partido no quiere toros o si el tuyo sí, siempre había voces cargadas de razón repitiendo eso de que no hay que politizar los toros. De acuerdo de pe a pa, pero si no hay que politizar los toros, no se empeñen tanto en lo contrario, dejen de utilizarlo como un arma arrojadiza, como un pelele al que se tira al aire y se recoge para volverlo a mantear sin el más mínimo cuidado y cariño por esto que llamamos los toros y que ahora casi todos llaman tauromaquia. Y entre tanto quiebro y requiebro, tanto será o no será, se nos ha pasado el año, se nos ha ido la posible temporada con lo que iba a ser y no fue.

 Enlace programa Tendido de Sol del 11 de octubre de 2020:

https://www.ivoox.com/tendido-sol-11-octubre-de-audios-mp3_rf_57756784_1.html

No hay comentarios: