domingo, 25 de octubre de 2009

Vivir en torero


Eso es lo que parece que es el día a día de don Francisco Rivera Ordóñez, torero dinástico y héroe de masas; y he dicho de masas, que no de aficionados al arte del toreo. Este referente del arte torero se descuelga ahora con unas declaraciones contra el presidente del gobierno, que puede que ayude o no ayude a la fiesta de los toros, pero una cosa es hacer una crítica de su gestión y otra soltar un alarido de los que cualquiera puede soltar en la calle o en la barra de un bar, aunque dadas las esferas en las que este señor se mueve, seguro que sería en la celebración de un té en el palacete de cualquier amiga.

Todo el mundo tiene derecho a criticar a los que nos gobiernan e incluso algunos tienen hasta la obligación, pero si el opinante es un matador de toros, bueno o malo, debe fundamentar esta crítica con solidez y diciendo dónde y cuando se debe apoyar a la fiesta. Pero para que vean los sesudos miembros de la administración que le dieron la medallita que de desagradecidos está el mundo lleno. Le quisieron contentar con una condecoración que aplaudían los taurinos y los seguidores de las revistas del corazón, su público, y que censuraron los aficionados al toro.

En esas declaraciones deja una estupenda fotografía de lo que él es y de su idea de lo que es la fiesta de los toros. Compara tramposamente las corridas en Portugal con ese invento de Las Vegas. Compara una tradición que poco a poco parece que quiere irse abriendo hacia la corrida con toros de muerte, con el negocio de un espabilado al que le importa un pito que, una vez que haya hecho caja, se cierren todas las plazas del mundo y se lleve al matadero toda la cabaña de bravo del mundo. A lo mejor es que al señor Rivera Ordóñez le pasa lo mismo.

Como ya saben los que alguna vez me han honrado con su visita en este blog, salvo en rarísimas ocasiones suelo ilustrar mis comentarios con trabajos míos, pero hoy esto ni es posible, ni me apetece. No tengo ganas de dibujar un redondo con el pico y ventajista de este matador de toros. Para ello he buscado fotos por Internet y no he encontrado ningún lance que mereciese la pena y lo que no iba a poner es la portada del Hola, Diez Minutos o Qué me dices, pero rebuscando he encontrado una imagen de su hermano, quien hasta el momento sólo tiene en su currículo el haber estado bien en Madrid, pero luego no duda en hacer un desplante torero a una borrica rebozada en la arena en la plaza de Arévalo. ¿Esta es la idea de fiesta que ustedes atesoran en su corazón? ¿Este es el toreo que merece una medalla de la administración? Pues creo que no hay más que hablar. Espero que esta sea la última vez en que tenga que opinar sobre el sentimiento torero de don Francisco Rivera Ordóñez.

2 comentarios:

Izu dijo...

Vaya, Rivera echó su cuarto a espadas, respaldado por la "solidez" de una medalla que para el aficionado taurino es una burla en lugar de un homenaje a la Fiesta. Además lo hace con algo que las personas comunes y corrientes nos damos cuenta, aún al "otro lado del charco". No sólo ha sido ZP sino sus antecesores, con la diferencia que con los otros si habia toros en TVE.
Lo único que este señor busca es notoriedad, no taurina (eso es imposible) sino del mundo del cotilleo que el propio Rivera dice odiar pero que necesita como único sosten de su "popularidad".
La medalla que este señor va a recibir es una muestra de la insensibilidad e ignorancia que prima en las personas que la conceden ante el Arte Taurino. Y de que hay taurinos que brincan ante cualquier migaja. Hago mias las palabras de Morante: Una Verguenza
¿Por que mejor el gobierno no garantiza los derechos de los aficionados a tener una Fiesta integra y a acudir a ella en goce de todos los derechos de libertad?
Ya habrá tiempo para disfrutar de sus dibujos. Este tema, lleno de la vulgaridad que es consustancial a los señores Rivera Ordóñez, no merece ser ilustrado con un dibujo suyo.
Un saludo muy taurino para Usted

Enrique Martín dijo...

Muchas gracias por su acertada opinión, con la que estoy completamente de acuerdo y también le agradezco su comprensión hacia mi actitud de "pinceles caídos" ante esta vulgaridad. Se me hace muy difícil francamente, porque para mi cada dibujo es revivir un ideal de la tauromaquia que tengo en la cabeza. Un cordial saludo y gracias de nuevo.